Haré Confeti de mis Versos

Es un verso de Carmen Cruz, que dio lugar a diversas aproximaciones dentro del Taller de Poesía y Escritura Creativa de Clave 53 que mantengo.

Ya Sara Valverde había creado un poema del que hablase en otra ocasión en este diario, con ese mismo sugerente título.

Esta vez, fue Ernesto Pentón quien me pidió que lo leyese (si es que tal cosa era posible) en la presentación de su último libro de poesía, El Mago de Chicle, que tuve el honor de prologar.

El poema en cuestión es un objeto que existe dentro de una base de datos, que tras la ejecución de una determinada secuencia de comandos SQL, produce lo siguiente:

En el vídeo que se muestra a continuación, se puede ver la lectura que hice del mismo durante la presentación en el Centro de Arte Moderno de Madrid, el viernes 4 de Abril de 2014.

El poema, textual, que incluye la sentencia SQL es el siguiente:


HARÉ CONFETI DE MIS VERSOS
(Ernesto Pentón. El Mago de Chicle, 2014)

En este mundo traidor,
nada es verdad ni mentira,
todo es según el color
del cristal con que se mira.
Campoamor

sí, es cierto
también se puede hacer versos con una SQL
anidada

SELECT palabra1, palabra2 FROM diccionario

WHERE palabra1 IN

(SELECT palabra3 FROM laberinto)

AND palabra2 IN

(SELECT palabra4 FROM noche_oscura
WHERE luna IS NOT NULL)

UNION
SELECT palabra5, palabra6 FROM data_universo

WHERE EXISTS

(SELECT verso FROM rio_de_la_vida
WHERE fluye BETWEEN palabra5 AND palabra6)

UNION
SELECT palabra7, palabra8

FROM divinidad INNER JOIN humanidad
ON divinidad.centro = humanidad.centro

UNION

...y así ad-infinitum
(en el límite de anidamientos SQL de Oracle)

así que
si lo miras desde otro ángulo
yo me paso todo el puto día
escribiendo poemas
y
desde ese ángulo
cada día es una fiesta

 


La presentación completa del libro está en:
[youtube_sc url=http://youtu.be/O6oNnIU5Wg8?t=15m5s]

Miedo de pareja

Ayer hablaba con Carmen
sobre una amiga
de una amiga
de Carmen
que
según me cuenta
ha roto con su pareja
o su pareja con ella
debido a que
parece ser
había habido una infidelidad
de más de un año de duración.

Y lo que me aterra no es que me pase esto
en ninguno de los dos lados
de la ecuación
sino el miedo previo
el miedo al miedo a que me pase esto.

Sentir que podría sentir que sin ella tendría problemas para existir
de modo autónomo
me da tanto miedo
que supera
con enormes creces
al miedo que me da estar sin ella.

Esa sensación
resulta ser un miedo liberador
que exige una fuerza humana no desperdiciada
un movimiento activo
una energía emergente
un no sé qué
que me hace sentirme
persona
viva viviente
amada amante
persona
y
.

El ojo me ve

Miro a un ojo que me ve
con la oscura profundidad de un electrodoméstico
de plata falsa
y sé que me mira
con un ojo que ve en el mío
un ojo que ve
con la oscura profundidad de un humano
de carne falsa
y sé que sabe que nos miramos
sin el mínimo atisbo
de amor.

Son miradas antieróticas
rabia de una nube ciega
que no sabe que los ojos
no se hablan
porque no conocen el sigo de la noche
con el que emprender la palabra
a manos de un caballo desbocado
caballos
que siempre andan
(por ahí)
desbocándose
estúpidos seres animados por la violencia
de una masa energúmena de vísceras
cargada sin la belleza de la poesía.

Las nubes ciegas
no comprenden que hoy
el sol
me ha dedicado un saludo
con un ramalazo azul
como la lírica muerta.

Cuchillas invisibles

Cuchillas invisibles
levantan el vuelo a las 5 de la madrugada
y quedan en suspensión
hasta el mediodía
colándose en mi alcoba (o sea en mi habitación)
polvo de plata
disuelto en (aprox)
N2 (78%)
O2 (21,%)
Ar (casi 1%)
y un significativo 0.04%
donde se cuelan
He, Ne, Kr, CO2, CH4
y algunas
cuchillas
invisibles.

Cuchillas invisibles
en mis ojos
en mi nariz
en mi garganta
en mi memoria (hoy)
en mi esperanza.

Malditas
cuchillas
invisibles
que me hacen desear
un país tapizado de alquitrán
o de hielo.

Y silencio.

Absolutamente todo es relativo

Es una de esas frases que me hacen reír, pensando en lo ridículo que contiene un lenguaje (el humano) capaz de decir cosas imposibles.

Podríamos llamar a esto, la capacidad poética del lenguaje. Pero esto es como reconocer que la poesía tiene algo que ver con lo imposible. Y quizá sea así.

Lo que me lleva a recordar la famosa «definición» de belleza que lanza al aire el ínclito Isidore Ducasse, Conde de Lautreamont, en su maléfico libro «Los cantos de Maldoror»:

Bello como el encuentro fortuito sobre una mesa de disección de una máquina de coser y un paraguas.

Desde entonces, las máquinas de coser, incluso palabras, se reúnen mistéricamente con los paraguas más aciagos sobre mesas en las que diseccionan la poesía.

Y un paraguas ya no será nunca más un mero paraguas… después de Joseph Kosuth.

pagaguas kosuth

Mesa despejada

Cabeza llena
de planes
desorganizados
de tareas
pendientes
de recuerdos
de ideas
de proyectos
de control temporal
de pensamientos
palabras y obras
de geografía
de fórmulas
matemáticas
químicas
físicas
y hasta de cortesía
de historia
y de historias
de nombres
apellidos
números
artículos
determinados
e
indeterminados
de adjetivos
adverbios
preposiciones
y hasta posiciones
de formas
formatos
formicas
fornicaciones.

Cabeza
llena de
materia gris y blanquecina
opaca y pegajosa
sangre negra
llena de
órganos sensitivos
insensibles
ante tanto sufrimiento
e insensatos.

Cabeza
mente
cerebro
cráneo
casquete polar de un planeta llamado cuerpo humano.

Cabeza
de poema
sin cabeza.

No sé por dónde seguir

Tengo varios caminos por delante
incluso puedo llamarlos ramas
de una familia
indoeuropea.

Puedo caminar por las iranias
las indoarias
las itálicas
saltándome (o no
todo el grupo romance.

Y no sé por dónde seguir.

Por otro lado
cualquier camino es válido
pues cualquier camino es camino
y lo importante es el camino
y no las vistas al final del mismo.

Pero no sé qué camino escoger
y estoy perdiendo el tiempo
dudando sobre la duda
mareando la perdiz
sin avances significativos
ni insignificantes.

Cruce de caminos
caminos
caminos
caminos.

Y no sé por dónde seguir.

Pero en esta afirmación (negativa)
hay algo implícito afirmativo (positivo)
:
seguiré.

Esto no es una broma