De buenos y malos

Si ayer hablaba sobre una serie inolvidable que terminamos pertinentemente de ver el fin de semana anterior a las elecciones presidenciales norteamericanas, más propiamente hablando, estadounidenses, hoy quería hablar de una pequeña morralla que veo de cuando en cuando para «desconectar» mi cerebro, para dejar que se vaya a pasear un rato a un lugar tontuno, simplón, sencillote, que me haga sentir que el mundo (sabiendo que no es así) puede ser fácil, comprensible, de buenos y malos.

Cabecera de Leverage (Las reglas del juego)
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Como se ve, es una serie de buenos y malos al más viejo estilo «El equipo A». Pero algunas cosas llaman la atención: comienza la cabecera diciendo «Los ricos y poderosos cogen todo lo que quieren…» Es un mensaje simplista, populista, que les autoriza a ser buenos robándoles. Será por eso de «Quién roba a un ladrón…», pero es que ni siquiera dicen que «los ladrones…», sino «los ricos y poderosos», de donde se deduce que esta serie implica que si hay riqueza y poder es porque hay latrocinio que lo ha generado.

Es una implicación con la que podría estar de acuerdo, pero no lo estoy. No lo estoy por la simpleza del planteamiento, y por la falta de rigor de la proposición.

Por otro lado, y no viendo que incurren en una flagrante contradicción, ellos acaban en erigirse en los malos, que son los mejores buenos, pero también en los que tienen el poder para hacerlo, de modo que, por su argumento, por su mero argumento, acabarían por tener que atacarse a sí mismos. Lo que no dejaría de ser inteligente, pero dudo mucho que el guionista de turno haya pensado en ello más de 5 minutos.

Pero hay una cosa que aún me cautiva más y es el fácil paralelismo entre esta serie que pretende ser empática con los desfavorecidos y algunas propuestas de partes del movimiento 15M. Que, lamentablemente, he de reconocer, que me parecen, con frecuencia, simplistas.

Supongo o quiero suponer que esa necesidad de simplificar es fruto de la lucha ante la impotencia que genera la complejidad del sistema o del mundo o de lo que sea que se desee modificar. Es más asumible esa lucha si el enemigo es más fácilmente identificable. Como alguna vez oí o leí «Contra Franco vivíamos mejor».

Parece que a falta de una dictadura identificable, sencilla de combatir, nos encontramos en este mundo en el que no hay malos y buenos exclusivamente, sino que el sistema en sí es tan perverso que nos hace a todos partícipes de una maldad repartida en diversos grados, donde, por tanto, la diferencia es cuantitativa y no cualitativa.

¿Significa esto que hay que responsabilizarse por los abusos de poder de algunos políticos y de varios banqueros y otros especuladores de altura? Pues en parte sí, por permitir que estén esos políticos representándonos, por permitir que gran parte de nuestro entorno permita que estén. Pero también asumir nuestra pequeña parte de responsabilidad cada vez que hacemos actos como comprar en el DIA, aunque sea porque es más barato, para poder vivir un poco al margen de la sociedad de consumo, pero acabo comprando en el DIA, una multinacional con relativos pocos escrúpulos.

Eso no es óbice para que no pidamos o exijamos responsabilidades (o hacer públicas las mismas) a los que han abusado del poder, tanto económico como político. Pero démonos cuenta de cuándo lo hacemos nosotros, todos y cada uno de nosotros. Yo lo hago. Yo participo de este sistema que me ha convertido en especulador, por esencia. ¿Cómo no serlo?

Espero que encontremos respuestas. Yo siento reconocer que no las tengo.

El Ala Oeste de la Casa Blanca

Durante varios meses, Carmen y yo hemos estado viendo las siete temporadas de esta serie norteamericana, que narra las peripecias del equipo presidencial de los EEUU, dirigidos por un ficticio líder del Partido Demócrata, interpretado por Martin Sheen (con cierto parecido hacia un parcialmente idealizado Bill Clinton).

Dicen en wikipedia, de esta serie:

El ala oeste de la Casa Blanca (título original: The West Wing) es una serie de televisión estadounidense muy popular y ampliamente aclamada por la crítica. Fue creada por Aaron Sorkin y se emitió desde 1999 al 2006. […] La serie está ambientada en el ala oeste de la Casa Blanca, donde se ubica el Despacho Oval y los despachos de los principales miembros del equipo del presidente, durante la ficticia administración demócrata de Josiah Bartlet (Martin Sheen).

Es una ficción, no hay que olvidarlo, pero en ocasiones parece un reportaje, un documental dramatizado, más incisivo que los de Michael Moore, y mucho más ameno. Es una ficción y, sin embargo, parece más un oráculo que una obra de imaginación, parece estar hecha con la intención de fabricar un voto favorable a demócratas del tipo Obama, que, como anoche, ha vuelto a ganar unas elecciones dramatizables hasta dar lugar a posibles obras de ficción.

Ha sido una serie tremendamente buena, que no comprendo porqué no se ve en los canales españoles, enseñándonos un poco sobre lo que de verdad esconde la gobernanza de un país. Los capítulos devanaban las diversas situaciones que enfrentaban los «técnicos» de gobierno, teniendo que negociar con una realidad compleja, muchas veces incómoda, que da lugar a conflictos éticos de manera permanente.

No da soluciones fáciles (a veces sí, pero es ficción!), a problemas realmente complejos, incluso puede que insolubles (¿en agua?). Es rápida, dinámica, de una velocidad tal en los diálogos, con una profundidad en las reflexiones que, en muchos casos, exige una atención muy superior a la habitual delante de lo que a veces se desprecia como caja tonta.

Esos diálogos, famosos hasta conseguir ser el sello de prestigio de Aaron Sorkin, se desarrollan a toda pastilla, durante largos travelings a través de los pasillos y los despachos de ese Ala Oeste, son, sin duda, de una calidad inigualada en ninguna otra serie de televisión y en contadísimas películas.

DebateLa última temporada, sin haber perdido fuerza desde las primeras, aunque, como toda serie (¡de ficción!) pierde algo de emoción, algo de novedad, inevitable, acompaña a unos candidatos por el proceso de elecciones, desde antes de la nominación hasta la investidura, siempre el 20 o 21 de Enero.

El candidato republicano (y todo su equipo) es tratado con respeto, con dignidad, sin caer en las fáciles descalificaciones o considerarlo un estúpido que va en contra de lo único respetable. Es interpretado magistralmente por Alan Alda (que consiguió un Premio Emmy como mejor actor de reparto de una serie dramática en 2006) que, de alguna manera, referencia remotamente a McCain, también como este era un senador presentándose frente a Obama (¡pero esto ocurrió en el 2008!). En la serie, presentándose frente al congresista Santos, un latino atractivo, de unos 45 años, con una mujer también joven y bella, resultando finalmente ganador gracias a la participación del voto latino, del voto negro (las minorías) y ganándose los votos de mujeres, de quienes sabe rodearse convenientemente durante la campaña.

Es sublime el respeto que se tiene de toda la fidelidad al protocolo, de toda la documentación y asesoría que se ve en cada gesto de los ayudantes, de los guardias de seguridad, de las secretarias… hasta el punto de tener por momentos la impresión de estar viendo una noticia en un telediario.

Hábilmente, entrelazan la ficción dramatizada de los acontecimientos políticos con una telenovela de relaciones entre personajes más o menos inverosímiles pero con los que resulta tremendamente sencillo empatizar, logrando, de esta manera, dotar a la serie de más de un nivel de lectura posible, para entretener al tiempo que, en gran parte, resultar formativa, ilustrativa, reflexiva.

Cada capítulo es una obra de arte, un pedazo de documento, una maravilla para almacenar en la memoria, pero, sin duda, el mejor fue el primero de la tercera temporada, capítulo especial que se emitió unos días después del famoso 11-S. Con un rigor maravilloso, sin caer en fáciles posicionamientos superficiales, introduce, en la ficción, lo que había ocurrido en la realidad.

Pero, sobre todo, repito, resulta sorprendente que esta serie terminara de emitirse en 2006. Aún no conocíamos a Obama, aún no sabíamos que en 2 años el sistema entraría en una crisis internacional sin precedentes, aún no sabíamos que el tipo de campañas electorales se iba a parecer tanto a la que se retrata en la séptima temporada de la serie… Fue un completo oráculo, resultaba sobrecogedor sentir que se estaba viendo el futuro.

Reportaje, ficción, documento, información, utopía política, oráculo, reflejo de una sociedad y, además, divertida, entretenida, amena, rápida, profunda, seria, rigurosa… Bufff… por favor, que la gente la vea. Es útil volver a creer en los debates, en la política, representativa o asamblearia, pero en el diálogo, en la razón, en el respeto, en la posibilidad de encarar la realidad con la complejidad que la caracteriza, asumiendo, en parte, los conflictos éticos que serán inherentes a nuestra nueva vida, el modelo de vida que tenemos que encarar, que aprender a manejar, para que no sea quienes sí lo conocen los únicos que lo manejen.

No lo voy a poner más fácil, quien quiera hacer el esfuerzo, que lo haga. Es preciso aprender a responsabilizarse de la necesidad de esforzarse. Es un primer (primerísimo) paso. Pero si no damos este…

Tremenda realidad

Pero bueno, claro que no somos iguales, pero ¿no puede haber igualdad en ese caso? ¿Cuando hablamos de igualdad a qué nos referimos?

En principio, en aquella época remota en la que la reivindicación eran tres palabras, Libertad, Igualdad y Fraternidad, Igualdad hacía referencia a la igualdad de derechos, igualdad de voto, e, incluso, tímidamente, a un horizonte de reducción de la desigualdad social o económica. Pero ¿qué queda hoy de eso?

Leyendo el texto breve sobre la historia de esas palabras en wikipedia, me encuentro con algo que ya había leído, pero que cada día me parece más terriblemente actual:

Durante la ocupación alemana de Francia durante la II Guerra Mundial, el Gobierno de Vichy lo sustituyó por la frase Travail, famille, patrie (Trabajo, familia, patria), para ilustrar el nuevo rumbo del gobierno.

Y hoy…

¿Qué rumbo escogemos para nuestro gobierno? ¿No apetece por momentos agregar la cuarta palabra que completaba aquellas tres?

Demagogia mal pensada

¡Qué estupidez!

Podría haber contestado a este mensaje en FB con un simple:

Si no le gusta matar judíos, no lo haga.

Es simplemente demagógico, superficial, irreflexivo, el publicar imágenes como esta. ¿Es que nadie piensa un poco más allá de lo que lee?

Hummm…

Hoy estoy algo cabreado, ¿será que he leído la prensa?

Ya estoy vaticinando la prohibición de un partido por aplicársele la ley de tales. Y entonces los no-nacionalistas volverán a ser (tachán) mayoría. Bufff… Si pasa, estarán las cosas como para creer en el legítimo derecho a la reivindicación mediante lucha armada. (Insisto: si pasa)

Voy a volver a leer sobre los griegos y etruscos. Mucho más entretenido.

Hierve la sangre

A pesar de que he dejado de leer la prensa porque considero que no me informa con la profundidad que requeriría y no tengo el tiempo para profundizar sobre cada uno de los titulares con fecha de caducidad que proporcionan, me sigo enterando de más cosas de las que en realidad deseo.

En FaceBook alguien colgó este artículo de El País sobre un tipo (no puedo ser más cordial) que afirmó, así, tal cual suena: «las leyes son como las mujeres, están para violarlas». Sí, sin edulcorar, sin modificar, sin necesidad de añadir nada para desprestigiarse a él y a su entorno (no solo su partido político, pero también).

José Manuel Castelao declaró ante algunos consejeros de la mesa que se ocupará de los temas de Educación y Cultura que “las leyes son como las mujeres. Están para violarlas”. (¿De Educación y Cultura? ¡¡¡¡En serio!!!!).

No sé qué pasa, pero me dieron unas ganas terribles de comprar un arma y salir a buscarle.

Dice el periódico, que por supuesto ya ha modificado la noticia, lo siguiente:

El presidente del Consejo General de la Ciudadanía en el Exterior –órgano consultivo y asesor perteneciente al Ministerio de Empleo–, Castelao Bragaño, ha declarado a El País que en las próximas horas presentará su renuncia al director general de Migraciones. Castelao, de 71 años y que fue nombrado el lunes, ha asegurado que su renuncia no tiene nada que ver con el comentario que realizó ante algunos miembros del consejo en una reunión en Santiago de Compostela. Una frase que despertó las protestas entre algunos miembros de este organismo y por la que después pidió perdón.

El tipo, este tiparraco sinvergüenza, se permitió decirlo para violar la ley. Ni más ni menos que mientras la violaba afirmaba esta joya. Y dimite y ya. Se va a su casa con una buena jubilación. Y nadie pide cárcel.

No lo comprendo: Si alguien afirmase que se podía violar la ley, y la violase, y dijese que era tan recomendable como violar a su majestad, lo más seguro es que estuviese en prisión ya mismo. Es más, su partido al completo estaría siendo acusado, por la ley de partidos, de apología de la violencia (y sería cierto) y estaría siendo ilegalizado.

Pero lo hace este facha, este asqueroso canalla y tan solo le piden la dimisión.

Pues no lo entiendo.

Y eso sin entrar en detalles de cómo un «señor» de esta catadura ha llegado hasta esta posición política, este cargo que nos representa a todos los españoles. Sí, ha dimitido y seguro que es más de lo que se podía esperar. Seguro que no es demasiado grave, es un hombre mayor, senil, lo que no le justifica ni lo más mínimo, y con un perfil que lograba pocos votos. No importa su dimisión.

Yo quiero que se le encarcele. Quiero que se lancen contra él acusaciones por incitación a cometer crímenes indecentes, tanto en lo que se refiere a violar mujeres como leyes. Quiero que se olviden también de sus declaraciones y que se fijen en que ha violado la ley. Es un delincuente. Debe pagarlo ante la justicia. O no se podrá creer que España es un país de derecho, como afirma nuestra constitución. Aunque hay poca gente que aún lo crea. Es triste.

No lo entiendo.

Definitivamente, no puedo y no quiero entenderlo.

Entenderlo, asumirlo, aceptarlo… ¿y después?

Errores lógicos

Al lado de esta imagen que estaba mostrada en FaceBook, dentro de una página que sigo sobre la República Española, encuentro el texto siguiente: «Aprende, Mariano Rajoy».

Pero me preocupa que no se den cuenta del error lógico en el que incurren: Que alguien sea estúpido y al mismo tiempo haga algo que le avergüence IMPLICA que diga que cumple con su deber. Resumiendo en formato de lógica de proposiciones, .

Pero que alguien afirme que cumple con su deber NO IMPLICA según esta afirmación que ese alguien sea estúpido y que esté haciendo algo de lo se avergüenza. Es decir:

(p y q) –> r

No es lo mismo que

r –> (p y q)

Sin embargo sí que sería igual a que

¬r –> ¬ (p y q)

Pero la negación de una conjunción puede ser desarrollada y, en este caso concreto, no significa que el hecho de que alguien no diga que cumple con su deber IMPLIQUE que ese alguien no sea estúpido y que no se avergüence, sino que IMPLICA que o no es estúpido o no se avergüenza.

Obviamente, habría que suponer que la premisa de Bernard Shaw es cierta, pero si a ello se sigue que si alguien no dice que cumple con su deber (se cumple ¬r), o bien es que no es estúpido o no tiene vergüenza. En lenguaje de lógica proposicional:

¬r –> (¬p o ¬q)

Lo cual no deja del todo mal a Mariano Rajoy, pues pueden cumplirse una o las dos de las negaciones: que no sea estúpido, que no tenga la más mínima vergüenza o ambas.

Por supuesto, siempre asumiendo que la premisa es cierta, lo cual es mucho suponer…

(No descarto haber tenido algún error lógico en este desarrollo)

La guerra civil española

se quedó a medio hacer.

Este país necesita que se acabe por violencia lo que por violencia se impuso: Dictadura de 40 años, transición y monarquía acordados desde los peldaños ocupados por el régimen del extinto FF.

Me temo que no habrá paz para los malvados.

No habrá paz. No la hay. Vivimos una guerra social casi como si la hubiera escrito un tal Karl.

Ayer se vieron escenas de una represión prebolchevique, como las cargas de los lanceros de Nicolás II.

Leo sobre el Domingo Sangriento y me doy cuenta de que nos vamos acercando a ese momento, a ese crucial instante en el que una revolución es la única salida para acabar con un régimen pseudodictatorial y me acuerdo de mis conversaciones con mi amigo Ulises que siempre critica el régimen cubano por represor… y este régimen, aún sigue pareciéndole democrático?

Sé que no estamos aún en las mismas condiciones que Rusia en 1905. Es más, nunca lo estaremos porque el tiempo no es cíclico y, al mismo tiempo, repetimos patrones. Toda revolución implica violencia. Esto es algo que no solo afirmaba y casi demostraba Troski en un estupendo ensayo sobre las revoluciones titulado Historia de la Revolución Rusa. Y sacado de ese libro es la foto que acompaña esta entrada de este diario que había intentado mantener alejado de lo puramente contextual.

Pero no es posible sustraerse a lo que ocurrió ayer. Será historia, incluso, Historia. Y no estuve.

Pasé y aguardé unos minutos de rigor, durante la marcha que se venía acercando desde plaza de españa al congreso, pero no me quedé: tenía que impartir una clase a un alumno con vistas a la plaza mayor. Es de los del otro lado. De los que ganaron la guerra. Y me contrata para demostrarme su poder… no… no debo pensar así.

Cuando salí eran cerca de las 21:00. No sabía si ir hacia allá, o regresar a casa a encontrarme con mi chica. Llamé a un par de amigas para ver si podía ir acompañado a la manifestación o concentración. No localicé a nadie. No quise ir solo porque me daba miedo. Lo reconozco. Uno de mis máximos temores son las masas de gentes. Aborrezco la irracionalidad que parece necesaria para que un colectivo permanezca unido. Detesto la simpleza a la que se reducen las cosas para aglutinar diferentes opiniones, ese máximo común divisor que es tan pequeño que acaba por ser ridículo. No soporto el insulto, el abucheo vacuo, la descarga de adrenalina que supone sin generación de acción. Y la acción que, alguna vez, se produce, suele ser violenta, porque no queda otra.

La acción violenta, ayer, fue en respuesta a la siempre violenta represión policial, no siempre legítima, abusiva en gran parte y muy politizada en otras ocasiones, como ayer: pulso del gobierno contra la oposición popular, no la oposición partidista que no es verdadera oposición pues en lo esencial coinciden.

Acción violenta hace falta. Mucha falta.

Yo no lo haré, no puedo, no quiero. Pero sé que hace falta.

Ayer pensaba que una violencia más estratégica habría sido delinquir en múltiples lugares alejados del congreso simultáneamente a los actos más violentos de la policía. Delinquir de cualquier modo, aunque preferiblemente con aquellos delitos que no afecten a otros trabajadores o compañeros de esta lucha social, casi de clases que se está entablando: botellón, porros, carreras incontroladas de gente por las calles, cortes de tráfico en diversos puntos, asaltos a edificios más o menos emblemáticos: bancos, oficinas de empleo, administraciones públicas en general… de manera que la policía no pudiese estar en varios sitios a la vez.

Esta crispación acabará mal. No tiene otra forma de terminar. El adormecimiento parece haber empezado a disolverse, como bruma ante el sol.

¿Qué pasará ahora?

Mineros

[youtube_sc url=http://youtu.be/pWd35SMlVSA]

Letra de Antonio Molina

Yo no maldigo mi suerte porque minero nací
y aunque me ronde la muerte no tengo miedo a morir
no me da envidia el dinero porque de orgullo me llena
ser el mejor barrenero de toda Sierra Morena
de toda Sierra Morena.
Bajo a la mina cantando porque sé que en el altar
mi mare queda rezando por el hijo que se va
y cuando siento una pena
lanzo al viento mi cantar.

Soy minero, y templé mi corazón con pico y barrena
soy minero, y con caña, vino y ron me quito las penas
soy barrenero porque a mi nada me espanta
y solo quiero el sonido de una taranta
Compañero, dale al marro pa cantarle mientras al niño
que al compás, del marro quiero repetirle al mundo entero yo
Yo soy Minero

Compañero, dale al marro pa cantarle mientras al niño
que al compás del marro quiero repetirle al mundo entero yo
yo soy minero.

Con Modificaciones de Giusseppe Domínguez

Yo no maldigo mi suerte porque banquero nací
y aunque me ronde la muerte no tengo miedo a morir
no me da envidia el dinero porque de orgullo me llena
ser el mejor financiero de toda Sierra Morena
de toda Sierra Morena.
Bajo a mi banco cantando porque sé que en el altar
mi mare queda rezando por el hijo que se va
y cuando siento una pena
lanzo al viento mi cantar.

Soy banquero, y templé mi corazón con pico y barrena
soy banquero, y con caña, vino y ron me quito las penas
soy financiero porque a mí nada me espanta
y solo quiero el sonido de una taranta.
Compañero, dale al marro pa cantarle mientras al niño
que al compás, del marro quiero repetirle al mundo entero yo
Yo soy banquero.

Compañero, dale al marro pa cantarle mientras al niño
que al compás del marro quiero repetirle al mundo entero yo
yo soy banquero.

Y otro ejemplo dramático, esta vez con letra de Victor Manuel:
[audio:https://giusseppe.net/blog/wp-content/uploads/2012/07/11-La-planta-14.mp3|titles=Victor Manuel – En la planta 14]

En la planta catorce del pozo minero
de la tarde amarilla tres hombres no volvieron
hay sirenas, lamentos, acopasados aies
a la boca del pozo.

Dos mujeres de luto anhelando dos cuerpos
y una madre que rumia su agonía en silencio
es el tercero.

A las diez la luna clara
se refleja en las sortijas del Patrón recién llegado
con sombrero, gravedad y su aburrido gesto.
El ha sido el primero, vendrán gobernadores
alcaldes, ingenieros.
tratarán de calmar,
la presentida viuda que se muerde el pañuelo
no sabrán acercarse a la madre que les mira
con los ojos resecos.

A las doce el patrón mirara su reloj
los otros ya se fueron
y en un punto y aparte esbozará un fastidio
mientras piensa ¿pero donde están estos?

Ha llegado otro relevo de bomberos
y la una menos diez era la noche
el primero muerto
Sentados en el suelo, los mineros
se hacen cruces y reniegan de Dios
quién diría les pillara de sorpresa la tragedia repetida
a veces el más bravo se le queda
mirando fijamente al patrón
con dientes apretados
Y el patrón con sombrero,
tiene dos policías a su lado no hay cuidado

Tres horas lentas pasan
a la luz de las linternas asustadas
el cura con los ojos arrasados
al segundo le va uniendo sobre el pecho las manos
y un chaval de quince años
mientras llora impotente se abraza contra un árbol
y el chófer del patrón con su gorra de plato
se siente desplazado, es un hombre prudente,
bien domado.

El rocío ha calado hasta los huesos cuando sale el tercero
le recibe con sonrisa gris azul la madrugada
y con voces los mineros
mientras se abrazan todos y uno de ellos
el mas fiero por no irse al patrón
llora en el suelo.

Otra versión imposible:

En la planta catorce del pozo banquero
de la tarde amarilla tres hombres no volvieron
hay sirenas, lamentos, acopasados aies
a la boca del pozo.

Dos mujeres de luto anhelando dos cuerpos
y una madre que rumia su agonía en silencio
es el tercero.

A las diez la luna clara
se refleja en las sortijas del Patrón recién llegado
con sombrero, gravedad y su aburrido gesto.
El ha sido el primero, vendrán gobernadores
alcaldes, ingenieros.
tratarán de calmar,
la presentida viuda que se muerde el pañuelo
no sabrán acercarse a la madre que les mira
con los ojos resecos.

A las doce el patrón mirara su reloj
los otros ya se fueron
y en un punto y aparte esbozará un fastidio
mientras piensa ¿pero donde están estos?

Ha llegado otro relevo de bomberos
y la una menos diez era la noche
el primero muerto
Sentados en el suelo, los banqueros
se hacen cruces y reniegan de Dios
quién diría les pillara de sorpresa la tragedia repetida
a veces el más bravo se le queda
mirando fijamente al patrón
con dientes apretados
Y el patrón con sombrero,
tiene dos policías a su lado no hay cuidado

Tres horas lentas pasan
a la luz de las linternas asustadas
el cura con los ojos arrasados
al segundo le va uniendo sobre el pecho las manos
y un chaval de quince años
mientras llora impotente se abraza contra un árbol
y el chófer del patrón con su gorra de plato
se siente desplazado, es un hombre prudente,
bien domado.

El rocío ha calado hasta los huesos cuando sale el tercero
le recibe con sonrisa gris azul la madrugada
y con voces los banqueros
mientras se abrazan todos y uno de ellos
el mas fiero por no irse al patrón
llora en el suelo.

El monopolio y el bipartidismo

Oigo hablar desde muchos ángulos criticando el bipartidismo PP-PSOE que, efectivamente, no es ni siquiera muy bi (de 2) partidismo, puesto que a penas se diferencian. Algunos amigos y algunas amigas lo critican como causa de que la democracia no esté representando con verosimilitud una pluralidad mucho mayor en lo directo, en las diferencias que, realmente, existen.

Pero yo me pregunto porqué no se cuestionan estas mismas cosas cuando confunden Internet con Google, cuando confunden sistema operativo con windows, red social con FaceBook-Twitter, web con internet, blog con web…

Quizá es un problema de buscar simplezas, respuestas simples ante mundos complejos, mundos que, gracias a su complejidad, nos dotaban por primera vez en la historia de herramientas que podrían hacernos ser más libres, más poderosos, más hábiles.

Pero requieren esfuerzo, requieren luchar un rato a la contra, como contra el bipartidismo, ese tan falso que no, que no, que no nos representa…

Voy a aclarar un par de cosas:

Internet es una red pública basada en un protocolo de comunicaciones (IP) que lo único que hace (simplificando) es asignar un número a un dispositivo, habitualmente un ordenador. Que la gestión de muchos de sus competencias, como la asignación territorial de esos números o la conversión de los mismos a nombres sea privada no significa que la red sea privada. Que haya redes privadas que utilicen ese mismo protocolo asignando números con esos mismos formatos, no significa que internet sea privada.

Pero, sobre todo: Internet no es la web.

La web, lo que la gente llama la web, es un conjunto de servidores que operan atendiendo un protocolo (HTTP) de la familia de protocolos TCP/IP. Así, podríamos decir (simplificando) que la web está incluida en internet, pero no al revés. Esto significa que no deberíamos dejarnos caer en la simpleza monopartidista de pensar que en Internet solo hay web. Hay otros muchos protocolos que se usan para cosas tremendamente útiles, como POP/SMTP, FTP, varios VoIP…

Y esta simpleza se lleva aún más lejos y más peligrosamente cuando se asocia Internet (ya simplificada a solo web!) a una empresa, como es el caso de lo que está consiguiendo Google. Hasta llegar a afirmarse que si algo no está en google… Google no es Internet: Google es un servidor de los servicios web.

Pero bueno!!!! Google es (entre otras cosas) un servicio de búsqueda en la web, es decir, está incluido en un gigantesco maremagnum de servidores web, dentro de los cuales no es más que uno más, un servidor avanzado, un buscador, un portal de búsquedas y servidor de correo electrónico asociado, pero no es y no deberíamos decir que es Internet. Y pedir que me borren de google no es pedir que me borren de internet… ¿se entiende?

Me encuentro cada día más gente que busca todo, incluso lo que sabe dónde está, en google… haciendo de esta herramienta la llave para acceder a Internet. ¿Nadie es consciente del peligro de dar esta llave de algo público a una empresa privada?

El correo electrónico de la inmensa mayoría de la gente es de google (gmail) o microsoft (hotmail) y a nadie parece preocuparle mucho: es como si el planeta entero fuese bipartidista. Y esto es mucho más grave que la mierdita PPSOE que solo afecta a españa.

Y qué decir de los famosos servicios de redes sociales, como FaceBook o Twitter, que desean eclipsar a las otras dos empresitas mencionadas anteriormente. Una red social no es Face o Twt… este invento de las redes sociales no es más que un servidor web con una base de datos muy sofisticada, poco más que un servidor web con un gestor personalizado de contenidos, esa herramienta orwelliana que hace las maravillas de estados que deseen saber detalles íntimos de sus ciudadanos por voluntad propia.

Pero no me preocupa, de nuevo, qué cosa sean, sino que solo haya 2 o 3 famosas usadas por una enorme cantidad de la población mundial. Y son privadas. Son 2 empresas privadas.

Y qué decir del mundo de los sistemas operativos donde Windows ha conseguido una cuota del mercado de más del 80%. Y junto con MacOS, casi llega al 95% de los sistemas operativos de personal computers, alias PCs.

Y son otras 2 empresitas… las que representan el uso operativo de los ordenadores del mundo entero. Así que lo del bipartidismo PPSOE sigue palideciendo hasta parecer insignificante.

¿Por qué tenemos esa necesidad de homogeneizar?

Es cierto que se mejoran las cosas si se pueden hacer compatibles, especialmente en lo tecnológico, pero se podrían fabricar estándares compatibles que puedan ser usados por varios (colectivos, empresas, organismos), como ocurre con la tecnología IP, o el protocolo de comunicaciones HTTP, sobre los que es fácil desarrollar múltiples navegadores, por ejemplo, que repartirse la cuota de mercado, pero incluso así, la gente desea reconocer siempre el mismo entorno, encontrarse siempre ante las mismas formas, así que para qué cambiar.

Pues aunque solo sea por eso, por obligar al mundo a ser un lugar un poco más complejo, más diverso, donde la diferencia no sea solo algo superficial a eliminar o minimizar, sino algo a recuperar como un valor, un bien, un pro y no una contra, una dimensión a explorar en lugar de verla como un obstáculo a superar.

No creo que con este pequeño artículo haya profundizado sobre la raíz del problema de esa necesidad de homogeneizarse, de ese sentirse usando lo mismo que los demás, pero sí espero haber sido capaz de hacer entender que a aquellos que nos preocupa la falta de representación por un sistema bipartidista sean capaces de entender que deben aplicarse a des-simplificar sus vidas en muchos otros frentes.

De esa acción autocrítica nacerá una mayor comprensión de aquellos que adoran los sistemas bi o mono partidistas.

¿o no?

Pan Europeo

Pan Europeo

No sé si se refiere a un pan hecho en Europa, o un pan realizado por alguna deidad de ancestros inciertos o un pan con una vocación europeísta.

Cuando lo vi, lo primero que pensé fue en paneuropeísmo, que, según la wikipedia es «El nacionalismo europeo (también llamado europatriotismo o patriotismo europeo) es el nombre con el cual se define el movimiento político y la corriente de pensamiento que quiere una Europa unida en un solo estado.»

Pero me parecía exótico que un pan se usase a modo de panfleto político, afiche comestible, llamamiento a intentar definir una Europa unida y nacional… no sé si excluyente o incluyente, y, desde luego, pretendiendo ser influyente… aunque poco fluyente, seguramente.

Después, me di cuenta de que de un tiempo a esta parte es más común encontrar las etiquetas nacionalistas tras los productos de consumo, como si eso fuese un valor positivo en el producto: ¿es mejor el pan por ser europeo? ¿tiene los papeles en regla? ¿de qué parte de Europa, que no es ni una ni grande ni libre, es?

Y me sorprendí pensando en lo poco que «vende» el atributo global o mundial… salvo para hablar de males como esa crisis que ya nadie (con dos dedos de frente) tacha de española, europea, estadounidense, para hablar de ella como global.

Aunque, bien pensado, no están bien definidos los límites ni de esa globalidad pretendida, ni mucho menos Europa… y España se desdibuja, quiera quien quiera o no quiera quien no quiera… difuminándose las fronteras en un mar de interconexiones que me llevarían a pensar que la presentación de la información es cada día más compleja, más similar a la neuronal, reticular, pero además menos geométrica, menos simétrica, de mayor valor entrópico… y aquí me pierdo en elucubraciones que no vienen al caso, a partir de este pan cuya miga estaba en la bolsa que lo contenía.

Esto no es una broma