Sumido

Soy un ente sumido en la niebla de una calle anclada en un pasado sordo.
Nuestros ojos encuentran una rama en la boca y tus manos alimentan el pecado del ser.
No somos.
Habitamos olvidos al fondo de la lluvia como un rinoceronte que oculta su verdad.
La dicha es la desdicha.
Soy un nosotros pleno de letras ácidas a la puerta del cielo en el que envilecer rotondas.
No hay manera de librarse de un personal adverbio que adjetive un pronombre con verbos infinitos.

Soy un ente sumido en la tiniebla de una calle anclada en un futuro mudo.
Nuestras manos encuentran ramas en boca y sus ojos alienan los pescados de la sed.
Fuimos.
Habituamos a olvidar los fondos de las plumas como un hipopótamo que muestra vanidad.
La desdicha es la dicha.
Eres un vosotras plena de letras ocres a la puerta de infiernos donde enaltecer pecados.
Intentos vanos de hacerse con nuevas preposiciones que articulen demostrativas conjunciones exclamadas.

Soy un ente…

Unas cuantas definiciones poéticas del taller de escritura

Un ejercicio habitual en los talleres de poesía y escritura creativa de la Asociación Cultural Clave 53 es reinventar las palabras mediante la redefinición y utilización ulterior en un poema con su nueva acepción. Vengo proponiéndolo desde hace casi dos décadas y voy, poco a poco, creando un largo diccionario que algún día verá la luz.

Bailarina: La diosa del espacio-tiempo que vive en mi casa.
Babosa: Besos femeninos llenos de pringue.
Banquete: Banco muy majo, majete, por lo general cubierto de cascabeles.
Bellota: Mini calimeros.
Bota: La zapatilla grande en la que mi abuelo bebía vino.
Bogavante: Dícese de un ser inanimado que dispone de miembros móviles e inmóviles.
Botánica: Dícese del arte de botar cámaras Nikon.
Botarate: Dícese del algoritmo matemático sumado por una ecuación de segundo grado derivado al infinito.
Bienaventurado: Dulce, muy dulce, típico de Canarias.
Borrico: Dícese de un juego que practican a menudo los pequeños instantes.
Boomerang: Especie de liga usada en Carnaval.
Buenismo: Casi bueno, del verbo buenir. Convertir las uves en bes sin la más mínima distinción ni compasión.

Con tres de ellas compuse esta breve poesía:

Me alimento de bienaventurados
mientras duermo
soñando botarates
al recordar que aquella fotografía
sufrió una botánica
sin la más mínima conmiseración.

Los muertos

los muertos del silencio
los muertos de la salinidad
los muertos del solsticio de primavera
los muertos de la sinceridad
los muertos del sinsabor
los muertos de la sabana
los muertos del suplicamento
los muertos de la sotana
los muertos del séquito de dios
los muertos de la sábana santa
los muertos del significado
los muertos de la significación
los muertos del soportal ciego
los muertos de la súbita marea negra
los muertos del sabor
los muertos de la suntuosidad
los muertos del sol
los muertos de la soluna

Palimpsesto: Metáforas viscerales

No soy poeta de metáforas viscerales
pero noto una opresión
a unos tres centímetros a la izquierda
del esternón
aproximadamente entre el frente
y la espalda.

Una opresión que podríamos calificar de muscular
incluso sin saber lo que hay dentro de esta cavidad
denominada tórax
cuyo nombre deriva del latín
a su vez de un vocablo griego más arcaico
que significa coraza.

Siento que la expasión de la región intracostillar
está inhibida en cada inhalación
cuando ella está en casa.

Apatía de la musculatura intercostal
asternales decaídas en depresión hacia flotantes
y un diafragma inervado por frénicos de duelo
sofoco
con sensación de opresión en la región torácica o abdominal.

Podría decir (sencillamente)
que me duele el corazón de verla así
que se me encoje el alma
ánima de cañón con pólvora de silencios
que la angustia me hiere
que me puede su mal.

Pero el silencio impuesto en aras de la calma
está cerrando el paso a la voz de dolor
al grito sano
y se me pudre dentro
la contención prudente de un millar de miserias
y sus manos buscando el pomo de una puerta.

Esto no es una broma