poesía
Esas P
Esas P camufladas
como si fuesen R
en un juego siniestro de impostación
quieren abandonar el mundo de los vivos
y perderse en la niebla de la miseria
quieren ser lobos
con piel de cordero
corderos
con piel de lobos bobos
y saben que las descubrirán
así que dejan tres a la vista
para que quien quiera que las busque
se dé por satisfecho
abandone el rebaño a su suerte
deje de lado la mirada más allá de la apariencia
y olvide que toda R
es una P con un palito
o incluso que toda P
es una R sin palito
y no veo en ello connotación sexual alguna
con la que abrir un debate carente de interés
una P es una I
es una M
es una A
por mucho que sorprenda
en la escala del átomo y molécula.
No juego a un juego
que es un juego dentro del gran juego
y juego sin parar al juego
que es el juego dentro del gran juego
o el juego del juego del juego del juego.
Ejemplar de prueba de Amapolas desde el balcón
Hoy he recibido el ejemplar de prueba del libro colectivo de este curso (atípico) que también ha resultado ser atípico como libro, pues es el primero que edito con solapas y he aprovechado para escribir un texto amable y merecido para las personas que lo han hecho posible.
© Susana Olalla Serra, Dunia Ben-Aissi, Ester Morales García, Lucía Herrero Villazán, Inmaculada Sánchez Costa, Pablo Velado Pulido, Vanessa López, Irene Chacón, Paula García Izu, Armando Silles McLaney, Yolanda Jiménez, María José Gómez Sánchez-Romate, JMariano Velázquez, Isabel Jiménez Moreno, Javier Jiménez, Andrea Vidal Escabí, Francisco Domínguez Agudelo, Pepa Delgado, Sal Ander, María Jesús Orella, Anita Ges, Alejandro Gallego, Kay Woo, Ernesto Pentón Cuza y Leticia Rejas Rujas, 2020
Amapolas desde el balcón es el título elegido este año para la edición de este libro colectivo que escriben con absoluta libertad las personas asistentes a los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación Cultural Clave 53. Es un título que hace referencia a unas amapolas que han surgido en las circunstancias más adversas posibles, en esos tiempos que dicen erróneamente no ser buenos para la lírica, amapolas que resisten los vapores sulfurosos de un cráter, que se erigen en emblema de esperanza que arrojar desde el balcón con la más cálida de las intenciones: Poner poesía en periodo prosaico y estadístico.
Gracias a las 25 personas que lo han hecho posible y han contribuido con su poesía a hacer del mundo un lugar mejor.
En la solapa de la contraportada he enumerado los libros que llevamos hechos en Clave 53 desde hace ya más de 13 años… y han sido bastantes, a uno por año, salvo una excepción. Una maravilla estar rodeado de gente tan interesante que confía en mí para guiar el proceso de exploración que culmina en un libro de poesía con el que regar el mundo.
- Verso Blanco, 2019
- Refugio, 2019
- Versos que se abrazan, 2018
- Paso poema, 2017
- Red de versos, 2016
- 21 poetas sin ánimo de título, 2015
- Haré confeti de mis versos, 2014
- Verso cero, 2013
- Voz en Clave (audiolibro), 2012
- Tragaluz 17, 2011
- Poesía rosa roja verde para lectores naranjas, 2009
- Versos errantes, 2007
Mi web es una y es trina
A modo de taburete, la web en la que he estado trabajando desde primeros de marzo hasta ahora es una y es trina, sí, se trata de 3 patas que sustentan una especie de triunvirato que espero que no acabe tan mal como el famoso juliano.
La web Base
El esqueleto o lo que la aglutina es lo que llamo la base que está hecha casi «from scratch» en lo que se refiere al estilo, al aspecto, al comportamiento en diferentes dispositivos…
El diario en WordPress.org
Sobre ella (o bajo ella, no sé) hay instalada una base de datos que gestiona, desde el 2011, mi diario, en el que escribo, como su nombre indica, casi diariamente, excepto en temporadas estivales o fiestas de guardar (el 1 de mayo o el 6 de diciembre).
De hecho, elegir el estilo del wordpress que la muestra me llevó gran parte del mes de marzo, hasta que di con una combinación de dos «themes» que me gustaban y de los que personalicé el definitivo, que pasó también a influir para unificar el estilo que usaría en las otras 2 patas de esta web trifásica.
La galería en Piwigo
Pero lo más sofisticado fue cuando decidí que no quería utilizar ninguna de las herramientas más habituales de gestión de álbumes de fotos o imágenes para almacenar el material visual que tenía (que había tenido previamente en picassa, luego en google-photos, o para el que había desarrollado o implementado «sliders» de javascript más o menos engorrosos).
Así que «inventé la rueda» instalando en mi hosting una aplicación llamada Piwigo (open source para más datos) que maneja y almacena las imágenes: la galería.
Subirlas a ese espacio requerían, para no ser demasiado pesadas en término de tamaño de archivo, su procesamiento, reducción de resolución, renombrado para evitar caracteres especiales, minúsculas para homogeneizar, etc… que hice gracias a la programación, pues hablamos de más de 3000 imágenes.
Unificar estas tres componentes y que parezcan una sola web y no múltiples ha sido complejo, pero lo más difícil todavía fue revisar reordenar y modificar todo el trabajo que tenía más o menos mal documentado desde el 2008 (fecha de la última actualización importante de la web) hasta hoy.
12 años de trabajo que han sido fructíferos en términos de obra, de producción casi industrial, de proyectos complejos y largos… muchos de los cuales no habían visto la luz hasta hoy.
Ahora siento un alivio considerable y una extraña sensación de vacío, sigo teniendo material en curso, en lo que estoy trabajando que aún no está en esta web, pero ya sé dónde ponerlo cuando acabe.
En resumen:
- Marzo: Pruebas de personalización de temas de blog (con instalaciones en desarrollo sobre una raspberry, para no «romper» nada importante), así como elección de tipo de letra, colores…
- Abril: Ordenación de material visual, de documentación de acciones, revisión de trabajos pendientes de un final…
- Mayo: Creación de la base de datos Piwigo para almacenamiento de las imágenes. Elección y personalización del tema elegido. Por momentos, parece algo superfluo que se podría haber hecho agrupando esto con el Diario en WordPress.org, pero me resulta más fácil compartimentar.
- Junio: Creación de la web base. Generación de una plantilla dinámica, pero que no haga uso de javascript salvo en lo imprescindible sino que sea responsive y con animaciones pero exclusivamente basándome en estándares CSS3 y HTML5 (me encantan las etiquetas «semánticas»).
Han sido meses de confinamiento y agradezco (a mí mismo, supongo) haber tenido el tiempo para poder afrontar algo como esto que muchas de las veces, mientras lo estaba haciendo dudaba que tuviese el más mínimo sentido en esta época de red social y publicación en plantilla.
Espero que me dure el trabajo principal, si no una docena de años como la anterior web, por lo menos más de 5 años.
Flecos
Quedan flecos
que son flechas
como flemones
flatulentos.
Quedan flecos
flebíticos
que inflaman fequillos
fletaneros.
Quedan flecos
que son flexiones
irreflexivas con alma de fletán
flexible.
Quedan flecos
en el flexómetro de mi inquietud
flemática con arcos de metal
flexuoso.
Quedan flecos
en ángulos flechados
sobre la fleja del rinoceronte
fletador.
Quedan flecos
por mi alergia al fleo
y su pijama fexibilizador
sobre el flete.
Quedan flecos
que se mueren en un fletante
y cadencioso flexo
sordo y flemudo.
Quedan flecos
sin flejar
en aquel horizonte fletamento
que vimos flexionar.
Quedan flecos
pero pocos y flectados
en la flechería
de nuestro flegmático fleto sin flegma ni flor inapropiada.
Hoy vuelvo a la normalidad
Nunca he estado en la normalidad
así que no sé a dónde volver.
Vuelvo a trabajar en el estudio
por las mañanas
en un trabajo que no suele estar remunerado
lo que no suele ser muy normal.
Vuelvo a deleitarme con estar entre
cuatro paredes
después de deleitarme con estar
entre cuatro paredes
durante más de 3 meses
lo que no suele ser muy normal.
Vuelvo a escribir en un blog
que no pretendo que tenga un número
enorme o rentable
de seguidores o subscriptores
de seguidoras o subscriptoras
lo que no suele ser muy normal.
Vuelvo a teclear en un teclado
negro
que se parece mucho al teclado
negro
en el que he estado tecleando los últimos
100 días
sin afán por sustituirlo por otro
ni adquirir un más moderno dispositivo
o más bonito
o más algo…
lo que no suele ser muy normal.
Vuelvo a perder el tiempo
que se llama vida
haciendo cosas que me gustan
aunque no me lleven a ningún sitio
ni siquiera yendo en línea recta
(si siquiera sabiendo que las rectas no existen)
lo que no suele ser muy normal.
Vuelvo a pensar en actualizar
el linux mint que tengo aunque sea una versión
que no fuese necesario
pensar en actualizar
hasta 2021
lo que no suele ser muy normal.
Vuelvo a algo que llaman normalidad
cuando ya la mayoría de las personas
que conozco
han vuelvo a algo que llaman normalidad
nueva normalidad
como si alguna vez la normalidad
pudiese ser nueva
lo que no suele ser muy normal.
Vuelvo a pensar que normalidad
no es normal
ni mortal
ni moral
ni mal
ni normativo
ni putativo
ni taxativo
ni …
lo que no suele ser muy normal.
¿Tengo arreglo?
Cartón
En el cartón
corretea el bolígrafo
con mil proyectos.
Entraña-Extraña
Un pequeño trabajo de la serie Fuzzy Logic inspirado en un ejercicio que propuse en el Taller de Poesía y Escritura Creativa en torno a estas dos palabras tan polisémicas.
Lágrimas
En la niebla
contra el silencio rompen
doscientas lágrimas.
Pruebas de edición
Este curso, estoy con total normalidad, ni nueva normalidad ni nada, maquetando el libro colectivo que suelo preparar casi a modo de regalo para las personas apuntadas a los Talleres de Poesía de Clave 53 y he apostado por un formato en el que el nombre de cada poeta figure incluido en la primera página de las 4 que tiene dedicadas, para desperdiciar el menor número de páginas posible, pues suelo dedicar una página a modo de comienzo de sección para el nombre del poeta o la poeta y su consiguiente página vacía par, lo que supone 2 páginas por cada poeta. Este año son 25 las autorías, así que sumábamos 50 páginas al libro, lo que además de encarecerlo, lo haría un poco más grueso de lo razonable.
Es un formato que ya había probado y quedaba muy elegante en el Libro Refugio que realizamos el curso pasado. Sin embargo, he querido apostar por una tipografía que no he usado hasta ahora en ningún libro y que me gusta bastante que es la Josephine Sans Serif, acompañada en citas y notas a pie de página por su familia hermana, Josephine Slab Serif, que mantiene el mismo criterio de diseño (gracias a Santiago Orozco) más o menos geométrico, pero también jugueteando con las formas de las letras, alejándome de mi habitual y bienamada Futura.
Lo que aún no he determinado es la imprenta con la que trabajaré, pero es posible que me vuelva a decantar por la que estoy ofreciendo últimamente, por su gran oferta de papeles de cubierta disponibles, Lozano Impresores, S.L. incluso aunque sea un poquito más cara. Ya veremos.
Eso sí, siempre usando, como se puede ver en las capturas de pantalla, Software Libre. En esta ocasión, Scribus 1.4.6 sobre Linux Mint 18.3 para la tripa e Inkscape 0.91 r13725 para la cubierta en vectorial.