Antiguos chistes

entre los textos que guardo en el cajón
de los recuerdos
está una enorme cantidad de chistes
en formato electrónico
que me envió un amigo hace tiempo.

lo interesante es la cantidad de tiempo:

fue en el año 1994
los recibí por correo electrónico
mi dirección era entonces
JMDOMIN AT IBMCCI11
no había ni punto com ni punto nada y punto.

tenía un programa de recepción de correo electrónico
de pantalla de texto verde sobre negro
y las cabeceras se distinguían del contenido con unas líneas horizontales
fabricadas con signos igual consecutivos.

se enviaba a imprimir a una impresora que estaba en otra planta
del edificio
y si se quería obtener un bonito formato
debía hacerse con un lenguaje denominado :script:
que entendían aquellos viejos IBM-3090.

tenían sesenta y cuatro megas de almacenamiento central
y una codificación pura de caracteres ASCII
así que nos olvidábamos de acentos y signos de puntuación
por no hablar de nuestra patria eñe.

los chistes son tan antiguos que han perdido hasta cierta gracia
pues la sensibilidad también se ha transformado
pero no tanto como la tecnología
y esta observación no deja de parecerme llamativa.

he recordado al amigo que me los envió
y algunos otros amigos que compartían conmigo cierta tendencia
al aislamiento mediante la tecnología
y al mismo tiempo
a compartir experiencias mediante la tecnología
y a socializar
hasta llegar a crear grupos de noticias
en un protocolo que se acabo por extinguir
porque era demasiado jerárquico, estructurado, organizado
para la avalancha que estaba por llegar a ese mundo
de información descabalada.

se terminó el sueño de que aquellas herramientas
podrían dirigir la humanidad hacia otros derroteros
más libres
más solidarios
más sociales
más informados
y fuimos
poco a poco
capitulando ante la deriva comercial
hipervigilada
de una red degenerada
y tonta
accesible, eso sí,
desde un millar de millares de dispositivos
llamados inteligentes.

antiguamente
la inteligencia era reservada para calificar
a los humanos.

Desdibujando

Poco importa donde esté
si el desarraigo ha arraigado en mí

Cuando el desarraigo arraiga
el desnudo anuda
la desmesura mide
la descortesía recorta
la desunión nos une
el despertar aporta
un despuntar sin punta
a un deseo eo eo eo …

Lucha

lucha para no caer en la apatía
lucha para evitar la locura
lucha para enviar el mensaje de esperanza que el mundo necesita
lucha para ganar
lucha para perder
lucha para envejecer luchando que es viviendo
lucha para vivir luchando que es envejeciendo
lucha para esquivar las balas del olvido
lucha para conseguir un mejor sitio junto al árbol de la ciencia
lucha para gobernar tu propia vida como si fueses libre
lucha para ser libre
lucha para ser
lucha

lucha para no caer en la desidia
lucha para entorpecer el paso del tiempo cuando el tiempo solo es tiempo
lucha para agradar
lucha para agrandar los límites de tu mente desbocada
lucha para hacer un universo más habitable
lucha para recuperar la humanidad
lucha para no perderla
lucha para no luchar más
lucha para luchar siempre
lucha
o
no

Miles Davis

Suena en la tarjeta de sonido de mi ordenador
que vierte su canal de audio
a un conglomerado ecualizador y amplificador
cuyos altavoces me devuelven a través de un vibrante aire
la parsimonia de un instrumento de metal
que se llena de anhídrido carbónico
con restos de nitrógeno y argón
saliendo de la boca caliente de Davis
más de medio siglo antes de saber que iba a llegar a mis oídos.

El aparataje preciso para que hoy lo disfrute
es un amasijo de tecnología y voluntad memorística
archivística
que ha desgarrado más de un corazón
y abierto alguna vena
incluso
venas artísticas.

Ya no soy ni consciente de la digitalización de lo armónico
de la discretización de lo continuo
de ese tiempo incuantificable
tiempo de terciopelo negro a la orilla de una noche en nueva york
mientras las sirenas de la policía perseguían
a un joven que acababa de robar en una tienda de ultramarinos
que creyó estar a buen recaudo bajo la insegura protección de unos barrotes.

Teclas codifican lenguaje
para captar el universo de versos humanos
para captar y catapultar
estos momentos irrepetibles
de ternura.

Esto no es una broma