Pornografía

El viernes publiqué esta pequeña composición, una tontería, a la que llamo Pornografía, pero en Instagram me censuré a mí mismo (ya me censuro muy bien, sin ayuda de nadie, cada día más y mejor) y la titulé «Erotismo»

Aún así, tuve mis dudas de si abriría un debate acerca de si era excesivamente binaria, no incluyendo, por ejemplo, dos botones con el mismo título o dos ojales… y por qué no uno solo, botón u ojal, o tres o cuatro… quizá si sigo publicando una pequeña serie de ellas, una camisa podría titularse, felizmente, orgía.

No quise con ese título, ni con el de Pornografía, decir que toda la pornografía o todo el erotismo fuese procreativo… ni falocéntrico, ni genital… especialmente el erotismo. Así que pensé que podía ser malinterpretado, pero aún así osé publicarla.

Pero cada día doy más vueltas a todo lo que publico en redes sociales por su posible malinterpretación hasta el punto de haber llegado a desarrollar una paranoia bastante considerable que, no obstante, no está a la altura de declaraciones de políticos de la oposición, ni de cuñadismo extendido. Es decir, envidio (solo en una remota parte de mi reptiliano cerebro) la simpleza de quienes hacen afirmaciones rotundas e irreflexivas sin pensar en nadie más que en su persona, sin empatizar ni remotamente con las diferencias, considerando toda salida de lo normativo como maligno, satánico casi.

Al final, mi voz y la de otras personas como yo nos vamos acallando dejando más sonido a quienes no tienen tantos miramientos.

Pero a mí me resulta tan cansado…

Se acabó el bipartidismo, por si quedaban dudas

Acaban de tener lugar las Elecciones al Parlamento de Andalucía con un resultado «terrible», pero en gran medida previsible: el surgimiento de una fuerza de ultraderecha (declarada) en la democracia española.

Hay voces llevándose las manos a la cabeza todo el día, pero a mí no me resulta nada sorprendente. Es más, me parece que el resultado de las elecciones que ha tenido lugar este domingo representa, para bien o para mal, la voluntad política y social de los andaluces.

Es una región tradicionalista, conservadora, en la que el único PSOE que ha podido «gobernar» desde hace décadas, es un PSOE que renegó de sus orígenes de izquierda, con una ambigua Susana Díaz que intentaba hasta hace poco pactar con el PP para gobernar España. Es decir, una dirigente sin brújula indicando a la izquierda.

Suelo encontrarme una forma de pensar en esa zona que se acomoda bien con el resultado electoral, es más, siempre me sorprendió que ganase socialismo, a pesar de conocer amigas que puede que no estén del lado de los que van a gobernar en breve. Pero eran minoría y me consta.

Cada vez que entro en un bar en Andalucía, cada vez que escucho una conversación en la calle, cada vez que hablo con gente en la zona, siento que deberían votar a los que han votado: PP, C’s y, en menor medida, pero también, VOX. Por supuesto que hay votantes de izquierda, pero es una izquierda, como la de Castilla la Mancha, por ejemplo, muy conservadora, que no quiere oír hablar de articular una nueva forma de gestión territorial, centralista como pocas, españolista… y que tiene fácil migrar a la derecha o, incluso, abstenerse con las sabidas consecuencias.

No obstante, no quiero decir que toda la abstención sea de izquierdas. Eso es un error garrafal que se suele cometer tras cada resultado electoral. La abstención está representada en proporción por los votantes.

En resumen: el bipartidismo representaba muy mal (demasiado binariamente) el sentir político de la compleja sociedad española. A medida que se fragmenta en diferentes partidos, el acercamiento a la representación de cada ideología o modelo político se incrementa, y evidentemente, han aflorado todas aquellas personas que consideraban tibia la «moderación» del PP. Lamentablemente hay muchas de estas personas con quienes no comparto ideario.

Hasta hace un instante con miedo a un Tamayazo

No me habría resultado nada sorprendente, después de la larga historia de felonías del PP que, de repente, un grupo entero no hubiese podido llegar… o algún político hubiese sufrido un aneurisma… no sé, cualquier cosa. Así que hasta el último momento he refrescado la pantalla para ver si ocurría:

Y parece que sí.

Ahora veremos qué pasa. Pero no es el fin del mundo conocido. Ni siquiera el principio de una buena amistad…

Precio de viviendas en Madrid

¿De verdad que es preciso realizar un referendum porque una pareja se compre una casa?

Quizá, eso sí, deben matizar/suavizar su tono, pero eso es algo relativamente poco importante.

Importante es tener un gobierno que lo es porque tiene una trama tras otra de corrupción que lo ha ido encumbrando hasta estar donde está. Tamayazos incluidos. Y no pasa nada.

Pero vaya… que irse a vivir a la periferia de Madrid para comprarse una casita es algo que hacen varios de mis amigos y amigas, sin necesidad de ser representantes políticos de uno de los principales partidos del congreso.

El machismo no se esconde ni es sutil

Detrás de la campaña de desprestigio que ella sola se ha labrado, surge la caterva machista a desprestigiar a la persona porque no es lo «guapa» que debería ser o debería haber sido. Se dice que, siendo así, no es de extrañar que sus compañeros de máster no la recuerden. Y otras barbaridades sin el más mínimo atisbo de equidad, o etiqueta social al menos.

Si se tratase de un hombre el tema de su fealdad o si tenía granos o si no era lo que se esperaba de él no habría estado nunca en el candelero (me remito, sin ir más lejos, a las polémicas de reinas-reyes o al tal Pablo Casado que también parece haberse sacado el máster en la calle Génova).

Y por más que me pueda dejar llevar por la pasión de querer ver destituida a una «presunta» estafadora, una «presunta» farsante como Cristina Cifuentes, amén de disgustarme su política (que es la cuestión, por si lo habíamos olvidado), no puedo por menos que sentir asco por quienes publican esta foto en una red social.

Pero vaya, que las redes están para eso, para dejarse llevar por la pasión, nunca por la reflexión. Así que este texto quedará, como tantos otros, en el cajón oscuro (no por casualidad el fondo negro) de mi diario.

Y seguimos post-8M.

El tema de los «másteres» y la privatización de la enseñanza… ya ni se menciona. Puagggghhhh

La constitución española vista por Eratóstenes

Basado en la famosa Criba de Eratóstenes, he realizado esta pequeña pieza sobre los 169 (13 al cuadrado) números correspondientes a los 169 artículos actualmente existentes en el libro famoso que últimamente está tan en boca de los habitantes de este territorio llamado con frecuencia españa y en otras ocasiones España.

Esto no es una broma