debe ser barato
debe de ser barato
debo leer más
debo de leer más
debes odiarme
debes de odiarme
debía olvidarlo
debía de olvidarlo
debemos parecer tontos aunque
debamos de parecerlo ya de por sí
sí,
sí,
debe usarse debe de
y no tanto
d
v
d
poesía
De números y hospitales
Hoy
mientras esperaba a que a Carmen
le sacasen la sangre
pensaba en la historia de esta expresión,
cuál sería su origen
y el porqué sería tan tremendo
pensar
que nos están sacando la sangre
en tantos aspectos metafóricos…
En ese momento reflexivo
por megafonía
sonó este mensaje
que juro no haber inventado:
Familiar con el número 111, acuda a sala 1 de información.
La culpa de resfriar
El domingo asistí a un evento
convocado por Jaime Vallaure
en una galería de algo así como arte contemporáneo
en la calle costanilla de los ángeles
esquina con la calle arenal
justo junto a una bella cafetería
llamada Viena Capellanes.
El espacio se llamaba
y se llama Gotelé.
Cada domingo, él y otros artistas
a los que admiro
se reúnen a crear dibujo
sobre pizarra
interviniendo mutuamente
en el trabajo de los demás
con respeto
pero con aprieto
así que van quedando obras
cuya importancia
no reside en el objeto
sino en la acción y la concepción
del método de trabajo
y expositivo
pues cada domingo
tras su tiempo reservado para la creación
abren el local a la recreación
pública
y los asistentes pueden acudir
como Carmen y yo el pasado domingo
a contemplar las obras, charlas con los artistas
y distenderse un rato entre buenas conversaciones
nutritivas.
Durante este periodo
y haciendo un interesante llamamiento
sobre el mercado del arte y la dificultad
especial por la que está atravesando
el sector
venden las obras que se van generando
de manera que si alguna no se vende
vuelve al ciclo de la creación colectiva
repintándose
al domingo siguiente
sobre la anterior
dejando
o no
huellas de la anterior
como en un palimpsesto
del siglo XXI
que no maneje aún mucho la orientación magnética
de materiales
sino la marca abandonada de tiza sobre pizarra.
Es divertido darse cuenta de la ironía
que supone que en ciertas críticas a la comercialización
especulativa
se acabe por caer en los mismos juegos
pérfidos
de oferta y demanda
para adjudicar valor
y precio,
así,
los cuadros que pinta el ínclito
Isidoro Valcárcel Medina
se venden antes de estar terminados
y son adquiridos por gente que
como yo
le idolatran
hasta la tontería
de convertirlo en un mito viviente.
Supongo que él
se ríe de eso
y de nosotros
con mucho
mucho
respeto.
Mi preocupación
el otro día
era acercarme demasiado a él
y contagiarle esta gripe
que me ha atrapado
y
eventualmente
provocarle la muerte.
Mi inevitable bagaje católico
me hace sentirme culpable
de lo que podrían hacer mis virus
que ni siquiera son míos
salvo pensando que son inquilinos de un cuerpo
que, en cierta medida, poseo.
No adquirí ningún trabajo
pero me quedé con algo de ganas
de comprar una pieza de Jaime
el la que había jugado con el material de la tiza
usándolo como pintura de pared
realizando un cuadro de pintura blanca
sobre el negro de la pizarra
con
(¿cómo no?)
gotelé.
un euro
ayer en el metro
había un tipo tocando
en un instrumento interesante
híbrido de xilofón y guitarra
de percusión sobre cuerdas
y lo hacía bien
sin la atorrante necesidad de acompañarlo
con un molesto percutor amplificado
ya le había visto y oído
en otra ocasión
hace algunos días
y recuerdo que me dolía el pie
como ayer
y que no le di nada de dinero
así que
cuando caminó entre la gente
pidiendo unas monedas
busqué en mi monedero (de ahí el nombre)
y encontré que no tenía otra cosa
que unas cuantas monedas
todas de un euro
y le hice entender que no podía desprenderme de ninguna
(habría querido tener 50 céntimos o incluso
estuve tentado de pedirle cambio
y me asomé a su cajita recaudadora
y pude ver mucho color dorado
síntoma de que nadie
o casi nadie
le había dado una moneda de un euro)
noté algo en su mirada
pero no supe qué era
hasta que se fue del vagón
y me miró malhumorado
y me preguntó
(suponiendo que él sabía la respuesta)
¿tanto es una monedita?
yo contesté con una voz algo avergonzada
un mísero sí
apenas audible
aunque supuse que no quería saber la respuesta
y me quedé pensando
en lo que hago con un euro
ese mismo día
no había comprado caramelos para quitarme el mal aliento
antes de mi clase con mi alumna preferida
porque costaban cerca de un euro
cada vez que compro un kilo de arroz
pienso que con menos de un euro
tengo para comer un tiempo
cada día
cuando entro en el DIA
para buscar productos baratos
sé que no encontraré los que más me gustan
y quizá ahorro menos de un euro
al día
seguro que ahorro menos de un euro al día
y estoy dando de comer a una franquicia
que se enriquece
a costa de explotar trabajadores
elijo calcetines
que compro una vez al año
por un euro de diferencia cada seis pares
y me permito un lujo
de un café semanal
en una cafetería (El Parnasillo)
en la que cuesta 2,20 €
haciendo tiempo entre una clase particular y mis talleres de poesía
pero ponen galletitas que le puedo regalar a Carmen
y está tan cerca de El Manantial
que controlo bien el tiempo de acercamiento
hace tiempo me hice el propósito
de no hablar de la economía de guerra
que me obliga a llevar la vida que he elegido
porque lo he elegido
y no tuve tiempo (ni ganas)
de explicarle a ese músico
ambulante
que un euro es mucho más dinero
del que me permito para libros
al mes
y los necesito
así que la respuesta era sí:
es mucho una monedita
para mí
y para él también
por cierto
teniendo en cuenta
que monedita a monedita
supongo
tendrá para comer
pero no lo pensó
y no creo que lo pensara
pero qué importa
(¿pero quién vive?)
Prefiero ser ciudadano
a ser humano
así sin más
y desde luego
prefiero ser ciudadano
a trabajador
pero sé
que alguien del campo
puede sentirse invisible
como cuando el genérico masculino
se usa
y muchas mujeres
sienten
invisibilidad
aunque no exista intención
salvo en la naturaleza intrínseca de nuestro lenguaje
que no es nuestra lengua
aunque también es nuestra y nuestro y de todos
y de todas
los parados pueden sentirse invisibles
ante los trabajadores
y los rurales
ante los ciudadanos
y las mujeres
ante los hombres
y nos olvidamos todos
y todas
de que el contexto
o la contexta
es quien realmente
genera el soporte
para que el texto
o la texta
tenga sentido
Sí
prefiero ciudadano
aunque
incluso
pueda ser por esa facilona descomposición de la palabra
y aún sigo sensible.
Crispación
Leo la información que tengo en FaceBook y solo encuentro crispación.
De un lado
de otro lado
todos parecen estar crispados
y todas parecen estar crispadas
y yo estoy crispado
o parezco estarlo
pero no lo estoy
hasta que leo la información que tengo en el entrecruce de muros de facebook
y me crispo
porque no hay otra manera de reaccionar
(y me digo que sí, que sí hay otra manera, al menos una más)
y nos contagiamos
crispándonos
que
por muy bella que sea la palabra
genera un malestar permanente
entre la impotencia, la frustración
y la ira.
No sé cómo escapar
y no sé si quiero escapar
así que no sé
si quiero hallar la forma de hacerlo
o sumergirme en una de esas sensaciones próximas
como la ira
por poner un ejemplo
y dejarme ir
irracionalmente
hacia alguna cristalera de
por poner un ejemplo
una sucursal de un banco
y lanzar algo con la intención de romperla
o dirigirme hacia la salida de algún organismo oficial
del que salga algún político
por poner un ejemplo
y escupirle a la cara
o al café, como propone un amigo,
para que sepa que puede ocurrirle
y viva con miedo
con el miedo que yo ya vivo
para contagiarle
contagiarle
crispación.
La crispación es una plaga
que está librándose de la población europea
como en su día lo hizo la peste
bubónica
(que no borbónica)
y no se ha encontrado
aún
cura
pero
por poner un ejemplo
la ira
no parece la mejor forma de enfrentarla.
¿Tengo algo interesante que decir hoy?
La verdad es que no.
Siempre hablamos de la verdad
como si no fuese
una verdad
una y no la.
Me sorprende la facilidad con que la gente (y recuerdo que yo soy gente) suele emplear la expresión
¿Quieres que te diga la verdad?
Como si habitualmente mintiesen, ocultasen la verdad.
O se refieren quizá a que suelen manejarse en verdades no únicas
no específicas
no dignas de llevar el artículo la
justo delante
como si se pudiesen decir, normalmente,
unas verdades distintas de la verdad
y en ocasiones especiales se usa la única
la verdad verdadera.
No se suele hablar de certeza
o de hechos ciertos
o de opiniones más o menos fundamentadas
(generalmente en otras opiniones más o menos autorizadas)
así que nos movemos en incertidumbres
(y aquí me encantaría citar a Heisemberg, pero no tengo tiempo)
en las que manejamos información más o menos
desconocida.
Para no asumirlo
hablamos de la verdad
como si eso no fuese de uso exclusivo de seres divinos
conocedores plenos
omniscientes, vaya,
y no humanos que se mueven
en un mundo más o menos modelizado
de acuerdo a hipótesis formuladas sobre lo medible
que no es ni más ni menos que un subconjunto
de lo observable
y este a su vez de una realidad
de la que no hemos demostrado su unicidad.
Verídico. Verosímil. Veraz. ¿Verdad?
¿La?
este ente
ese ser me mece,
me mece en el vergel
de trece seres,
seres de pez,
de sed,
de ente,
ente verde en el ser.
el ser me ve,
ver el ser es mecerse
en el vergel,
ser.
me sé
el vergel.
jo nooo
es que
no me gusta
quiero de eso
no
de eso no
es que
jo
yo
eso no me gusta
ni eso
vale
venga
ponme un poco de eso
sí
y a mí
y a mí
y a mí
pero esperar
no hay para todos
jooo
pues yo quiero
y lo otro no me gusta
ni a mí
ni a mí
pues a mí me sienta mal
y a mí me da alergia
jooo
pues vaya
ya
venga
¿te pongo esto?
no
yo quería eso
y esto no me gusta
no quiero
venga…
que no
que no quiero
que no es bueno
pero venga
es lo que pude traer
pero a mí esa marca no me gusta
pero bueno
que no
que no me gusta
venga que da igual
a mí no me da igual
ni a mí
ni a mí
pónselo a aquel
¿tú no quieres un poquito?
no
de esto no
quiero de eso
como yo
y yo
y yo
he traído esto de postre
pues vaya
¿no había otra cosa?
estaba en oferta
y era de aquí al lado
es que a mí lo que me gusta es lo de todos los años
en esa tienda que sabes
pero es muy cara
ya
pero no me gusta otra cosa
pruébalo
que no
que no quiero
ni yo
ni yo tampoco
pues vale
esto es lo que hay
pues vaya
jo
qué mierda
oye
no hables así
es que…
¿no tienes hambre?
sí
pero eso no me gusta
yo quiero el de siempre
y yo
y no entiendo porque no se puede
pues porque no
es que es muy caro
ya
pero para eso no como
pues bueno
no tendrás mucha hambre
bueno
sí
pero no quiero eso
no quiero
no me gusta
joooo
ni a mí
ni a mí
venga
vamos a hablar un poco de la crisis
para distraernos
vale
es que yo entonces
me aburro
y yo
y yo
pues nada
dejemos pasar el tiempo
o de que quieres hablar
de mí
y yo de mí
y yo
¿y de otros?
no
no
no
mejor de mí
sí pero después de hablar de mí
y de mí
que no
que no se puede hacer así
pues vaya
jooo
qué mierda
que te he dicho que no digas mierda
pero es que es una mierda
te voy a castigar
pues hala
castígame
esto es un rollo
y me aburro
y yo
y yo
…
…
…
…
…
…
un ratito de silencio
en ciertos casos
no viene mal
porque ya está todo
dicho.
hablar delante de un espejo
ejercicio narcisista
o antinarcisista
que consiste
en hablar
diciendo nada
como en la celebérrima conferencia de mi admirado Cage
pero sin parar
hasta que algún acontecimiento
acontezca
como suelen hacer
los acontecimientos
es un ejercicio que me recuerda
que hay otro mundo al otro lado
de ese espejo que encierra una imagen
especular
que no espectacular
aunque seguramente tengan algo que ver
con ver
con mirar
con esperar
con espectar
con espectativar…
con espéculas
espúreas
que hipérboles
acuerdan
acatar
a
qatar
o
simetrías
oh
simetrías
que brilláis más allá de las estrellas
y me recordáis
lo poco
armónico
que soy
sin que eso sea óbice
(quería usar esa palabra)
para ser un ser como son los seres
por otra parte
un ser
servil
serpentino
seratoninante
sin
dominio
de mí
mismo
de ese
que está en el espejo
mejor
ni hablar.