Bajo la manta
el ruido restablece
las libertades.
poesía
Bazofia
Recibo más de 300 emails diarios
que puedo descartar afortunadamente
sabiendo que poca gente me escribe en inglés
o me ofrece servicios sexuales.
Pero entre tanta bazofia
de cuando en cuando
tengo correos electrónicos de personas que conozco
y que son tridimensionales
pero algunos de sus mensajes
tampoco me interesan.
Así que borro todo y sigo adelante
queriendo suponer que lo que hago tiene algún sentido
y que alguna vez uno de esos mensajes que me llegan
será digno de mi atención.
Mientras tanto
el tiempo pasa sabiendo que estoy perdiéndolo
discriminando entre bazofia sin parangón
semibazofia
y un mensaje a la semana de una persona que me importa.
¿Merece la pena seguir teniendo correo electrónico?
La Consulta: CASO 30
Una caja de cartón grisácea
alberga
tantas respuestas
que no sé ordenar.
El procesamiento de las respuestas
me puede ayudar
a comprenderme.
Comprenderme creo que será útil
para tomar mejores decisiones.
Pero de un tiempo a esta parte
tengo la sensación
extraña
de que lo que considero mejores decisiones
es aquello que está manteniéndome
dependiente de ordenar
demasiadas respuestas almacenadas
en una caja de cartón grisácea
mientras espero una caja de cartón grisácea
hecha, ex-profeso, para mí.
De Poder y de Cuerpo
el poder del cuerpo
el poder del poder
el cuerpo del poder
el cuerpo del cuerpo
el poder de cuerpo
el poder de poder
el cuerpo de poder
el cuerpo de cuerpo
el poder el cuerpo
el poder el poder
el cuerpo el poder
el cuerpo el cuerpo
el cuerpo
el cuerpo
el cuerpo
el cuerpo
el
el
el
el
.
.
.
.
Belleza premeditada
Deslizaba pantallas en su dispositivo electrónico con habilidad geísica usando sus manos de araña acorazada.
Todo en ella era sucedáneo exagerado, bien calculado para resultar elegante e informal, de juvenil sofisticación:
Uñas de una pulgada de rosa palo.
Extensiones rubias para su melena castaña lisa.
Pestañas postizas acompañadas de perfiles oscuros delimitando nefertítica las lineas de sus ojos.
Maquillaje presuntamente imperceptible.
Nariz de sospechosa rectitud.
Labios de una tridimensionalidad estipulada.
Piel de blanco satén, como noches sin fin.
Me dio por imaginar que estaba cerca de una nexus 6.
Sus pupilas marrones sin lentillas me miraron una única vez
antes de irse.
Desesperanza
Llegó al poder de la Comunidad de Madrid con un dudoso proceso postelectoral que ha recibido un nombre «impropio» de Tamayazo, cuando debería haberse llamado «Aguirrazo».
Huye de un control policial arrasando con los municipales.
Adjudica a diestro y siniestro, muy siniestro, obras públicas de gran envergadura.
Participa activamente en el espionaje interno y, presumiblemente, externo de miembros de su partido.
Tiene unas relaciones más que turbias con tesoreros imputados por corrupción institucional.
Por no hablar de otros procesos de tráfico de influencias, tramas mafiosas varias y un sinfín de tejemanejes que no creo que lleguemos a conocer jamás.
Sin embargo:
En mayo de 2015 encabeza la lista más votada en las elecciones municipales de Madrid.
Se postula (imporsonalmente) como una de las líderes del primer partido político de España en número de votos y representación parlamentaria. Partido que, no obstante, sigue siendo ambas cosas.
Continúa ejerciendo un cargo político de envergadura y representando a un enorme sector de la población.
Ahora hemos perdido a Esperanza.
Pero yo hace tiempo que perdí la esperanza.
Quizá alguna vez la recupere. Quizá.
Ahora tocan las Tesis de Abril.
Los Idus de Marzo están a la vuelta de la esquina.
¿Poeta?
Me ha llegado un email que dice
estos cinco minutos cambiarán mi vida
aunque prudentemente no dicen si a mejor o a peor
procedente de una cuenta de correo
que se denomina Jobs at Home (trabajos en casa)
y no se me ha ocurrido pensar en cocinar
ni en planchar o en lavar los platos
ni tan siquiera en arreglar la instalación eléctrica
sino
siempre
siempre
en casa
pienso en ser
Poeta.
Y ya no pienso más.