Web de Edita Clave 53

Ya he dado casi por concluida la web de Edita Clave 53 que me ha llevado mucho más tiempo del que esperaba, en gran parte porque no le he dedicado tiempo continuado, pero en otra gran parte porque hacer una «tienda» con WooCommerce no es tan fácil como lo pintan.

En primer lugar tuve que dar con los «colores apropiados» lo que me llevó a rediseñar la web de Clave 53, así como a retocar la de Giusseppe.net.

En segundo lugar, a buscar información sobre lo que hay que poner o escribir en los Avisos Legales, así como a intentar entender cómo es la «tarificación impositiva», que en el caso de los libros tienen un IVA del 4%, pero en el caso de piezas de arte es del 10%, pero sin embargo los envíos incluyen un IVA de 21%, contengan lo que contengan.

En tercer lugar, encontrar fotos medianamente bellas para diseñarla, pero con mis exigencias habituales (código abierto o libres de derecho o, mejor aún, fotografías propias). Tras ello, modificar sus tamaños sin que pierdan calidad para que la web no sea muy muy pesada.

Generar la estructura de páginas básicas que dan información sobre lo que hay en la web, así de los servicios que ofrece. Por supuesto, redactando cuando no lo tenía el contenido de las mismas.

En cuarto lugar, personalizar el aspecto de la misma, para que no tenga un perfil demasiado «editorial», ni una «librería» online, ni demasiado informal, pero que contenga ambas cosas.

En quinto lugar, comenzar a dar de alta productos en la «tienda» que he decidido llamar STORE, sin que sepa muy bien por qué, más allá de que no me gusta autodenominarme «tendero», aunque lo sea.

Empecé, tras un par de libros de prueba míos, por los libros de las personas que han editado últimamente conmigo y que han depositado su confianza y 10 ejemplares por poeta en Clave 53.

Por último, dando de alta mis propios libros, mis cianotipias y en breve irán apareciendo otras piezas que no tienen mucha salida porque no se sabe ni siquiera que están a la venta.

Jornada de reflexión

Tránsito del alma de esta vida a la eterna de acción y efecto de reflejar o reflejarse.

Actividad de personas y vehículos que pasan por una calle, una carretera, del principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida de esta energía de los seres orgánicos a la que se prolonga muchísimo o excesivamente de ejercicio de la posibilidad de hacer e impresión hecha en el ánimo de hacer retroceder, cambiando de dirección, la luz, el calor o el sonido al chocar con una superficie lisa de otro medio.

Denotación – Detonación

Que estas dos palabras compartan todas las letras me hace pensar que algo hay de relación
y que toda denotación es una detonación con la violencia de la clasificación en una denominación sin parangón.

Por lo demás denota la nota una sota que pota y no rota (de rotar) ni rota (de romper).

No puedo creer estar haciendo esta tontería de texto un viernes por la mañana como si no hubiese cosas más importantes que hacer, en lugar de rimar sin más gracia que la de repetir un final simplón que mola mogollón.

DENOTACIÓN

DETONACIÓN

Prueba de color

Probando el color
como quien prueba que el paso del tiempo
no deja indiferente
y nos sacude por dentro.

La tinta inyectada
en una sábana de acantilados
a la que llamamos
papel
rebosa azules.

Mis manos
goteando alergia
no se atreven a hollar
la maculada portada.

Probando el color
imagino radiación
del espectro electromagnético
mezclándose en los conos de mi retina
decidiendo
juguetear con mis emociones
engañándome
y haciéndome creer
que lo que veo
es lo que ves.

Como quien prueba que el paso del tiempo
no nos mata,
no nos vive.

Teclado

Mi teclado va tiñéndose
de mis células muertas.
Casi hay un cadáver
bajo mi ratón.

La R ha sido devorada
por una capa de grasa.
La S ha perdido
las ganas de vivir.
Esc sigue siendo impoluta
sacándome siempre de apuros
tocada por un meñique
que no se cansa de pedir ayuda.

Pero bajo un manto
de materia orgánica depauperada
está la tecla de Inicio
recordándome
que trato de volver atrás
a matriz prenatal
que me arrastre al Fin.

Enter,
Enter,
Enter.

Paraguas por doquier

Que cada cierto tiempo alguna persona se acuerde de mí y de mi Proyecto Paraguas, me hace muchísima ilusión y sentirme querido, recordado… cuando me envían fotos como esta, de un paraguas encontrado en mitad de un recorrido vital de alguien a quien, de una u otra forma, mis actos pretendidamente creativos han tocado.

En esta ocasión, mi queridísima amiga Aída B. Márquez me hizo llegar un par de fotos de un paraguas abierto en la calle siendo la boca de una papelera amarrada a un semáforo.

La papelera
no admite más papel.
El agua ha muerto.

Estómago

Cuando te duele el estómago
y piensas que una palabra esdrújula
debería doler menos.

Cuando te duele la cabeza
y piensas que las palabras llanas
expresan muy bien su contenido.

Cuando te duele el corazón
y piensas que las palabras agudas
son todas esdrújulamente metafóricas.

Esto no es una broma