Algunos recuerdos de la presentación del proyecto Paraguas

El domingo pasado presenté el proyecto Paraguas, tal y como estaba previsto, en uno de los más bellos y delicados espacios de Madrid.

Escribí una breve y muy merecida reseña del lugar en Google, para ayudar a la difusión de uno de los mejores lugares que conozco en esta ciudad:

Madrid Music Hall es dirigido con talento, dedicación, esfuerzo, pero sobre todo con ilusión y amor, por Marta Aranda, quien ha logrado en menos de 2 años convertir una antigua oficina bancaria en una maravillosa escuela de música que además de enriquecer a la población local con cultura, ofrece la oportunidad (muy escasa en esta ciudad) de seguir sus eventos, de organizar eventos artísticos, literarios, musicales… en un Auditorio perfectamente equipado (con piano de cola incluido en el escenario) y diligentemente atendido.

No puedo imaginar un lugar mejor que nace con la voluntad de hacer del mundo un lugar mejor.

Gracias a la organización por su trabajo y auguro felices años venideros llenos de poesía, música, artes y belleza, platónica belleza, de la de «bueno/bello/vero».

No perderse su programación de eventos y cursos. ¡De lo mejor!

Algunas de las fotografías que se hicieron el domingo pasado muestran lo agradable que resulta una presentación en este espacio:

Exposición colectiva de Arte Postal en Móstoles

Me invitaron a participar en la III Convocatoria Internacional de Arte Postal DE CORAZÓN · FROM THE HEART, organizado por la Concejalía de Cultural del Ayuntamiento de Móstoles.

Yo presenté una Cianotipia y Poema Visual «Sangre azul» revelada en 2022 que había realizado como palimpsesto con el título «Sangro Sangre» en 2017, componiéndolo sobre las bases de la convocatoria, que era un dibujo de un corazón. El resultado quedó mucho mejor que mi propuesta primera.

Agradezco a Yolanda Pérez Herrera que al pasar por allí se acordase de mí y me enviase una fotografía (la que figura al comienzo de esta pequeña confesión) de la exposición actualmente en el Centro Cultural Villa de Móstoles (Móstoles, Madrid, España), del 1 de junio al 24 de julio de 2022. / Finalizada su exhibición, las obras quedarán depositadas en los fondos de arte contemporáneo del Ayuntamiento de Móstoles.

Me hace ilusión que obras mías vayan quedando por ahí en depósitos de arte contemporáneo. Son las cosas del ego, supongo.

El árbol solitario crece más fuerte

(El título procede de un verso de un cuaderno de María José Gómez Sánchez-Romate)

No sé si tengo raíces.
Siento ser un árbol solitario.
Siento decrecer muy fuerte
unas ramas caducas.
No sé si estoy bien regado.

Soy un árbol cansado
de no ver nunca el mar
cansado
de no ver nunca el sol
cansado
de no ver nunca el fin.

Siento húmedas yemas
cayendo de mis manos.
Siento lágrimas
esterilizando mi alcorque.

Soy un árbol urbano
atrapado en mi ruido
atrapado en mi miedo
atrapado en mi vuelo
atrapado en mi cielo.

Siento huidizas muecas
en mi piel dibujadas.
Siento heridas abiertas
con el paso del tiempo.

Soy un árbol anciano
desde el día en que nací.
Soy un árbol anclado
al olvido de ser árbol.

Soy abeto,
soy fresno,
soy ciruelo,
soy pino.

Soy melindroso sauce,
soy lloroso y soy triste.

Soy un árbol que gime
en la soledad del bosque
una plañidera ridícula
a la orilla del camino
por el que están talando
la poca vida viva
que habita en la araucania
que habita en la miseria
que habita en la esperanza

la última esperanza.

Soy un árbol solitario
(insolidario)
que no crezco más fuerte
por más que lo repita.

Brindis por la vida

por los arranques y las conclusiones
por los inicios y las despedidas
pero sobre todo por lo que hacemos en el medio:
por festejar
por acompañar
por felicitar
por los abrazos
por la amistades (más o menos peligrosas)
por los encuentros virtuales virtuosos
por la alegría (y la tristeza)
luces y sombras
por la comida… y la bebida
por los cumpleaños
los cumplemeses
los cumpledías
por cada instante en este bólido bola
por las caricias
por los besos
por las pieles (no el visón)
por las risas y las sonrisas
por las miradas
por la atención
por el cuidado
por los cuidados
por el amor
por el amor
por el amor

No creo en el pecado

pecado Del lat. peccatum. 1. m. Transgresión consciente de un precepto religioso. 2. m. Cosa que se aparta de lo recto y justo, o que falta a lo que es debido. […]

No creo en el pecado.
No creo en la transgresión consciente de un precepto religioso.
No creo en la transgresión consciente de un precepto perteneciente o relativo a la religión.
No creo en la transgresión consciente de un precepto perteneciente o relativo al conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad.
No creo en la transgresión consciente de un precepto perteneciente o relativo al conjunto de creencias o dogmas acerca de la naturaleza divina y esencia del ser de Dios.
No creo en la transgresión consciente de un precepto perteneciente o relativo al conjunto de creencias o dogmas acerca de la naturaleza divina y esencia del ser de Dios.
No creo en la transgresión consciente de un precepto perteneciente o relativo al conjunto de creencias o dogmas acerca de la naturaleza divina y esencia del ser de ser supremo que en las religiones monoteístas es considerado hacedor del universo.

Creo en el universo.
Lo demás, me resulta superfluo.

Cartel de presentación de Paraguas

El proyecto ya tiene fecha y lugar de presentación: el 5 de junio del 2022 a las 19:00 en el auditorio de la escuela de música Madrid Music Hall, que dirige Marta Aranda Roig.

He realizado este primer cartel que no acaba de convencerme. Desde luego, es cualquier cosa menos minimalista, como sí que es el libro.

Algo me dice que no será el último y definitivo.

Este es el texto del prólogo del libro, que describe a la perfección en qué consiste, pero no habla demasiado en detalle de las metáforas que me evoca el pensar en paraguas rotos.

Hace más de una década comencé a realizar fotografías de paraguas abandonados por la calle sin la más mínima intervención. Ni los manipulaba, ni editaba las fotografías, ni tan siquiera corregía una posición de los mismos o los rescataba del olvido, del injusto trato con el que alguna persona se había deshecho de ellos.

Ahí estaban, tirados, como llorando en mitad de la calle, en un entorno mayoritariamente urbano, en las proximidades de cubos de basura desbordados por un intento vano de introducir estos elementos en unas papeleras no pensadas para tal fin.

Me acercaba, me detenía, hacía una fotografía, en alguna ocasión más de una, para dejar huella, para dejar constancia del paso por la vida, por la utilidad, de esos enseres rotos, arrancados de su función por una varilla doblada, por una batalla perdida contra el viento, por una repentina mejora del clima.

Ahí quedaban, tras mi retrato, en el velatorio de la calle, en el cementerio de cemento, en la ignominiosa nada, en la desmemoria, tras un fugaz encuentro con una mirada ansiosa de metáforas.

Paraguas rotos.
Tan sólo son paraguas.
Paraguas rotos.

Algo más simple puede que se acabe imponiendo…

Quema la vida

quema el té
quema el agua hirviendo bajo mi piel
quema la vida

todo quema
todo arde
todo incendia

la vida late
la vida lata
la vida luto

quema la vida
quema la sangre
quema el té

quiero hacer una infusión de pasado con la que calentar mi futuro
quiero hacer una infusión de futuro con la que orientar mi presente
quiero hacer una infusión de presente con la que quemarte el sueño

trío de sinsentidos
trío de soledades
trío de ternas

el tiempo
mientras tanto
sigue su camino.

Esto no es una broma