Máquina de coser

maquina de coser

Para mí siempre fue un misterio
cómo esa aguja avanzaba
el línea recta
cosiendo los bajos de un pantalón
que a veces se llamaban pantalones.

No podía entender de qué manera
se enhebraba a tal velocidad
ni de dónde salía el hilo
que realizaba ese milagro.

Mi madre se sentaba a su Singer
y hacía girar una rueda
que mantenía a una velocidad
angular más o menos constante
mediante el traqueteo de un enorme pedal
bajo la máquina.

Era una máquina antigua
como de otra época
que certificaba que mi madre era mi madre
y que aquel ingenio podría bien haber sido de la suya.

El hilo solía ser de un tono ocre
o blanco
y surcaba los tejidos como hormigas
invertidas.

Me quedaba mirando con cara de tonto
ese ir y venir de la aguja sobre la plataforma
metálica en la que ocurría el misterio.

Pasó mucho tiempo
hasta que me olvidé de esa maravilla de la técnica
que permitía
sin más ayuda que la energía mecánica
principalmente cinética
coser
como cosiendo y cantando.

Pero aquellos eran otros tiempos
y la máquina de coser
ya no busca paraguas para cohabitar con ellos
sobre una sorprendida mesa de disección.

La máquina de coser
es hoy mucho más prosaica
o yo no soy capaz de ver
la poesía que encierra.

Yo nunca aprendí a coser
en condiciones
pero porque tenía que poder hacerlo
menos manualmente que con un hilo enhebrado
y pinchándome en el dedal de aluminio o cobre
con unas delicadas marcas semiesféricas convexas
en una superficie cubilítica.

Creo que me había puesto muy alto el listón
comparándome con ese invento imposible de desentrañar.

La época de las comparaciones ha pasado
pero sigo sin coser.

Sin embargo
la máquina sigue
recordándome mi infancia
a mi madre
y un tipo de mirada que sólo recupero
cuando tengo ganas de escribir un poema
como este.

¿Es quejarse de la queja una queja?

Al modo de paradoja de Russell
no tengo claro
si quejarse de la queja
es una queja
o estar tan harto de las quejas
como para no quejarse jamás
salvo resquebrajarse.

queja quejica
quejumbrosa queja
queja quejitoide
quejido quijotesco
queja quejocosa
quejocoso quejoso

queja casi quijada
queja con quien se queja
quejadera en el quejigar
quejada en el quejigal
quejido
quejido
quejido
queja queja
y más queja
hasta el final.

El sentido evolutivo de la música

Blanca Torres que lleva el programa Cartas de Afrodita de RNE y a quien tengo el gusto de conocer gracias a otro hedonismo practicado habitualmente en pareja llamado Baile del Tango, formulaba ayer la pregunta en FaceBook de si pensamos que la música tiene algún sentido evolutivo.

A mí, que nunca me acaban de quedar las cosas claras, me entró la duda de si refería como especie o como qué, en referencia a ese evolutivo/evolución. Me lo aclaró diciendo que se refería a si es relevante desde un punto de vista biológico para nuestra supervivencia y evolución.

Me quedé pensando y le pedí tiempo para fraguar una respuesta que fuera un poco más allá del «pues a mí es que me gusta mucho, así que sí… claro…»

Unas horas después, otro conocido del mundillo del Tango (José Luis Yanguas), respondió con un estupendo argumento:

Por supuesto la música tiene sentido evolutivo. Pertenece a capas inferiores del cerebro, en su origen, pues enlaza con la evolución del apareamiento, la sexualidad y las emociones posteriormente. Hay un paralelismo entre el canto de las aves, la voz y la música humana, sobre todo tonal. El ritmo enraiza el el corazón, y en el ser social del ser humano, que también evoluciona.

Ya me ha ocurrido en alguna otra ocasión el encontrarme en la misma mesa redonda que este estupendo contertulio, así que seguí pensando en ello.

¿es [la música] relevante desde un punto de vista biológico para nuestra supervivencia y evolución?

Como bien dice Jose Luis, el origen de la música enlaza con la evolución de la función reproductiva y el paralelismo con lo animal es innegable, pero cabe pensar si esa es la verdadera concepción de la música hoy en día.

El ser humano tiempo ha que ha dejado de ser natural, gracias a la evolución que dio como resultado el lenguaje, entre otras cosas. Somos lenguaje, que diría Wittgenstein o discurso, según Barthes.

Y la música, innecesaria ya para cumplir la función original, la de cortejo animal para sostenimiento de la especie, para probar las mayores habilidades reproductivas, lejos de desaparecer, mutó y se sublimó.

Y esa música ya no es la más o menos instintiva animal, sino un constructo artificial que puede no tener nada que ver con la reproducción, pero sí con la evolución de la especie y su supervivencia.

Cierto es que cuando pienso en música no sólo pienso en música, sino en poesía, en arte, en todo aquello que, en incontables ocasiones suele ser tachado de inútil o innecesario.

Es más, en más de una de esas ocasiones me he encontrado diciendo de mí mismo que siempre me he dedicado a «cosas inútiles» o que reivindique el fracaso y no el éxito. De ahí que siga sin saber si lo que hago (que es variopinto) sirve para algo.

Como escribí en un artículo titulado Las habilidades y la reproducción:

La selección de la pareja con la que llevar a cabo la procreación puede estar asociada con la búsqueda de habilidades que deseemos que la descendencia posea. Así, es posible que se pueda explicar el porqué al espectador medio le atrae aquel arte que de-muestra habilidades y no un arte contemporáneo que no las busca.

Esto permite también explicar cierto paralelismo entre el arte y el deporte, que está relacionado con el éxito o el fracaso, no con la frustración.

(Leer el resto del artículo)

Sin embargo, eso no niega la utilidad, independientemente de lo que en otras ocasiones haya afirmado, para la supervivencia de la especie, pero más bien para satisfacer otra necesidad de la misma que no es tanto la de reproducirse sino la de desarrollar sus capacidades mentales, sus habilidades sociales mediante compartición de actividades grupales, o el simple hedonismo al que podríamos aspirar en un hipotético futuro altamente automatizado que permita al humano recuperar el edén. (Que no será tan edénico, por cierto)

Por mi parte, estoy convencido de que la música (ni la poesía, ni el arte) no desaparecerá cuando por fin realicemos reproducciones completamente artificiales, por ejemplo, clonación mediante, lo que hará innecesaria, por cierto, la participación del cromosoma Y, amén de los protocolos de cortejo que involucrasen la música con aquella originaria finalidad.

La forma clásica de entender la música (poesía/arte) como herramienta y no como fin o entendida como herramienta en la que hay que tener éxito (hacerlo bien) frente a un entender la música como algo en lo que hay que disfrutar (sin necesidad de hacerlo bien) no importando el fracaso obsoleta y acorde a visiones que, por más que se empeñen, no volverán jamás.

El ajedrez lo ganará ya siempre una máquina. Pero eso no quitará jamás el placer de jugar una partida… y perder.

Si entendemos la música como un proceso y no como un fin, como un objeto, si la entendemos como un juego, seguro que pervivirá y hará de nuestra humanidad una humanidad más jugetona. ¿Es eso lo que la evolución nos exigirá? ¿Las condiciones medioambientales nos conducirán a jugar más o a dejar de jugar?

Espero personalmente que la respuesta sea el juego, el disfrute, el hedonismo, especialmente epicúreo, juego racional.

Cuando pienso en la función que puede ocupar la música (la poesía/las artes) actualmente y de cara al futuro de la humanidad, observo la longevidad asombrosa a la que hemos llegado y las dificultades que ello conlleva y para las que, quizá, tenga una nueva utilidad en tanto mantenimiento de actividad cerebral, ralentizando la (hogaño) inevitable degeneración neurológica.

Amén (y con esto termino) de la función social que siempre ha desempeñado y que no hace sino mutar de formas, pero que mantiene vínculos o ayuda a la aparición de nuevas relaciones interpersonales. (En esto, el Tango [música|baile] es una auténtica maravilla, dicho sea de paso).

¿es [la música] relevante desde un punto de vista biológico para nuestra supervivencia y evolución?

Sí. Relevante. ¿Necesaria? Sí. ¿Desde un punto de vista biológico? No lo tengo tan claro. ¿Para nuestra supervivencia? Sí: Para una humanidad feliz. ¡Eso!, ¡eso sí que sería (r)evolución!.

El mismo poema

Leo el mismo poema una y otra vez
como si no hubiese otro
y no alcanzo a leer más allá del final
del poema que acabo de leer una y otra vez.

Lo leo sin pasión
pues ya murió en la lectura número 24.564.759
y no hay forma de recuperarla
aunque crea que la pasión no termina nunca
e intente leer el poema una vez más, 86.365 veces más, 2 veces más.

El poema me posee en todo su esplendor
sin dejarme salir de sus versos obtusos
y atándome a su fútil destino
una
y otra
vez.

No puedo escapar
no hay manera de huir
no hay salida.

Leo una última vez el mismo poema una y otra vez
sin parar
sin hacer tan siquiera una pausa al final del último verso
que dice que el poema ha terminado.

Lo leo y lo olvido.
No deja huella en mí
pero me hace
me crea
y ya no me recrea.

Leo un poema una y otra vez
y nunca es el mismo poema
y siempre es el mismo poema
una
y otra
vez.

La única escapatoria es el suicidio
esa puerta rápida al infierno
que desbarajusta el orden de las cosas.

Pero leo
y he de seguir leyendo
y tengo que leer una vez más
ese maldito poema
que me mantiene con vida.

Laboratorio de Experimentos Poéticos

laboratorioA partir de mayo y hasta fin de junio, los miércoles a las 20:30 (hasta las 22:00) propongo un Laboratorio de Experimentos Poéticos.

Mezclaremos poemas (quizá preescritos) con tecnología o diversos formatos inusuales.

Será un laboratorio gratuito y abierto.

Cada cual podrá experimentar con lo que desee, incluso, de este modo, podremos aportarnos propuestas que no se nos hubiesen ocurrido independientemente. (Se participará en la cofinanciación del espacio con una cantidad proporcional al coste de la sala e inversamente proporcional al número de asistentes, vaya, lo que se conoce como «pagar la sala entre todos»).

No se trata de un taller en el que yo vaya a ejercer las funciones de coordinador.
No se trata, necesariamente, de un lugar para «escribir» poesía, sino para explorar nuevos formatos para realizarla.
No habrá lecturas (salvo puntuales, si alguien lo desea).

El futuro de los «productos» cocinados en el laboratorio dependerá de lo que deseemos hacer con ellos, por consenso.

Espero que os apetezca esta aventura poética.

Los detalles de dirección y horario son:

Costanilla de los Ángeles, 2, Escalera Izquierda, 1º Derecha.
Miércoles de mayo y junio de 2016 a las 20:30 horas.

Silencio administrativo

tras años de contacto
silencio administrativo
tras décadas de dedicación
silencio administrativo
tras confianzas vertidas
silencio administrativo
tras eventos y celebraciones
silencio administrativo
tras poemas al oído
silencio administrativo
tras compartir ilusión
silencio administrativo
tras tras tras tras
silencio administrativo
silencio

silencio.

La tecnología produce monstruos

incapaces de organizarse sin un smart-phone
que nos permita dejar de ser smart

incapaces de organizarse sin un calendar
que nos permita dejar de ser puntuales

incapaces de organizarse sin un whatsapp
que nos permita dejar de ser previsores

incapaces de organizarse sin un face-book
que nos permita dejar de ser privados

incapaces de organizarse sin un icono
que nos permita dejar de ser lectores

incapaces de organizarse sin un instante
que nos permita dejar de ser detallistas.

Captura de pantalla de 2016-04-21 12:19:48

Taller monográfico de acercamiento al haiku

El curso estará dividido en las siguientes secciones:

  1. El Haiku: Historia y escritores del periodo clásico
  2. Estructura silábica, esencia. Otras formas primigenias: Tanka y Hokku
  3. Zen y Poesía: La espiritualidad de la escritura japonesa
  4. Más allá de las fronteras de Japón: El Haiku en Occidente

El haiku, consiste en un poema breve de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas respectivamente. Es una de las formas de poesía tradicional japonesa más extendidas.

Este camino
ya nadie lo recorre
salvo el ocaso

Matsuo Basho

Canción protesta
después de los setenta
canción de próstata

Mario Benedetti
(como prueba de que se puede seguir reinventando el género)

Tradicionalmente el haiku, así como otras composiciones poéticas, buscaba describir los fenómenos naturales, el cambio de las estaciones, o la vida cotidiana de la gente. Muy influido por la filosofía y la estética del zen, su estilo se caracteriza por la naturalidad, la sencillez (no el simplismo), la sutileza, la austeridad, la aparente asimetría que sugiere la libertad y con ésta la eternidad.

Datos Prácticos:
Plazas limitadas. Grupos de un máximo de 10 personas. (mínimo de 4 personas)

Fechas: Jueves de ABRIL 2016
Horario: 21:00-22:00
Cuota: 40 Euros (4 horas)
Promociones: 29 € a desempleados, universitarios.
Inform. y Reserva: poesia@clave53.org // 655 99 04 13
Coordinador: Giusseppe Domínguez (www.giusseppe.net)
Lugar: C/Costanilla de los Ángeles, 2, Esc. Izda. 1-Dcha. Metro Ópera (L2, L5). A 5 minutos de SOL.

Pertenencia

En el olvido
vivo impertinente
tu ausencia.


Con tres cañones
por banda viento en popa
a toda vela.


El sol canta
con fuerza ingente
la alergia salta.


Un ribosoma
en medio de la célula
se reduplica.


En la ignorancia
un grano de atrevimiento
es ignorado.

Esto no es una broma