De rodillas

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Sobre la izquierda
mi rodilla derecha
pasa la noche.

Haiku terrible y cruel
que se reitera
sobre una articulación
algo cansada.

Sobre la diestra
mi rodilla, la izquierda
pasa la noche.

Los cóndilos del fémur
que se erosionan
con el paso del tiempo.

Y las cavidades glenoideas
de mis tibias tibias
bajo edredones de asfalto
rugen sobre unos cartílagos
sordos y ciegos.

Sobre la izquierda
mi rodilla derecha
pasa otra noche.

El tendón rotuliano
contra viento y marea
sigue viviendo
anclado en el pasado
de mis recuerdos.

Sobre la diestra
mi otra rodilla, izquierda
pasa una noche.

El menisco y su hermano
el otro menisco
unidos entre sí por ligamento yugal
van desgastándose.

No hay signos de su lucha
ocultos en la cápsula fibrosa
bañándose en sinovial fluido
impúdicos fibrocartílagos.

Sobre la izquierda
mi rodilla derecha
pasa otra noche.

Unas bolsas serosas
en plena sequía
alejan la miseria
de la que la bolsa anserina
es destacada.

Anso sin ganso
muevo mis ligamentos
cruzados y meniscofemorales
cada mañana.

Sobre derecha
una rodilla izquierda
pasa las noches.

Y las noches
también pasan
sobre otros muchos huesos
que forman mi esqueleto
que anidan en mi cuerpo
que habitan mis derrotas
contra el tiempo.

Máquina virtual

Máquina virtual para una vida virtual
que no virtuosa
en la que amar virtualmente todo
y escribir virtualmente
y comer virtualmente
y añorar a mis amigas virtualmente
y escapar de una rutina poco virtual virtualmente
y olvidar que nada es virtual salvo lo virtual
mientras una manada de búfalos virtuales
me pasa virtualmente por encima
dejándome aplanado virtualmente
con la virtualidad de una virtualidad
que a pesar de la doble negación sigue siendo virtual
incluso re-virtual
contravirtual
o viral
que está incluido en virtual
instalada en la desmemoria virtual
de una vida virtualmente vacua
que virtualmente me pertenece.

Hasta las orejas de la nariz

Hasta las orejas de la nariz
de una nariz sangrante
pasando por pómulos decaídos
gotean mis niñas una catarata de silencio.

Hasta las orejas de las ojeras
mis labios de porcelana
con escritura de Harappa
en la punta de la lengua.

Hasta las orejas oceánicas
con pulpos por las paredes
derrochando un bienestar infinito
bajo los besos de sus milonga.

Hasta las orejas caústicas
un manojo de ladridos aúricos pueblan Puebla
y llegan desesperados
al fondo de mis oídos.

Somos diferentes

No soy tú
ni por supuesto
tú eres yo
ni tampoco soy él
ni ella
ni mucho menos somos vosotros
ni vosotras
así que quizá ellos
o ellas
sean ellos
o ellas
pero seguro
que no son nosotros
ni nosotras
ni tan siquiera vosotros
ni vosotras
porque somos diferentes

somos diferentes
y distintos
y distintas
y distinto
y distinta
y diferente
indiferente
pero soy
eres
es
somos
sois
son
al son de las conjugaciones
que son son son
las mismas
indistintas
ignorando
nuestra obsesiva individualidad
como si fuésemos iguales.

La noche

La noche era fría
La noche ha sido fría
La noche había sido fría
La noche fue fría
La noche hubo sido fría
Que
La noche haya sido fría
La noche fuera o fuese fría
La noche hubiera o hubiese sido fría
No implica que
La noche será fría
La noche fuere fría
La noche hubiere sido fría
La noche habrá sido fría
Ni siquiera que
La noche habría sido fría
La noche sería fría
Porque
La noche habiendo sido fría
La noche
es fría.

Preocupaciones cuando no hay gobierno

preocupaciones

Es evidente que estamos muy preocupados porque este país no tenga gobierno más que en funciones
o en defunciones.

Evidente que nos preocupa la crisis
de edad.

Evidente que nos preocupa la privacidad de la que Apple es abanderada.

Es evidente
de vid del vino en ofertas.

Evidente que he engordado y estoy tan preocupado que lo busco en el que hogaño
era un gran periódico
de los representantes de ese cuarto poder.

Evidente el caso y el morbo y la noticia política lleva un tono
de telecinco y hola.

Evidente.
Y así seguimos.

Esto no es una broma