Apagando Fuegos

Como en la vida misma

Oficina de Ideas Libres

Con motivo de la vigésima edición de la revista caminada convocada por Hilario Álvarez y su Oficina de Ideas Libres, a la que fui invitado a participar mediante un correo electrónico el 9 de mayo, respondí diciendo que contase conmigo y que me diese un tiempo estimado de duración de la acción como máximo a lo que me contestó diciendo que, entre otras cosas, si elegía que durase en continuidad, podía ser todo el tiempo que durase la revista.

Me acabé inclinando por esta modalidad, pensando en mi situación actual y en cómo se pasa la vida, como se viene la muerte, que diría Manrique: apagando fuegos.

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Esta expresión, que muy bien simboliza ese tiempo en el que parece que no se hace otra cosa que ir sometiendo las dificultades, apagándolas antes de que se puedan convertir en incendios, si bien, desde su nacimiento, son pequeños incendios que queman nuestras vidas.

Decidí apagar fuegos, para lo que dispuse de una cajetilla de cerillas grande, de las utilizadas en la cocina de gas, con fósforos de unos 3 centímetros de longitud. Había pintado el exterior de la caja con rotulador negro.

El número de cerillas que debía apagar era de 81, pues la vida la podemos medir en «alfabetos» o sus múltiplos.

A lo largo del recorrido debía ir encendiendo y apagando las cerillas, con soplidos, o como fuese menester, sin dramatismo, sin mayor cuestión que la de ir devolviendo las cerillas apagadas a su caja, de la que partieron, pero cabeza abajo, es decir, con la parte ennegrecida en sentido contrario al sentido en el que la parte roja estaba inicialmente.

El obvio final de la caja debía ser el entierro, aunque bien podría servir el abandono en un contenedor, pues los alcorques de los árboles del centro de la ciudad no son adecuados para este menester.

Afortunadamente, en un momento dado del recorrido a punto de terminar la revista caminada, encontramos una saca con tierra para poder llevar a cabo el apropiado entierro de la caja que contenía el conjunto completo de fuegos apagados a lo largo del camino.

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Iniciación a la Escritura Poética China

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Un taller para divertirse y aprender a juguetear con lo que otras culturas usan en su poesía.
**** No es necesaria experiencia previa. (Ni conocimientos de chino :-)) ****

El curso estará dividido en las siguientes secciones:

1.- Contexto histórico-cultural. Sincretismo: Taoísmo-Confucionismo-Budismo.
2.- Forma y Contenido de la Escritura Poética China. (文)
3.- Edad de Oro: Poetas de la Dinastía Tang (唐朝).
4.- El grafismo, disposición tipográfica: Una poética de trascendencia visual.

En China, las artes no están divididas en compartimentos: un artista se dedica a la práctica triple poesía-caligrafía-pintura como a un arte completo en el que se ejercen todas las dimensiones de su ser.

¡Para turbar el Cielo y la Tierra,
para conmover las divinidades,
nada iguala a la Poesía!
Zhong Hong (¿-518?)

La civilización china es una de las más fascinantes creaciones del espíritu humano. Todo en ella es descomunal y da la impresión de que a largo de su historia los chinos han sido incapaces de hacer nada a pequeña escala. En China, todo es vasto, toda cifra tiende al infinito, todas las extensiones son enormes, ya sea en el espacio o en el tiempo.

Cuando en el siglo XVIII les dio por recopilar la poesía Tang, reunieron 48.900 poemas de 2.200 autores. Aún así, se calcula que no es más que un diez por ciento de todo lo escrito en la época. Los nombres de Li Po (李白), Wang Wei (王維), Tu Fu (杜甫) o Bai Chüyi (白居易) son suficientes como para considerar estos años como poéticamente inigualables.


Datos Prácticos:
Plazas limitadas. Grupos de un máximo de 10 personas. (mínimo de 4 personas)
Fechas: Jueves de JUNIO 2016
Horario: 21:00-22:00
Cuota: 40 Euros (5 horas)
Inform. y Reserva: poesia@clave53.org // 655 99 04 13
Coordinador: Giusseppe Domínguez (www.giusseppe.net)
Lugar: C/Costanilla de los Ángeles, 2, Esc. Izda. 1-Dcha. Metro Ópera (L2, L5). A 5 minutos de SOL.

Haikus a vuelapluma

El bolígrafo
navega por la mesa
hacia el horizonte.


La llave inglesa
en mitad del gentío
salió corriendo.


Con una navaja
el ojo se desgrana
sin desangrarse.


Los agujeros
en medio de la noche
cubren estrellas.


Cascos azules
sin defender la lucha
sólo fornican.


Entre colores
la blandura del lecho
te rememora.


Oreja horizontal
labios al cielo
besando playas.


Geometría
quebrada por el eje
de asimetría.


Sobre la hoja
cinco figuras negras
son una sopa.


Cara borrosa
cara desdibujada
cara sin cara.


En la pared
las grietas amenazan
con salpicarte.


Último rastro
del uso del azul
matando el blanco.


Batiburrillo
gritos en el alfeizar
de la ventana.


Rotuladores
olvidan los pinceles
con el idioma.


Bajo las líneas
la hoguera no es hoguera
para medirse.


El superhéroe
se siente perseguido
por su alterego.


Sobre el mechero
reflexiona la luz
de mil colores.


Con una hormiga
escala la pared
la poesía.


Campo de algodón
carga de brillos
los dos recuerdos.


Grutas de cal
donde lo diminuto
ya no soy yo.


Por Isadora
me mudo de ciudad
sin paliativos.


Huellas profundas
recuerdan que tu paso
marcó mi vida.


Dígitos locos
carentes de sentido
son sólo un eco.


Presentación de Optimismo Radical

Después del viernes pasado, quedó registrado el evento completo de la Presentación del libro de poesía Optimismo Radical de Juan Carlos Ortega en el Centro de Arte Moderno, que tuvo a bien grabar para la posteridad (!) uno de los coordinadores del espacio.

Me encuentro nervioso e inquieto, pero ese mismo nerviosismo ayuda a dinamizar una presentación que resultó divertida, poética y hasta se hizo breve, durando una hora.

En un momento dado de la misma, leí las definiciones de la RAE de las palabras Optimismo y Radical, por si aquello aportaba alguna luz sobre el asunto titular:


Definición

optimismo. Del fr. optimisme, y este del lat. opt?mus ‘óptimo’ y el fr. -isme ‘-ismo’. 1. m. Propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable. 2. m. Fil. Doctrina que atribuye al universo la mayor perfección posible.

óptimo, ma. Del lat. opt?mus. 1. adj. Sumamente bueno, que no puede ser mejor.

radical Del lat. tardío radic?lis, y este der. del lat. radix, -?cis ‘raíz’. 1. adj. Perteneciente o relativo a la raíz. 2. adj. Fundamental o esencial. 3. adj. Total o completo. Cambio radical. 4. adj. Partidario de reformas extremas. U. t. c. s. 5. adj. Extremoso, tajante, intransigente. 6. adj. Bot. Dicho de cualquier parte de una planta: Que nace inmediatamente de la raíz. Hoja, tallo radical. 7. adj. Gram. Perteneciente o relativo a las raíces (? de las palabras). 8. adj. Gram. Dicho de un segmento morfológico: Que constituye la raíz de la palabra. U. m. c. s. m. 9. adj. Mat. Dicho de un signo (?): Que indica la operación de extraer raíces. U. t. c. s. m. 10. m. Quím. Agrupamiento de átomos que interviene como una unidad en un compuesto químico y pasa inalterado de unas combinaciones a otras.

Etimología

La palabra «raíz» viene del latín: radix. La raíz en botánica, es el órgano de las plantas que les permite fijarse al suelo y a la vez extraer las sustancias nutritivas del mismo. Por analogía, se emplea la palabra raíz con muchos fines. Así, por ejemplo, la raíz de una palabra es la parte invariable de la misma donde está encerrado el concepto sustancial de la misma y que dará lugar a la formación de una familia de palabras cambiando su terminación, que es la parte variable de la palabra; generalmente la raíz de las palabras provienen de las palabras más antiguas que dieron origen al concepto, como ya habrán leído en muchas etimologías.

La palabra latina «radix» se asocia con una raíz indoeuropea *wrad, presente también en las palabras rama, ramera, derrame, etc.

La palabra «optimismo» viene del adjetivo latino «optimuus» ‘muy bueno o buenísimo’, que sirve de forma superlativa a «bonus» ‘bueno’. Pese a su origen latino, «optimismo» no se documenta en castellano hasta 1787 en una obra de Juan Pablo Forner y habría que esperar hata 1848 hasta encontrar otro ejemplo de «epicúreo optimismo» en los escritos de Nicomedes Pastor.
El concepto de optimismo fue elaborado por el filósofo alemán Leibniz (1646-1716), quien particularmente en su Teodicea desarrolla la idea de lo «optimum» dado que Dios necesariamente había creado el mejor de todos los mundos posibles. Estas ideas fueron satirizadas por el francés Voltaire en su famosa y paródica obra «Candide ou l’Optimisme» (1759)

Lógicamente, el antónimo exacto de optimismo sería «pesimismo», tomado del latín «pessimus» ‘muy malo’, superlativo correspondiente del adjetivo «malus» ‘malo’. Esta voz es algo posterior, ya que en francés se documenta por primera vez en 1759 como pareja antagónica de optimisme.

Hay que decir que «optimus», tiene diferente raíz. Su raíz op- es la de «ops, opis» (recurso, riqueza, ayuda). Así pues designa etimológicamente la situación álgida de recursos, riqueza y fuerza, material sobre todo, de modo que el optimismo se fundamenta en tener «opulencia». Opulento y opíparo, por ejemplo, son palabras que comparten raíz con óptimo y optimismo.

Presentación del libro de poesía de Juan Carlos Ortega

Presentación del libro de poesía

Optimismo radical

de

Juan Carlos Ortega

Editorial Cuadernos del Laberinto

Viernes 20 de mayo, 19 h

Entrada libre y gratuita hasta completar aforo

Participan

Giusseppe Domínguez

Juan Carlos Ortega


 

Juan Carlos Ortega entiende la poesía como ese lugar donde guardar recuerdos, vivencias, herramienta para aprehender el mundo, y al tiempo juguete y varita mágica con la que construir nuevas experiencias, telescopio para explorar el universo, puzle, siempre puzle. Como sabe que este instante presente nunca volverá, ansía fijarlo por escrito. Para este autor la poesía no es una entelequia, sino tangible manifestación de su forma de estar en el mundo.
Este es un libro para todos los que se atrevan a sentir, a leer, a jugar, a amar, a vivir, este es un libro para ti.

Juan Carlos Ortega. Madrid. Licenciado en Filología hispánica. Cursó estudios de Doctorado en el programa de Literatura española moderna y contemporánea. Profesor de Lengua y Literatura desde el año 1991 en los niveles de ESO y Bachillerato. Publicó los poemarios Regreso (2010), y Canto cotidiano (2012);y ha participado en antologías como Tragaluz 17 (2011),Verso Cero (2013), Amor. Poesía amorosa contemporánea (2014), Haré confeti de mis versos (2014) y 21 poetas sin ánimo de título (2015). Ha realizado cursos de formación actoral y participado como actor en obras como Las mariposas son libres, de Leonard Gershe; Fuera de quicio, de José Luis Alonso de Santos; Terror y miseria de todos los tiempos, montaje a partir de textos de Bertolt Brecht y José Sanchís Sinisterra. Además ha sido profesor de taller de teatro y ha dirigido diversos montajes. También ha realizado estudios de formación en Terapia Gestalt; y en la actualidad está formándose en Constelaciones Familiares Sistémicas y está estudiando el grado en Psicología (UNED). Además trabaja como terapeuta.

Tengo pendiente hacer un backup de mi diario

El pasado martes tuve un pequeño infarto cuando me encontré con que no podía publicar nada en este diario, ni siquiera podía acceder a él para leerlo.

Cada cierto tiempo hago exportaciones de las entradas del mismo en un formato XML que se supone que almacena lo necesario, pero cuando intento subir ese archivo a un blog de wordpress me encuentro con que no funciona como era de esperar (como yo esperaba, en cualquier caso).

Por supuesto, también descargué, porque eso sí se podía, todo el directorio (que está en /blog de mi servidor) pero sé que sin la base de datos, tampoco es propiamente un blog, sino un montón de archivos más o menos estáticamente enlazados, que, por supuesto, no permiten su gestión habitual.

Así que estoy temblando ante el hecho de no haber realizado el backup que debe ser hecho, mediante exportación de la base de datos, ya sea con algún plugin o ya sea mediante comandos directos de SQL, junto a la exportación de las entradas. Después, para comprobar que está bien salvaguardado, tendré que hacer una instalación en un servidor dedicado a ello (por ejemplo el de mi teléfono móvil) y así quedarme razonablemente tranquilo.

Sin embargo

se mueve

con agonía pausada
con violencia recogida
con agonía
con violencia
agónico
violento

agonía
violencia

sin embargo
los adjetivos buscan sustantivos
a los que acompañar
para enamorar un verbo
y hacerse carne
de cañón
o poesía.

Humo negro

neumáticos ardiendo
en el infierno
es el infierno

neumáticos neumónicos
que arden sin tregua
en la fragua
que se fraguó
años ha

neumáticos imposibles
con alma de chancla
con cuerpo de muerte
con beso de hiel
con labios de plomo
con sueños de olvido
con ansias de masa
con vientos de popa
con humos inhumos

neumáticos sordos
a las regulaciones
a las voluntades
a la entropía
a la felicidad

neumáticos sin otro fin
que el de arder
para ocultar
mutando
su origen
verdaderamente
negro
arraigado en el corazón ansioso de una liberalización mercantil que propone como sostenimiento el insostenible crecimiento egoísta y con alguna que otra consecuencia en forma de humo
negro
muy negro
muy
muy negro

Introduce el título aquí

comienza diciéndome el gestor
de contenido de mi diario
que muchos llamarían blog

y le hago caso
y escribo un título que tenga que ver con el texto
de aquello que tecleo
porque rara vez copio y pego
en un rectángulo blanquecino rodeado de infinidad
de estímulos que sirven para indicar
qué tipo de material
discursivo
estoy introduciendo en mi diario
que muchos llamarían blog

algunos rectangulitos superiores a este en el que ahora mismo
estoy escribiendo
contienen unas letras que sirven para indicar
para qué sirven
como si eso fuese suficiente para saberlo
como si este diario
que muchos llamarían blog
debiera tener o contener imágenes
listas
enlaces
letras con distintos efectos tipográficos
o alguna otra cosa que cautive los ojos de un potencial
lector
inapresable
de este diario
que muchos llamarían blog

tras unas 134 palabras y con un borrador guardado a las 11:43:12
considero que la sarta de inutilidades
que tenía que escribir hoy
está cubierta sobre este estúpido diario
que muchos llamarían blog

Esto no es una broma