2022 frentes abiertos

comienzo un año
con más de 2022 frentes abiertos
sin parar de correr
de unos a otros
intentando que el agua no se cuele
entre las costuras de la vida
que cose el tiempo

me precipito
a un vacío de calma
tan absoluto
tan impoluto
que me asusta olvidar
que una vez quise vivir así
como lo hago

pienso en hitler
y sus dos o tres frentes
y su posibilidad de delegar
en generales más o menos capacitados
incluso sus desastrosas derrotas
recogiendo escombros
en los que atrincherarse

mientras
llega un mensaje de whatsapp
tengo que editar un libro
dos libros
tres libros
ajenos
y quiero terminar de maquetar un libro
dos libros
tres libros
propios

mientras
he de consultar el estado de alguna red social
he de consultar el estado de las opiniones del periódico
he de consultar el estado de un evento que organizo próximamente
he de consultar el estado de salud propia y ajena
he de consultar el estado del estado

mientras
leo un libro sobre tipografías para aprender a editar
leo un libro de Isidoro Valcárcel Medina (mal editado
leo un libro de George Perec sobre pensar y clasificar
leo un libro de poesía polaca
leo un libro de una novelista japonesa

mientras
el correo electrónico se llena de spam
y he de cribar la paja del grano (o el grano de la paja)
las cuentas bancarias han sufrido bajas
las facturas he de enviarlas a la gestoría
este blog diario no recibe entradas
las fotografías más o menos artísticas
que hice en las vacaciones
siguen acumulando polvo digital
en el almacenamiento interno de mi teléfono
que en realidad es una cámara
que en realidad es un teléfono
que en realidad es…

mientras
los proyectos futuros
sacuden mi impaciencia
como ese libro de fotografías pendiente de intervenir
como ese año añil que requiere composiciones visuales
como ese dinero poético a partir de enciclopedias
como ese conjunto de cajas artesanales de madera y foam
como ese escarceo con la creación a partir de la fotocopia
como ese explorar las posibilidades de la naturaleza
como ese atajo de cianotipias serializadas

mientras
mi cerebro no se centra
en una sola de tantas actividades
y veo pasar las nubes en el cielo
sin mirar el cielo
sin mirar las nubes
mis manos arrastran un frío inabarcable
mis ojos deambulan por marejadas de estímulos voraces
mis pies corren estáticos
mis dedos teclean sin encontrar las letras

mientras
las ventanas del sistema operativo se marean
las ventanas de la calle se cierran

mensajes emergentes me avisan de emergencias
el tiempo apremia
el tiempo premia
el tiempo

y la vida
va

(o la muerte viene)

Poema a vuelapluma

El viernes pasado, durante el evento que organizamos cada mes para leer poesía en un ambiente amable, delicado y dedicado que llamamos N’Clave de Po(esía), una de las asistentes recogió a vuelapluma algunas de las frases que fuimos diciendo las demás personas presentes y al final de evento nos obsequió con este poema compuesto a partir de ellas:

Que poético eso,
té con aroma a café.
¡Cuidado! No te quemes.

Es una aventura,
solo llegar hasta aquí a veces me lleva tiempo,
con el respeto debido a las demás personas humanas
con subtítulos en japonés.

Dan ganas de robárselas,
espero que me ayudéis a quitármela.

A veces ese helicóptero que tenemos es una lavandería.

Podemos seguir leyendo, que no pasa nada…

Y de ahí, hasta que se murió.
Separados por la cordillera.
Mi cabeza explotó, no entendía nada.
Fue demasiado.

Es que la tele tiene subtítulos pero tú no.

*Esparce los mazapanes en la mesa* [esto fue una acción, no una frase]

¿También es tuyo, no?
Si, o era.
Es por eso que no conozco esa palabra.

*Habla en francés* [efectivamente, una persona leyó en francés un poema]

Significa idiota de todas maneras
(idiotas siempre significa idiotas)

No hay errores aunque lo parezca.
¿Cosecha propia?
Ese es difícil de leer.

Ya que ha salido el tema de Dios,
hoy tenemos sonidos escabrosos.
¡Qué conexión!

¿No es esta la lavandería de una ventana que no termina de cerrarse ni de abrirse?
¿Por qué le das las gracias?
¿Tú eres Pablo?

Nos vemos el mes que viene, los tengo que dejar.
Hasta el próximo año.

El poema fue compuesto por Pilar Panzarasa el 17 de diciembre de 2021 en Asociación Cultural Clave 53, Costanilla de los Ángeles, 2, escalera izquierda, primero derecha, Madrid.

Todo haiku es un discurso

¿UN DISCURSO POR LA LIBERTAD ES UN HAIKU?

Alguien se preguntaba esto, así, en mayúsculas, en una red social, en un grupo dedicado al comentario del haiku, y me ha dado por responder, pero no en la misma red social, espacio de ruido donde los haya, sino en este diario personal que apenas tiene lecturas.

en el discurso
la libertad escapa
pero no el haiku

ante la duda
todo haiku es discurso
y es libertad

Invadido por obra

Me han devuelto las obras que han estado expuestas en Derivaciones 4 que es un proyecto de Poesía Visual del Centro de Holografía y Artes Dados Negros, en el que participan Fernando Aguiar, Ana Alonso y Julia Fernández, Edu Barbero, Giusseppe Domínguez, José Iges, Clara López Cantos, Mateo Maté, José María Parreño, Francisco Pérez Belda, Víctor Santal y Javier Seco.

Ha sido todo un honor haber sido seleccionado por Pepe Buitrago para formar parte de esta exposición con obras que casi estaban terminadas desde 2008, llamadas Inflexiones, que retomé de forma nueva en el invierno de 2019-2020 para realizar una edición única de 81 inflexiones en texto blanco escrito a mano sobre 81 piezas de 15x15cm de cartulina verjurada negra de 300gsm.

El problema, si podemos tacharlo de tal cosa, es que no sé dónde poner las 3 piezas de 100x70cm, montadas sobre foam negro volado de 3 centímetros de grosor en total, que fueron expuestas allí en una enorme pared blanca. En el estudio apenas me quedan paredes blancas que polucionar con obra propia. Eso me gusta, pero me agobia al tiempo. No quiero influir en la escritura de quien se acerca a los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de Clave 53 que se realizan en este espacio que cada día que pasa es menos neutro. Quizá no sea un problema. Y, de serlo, es minúsculo.

Este estrés

es este éter
el esqueje excelente
efervescente


Nota: Me he ayudado del diccionario de la RAE que está completo en mi diario:

ecúmene edecán edén efe eferente efervescente efetá eh eje ejercer el elche ele elepé elle elmete embebecer embeber embellecer embermejecer eme emergente emerger empecer empedecer empedernecer empeller empelte empeltre emplebeyecer emprender empretecer emú en encender encepe enceste encreyente ende endeble endeblez endemás endentecer ene enerve enfebrecer enfrente enjebe enlentecer enllentecer ennegrecer ensemble enseres ente entender entender entenebrecer entente enterez enternecer entestecer entre entremés entremeter entrés entretejer entretener entrever envejecer enverdecer envés eñe eperlán ercer ere erg erre erre esbeltez escáner escás escúter ese eser eseyente esleer esplendente esplender esprúe estárter este estellés estemple estrechez estremecer estrés et excedente exceder excelente excelentemente expeler expender exprés extender

Ser estacional

Ana Matey ha tenido a bien invitarme a participar en el Proyecto Ser Estacional iniciado en verano. Se trata del primer proyecto de residencia con el que inauguran nuevo espacio en el Pimpollar.

Participo junto con Natalia Auffray, Ana Matey y Mario Bastian.

Una vez concluido el Ciclo se abrirá el proyecto al público, sin saber la forma final que tomará.

En la convocatoria de la estación denominada Verano, allá por agosto del 2021, intervine un espacio dejando una huella molesta, hecha con materiales que desafiaban la visión romántica de la «naturaleza», como CDs, radiografías, etiquetas, con las que fabriqué una huella con mi memoria, mis recuerdos, evocados en ese momento para la ocasión: 54 recuerdos para 54 CDs para mis 54 años.

Me gusta que sean 54, un sencillo múltiplo de 27, ese número al que tanto aprecio tengo, que podría asumirse que es más de la mitad de la vida que posiblemente viva, entre los 27×3 y 27×4, teniendo en cuenta las estadísticas optimistas de esperanza de vida en España.

Antes de que este artículo aparezca publicado en mi diario, habré participado en la convocatoria estacional de otoño, con otra reflexión sobre la huella, en este caso sobre 54 modificaciones que intentaré revertir en un vano intento de no dejar huella, de no afectar la «naturaleza», como si mi mera presencia no fuese una alteración inolvidable, irreversible entrópicamente hablando.

Esto no es una broma