Tremenda realidad

Pero bueno, claro que no somos iguales, pero ¿no puede haber igualdad en ese caso? ¿Cuando hablamos de igualdad a qué nos referimos?

En principio, en aquella época remota en la que la reivindicación eran tres palabras, Libertad, Igualdad y Fraternidad, Igualdad hacía referencia a la igualdad de derechos, igualdad de voto, e, incluso, tímidamente, a un horizonte de reducción de la desigualdad social o económica. Pero ¿qué queda hoy de eso?

Leyendo el texto breve sobre la historia de esas palabras en wikipedia, me encuentro con algo que ya había leído, pero que cada día me parece más terriblemente actual:

Durante la ocupación alemana de Francia durante la II Guerra Mundial, el Gobierno de Vichy lo sustituyó por la frase Travail, famille, patrie (Trabajo, familia, patria), para ilustrar el nuevo rumbo del gobierno.

Y hoy…

¿Qué rumbo escogemos para nuestro gobierno? ¿No apetece por momentos agregar la cuarta palabra que completaba aquellas tres?

Demagogia mal pensada

¡Qué estupidez!

Podría haber contestado a este mensaje en FB con un simple:

Si no le gusta matar judíos, no lo haga.

Es simplemente demagógico, superficial, irreflexivo, el publicar imágenes como esta. ¿Es que nadie piensa un poco más allá de lo que lee?

Hummm…

Hoy estoy algo cabreado, ¿será que he leído la prensa?

Ya estoy vaticinando la prohibición de un partido por aplicársele la ley de tales. Y entonces los no-nacionalistas volverán a ser (tachán) mayoría. Bufff… Si pasa, estarán las cosas como para creer en el legítimo derecho a la reivindicación mediante lucha armada. (Insisto: si pasa)

Voy a volver a leer sobre los griegos y etruscos. Mucho más entretenido.

Hierve la sangre

A pesar de que he dejado de leer la prensa porque considero que no me informa con la profundidad que requeriría y no tengo el tiempo para profundizar sobre cada uno de los titulares con fecha de caducidad que proporcionan, me sigo enterando de más cosas de las que en realidad deseo.

En FaceBook alguien colgó este artículo de El País sobre un tipo (no puedo ser más cordial) que afirmó, así, tal cual suena: «las leyes son como las mujeres, están para violarlas». Sí, sin edulcorar, sin modificar, sin necesidad de añadir nada para desprestigiarse a él y a su entorno (no solo su partido político, pero también).

José Manuel Castelao declaró ante algunos consejeros de la mesa que se ocupará de los temas de Educación y Cultura que “las leyes son como las mujeres. Están para violarlas”. (¿De Educación y Cultura? ¡¡¡¡En serio!!!!).

No sé qué pasa, pero me dieron unas ganas terribles de comprar un arma y salir a buscarle.

Dice el periódico, que por supuesto ya ha modificado la noticia, lo siguiente:

El presidente del Consejo General de la Ciudadanía en el Exterior –órgano consultivo y asesor perteneciente al Ministerio de Empleo–, Castelao Bragaño, ha declarado a El País que en las próximas horas presentará su renuncia al director general de Migraciones. Castelao, de 71 años y que fue nombrado el lunes, ha asegurado que su renuncia no tiene nada que ver con el comentario que realizó ante algunos miembros del consejo en una reunión en Santiago de Compostela. Una frase que despertó las protestas entre algunos miembros de este organismo y por la que después pidió perdón.

El tipo, este tiparraco sinvergüenza, se permitió decirlo para violar la ley. Ni más ni menos que mientras la violaba afirmaba esta joya. Y dimite y ya. Se va a su casa con una buena jubilación. Y nadie pide cárcel.

No lo comprendo: Si alguien afirmase que se podía violar la ley, y la violase, y dijese que era tan recomendable como violar a su majestad, lo más seguro es que estuviese en prisión ya mismo. Es más, su partido al completo estaría siendo acusado, por la ley de partidos, de apología de la violencia (y sería cierto) y estaría siendo ilegalizado.

Pero lo hace este facha, este asqueroso canalla y tan solo le piden la dimisión.

Pues no lo entiendo.

Y eso sin entrar en detalles de cómo un «señor» de esta catadura ha llegado hasta esta posición política, este cargo que nos representa a todos los españoles. Sí, ha dimitido y seguro que es más de lo que se podía esperar. Seguro que no es demasiado grave, es un hombre mayor, senil, lo que no le justifica ni lo más mínimo, y con un perfil que lograba pocos votos. No importa su dimisión.

Yo quiero que se le encarcele. Quiero que se lancen contra él acusaciones por incitación a cometer crímenes indecentes, tanto en lo que se refiere a violar mujeres como leyes. Quiero que se olviden también de sus declaraciones y que se fijen en que ha violado la ley. Es un delincuente. Debe pagarlo ante la justicia. O no se podrá creer que España es un país de derecho, como afirma nuestra constitución. Aunque hay poca gente que aún lo crea. Es triste.

No lo entiendo.

Definitivamente, no puedo y no quiero entenderlo.

Entenderlo, asumirlo, aceptarlo… ¿y después?

Errores lógicos

Al lado de esta imagen que estaba mostrada en FaceBook, dentro de una página que sigo sobre la República Española, encuentro el texto siguiente: «Aprende, Mariano Rajoy».

Pero me preocupa que no se den cuenta del error lógico en el que incurren: Que alguien sea estúpido y al mismo tiempo haga algo que le avergüence IMPLICA que diga que cumple con su deber. Resumiendo en formato de lógica de proposiciones, .

Pero que alguien afirme que cumple con su deber NO IMPLICA según esta afirmación que ese alguien sea estúpido y que esté haciendo algo de lo se avergüenza. Es decir:

(p y q) –> r

No es lo mismo que

r –> (p y q)

Sin embargo sí que sería igual a que

¬r –> ¬ (p y q)

Pero la negación de una conjunción puede ser desarrollada y, en este caso concreto, no significa que el hecho de que alguien no diga que cumple con su deber IMPLIQUE que ese alguien no sea estúpido y que no se avergüence, sino que IMPLICA que o no es estúpido o no se avergüenza.

Obviamente, habría que suponer que la premisa de Bernard Shaw es cierta, pero si a ello se sigue que si alguien no dice que cumple con su deber (se cumple ¬r), o bien es que no es estúpido o no tiene vergüenza. En lenguaje de lógica proposicional:

¬r –> (¬p o ¬q)

Lo cual no deja del todo mal a Mariano Rajoy, pues pueden cumplirse una o las dos de las negaciones: que no sea estúpido, que no tenga la más mínima vergüenza o ambas.

Por supuesto, siempre asumiendo que la premisa es cierta, lo cual es mucho suponer…

(No descarto haber tenido algún error lógico en este desarrollo)

La guerra civil española

se quedó a medio hacer.

Este país necesita que se acabe por violencia lo que por violencia se impuso: Dictadura de 40 años, transición y monarquía acordados desde los peldaños ocupados por el régimen del extinto FF.

Me temo que no habrá paz para los malvados.

No habrá paz. No la hay. Vivimos una guerra social casi como si la hubiera escrito un tal Karl.

Ayer se vieron escenas de una represión prebolchevique, como las cargas de los lanceros de Nicolás II.

Leo sobre el Domingo Sangriento y me doy cuenta de que nos vamos acercando a ese momento, a ese crucial instante en el que una revolución es la única salida para acabar con un régimen pseudodictatorial y me acuerdo de mis conversaciones con mi amigo Ulises que siempre critica el régimen cubano por represor… y este régimen, aún sigue pareciéndole democrático?

Sé que no estamos aún en las mismas condiciones que Rusia en 1905. Es más, nunca lo estaremos porque el tiempo no es cíclico y, al mismo tiempo, repetimos patrones. Toda revolución implica violencia. Esto es algo que no solo afirmaba y casi demostraba Troski en un estupendo ensayo sobre las revoluciones titulado Historia de la Revolución Rusa. Y sacado de ese libro es la foto que acompaña esta entrada de este diario que había intentado mantener alejado de lo puramente contextual.

Pero no es posible sustraerse a lo que ocurrió ayer. Será historia, incluso, Historia. Y no estuve.

Pasé y aguardé unos minutos de rigor, durante la marcha que se venía acercando desde plaza de españa al congreso, pero no me quedé: tenía que impartir una clase a un alumno con vistas a la plaza mayor. Es de los del otro lado. De los que ganaron la guerra. Y me contrata para demostrarme su poder… no… no debo pensar así.

Cuando salí eran cerca de las 21:00. No sabía si ir hacia allá, o regresar a casa a encontrarme con mi chica. Llamé a un par de amigas para ver si podía ir acompañado a la manifestación o concentración. No localicé a nadie. No quise ir solo porque me daba miedo. Lo reconozco. Uno de mis máximos temores son las masas de gentes. Aborrezco la irracionalidad que parece necesaria para que un colectivo permanezca unido. Detesto la simpleza a la que se reducen las cosas para aglutinar diferentes opiniones, ese máximo común divisor que es tan pequeño que acaba por ser ridículo. No soporto el insulto, el abucheo vacuo, la descarga de adrenalina que supone sin generación de acción. Y la acción que, alguna vez, se produce, suele ser violenta, porque no queda otra.

La acción violenta, ayer, fue en respuesta a la siempre violenta represión policial, no siempre legítima, abusiva en gran parte y muy politizada en otras ocasiones, como ayer: pulso del gobierno contra la oposición popular, no la oposición partidista que no es verdadera oposición pues en lo esencial coinciden.

Acción violenta hace falta. Mucha falta.

Yo no lo haré, no puedo, no quiero. Pero sé que hace falta.

Ayer pensaba que una violencia más estratégica habría sido delinquir en múltiples lugares alejados del congreso simultáneamente a los actos más violentos de la policía. Delinquir de cualquier modo, aunque preferiblemente con aquellos delitos que no afecten a otros trabajadores o compañeros de esta lucha social, casi de clases que se está entablando: botellón, porros, carreras incontroladas de gente por las calles, cortes de tráfico en diversos puntos, asaltos a edificios más o menos emblemáticos: bancos, oficinas de empleo, administraciones públicas en general… de manera que la policía no pudiese estar en varios sitios a la vez.

Esta crispación acabará mal. No tiene otra forma de terminar. El adormecimiento parece haber empezado a disolverse, como bruma ante el sol.

¿Qué pasará ahora?

Mineros

[youtube_sc url=http://youtu.be/pWd35SMlVSA]

Letra de Antonio Molina

Yo no maldigo mi suerte porque minero nací
y aunque me ronde la muerte no tengo miedo a morir
no me da envidia el dinero porque de orgullo me llena
ser el mejor barrenero de toda Sierra Morena
de toda Sierra Morena.
Bajo a la mina cantando porque sé que en el altar
mi mare queda rezando por el hijo que se va
y cuando siento una pena
lanzo al viento mi cantar.

Soy minero, y templé mi corazón con pico y barrena
soy minero, y con caña, vino y ron me quito las penas
soy barrenero porque a mi nada me espanta
y solo quiero el sonido de una taranta
Compañero, dale al marro pa cantarle mientras al niño
que al compás, del marro quiero repetirle al mundo entero yo
Yo soy Minero

Compañero, dale al marro pa cantarle mientras al niño
que al compás del marro quiero repetirle al mundo entero yo
yo soy minero.

Con Modificaciones de Giusseppe Domínguez

Yo no maldigo mi suerte porque banquero nací
y aunque me ronde la muerte no tengo miedo a morir
no me da envidia el dinero porque de orgullo me llena
ser el mejor financiero de toda Sierra Morena
de toda Sierra Morena.
Bajo a mi banco cantando porque sé que en el altar
mi mare queda rezando por el hijo que se va
y cuando siento una pena
lanzo al viento mi cantar.

Soy banquero, y templé mi corazón con pico y barrena
soy banquero, y con caña, vino y ron me quito las penas
soy financiero porque a mí nada me espanta
y solo quiero el sonido de una taranta.
Compañero, dale al marro pa cantarle mientras al niño
que al compás, del marro quiero repetirle al mundo entero yo
Yo soy banquero.

Compañero, dale al marro pa cantarle mientras al niño
que al compás del marro quiero repetirle al mundo entero yo
yo soy banquero.

Y otro ejemplo dramático, esta vez con letra de Victor Manuel:
[audio:https://giusseppe.net/blog/wp-content/uploads/2012/07/11-La-planta-14.mp3|titles=Victor Manuel – En la planta 14]

En la planta catorce del pozo minero
de la tarde amarilla tres hombres no volvieron
hay sirenas, lamentos, acopasados aies
a la boca del pozo.

Dos mujeres de luto anhelando dos cuerpos
y una madre que rumia su agonía en silencio
es el tercero.

A las diez la luna clara
se refleja en las sortijas del Patrón recién llegado
con sombrero, gravedad y su aburrido gesto.
El ha sido el primero, vendrán gobernadores
alcaldes, ingenieros.
tratarán de calmar,
la presentida viuda que se muerde el pañuelo
no sabrán acercarse a la madre que les mira
con los ojos resecos.

A las doce el patrón mirara su reloj
los otros ya se fueron
y en un punto y aparte esbozará un fastidio
mientras piensa ¿pero donde están estos?

Ha llegado otro relevo de bomberos
y la una menos diez era la noche
el primero muerto
Sentados en el suelo, los mineros
se hacen cruces y reniegan de Dios
quién diría les pillara de sorpresa la tragedia repetida
a veces el más bravo se le queda
mirando fijamente al patrón
con dientes apretados
Y el patrón con sombrero,
tiene dos policías a su lado no hay cuidado

Tres horas lentas pasan
a la luz de las linternas asustadas
el cura con los ojos arrasados
al segundo le va uniendo sobre el pecho las manos
y un chaval de quince años
mientras llora impotente se abraza contra un árbol
y el chófer del patrón con su gorra de plato
se siente desplazado, es un hombre prudente,
bien domado.

El rocío ha calado hasta los huesos cuando sale el tercero
le recibe con sonrisa gris azul la madrugada
y con voces los mineros
mientras se abrazan todos y uno de ellos
el mas fiero por no irse al patrón
llora en el suelo.

Otra versión imposible:

En la planta catorce del pozo banquero
de la tarde amarilla tres hombres no volvieron
hay sirenas, lamentos, acopasados aies
a la boca del pozo.

Dos mujeres de luto anhelando dos cuerpos
y una madre que rumia su agonía en silencio
es el tercero.

A las diez la luna clara
se refleja en las sortijas del Patrón recién llegado
con sombrero, gravedad y su aburrido gesto.
El ha sido el primero, vendrán gobernadores
alcaldes, ingenieros.
tratarán de calmar,
la presentida viuda que se muerde el pañuelo
no sabrán acercarse a la madre que les mira
con los ojos resecos.

A las doce el patrón mirara su reloj
los otros ya se fueron
y en un punto y aparte esbozará un fastidio
mientras piensa ¿pero donde están estos?

Ha llegado otro relevo de bomberos
y la una menos diez era la noche
el primero muerto
Sentados en el suelo, los banqueros
se hacen cruces y reniegan de Dios
quién diría les pillara de sorpresa la tragedia repetida
a veces el más bravo se le queda
mirando fijamente al patrón
con dientes apretados
Y el patrón con sombrero,
tiene dos policías a su lado no hay cuidado

Tres horas lentas pasan
a la luz de las linternas asustadas
el cura con los ojos arrasados
al segundo le va uniendo sobre el pecho las manos
y un chaval de quince años
mientras llora impotente se abraza contra un árbol
y el chófer del patrón con su gorra de plato
se siente desplazado, es un hombre prudente,
bien domado.

El rocío ha calado hasta los huesos cuando sale el tercero
le recibe con sonrisa gris azul la madrugada
y con voces los banqueros
mientras se abrazan todos y uno de ellos
el mas fiero por no irse al patrón
llora en el suelo.

El monopolio y el bipartidismo

Oigo hablar desde muchos ángulos criticando el bipartidismo PP-PSOE que, efectivamente, no es ni siquiera muy bi (de 2) partidismo, puesto que a penas se diferencian. Algunos amigos y algunas amigas lo critican como causa de que la democracia no esté representando con verosimilitud una pluralidad mucho mayor en lo directo, en las diferencias que, realmente, existen.

Pero yo me pregunto porqué no se cuestionan estas mismas cosas cuando confunden Internet con Google, cuando confunden sistema operativo con windows, red social con FaceBook-Twitter, web con internet, blog con web…

Quizá es un problema de buscar simplezas, respuestas simples ante mundos complejos, mundos que, gracias a su complejidad, nos dotaban por primera vez en la historia de herramientas que podrían hacernos ser más libres, más poderosos, más hábiles.

Pero requieren esfuerzo, requieren luchar un rato a la contra, como contra el bipartidismo, ese tan falso que no, que no, que no nos representa…

Voy a aclarar un par de cosas:

Internet es una red pública basada en un protocolo de comunicaciones (IP) que lo único que hace (simplificando) es asignar un número a un dispositivo, habitualmente un ordenador. Que la gestión de muchos de sus competencias, como la asignación territorial de esos números o la conversión de los mismos a nombres sea privada no significa que la red sea privada. Que haya redes privadas que utilicen ese mismo protocolo asignando números con esos mismos formatos, no significa que internet sea privada.

Pero, sobre todo: Internet no es la web.

La web, lo que la gente llama la web, es un conjunto de servidores que operan atendiendo un protocolo (HTTP) de la familia de protocolos TCP/IP. Así, podríamos decir (simplificando) que la web está incluida en internet, pero no al revés. Esto significa que no deberíamos dejarnos caer en la simpleza monopartidista de pensar que en Internet solo hay web. Hay otros muchos protocolos que se usan para cosas tremendamente útiles, como POP/SMTP, FTP, varios VoIP…

Y esta simpleza se lleva aún más lejos y más peligrosamente cuando se asocia Internet (ya simplificada a solo web!) a una empresa, como es el caso de lo que está consiguiendo Google. Hasta llegar a afirmarse que si algo no está en google… Google no es Internet: Google es un servidor de los servicios web.

Pero bueno!!!! Google es (entre otras cosas) un servicio de búsqueda en la web, es decir, está incluido en un gigantesco maremagnum de servidores web, dentro de los cuales no es más que uno más, un servidor avanzado, un buscador, un portal de búsquedas y servidor de correo electrónico asociado, pero no es y no deberíamos decir que es Internet. Y pedir que me borren de google no es pedir que me borren de internet… ¿se entiende?

Me encuentro cada día más gente que busca todo, incluso lo que sabe dónde está, en google… haciendo de esta herramienta la llave para acceder a Internet. ¿Nadie es consciente del peligro de dar esta llave de algo público a una empresa privada?

El correo electrónico de la inmensa mayoría de la gente es de google (gmail) o microsoft (hotmail) y a nadie parece preocuparle mucho: es como si el planeta entero fuese bipartidista. Y esto es mucho más grave que la mierdita PPSOE que solo afecta a españa.

Y qué decir de los famosos servicios de redes sociales, como FaceBook o Twitter, que desean eclipsar a las otras dos empresitas mencionadas anteriormente. Una red social no es Face o Twt… este invento de las redes sociales no es más que un servidor web con una base de datos muy sofisticada, poco más que un servidor web con un gestor personalizado de contenidos, esa herramienta orwelliana que hace las maravillas de estados que deseen saber detalles íntimos de sus ciudadanos por voluntad propia.

Pero no me preocupa, de nuevo, qué cosa sean, sino que solo haya 2 o 3 famosas usadas por una enorme cantidad de la población mundial. Y son privadas. Son 2 empresas privadas.

Y qué decir del mundo de los sistemas operativos donde Windows ha conseguido una cuota del mercado de más del 80%. Y junto con MacOS, casi llega al 95% de los sistemas operativos de personal computers, alias PCs.

Y son otras 2 empresitas… las que representan el uso operativo de los ordenadores del mundo entero. Así que lo del bipartidismo PPSOE sigue palideciendo hasta parecer insignificante.

¿Por qué tenemos esa necesidad de homogeneizar?

Es cierto que se mejoran las cosas si se pueden hacer compatibles, especialmente en lo tecnológico, pero se podrían fabricar estándares compatibles que puedan ser usados por varios (colectivos, empresas, organismos), como ocurre con la tecnología IP, o el protocolo de comunicaciones HTTP, sobre los que es fácil desarrollar múltiples navegadores, por ejemplo, que repartirse la cuota de mercado, pero incluso así, la gente desea reconocer siempre el mismo entorno, encontrarse siempre ante las mismas formas, así que para qué cambiar.

Pues aunque solo sea por eso, por obligar al mundo a ser un lugar un poco más complejo, más diverso, donde la diferencia no sea solo algo superficial a eliminar o minimizar, sino algo a recuperar como un valor, un bien, un pro y no una contra, una dimensión a explorar en lugar de verla como un obstáculo a superar.

No creo que con este pequeño artículo haya profundizado sobre la raíz del problema de esa necesidad de homogeneizarse, de ese sentirse usando lo mismo que los demás, pero sí espero haber sido capaz de hacer entender que a aquellos que nos preocupa la falta de representación por un sistema bipartidista sean capaces de entender que deben aplicarse a des-simplificar sus vidas en muchos otros frentes.

De esa acción autocrítica nacerá una mayor comprensión de aquellos que adoran los sistemas bi o mono partidistas.

¿o no?

Pan Europeo

Pan Europeo

No sé si se refiere a un pan hecho en Europa, o un pan realizado por alguna deidad de ancestros inciertos o un pan con una vocación europeísta.

Cuando lo vi, lo primero que pensé fue en paneuropeísmo, que, según la wikipedia es «El nacionalismo europeo (también llamado europatriotismo o patriotismo europeo) es el nombre con el cual se define el movimiento político y la corriente de pensamiento que quiere una Europa unida en un solo estado.»

Pero me parecía exótico que un pan se usase a modo de panfleto político, afiche comestible, llamamiento a intentar definir una Europa unida y nacional… no sé si excluyente o incluyente, y, desde luego, pretendiendo ser influyente… aunque poco fluyente, seguramente.

Después, me di cuenta de que de un tiempo a esta parte es más común encontrar las etiquetas nacionalistas tras los productos de consumo, como si eso fuese un valor positivo en el producto: ¿es mejor el pan por ser europeo? ¿tiene los papeles en regla? ¿de qué parte de Europa, que no es ni una ni grande ni libre, es?

Y me sorprendí pensando en lo poco que «vende» el atributo global o mundial… salvo para hablar de males como esa crisis que ya nadie (con dos dedos de frente) tacha de española, europea, estadounidense, para hablar de ella como global.

Aunque, bien pensado, no están bien definidos los límites ni de esa globalidad pretendida, ni mucho menos Europa… y España se desdibuja, quiera quien quiera o no quiera quien no quiera… difuminándose las fronteras en un mar de interconexiones que me llevarían a pensar que la presentación de la información es cada día más compleja, más similar a la neuronal, reticular, pero además menos geométrica, menos simétrica, de mayor valor entrópico… y aquí me pierdo en elucubraciones que no vienen al caso, a partir de este pan cuya miga estaba en la bolsa que lo contenía.

De los funcionarios

Hoy he visto publicada una noticia sobre las medidas contra los funcionarios que se están aprobando sin la repulsa de ningún otro trabajador de la empresa privada, como si no fuese con ellos. La noticia está en el País.com.

Del tópico del cafetito a mediodía al de que los funcionarios se ponen enfermos mucho más que el resto de los ciudadanos. Estos y otros lugares comunes han servido a los sucesivos Gobiernos para añadir argumentos a varias iniciativas que penalizan a los trabajadores públicos: bajadas de sueldo, aumento de la jornada laboral, suplencias y contratos interinos sin cubrir. La última, la propuesta de que estos empleados no cobren su salario íntegro durante los primeros 90 días de baja por enfermedad, ataca una de las partes más sensibles y más incontrolables: la salud. Y además lo hace sin una base estadística que acredite que los funcionarios, en su conjunto, abusen del sistema.

Cada día me encuentro a más gente que ataca a otros colectivos en un intento de focalizar su ira sobre algún culpable que no sean ellos mismos. Incluso queridos amigos que creen este tipo de patrañas, o que los inmigrantes son unos aprovechados o que las mujeres se benefician de tratos especiales o que los jóvenes, o que los ancianos o que los parados o que los que tienen trabajo fijo o los que no lo tienen…

Y es un error. Un error bien planificado por los que ostentan el poder, para deprimir a sus posibles adversarios enfrentándolos entre ellos. Ya lo decía Marx, «paz entre pueblos y guerra de clases». Alguien tuvo la sabiduría de ver que era un problema esa paz y había que conseguir un enfrentamiento permanente dentro del pueblo que le impida unirse. Sin ponerse decimonónico, lo que sí es evidente es que ese tipo de estrategias se siguen usando para desenfocar del punto de mira a causantes de crisis como la actual o para, sencillamente, poder operar sin ser visto, puesto que se atiende a otros conflictos.

Con respecto al mito de que los funcionarios no trabajan, el otro día, en una cena con unos amigos, me encontré defendiendo que eso no es más cierto que en otros sectores. Recuerdo cuando trabajaba en Rural Servicios Informáticos (bancario, privado, muy privado) y varios de los que tenían más de 50 años, más de 20 años trabajando en esa empresa, eran una panda de vagos, de tipos que se juntaban para hacer comidas de empresa que se extendían por encima de la media de una comida normal, gastando barbaridades que, por cierto, pagaba la empresa que no subía sueldos de los que sí trabajábamos, y volvían casi ebrios, con un aroma a cognac y puro caro que daba asco.

Pero no solo no se les podía echar, sino que eran los dueños (o gestores) de la empresa, con lo que ellos mismos se ponían los sueldos millonarios que hacían inviable su despido, puesto que las indemnizaciones alcanzaban cantidades que justificaban tenerlos en nómina hasta que decidieran jubilarse. Por supuesto, además, ocupaban las más altas jerarquías de la compañía y paralizaban cualquier intento de renovación porque les supondría tener que trabajar y dejar de reunirse en absurdas reuniones de sesgado corte machista, con comentarios tan desafortunados como groseros para con gran parte del personal, así como fuera de horarios laborales acordados. Al fin y al cabo, el resto del día no tenían ni siquiera que hacer acto de presencia por sus puestos de trabajo, siempre en despachos de cuero de alta gama negro, con buenas vistas…

Y eso era solo la punta de un iceberg que dominaba la filosofía de la empresa privada en cuestión. Lo viví así en todas las empresas que tuve el gusto o disgusto de conocer.

Recuerdo a mi padre, honrado donde los haya, diciendo que él ya no era un trabajador competente, que era mejor que le jubilasen, que, lógicamente, estaba cansado y no iba a proponer iniciativas (que seguro que luego era exagerado, conociéndole…), y que, en la empresa privada era necesaria la entrada de gente joven, nueva, con ganas de trabajar, de cambiar cosas…

Es natural, en la privada y en la pública (funcionarial) que ese cansancio llegue. Es normal que uno se agote de dar clase siempre o se agote de programar o se agote de hacer una determinada tarea más o menos vocacional, más o menos deseada o más o menos alienante, pero en la empresa privada, además, a esa gente cansada, cada vez con menos ganas de trabajar, se la asciende por el tiempo, se la sitúa en puestos de mayor importancia, en parte por los contactos que, con el tiempo, ha ido haciendo. Es una especie de nepotismo absolutamente asumido como natural. Así que nadie lo critica.

Pero acaban siendo trabajadores que no trabajan o, en el mejor de los casos, que no están capacitados para sus nuevas responsabilidades, que han llegado allí como sargentos chusqueros, sin más mérito que el de aguantar en un lugar sometiéndose a lo que sea necesario. Y esto no ocurre con los funcionarios.

Que hay funcionarios que se agotan de su trabajo es normal, es natural, ya lo he dicho, pero a estos no los ascienden por seguir allí, no les suben el sueldo en un grado tan alto, sino de una manera mucho más razonable, sin llegar a cobrar 30 o 40 veces su sueldo inicial… Y no se hacen dueños de un sistema que quedaría anclado en la inacción.

Pero se sigue diciendo que son vagos, que se enferman con frecuencia (no hablo de lo que ocurre entre muchos compañeros a los que conocí y que no van a trabajar por una resaca, diciendo que tienen gastroenteritis) que atienden mal, que no hacen bien su trabajo… ¡Y en la privada tampoco!

¿Qué se oculta tras esa campaña de desprestigio?

Ya anticipé que se ocultan intenciones tan perversas como enfrentar a la sociedad consigo misma, a los trabajadores contra los trabajadores, en lugar de los trabajadores contra los dueños de las empresas, o contra los mercados… sin entrar muy en detalle a juzgar a estos (hay muchos empresarios honrados y trabajadores, pero otros no lo son y nadie dice que hay que eliminar a los empresarios por ellos).

Además, sabemos que la sanidad y la educación son dos sectores que se pueden poner a subasta, se están vendiendo al mejor postor, a empresas ambiciosas que acabarán por ocupar la posición del estado en la administración de estas labores, con lo peligroso que esto pueda resultar, dejándolos fluctuar a precio de mercado, un mercado que ha demostrado su incapacidad para regularse, para regirse por criterios humanitarios, solidarios o sociales.

¿Y qué pasará cuando esto sea así?

Esas empresas harán lo que quieran, sin control, teniendo a unos profesores, por ejemplo, que también se cansarán cuando lleven años dando clases pero que habrán ido consiguiendo otros puestos de trabajo, aunque estuvieran cualificados para dar clase y no para gestionar un departamento, que les llevará asociados unos sueldos que harán difícil su sustitución, salvo por personal cada vez peor cualificado, becarios, etc, recién salidos de la universidad que podrán dar clase y que durarán unos poquitos años antes de agotarse, buscarse otro trabajo, irse a donde sean más valorados… quedando en el profesorado aquellas personas menos ambiciosas, menos cualificadas, que realizarán ese trabajo por dinero, únicamente por dinero.

Pero eso sí, los comerciales de esas empresas tendrán grandes sueldos, los directivos de esas empresas tendrán grandes sueldos, los marketing de esas empresas tendrán grandes sueldos, los jefes de personal de esas empresas tendrán grandes sueldos… y no serán despedibles, porque no compensará hacerlo, cayendo en una suerte de funcionariado de alto estanding que los alejará de los mortales que no los verán como alguien que ha conseguido una plaza mediante un examen de cualificación, sino que lo han logrado por la sumisión, la permanencia, la ambición… y un nepotismo indetectable y fuera de control.

Mientras tanto, la privatización paulatina llevará a la aparición de una separación más definitiva de las clases sociales, derivada del acceso a la educación que será, definitivamente, segregacionista, basada exclusivamente en los ingresos, de modo que, los de mayor poder adquisitivo tendrán acceso a una educación de mayor calidad y, a la postre, podrán conseguir mejores puestos de trabajo para mantener la separación que les garantice esa mejor situación: Feudalismo!

¿Por qué se acepta por todos como verdadera?

Envidia. Vemos en el funcionariado la ansiada seguridad de un puesto fijo, puesto al que podemos optar, preparándonos, porque siempre ha sido así, no es un puesto inaccesible, como ser rey, o como ser director ejecutivo de una gran empresa, sino que podemos optar a ello y no lo hacemos.

Así que nos acabamos creyendo que son unos vagos porque como tienen un puesto fijo (después, en la mayoría de los casos, de larguísimos años de espera), sin posibilidad de ser despedidos, y que no tienen porqué hacer nada en sus empleos para conservarlos. No es que lo hagan, es que creemos que lo hacen, creemos que tienen más bajas laborales, cuando no hay datos que lo confirmen, creemos que tienen menos ganas de trabajar, que se toman sus tiempos para hacer cualquier cosa… ¡pero en la empresa privada también es así! Hay trabajadores honrados en uno y otro sector, pero nunca se pone en cuestión el sector privado, el modo de contratación que garantiza que alguien, tras 3 años o 4, acabe siendo contratado con un puesto «fijo», del que le tienen que indemnizar para despedirle, sin más prueba de acceso que una entrevista de trabajo arbitraria y realizada por un criterio absolutamente particular: el de la empresa en cuestión.

Entiendo la frustración de muchos los que hablan contra los funcionarios vagos, que claro que existen, pero no entiendo porqué les molesta más que lo que ocurren con los trabajadores de la empresa privada que también los hay. Y también el otro día me aclaró algo de esta incomprensión, mi querido amigo Jens, que dijo que a los funcionarios los pagamos todos…

¡Y a los trabajadores privados también! – añadí. Al fin y al cabo, que los productos o servicios de una empresa sea menos baratos que lo que podrían ser se debe a que hay que pagar a aquellos que, en su mayoría, además, cuadros superiores, se tocan los huevos a dos manos, pero hacen creer que son los más importantes y, por ello, reciben sueldos millonarios y tienen puestos de trabajo mucho más blindados que casi cualquier funcionario.

Pero esto no lo vemos… o no queremos verlo.

Ver que esta campaña de difamación es una falacia significaría asumir que la responsabilidad de lo que ocurre es de todos y cada uno de nosotros, que no podemos seguir echando balones fuera y culpando a los funcionarios, a los inmigrantes, a los jóvenes, a los ancianos, a las mujeres, a los empresarios, a los becarios, a… otro.

Quiero Ser Rey

Nunca los fantásticos temas de La Polla Record han estado tan vigentes como en los últimos tiempos, pero, sin dudarlo, de una rabiosa actualidad es este tema divertido y feroz al mismo tiempo:

Escúchalo:
[audio:https://giusseppe.net/blog/wp-content/uploads/2012/04/La-Polla-Carne-Para-La-Picadora-02-Envidia-Cochina.mp3|titles=La Polla – Carne Para La Picadora – 02 – Envidia Cochina]

ENVIDIA COCHINA

Soy un hombre insatisfecho
y la envidia me corroe
si la ley es para todos y todos somos igual
y si todos somos libres pa elegir ocupación
quiero vivir sin currar y que lo pague el pais
y quiero veranear en el palacio real
seguir así no es para mí
condenar la corrupción
sin pagar contribución
quiero ejercer de gorrón
y vestido de general ver desfilar la juventud
Y hablar a la nación por Navidad vuelvo al hogar.
Quiero besar a los niños
despreciando el terrorismo
quiero aprender a esquiar
sin pisar un hospital
pedir a la población más fe en el pais
jódete tú, yo vivo bien
Tapar la situación, para el calor gafas de sol.
Tener lujo y placer, aprovechar mi sangre azul
Jugar a visitar a desgraciaos, en la miseria.
Quiero vivir sin currar y que lo pague el pais.
Seguir así no es para mí
y quiero veranear en el palacio real
¡Joder! Quiero ser rey. Quiero ser rey.

Esto no es una broma