Algunos días faro

Cuentan que hay un chiste sobre
un portaviones
que
en su avance prepotente
encontró una luz
y se dirigió a ella advirtiendo en unos términos poco amistosos
que se apartase.
Desde la luz contestaron que no
que mejor cambiase el rumbo el portaviones
pero éste insistió
identificándose como de la armada de los Estados Unidos de América
para hacer temblar al más valiente.

Desde la luz
impasible
insistieron en que tomasen en serio lo que les decían
y que no continuasen manteniendo el rumbo hacia ella.

Volvió
el portaviones de los EEUU
a incidir en el hecho de su potencia
a informar de que venían acompañados de varias corbetas
algunas fragatas
y
(¿por qué no?)
una docena de destructores
así que no tenían la más mínima intención de apartarse
y seguirían su vector dirección inamovible
incluso si tenían que impactar con la luz y su portador.

Así que
con presumible humildad
pero cierta sorna
desde la luz
(y ya era hora)
contestaron que su autoridad provenía de la diosa Gea
y que estaban hablando
con un faro de una costa escarpada a la que
si continuaban por ese camino
se verían abocados los demenciales altivos marineros.

Hay días en que me siento faro.

Otros
me siento delfín.

faro

(Esta fotografía no es mía, está tomada de una búsqueda en Internet)

Inocuo

Hago trampas
como hoy
como mañana
como pasado.

Hago trampas
por no olvidar
la dicha
la más aplacada disquisición
bajo tus ojos..

No olvido la ocasión
con tus labios rojos fritos
sin fin
por hallar la palabra final
a un lipograma sin forma
a una composición
(como tú y como yo)
inacabada.

Hay polvo en mis manos

bajo las estrellas
contra la sucesión de teclas acostadas
con la aquiescencia de la tristeza
un ramillete de ternura
ha levantado acta de la reunión
y no se ha proclamado la guerra inevitable.

Hoy seguimos durmiendo el sueño de los justos
como ayer
y al despertar riendo de la ensoñación
creemos recordar un pavo envuelto en verduras
que
a punto de entrar en el horno
pide a los asistentes al acto que lo inviten a cenar.

No hay malicia
ni buenicia
ni noticia
como cabía esperar.

La camisa

Llevo puesta una camisa
que no recuerdo cuándo adquirí
aunque sé que lleva conmigo
más de 5 lustros
y la vestía
en Madurodam
cuando viajé por Amsterdam
con Marta
y estudiaba matemáticas
y comenzaba a tener un extraño affair con Raquel.

Yo no tendría más de 22 años.

Era de un azul añil delicioso como el cielo
o como el mar
o como un azul añil bien escogido del espectro cromático del arco iris.

Llevo puesta esta camisa
que hoy tiene un tono azul casi apastelado
decaído
desgastada como si hubiese sido lavada a la piedra
por el paso de la erosión medioambiental.

El bolsillo izquierdo está desgarrado
y ha arrancado parte del interior
lo que hace inviable su reconstrucción.

De varios lugares
salen hilos
desbocados
dando una imagen de descomposición que no sería preciso describir.

Los puños
especialmente el derecho
están roídos y
ahora que lo veo
tienen algún agujero en la urdimbre.

Tenía 2 botones por cada banda
y los exteriores se han descosido
o han caído
arrancados por el abandono
el olvido
la decrepitud.

Varias costuras
ya no deberían recibir tal nombre.

Pero lo más deteriorado es el cuello
que me hace recordar el apaño
que hacía mi madre con los cuellos de camisa
cuando comenzaban a arruinarse
consistente en el llamado cuello mao
que poco tenía entonces que ver
con Mao
ni mucho menos con el ultrafuturista aspecto de Neo
en Matrix.

El algodón de esta prenda
será reutilizado
como trapos
o similar
en breve
muy
muy breve

pero
y ¿si yo soy esa prenda?

Cables retorcidos

Rojo y negro
como Stendhal
viajan a la velocidad de los electrones libres
hasta encontrar un mapa de ocho puntos cardinales
en el que se topan con un cable amarillo
como el despertar.

Me apuntan a la cabeza
sugiriéndome
que soy suyo
que soy su continuidad
que soy su mísero factotum
que soy un montón de cables retorcidos
con electrones poco liberados
viajando como pueden entre mis células
sus membranas
y toda la porquería
que llevo dentro.

Hasta dejar que componga esta idea
transferida a unos dedos
transferida a un teclado
transferida a un cableado
que acaba por volcar
este poema
contemplativo
a esta pantalla que miran unos cables
rojos y negros
verdes y ciegos
buscando un cable amarillo como el despertar
en lo más hondo de mi …

Diálogo

– ¿Te diste cuenta de que
te contaba cuentos?
– Ya no lo haces.
– No, hemos enfriado nuestra noche
con silencios marchitos.
– Pero tus labios
siguen sabiendo contarlos
¿Por qué no vuelves?
– Esta misma noche
bajo las estrellas
bajo tus estrellas
apagaré tus ojos con la voz de
érase una vez
un ramillete de olvidos
que caminaban por la orilla de tus pupilas
y al caer bajo tus párpados
decidieron quedarse a dormir.

Bailarina

Libro de Vicki Baum
de El Arca de Papel
que está siendo aplastado
oblicuamente
por La Mujer Rota
de Simon de Beauvoir.

Las brujas y su mundo
de Julio Caro Baroja
siente su peso mutuo
sin inmutarse contra Alessando Barico.

Gioconda Belli
desde su Apogeo
los ve caer.

Lágrimas a medianoche

al lado opuesto
lágrimas
sin mirar
lágrimas
despierta
lágrimas
contra la pared o el armario
lágrimas
mientras leía
lágrimas
mientras dejaba de leer
lágrimas
bajo la manta
lágrimas
bajo unas preguntas
lágrimas
queriendo acompañar
lágrimas
besando sus mejillas empapadas
lágrimas
al filo de la madrugada
lágrimas
con el camión de la basura
lágrimas
que descubrimos que no era de basura
lágrimas
con respiración entrecortada
lágrimas
casi sin aire en la habitación
lágrimas
ocluidas las fosas nasales
lágrimas
una conversación acompañada
lágrimas
confesiones nocturnas
lágrimas
bajo la luz pálida de una bombilla de bajo consumo
lágrimas
abandonada la lectura de escritos sobre arte contemporáneo
lágrimas
de soledad
de tristeza
de muerte
de vida
de agua y de sal
de agotamiento
de sueño y cansancio
de hábitos de conductas
de luchar contra el mundo
de vivir en el filo de una navaja que nunca es de Ockham
de abandono y familia
de amigos y olvidos
de vejez prematura
de desasosiego
de desalojo
de desamparo
de desconsuelo
de desesperación
o desesperanza
o desmotadoras de algodón
lágrimas
esdrújulas y opacas
lágrimas
sin fin
de las que llenan mares
de las que crean tsunamis
de las que cambian eras geológicas
de las que erosionan el alma
de las que abaten sueños
de las que apagan ecos de ecos
de las que …



lágrimas.

Esto no es una broma