Caja para libro objeto de cianotipias

Estoy en proceso de hacer varias cajas para libros de cianotipias, todas ellas con las mismas medidas: 14x17cm, así que las cajas-libros tienen una medida manejable y cómoda de la que esta es una primera versión, para ver si funcionaba.

Hecha con tableros de madera de haya de 7 centímetros, la caja tiene unas dimensiones exteriores de 20x17x10 (teniendo en cuenta en los 10cm de altura, la tapa y la base de 1,5cm cada una). Dimensiones interiores de 18x15x7cm que dejan un mísero centímetro a cada lado de la cianotipia introducida, pero que será ayudado para su extracción con una cinta de tela negra (o azul, o roja) de un centímetro de grosor y un mínimo de 30cm de longitud que recorrerá las cianotipias interiores a modo de cinturón y hebilla para extracción de las mismas.

Este prototipo ha sido realizado cortando las maderas a medida a partir de listones adquiridos en la Calle Madera, 31, pero las siguientes cajas han sido cortadas también en el comercio de madera, para mejorar el acabado de los cortes.

Miriñaque

¿Quién puede resistirse
una vez escuchada esta palabra
a pronunciarla?

¿De qué manera utilizar
un miriñaque en un poema
sin sonar decimonónico?

¿Por qué me importa
ser considerado decimonónico
en esta época post-cualquiercosa?

¿Acaso un poema
puede convertir un miriñaque
en un verbo de acción intrascendente?

¿En qué consistirá
miriñaquear
constantemente?

¿Existe la posibilidad de encontrar
personas miriñaques
que se escondan del tedio en la palabra?

¿Cuántos miriñaques
me costará el silencio
si no es sordo?

¿Dónde, dónde miriñaques
habré perdido
el sentido común?

Albricias de miriñaques
a la salida del verso
sobre todo si es ciego.

N’Clave de Po(esía) vuelve a ser presencial

Después de debatirme sobre si seguir realizando los encuentros de N’Clave de Po(esía) online o, incluso, presencial pero con opción de asistir virtualmente, Carmen me preguntó que si estaba cansado de las clases «mixtas» por qué iba a hacer esta actividad online o mixta.

Fue una pregunta acertadísima, como suelen ser sus observaciones, así que le dije que tenía razón, que la haría de nuevo presencial, como antaño, como hace casi ya 2 años, y que viniese quien quisiese, como al fin y al cabo siempre ha sido y me gusta que sea.

Así que hoy volvemos a programar presencialmente en Clave 53 nuestra tertulia (o espacio de lectura) en que proponemos que se lea poesía al calor de una taza de té, mientras escuchamos a otras personas que lean, cambiando de rol sin ninguna otra moderación que las habituales en la convivencia pacífica de individuos, es decir, sin necesidad de un líder que imponga reglas de orden y concierto, muchas veces superfluas.

Está anunciado el evento en Facebook y también en Meetup, de donde suele acudir un porcentaje mínimo de las 18 personas que se inscriben como máximo. Esperemos que ese overbooking no suponga un problema en estos tiempos pandémicos.

lolcat

hay días tan cansados
que lo único que leo son artículos
absolutamente prescindibles
casi como de prensa
que te informan de tonterías
de una vacuidad insondable
como este sobre 7 comandos linux para usar sólo por diversión
y he procedido a instalarme uno de ellos
en mi entorno de producción
es decir
en mi ordenador del estudio
aunque habitualmente esto
lo habría hecho en un entorno borrable
como una máquina virtual (que tengo instalada)
con el mismo sistema operativo que manejo
que actualmente es un linux mint 20.2
con soporte de larga duración hasta el 2025
como si el pc
fuese a durar todo ese tiempo.

hay días tan cansados
que las mayúsculas me suponen un esfuerzo

Una carta de mujer de Marceline Desbordes-Valmore

Ritratto fotografico di Marceline Desbordes-Valmore (1786-1859)
Ritratto fotografico di Marceline Desbordes-Valmore (1786-1859)

Te escribo, aunque ya sé que ninguna mujer
debe escribir;
lo hago, para que lejos en mi alma puedas leer
cómo al partir.

No he de trazar un signo que en ti mejor grabado
no exista ya.
De quien se ama, el vocablo cien veces pronunciado
nuevo será.

La dicha sea contigo; yo sólo he de esperar,
y aunque distante,
yo me siento ir a ti para ver y escuchar
tu paso errante.

¡Jamás la golondrina al cruzar el sendero
pueda apartarte!
Será mi fiel cariño que pasará ligero
para rozarte…

Tú te vas, como todo se va… Su éxodo emprenden
la luz, la flor;
el estío te sigue; las tormentas sorprenden
mi triste amor.

De esperanza y zozobra suspira mientras tanto
el que no ve…
Repartámoslo bien: a mí me queda el llanto,
a ti la fe.

Yo no quiero que sufras, que está muy arraigado
mi amor por ti.
Quien desea dolores para el ser adorado
guarda odio a sí.

Nota: Traducción de Mauricio Bacarisse (1921)

Hoy acabo de encontrarme con esta poeta en el ensayo, que en su día (es decir, hace tiempo) leí titulado «Los Poetas Malditos» de Paul Verlaine. No recordaba que en el mismo hubiese una mujer. Por supuesto, no tengo ningún libro de esta mujer, de quien apenas hay ediciones. Este poema no me gusta mucho, pero tampoco me encantan los poemas de Verlaine quien aparece bajo el pseudónimo de «Pobre Lelian».

En los poetas malditos no estaban (como yo creía erróneamente recordar) ni Baudelaire, ni Lautreamont.

Algo avergonzado de mi desmemoria… (¿será parte del sesgo que más temo?)

Esto no es una broma