escribo a deshoras
en este diario que no leo
en este silencio sordo y ciego
en este calabozo de ignorancia
en este vehículo sin freno
en este remo en busca de una barca
en este ataúd que espera
en este espejo de vanidad
en este esfuerzo de terquedad absurda
en este líquido efervescente contra el tiempo
en este digital teclado sudoroso
en este romance con la palabra libertad
en este poema épico de más de un millón de letras
en este camino de huellas hacia el infierno
en este reloj con mecanismo roto
en este teléfono que duerme con las nubes
en este cristal plagado de miserias
en este pedregal de ónix y pokemons
en este erial que habito a cada paso
en este hogar donde el fuego amanece
en este sol de espumas olorosas
en este reventar los párpados mojados
en este inveterado apunte de desidias
en este escrito a deshoras que hoy no acabo.
poesía
Un par de poemas esculpidos
El proyecto de muerte
disfruta abatimiento.
Dorotea avanza sobre tinieblas
tamizando la cabellera azul.
La brisa eleva
una pierna de mármol.
Olvidaba todos los ahorcados.
Es natural,
sin duda
cualquier inocente supremo
había de sentir
los dolores más terribles.
Así es mejor;
tenía que acabar mal.
Canción disparatada
Con el paso de los años le he ido perdiendo el respeto a Neruda, quizá por revisionismo, quizá por cambio de gustos… no lo sé, pero el caso es que para un certamen de poesía algo disparatado he decidido hacer esta pequeña intervención sobre esta portada de un viejo librito de Pablo Neruda.
El frío no existe
Me envía un amigo un enlace sobre el lugar más frío creado por el ser humano que, por supuesto, no es Alemania ;-), y me dispongo a darle mi particular respuesta:
El frío no existe: conviene recordar esto ahora que se acerca el invierno. Sólo hay movimiento de partículas, que son la esencia de lo que entendemos como calor. Todo vibra, todo corre, todo gira, todo baila, todo abraza… sí, la materia del universo está permanentemente escribiendo poesía y danzando. Conviene no olvidarlo.
Rombo
No sé si este rombo que habito
es un cuadrado en perspectiva.
Negro sobre negro
Quiero escribir
en negro sobre negro
para no dejar huella
para dejar huella muda
para no dejar tinta
para dejar tinta ciega
para no dejar restos
para dejar resto muerto.
Quiero escribir
en blanco sobre blanco
para dejar huella muda
para no dejar huella
para dejar tinta ciega
para no dejar tinta
para dejar resto muerto
para no dejar restos.
No tengo cuenta de twitter
Facebook está de capa caída.
Instagram es el auge del postureo.
Whatsapp es un correo electrónico privado.
Twitter dicen que es la red del enfado.
Tic-Toc genera adicción.
Youtube tiene mucha publicidad.
Google no tiene plus.
El enfado no me va a pillar por banda
para aumentar el descontento.
No quiero publicar vídeos
de menos de 9 minutos
porque no soy muy guapo.
Me cuesta usar Instagram
sin boicotearlo.
Hoy pensaba
que cualquier día
dejaré de usar Facebook
en el ordenador
ya que no lo uso en el móvil
y me olvidaré de esas absurdas
advertencias sobre posibles estafas
por suplantación de cuentas.
Si alguien
alguna vez
suplanta mi cuenta de twitter
seguramente no me enteraré
porque no tengo tal cosa.
La de linkedin la di de baja
por ausencia de propósito.
Esta internet 2.0
es una calamidad.
Pavos Reales
Basándonos en un verso de Elva Macías, escritora mexicana de poesía contemporánea, nos dejamos llevar por el sugerente título de Pavos Reales y escribimos esta pequeña publicación.
Escrito por Andrea Vidal Escabí, Armando Silles Mclaney,
Isabel Jiménez, JMariano Velázquez, María José Gómez Sánchez-Romate, Yolanda Jiménez, en octubre de 2021 y editado y publicado por Giusseppe Domínguez para la Asociación Cultural Clave 53 en octubre de 2022.
También disponible en nuestra vitrina de Issuu.com.
soluto y disolvente
Poema es la disolución
de palabras en versos
hasta alcanzar el punto
de saturación.
La prosa
es el precipitado.
Vehículo del miedo
He venido a hablar de mis miedos,
de esas mariposas que se posan en mis labios
y me cierran la boca de por vida.
He venido a hablar de mis pesadillas,
con las que duermo despierto toda la noche
y gran parte del día.
He venido a hablar de mis sueños,
de esos que nunca se cumplen
y generan frustración.
He venido a hablar de mí,
sin más tapujos
y sin vergüenza.
No hay que temer a la verdad desnuda
(porque la verdad siempre está desnuda)
ni a la arrogancia de exhibirla
como trofeo enarbolado.
No hay que temer a la mentira falaz
(porque la mentira a veces es falaz)
ni a la desidia por abandonarla
como quien huye entre ramas.
He venido a hablar,
a hablar y hablar
creyendo que digo algo importante
sabiendo que digo algo trivial.
Pero aun así…
he venido.