Falta de respeto

Iba en el autobús.

Dos filas más atrás
un hombre veía algún vídeo en su smartphone
sin tener en cuenta el ruido que hacía
obligando a escuchar su entretenimiento
a quienes íbamos en silencio
en el autobús.

Pensé
¡Qué falta de respeto!
¡Qué atropello a la razón!
¡Qué escasez de cultura cívica!
¡Qué mala educación!

Me detuve a mirar alrededor
después de que ese tipejo
hubiese encendido su dispositivo
y vi al resto de los que íbamos en silencio
en el autobús.

Pensé
¡Qué cantidad de buena gente!
¡Qué pocos problemas de convivencia!
¡Qué respeto a la compartición del espacio!
¡Qué buena educación!

No eran incompatibles
ambos pensamientos
simultáneos.

Está claro, está claro

A mí me viene bien
que sepan bailar bien
porque claro, está claro…
yo ya he hecho muchos cursos y no quiero más clases
porque si bailas con alguien que no baila bien
pues claro
no lo disfrutas
y yo voy a disfrutarlo
porque no bailo con cualquiera
porque hay sitios donde te estafan
y te hacen bailar con gente que no baila bien
y conozco a casi todo el mundo y ya no quiero perder el tiempo
así que no sé si lo que tú llevas es eso
pero de todos modos
no quiero perder el tiempo
porque no tiene sentido, ¿sabes?
quiero que quien baile conmigo tenga más nivel que yo
claro
claro
porque si no no aprendo más
y las mujeres tenemos eso, que así aprendemos más
y los hombres tienen que saber llevarnos
y claro
es que si no, pues no disfrutas
y ya me han estafado en muchos sitios
que te cobran y luego bailas con gente que no tiene nivel
y que no va a clases
y claro
yo no quiero eso
yo
yo
yo….

bueno, ya veré si voy
ya veré
yo.

Verde

Verde muerto
apagado en la memoria
de un arco iris ciego
contra la miseria del paso del tiempo.

Verde agotado
de oprobio malestar
en la boca de una bilis sorda
que ruge el grito de la desesperanza.

Huecos en la Memoria

[youtube_sc URL=https://youtu.be/N0LVokoPNrY]

PROYECTO: 0016 – Huecos en la Memoria

Título: Huecos en la Memoria

Idea de Giusseppe Domínguez sobre una frase de Geneviève Gaitan

Audio sobre ruido blanco por
Tanja Ulbrich

Cabecera y Títulos de Crédito
Alejandro Gallego

Imágenes de Portada y Cierre
Tanja Ulbrich

Laboratorio de Poesía Experimental
Asociación Cultural Clave 53

Poesía

De la web: Palabra del día

Como todas las artes, la poesía es tan difícil de definir como los sentimientos que evoca, por lo que las siete acepciones que propone el diccionario de la Academia parecen insuficientes para dar una noción clara. «Poesía eres tú», escribía Gustavo Adolfo Bécquer, en una tentativa más subjetiva de explicarla y, por tanto, más poética.

Contribuyen a esta confusión las mutaciones que ha sufrido a lo largo de la historia el propio concepto de creación poética, como podemos observar desde los tiempos de la palabra griega poiesis, derivada de un término tan genérico como poiein ‘hacer’.

En efecto, para Aristóteles, toda creación intelectual era poiesis, por oposición a praksis, que era la acción. Para Heródoto, era el arte de componer obras poéticas, y Platón decía que las dos artes poéticas eran la tragedia y la comedia.

En la civilización griega, la poiesis se expresaba en poiema ‘poemas’, que podían ser epos ‘épicos’ o melos ‘líricos’. De estas palabras griegas se derivaron otras latinas, tales como poesis ‘poesía’, poeta ‘poeta’, poetria ‘poetisa’, poética o poeticés ‘obra poética’.

En francés, poète se registraba ya en 1155. En español, el primer gran poema épico es el Cantar de Mio Cid, pero la palabra poesía no aparece documentada hasta el siglo XIII, cuando fue usada en el libro anónimo Los siete sabios de Roma:

Y en aquel tiempo estava en Roma maestre Virgilio que a todos los maestros en el arte de dezir en poesía e nigromancia e otras sciencias sobrepujava.

El egoísmo del enfermo o la enfermedad del egoísta

No paro de hablar de mí
No paro de hablar de mi enfermedad
de mis males
de mis penas
de mis achaques.
No paro de hablar de mi egoísta forma de sentir el día a día
en la que soy el único importante
soy lo único importante
soy yo mi mí me
y conmigo.

No obstante estoy enfermo de hablar de mí
cansado de comenzar toda oración con un yo
harto de ser mi centro de atención y descentrarme
hablando con cualquier persona ajena a mí
pues, por supuesto si he de hablar, mejor lo hago conmigo
mismo
mismo
mismo.

¡Qué hastío!
spleen, casi diría.
Y así sigo.

Un enorme vacío

Un enorme vacío mueve la Vía Láctea
a dos millones de kilómetros por hora

El País

Dentro de la galaxia me arrastro a pies juntillas
empujado por fuerzas inasibles
interacciones débiles en el éter inmóvil.

Alcanzo a vacilar en la siguiente palabra
mientras miento al teclado de un bólido sideral
rayando el misticismo de un espíritu álgido.

¿Dónde está el planeta?
¿De qué planeta hablas?
De aquel que desalojo a cada bronquiolito
de este que emerge en mitad de mi duda con un ramo de olivo
en el pico himalayo.

¿Dónde está mi hemisferio?
Craneal, sobre tus hombros.
Craneal y altosináptico bajo rayos de axones
lágrimas – gotas de agua en la lluvia –
viajando en la penumbra de tu boca a la mía
rozando una mejilla
bajo la ducha

bajo la lucha.

Esto no es una broma