a abrazos anteriores
abrimos ambos aleros altos
allí asimos ambiguas astronomías
antiquísimas
aquella alegría alteró
angustiadas almas anodinas
aquel amor apareció ayer
aún ahora ansía abrasarnos
Diario
a abrazos anteriores
abrimos ambos aleros altos
allí asimos ambiguas astronomías
antiquísimas
aquella alegría alteró
angustiadas almas anodinas
aquel amor apareció ayer
aún ahora ansía abrasarnos
*Amapolas en el Cráter*: Episodio 037
Programa *Amapolas en el Cráter*.
*20 minutos de voces habitando el espacio sonoro con poesía*. Poema de poemas propios o ajenos, fragmentados o completos. Textos recitados por poetas de los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la *Asociación Cultural Clave 53*. Te esperamos con nuevos episodios de Amapolas en el Cráter en nuestra web (*clave53.org*)
En este episodio han participado:
Libro de códigos QR y poemas escritos y enviados desde una dirección URL generada para la ocasión por 33 diferentes poetas.
En las ocasiones donde el o la poeta no hicieron llegar sus textos, se ha optado por dejar la referencia a la página web en cuestión por si alguien quiere tomar el relevo y enviar algún poema en su nombre de cara al futuro.
Como todo proyecto de arte postal, es una botella lanzada al océano que, en más ocasiones de las esperadas, regresa con provisiones para aguantar la vida.
Giusseppe Domínguez les propuso a 33 personas participar en este libro enviándoles por correo postal un código QR impreso sobre hojas de una edición de Las Flores del Mal, de Baudelaire, que redireccionaba a una página que contenía un formulario personalizado así como un código QR con el nombre de la persona invitada a formar parte del proyecto.
El libro contiene los QR personalizados para cada poeta, así como los poemas de aquellas personas que cumplimentaron sus formularios poéticos con un poema.
Brota como tus labios
inaudita con la culpa,
tus labios sin hora
voluntariosos y oscuros
más allá rasgan al sol tus manos absurdas.
La hora gravita bajo la voluntad
y brota un raudo canal azul
para adoptar un lujoso mutis
y huir al infinito.
Contigo.
Sin mí,
más contigo
contiguo
tú y yo
y un labio con cartón.
(Lipograma basado en un verso de Rainer María Rilke del poema Fin de otoño en Venecia)
me preocupa mucho la ortografia,
sí, sí, has leído bien: la ortografia.
La otra noche escribí en una libreta que tengo junto a la cama el siguiente haiku porque sabía que olvidaría lo cuidado de su composición, querría recordar cada una de las palabras, porque todas cuentan, y no podría.
En esta noche
ladra (el) silencio roto
a contragolpes.
En esta noche no es un lugar, como viene siendo habitual exigencia de los haikus más canónicos, un lugar que haga referencia a la estación en la que estamos… y podría haber usado algo como «bajo la nieve», que con sus 5 sílabas bien medidas también sería un bonito contraste ante ese ladrido inesperado en la noche.
O quizá usar un «en nuestra cama», pero ese silencio roto parecería tener que ver con nuestra relación, así que no acertaría el sentido, de una cama que en realidad (esa noche) hacía referencia a una de las pasadas en Daimiel temiendo un desenlace fatal de la madre de Carmen.
«ladra» bien podría haberse sustituido por un «grita» o «gime», pero esa explícita referencia al grito y el silencio sería vaciada de la referencia bestial, esos perros que me horrorizaban en mi infancia mientras pasaba por delante de casas caninamente defendidas.
Ese ladrido que remite a versos del poema Todesfuge de Paul Celan, ladridos que rompían el silencio, ladridos de quien es ladrador y poco mordedor, ladridos de maltratador y ahí esa nueva referencia a los contragolpes, a esos golpes que se vuelven a dar a la contra, a la contra del silencio.
El silencio roto es un clásico, un lugar común, casi, que podría haber sido un silencio rojo o silencio sordo… que son otros lugares comunes que no aportaban la dureza de la rotura.
Pero el artículo «el» que he decidido meter entre paréntesis, es lo que más he dudado en mantener tal cual está, pues no aporta nada (tampoco silábicamente) sobre un, quizá más contundente y sintético, «ladra silencio roto», pero al mismo tiempo separa el verbo «ladrar» del objeto ladrado: «silencio roto».
Sigo dudando mantener «En esta noche» pues podría haberse escrito como «Aquesta noche», para reducir el número de palabras, pero usando una que no me convence por su artificiosa presencia trasnochada (hablando de noches).
Finalmente, seguro que hay otras formas de escribir lo mismo, pero quería dejar constancia de la reflexión que puede asociarse a una estructura prosódica tan breve como el haiku y eso sin profundizar en otras cuestiones como la inexistencia del «kigo«, un «kireji» poco definido, unas imágenes demasiado metafóricas y poco concretas, aunque he de reconocer que no suelo exigirle todo esto a ninguno de los haikus que he compuesto alguna vez.
Nunca he programado en ensamblador
y eso que se decía
en una época que ya ni recuerdo
que había que entender ensamblador
para comprender cómo una máquina
comprendía a los humanos.
Ni siquiera sé
y eso que podría buscarlo en internet
si se trata de un lenguaje compilado
o interpretado.
Cuando acabe este poema
leeré sobre ello e incluso
realizaré algún programa
que salude al mundo
desde mi máquina
con la que tanto me entiendo
con la que tanto me enciendo.
Pero hace unas semanas
soñé que tenía que preparar para Carmen
una coreografía de Tango
en ensamblador.
En el suelo
no sé cómo iba a hacerla.
En el sueño
no sé cómo iba a programarla.
Soñé que no la iba a tener a tiempo
e iba a decepcionar a Carmen
que estaba esperando
ese código ensamblador
no recuerdo para qué.
Nunca he programado en ensamblador
y eso puedo resolverlo
hoy mismo.
La decepción
sin embargo…
Palabra pesada
Palabra pensada
Palabra prensada
Palabra
Como no sabía cómo era un mirlo, en mi exceso de urbanidad, me encontré en la necesidad de recurrir a esta imagen encontrada en la wikipedia, compartida con filosofía «Creative Commons», por parte de una fotógrafa danesa.
En el libro que realicé a raíz de un periodo de confinamiento en el que recibimos (yo y otras 50 personas) un diario por entregas que nos dedicaba con dedicación Javier Jiménez y que titulé «Meditaciones de un mirlo», usé esa imagen para la cubierta o portada del mismo, así que me apresuré a buscar la manera de citar la autoría de la fotografía o darle el reconocimiento que merecía.
Cuando hube terminado el libro, le escribí un email con el uso que se había dado a su trabajo así como entregándole un par de fotografías del mío y un PDF con el libro completo, donde aparecía citada su colaboración involuntaria.
Hello Malene,
(Sorry for my English, in advance)
I’m a writter (poet), who teaches creative writting in the Cultural Asociation «Clave 53» since 2002.
Also I have started a career as editor and I chosed your picture to be the cover page of a diary that one of my students was writting during the lockdown.
I’d like to give you the cover-page as a small feedback and, as well, some pictures where you can see (free to use) your picture «at work».
Thanks a lot again for the image and I hope I have atributed your contribution as it has to be done. (You can find it at the 6th page of the book, which I also atach with this email)
Regards,
Giusseppe
No es importante su respuesta, pero me habría gustado no tener esa sensación de lágrima en la lluvia…
Programa Amapolas en el Cráter.
20 minutos de voces habitando el espacio sonoro con poesía. Poema de poemas propios o ajenos, fragmentados o completos. Textos recitados por poetas de los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la *Asociación Cultural Clave 53*. Te esperamos con nuevos episodios de Amapolas en el Cráter en nuestra web (clave53.org)
En este episodio han participado: