Llevo toda la pandemia acordándome de esta versión de Resistiré

[youtube_sc url=»https://youtu.be/PTH3WS_zBGg»]

Parece ser que está de moda (por decirlo con sorna) salir a las ventanas a las 20:00 a aplaudir a personal sanitario de los hospitales que quedan en pie tras la privatización que solicitó el pueblo soberano tener en las elecciones que han tenido lugar en los últimos lustros en este país y sus diferentes autonomías.

Dentro de esa algarabía de aplausos y saludos, se ha comenzado a poner música en los balcones y ha hecho furor la versión de El Dúo Dinámico titulada «Resistiré» con una letra, como casi todas las del Dúo (de quienes fui ferviente seguidor en mi adolescencia). Sin embargo, siempre preferiré la homónima canción de Barón Rojo que añado al final del texto.

Resistiré, del Dúo Dinámico

Cuando pierda todas las partidas
Cuando duerma con la soledad
Cuando se me cierren las salidas
Y la noche no me deje en paz
Cuando sienta miedo del silencio
Cuando cueste mantenerme en pie
Cuando se rebelen los recuerdos
Y me pongan contra la pared
Resistiré, erguido frente a todo
Me volveré de hierro para endurecer la piel
Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte
Soy como el junco que se dobla
Pero siempre sigue en pie
Resistiré, para seguir viviendo
Soportaré los golpes y jamás me rendiré
Y aunque los sueños se me rompan en pedazos
Resistiré, resistiré
Cuando el mundo pierda toda magia
Cuando mi enemigo sea yo
Cuando me apuñale la nostalgia
Y no reconozca ni mi voz
Cuando me amenace la locura
Cuando en mi moneda salga cruz
Cuando el diablo pase la factura
O si alguna vez me faltas tú
Resistiré, erguido frente a todo
Me volveré de hierro para endurecer la piel
Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte
Soy como el junco que se dobla
Pero siempre sigue en pie
Resistiré, para seguir viviendo
Soportaré los golpes y jamás me rendiré
Y aunque los sueños se me rompan en pedazos
Resistiré, resistiré

Ingenuo de mí, lo que me imaginaba es que la gente cantaba a voz en grito la versión de Barón Rojo… oh, triste Barón, de quién se apagó su gloria…

Resistiré
Barón Rojo

Criminales disfrazados,
seres sin razón ni piedad.
No hay palabras en el mundo
que definan vuestra maldad.
Por dinero asesináis,
por placer aniquiláis,
por poder nos destruis.
Suciamente mentís
aunque siempre vigiléis
y mis datos proceséis
no es tan fácil hacerme callar.

Resistiré,
Resistiré hasta el fin
Resistiré,
Resistiré hasta el fin.

Ordenáis a los profetas
que hablen de la guerra mundial.
Lleváis siglos maquinando
el final de la humanidad
y queréis hacer creer
que os importa nuestro bien
pero oculta en el disfraz
hay un arma mortal.

Nos habláis de sumisión,
nos pedís resignación
pero no me dejaré engañar.

Resistiré,
Resistiré hasta el fin
Resistiré,
Resistiré hasta el fin.
Yo maldigo…

 

Poemas de Miguel Hernández

No me puedo creer que se estén retirando poemas de Miguel Hernández de un monumento (más que necesario) de homenaje a las víctimas de la represión de la dictadura de Franco en estos momentos.

No me puedo creer que haya debate acerca de si debe o no ser delito la exaltación del franquismo, mientras se protestaba sobre la exhumación de los restos de un cadáver de un dictador y golpista contra la legalidad democrática y se tachaba de agitación populista la ley de recuperación de memoria histórica que permita superar (sí, superar, no airear ni enterrar) una fase de nuestra historia que debería ser unánimemente rechazada o vilipendiada y no «comprendida» cuando no directamente justificada o, más aún, reivindicada. ¿No está amparado ese comportamiento ya en los delitos de odio o en la Ley de Partidos?

No me puedo creer que este texto no se haya deseado respetar como si se negase su veracidad, allende otras cuestiones que también podrían destacarse (y ya se ha hecho y venido haciendo desde hace casi 80 años) sobre otras victimas de un conflicto fratricida.

Finalizada la Guerra Civil, la dictadura del general Franco reprimió ferozmente a sus enemigos políticos. Consejos de guerra carentes de cualquier garantía procesal dieron lugar a numerosas ejecuciones por fusilamiento o garrote vil.

No me puedo creer que no se exija un posicionamiento radicalmente contrario y explícito (tan explícito como se le exigió en su día a Bildu el rechazo de la lucha armada y el alejamiento de ETA) (Noticia de ABC, ni más ni menos), insisto, que no se exija un posicionamiento claro ante aquel atentado contra la República elegida por el pueblo el 14 de Abril de 1931, de manera que ante medias tintas se aplique con rigor absoluto, con todo el peso correspondiente, la criticable Ley de Partidos que sí se aplicó en su momento en Euskadi para justificar la prohibición de los partidos de izquierda abertzale que representaban (electoralmente, tanto como VOX, por poner un ejemplo) el sentir político de un gran sector de la población vasca y que llevó al poder a la alianza formada por el PP y el PSOE que no tuvieron reparos en aquel entonces en permitir gobernar a Patxi López durante cuatro años para impedir que el bloque nacionalista pudiese hacerlo.

No me puedo creer que aparezcan marquesinas con carteles en las calles de Madrid protestando contra lo que consideran adoctrinamiento de género y que bajo un mensaje victimista (por cierto, para cuando critican el victimismo en la parte contraria) esconden a plena vista un delito de odio y un mensaje contrario a la legislación vigente (porque la legislación es la que están cuestionando, sin ser cuestionados por ello, como sí lo es inmediatamente cualquiera que defienda una posible independencia de un territorio que actualmente forma parte de la unidad a la que denominamos españa).

No me puedo creer que la aprobación de la presencia de esos mensajes en espacios públicos esté regulado por administraciones públicas garantes del derecho vigente.

No me puedo creer que todo esto esté pasando en esta comunidad en la que habito por elección de una mayoría representativa (no entro a cuestionar número de votos, ni el modo en el que el sistema está constituido).

No me puedo creer que el alcalde de esta ciudad que recolectó una buena tajada de votos amparándose en la inutilidad de la medida más controvertida de la anterior regidora, el polémico Madrid Central, ahora apueste por una medida como la de fomentar líneas de autobuses municipales (las líneas 001 y 002) gratuitas y que viajen por el centro presumiendo de ser cero contaminantes… después de la batalla cruenta dada y la negación de la existencia de cambio climático provocado (o cuando menos amplificado) por los seres humanos, sumándose a lo que hace menos de un año habrían calificado de medida populista, bolivariana o similar, sin ni siquiera asumir su error que fue incluso llevado a los tribunales (afortunadamente).

No me puedo creer que el ayuntamiento de la capital de este país en el que he nacido no vaya a lanzar un mensaje institucional contra la violencia de género el 8 de marzo, el día internacional de la mujer, dando a entender su innecesaria presencia por omisión, por dejación de responsabilidad, por falta de empatía con una violencia claramente presente en la sociedad en la que habito de manera estructural, cultural y, por supuesto y evidentemente, física.

No me puedo creer que se esté llevando a juicio a alguien por decir cagarse en un ser imaginario más o menos colectivo, más allá de que hiera susceptibilidades pues las susceptibilidades de todas aquellas personas que consideramos que un dios es más o menos lo mismo que la Dulcinea del Toboso no son en absoluto tenidas en cuenta en un país que dice ser laico en uno de los artículos de su constitución (el primero, creo recordar, para más inri). Por cierto, no me puedo creer que se defienda lo que se denomina el constitucionalismo a capa y espada (o a piedras) y luego se ignore que la constitución (que constituye la base o piedra angular de nuestro sistema legal y del estado que se denomina de derecho en virtud de ella) proclama el laicismo.

Me escandaliza sentirme cerca de tantas personas cuyo pensamiento e ideología consiente que las víctimas del franquismo sigan sin representación institucional, que las mujeres sigan considerándose ya suficientemente en igualdad de derechos y protegidas como corresponde a un estado proteccionista como es el nuestro (y lo digo con orgullo) ante discriminaciones en función de su sexo, así como otros colectivos no están lo bastante protegidos de esa discriminación por otros motivos como el religioso, el étnico (vaya, la raza, para quienes aún, con incultura manifiesta, quieran seguir denominándolo así), o la afiliación política.

No me puedo creer que se normalice el hecho de infrarrepresentar los colectivos alejados de la norma hetero-patriarcal (no es una expresión que me entusiasme, pero resume bien lo que se busca por parte de sus defensores y defensoras) y sean ninguneados cuando no directa y abiertamente cuestionados en sus conductas, en sus hábitos, así como permitida toda expresión contraria a los mismos amparándose (¡manda cojones!) en la libertad de expresión.

No me puedo creer que esta sea la realidad que me toca vivir. Y no sepa ni qué hacer, más allá de expresar mi repulsa cuando no mi intolerancia abierta y sin tapujos con estas formas de comportarse la sociedad a la que llamamos democrática y que ampara este odio, este rechazo, esta intolerancia, esta cantidad de injusticias, de desigualdades no amparadas en la constitución a la que se dice desde casi cualquier posición política venerar.

Sé que hay matices. Sé que hay lugar a debate. Sé que hay modelos económicos y sociales que no son los que yo elegiría. Sé que hay sensibilidades religiosas que me resultan algo incomprensibles. Sé que hay parlamentos y en ellos corresponde parlar, como su nombre indica, gritarse, enfrentarse, dar pie a discusiones que acuerden unas posturas con las que puedo no estar de acuerdo, pero que tolero (faltaría más) y acato (no solo por imperativo legal) pues son fruto de la convivencia en un estado democrático pluripartidista.

Pero también sé que hay líneas rojas que no estoy dispuesto a aceptar franquear (en mi humilde círculo de amistades, conocidos, etc):

Si opinas que no es necesaria una ley integral de violencia de género porque consideras que las mujeres y los hombres estamos en igualdad de condiciones, y a esa ley la denominas adoctrinamiento de género, puedes estar seguro o segura de que no quiero que estés entre mis amistades. Ahorrémosnos el enojo.

Si opinas que la homosexualidad se cura, que los inmigrantes sobran, que España es una grande y libre, e incuestionable en su estructura territorial (cuestionamiento que conllevará un debate), puedes estar seguro o segura de que no quiero que estés entre mis amistades. Ahorrémosnos el enojo.

Si opinas que el franquismo fue «necesario» o, tan siquiera, «conveniente» para el buen desarrollo de España o bien que las violencias que se cometieron en nombre de Dios, la Patria y la Fe son justificables; o incluso me vale con que consideres que las víctimas de ambos bandos (uno golpista y otro democráticamente elegido, para entendernos), ya es hora de dar por zanjada la batalla y olvidarlo pues no es necesaria una recuperación de la memoria histórica que ponga en su lugar a quién fue quién en aquel periodo, puedes estar seguro o segura de que no quiero que estés entre mis amistades. Ahorrémosnos el enojo.

Ayer, casi sin pensarlo

Ayer me di cuenta
(casi sin pensarlo)
que por primera vez en mi vida
más de uno de los miembros
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
era alguien a quien yo había votado
para que llegase a ser
miembro
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
y casi me hizo ilusión.

Estaba tan acostumbrado
a votar sabiendo que mi voto
no iba a estar representado
en los miembros
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
que ya ni pensaba en quienes eran
las personas que pasaban a ser
miembros
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa.

No estoy lamentándome con ello
del sistema de representación parlamentaria
que elije a los miembros
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
ni tan siquiera protestando
por la Ley D’Hont
que dificulta la representatividad
de formaciones que no alcancen ciertos
mínimos en las elecciones
debido a la división por circunscripciones provinciales
cuando yo siempre habría defendido
(y sigo defendiendo)
la circunscripción autonómica
a pesar de infrarrepresentar
a provincias de escasa población
dentro de autonomías extensas y desequilibradas.

En alguna ocasión
ha llegado a ocurrir
que alguien a quien yo hubiese votado
ha alcanzado a gobernar
partes o fragmentos de esta nación
a la que llamamos españa
y quizá por ello había olvidado
que en ninguna de las elecciones nacionales
ninguna de las personas que yo había votado
habían llegado jamás a ser miembros
del gobierno de eta nación
a la que llamamos españa.

Así que ayer me di cuenta
(casi sin pensarlo)
que por primera vez en mi vida
más de uno de los miembros
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
era alguien a quien yo había votado
para que llegase a ser
miembro
del gobierno de esta nación
a la que llamamos españa
y casi
(solo casi)
me hizo ilusión.

Absurda imagen o lo poco que importa una cumbre del clima

Que exista esta imagen junto a este artículo lo dice todo de la importancia que, en realidad, le damos a una cumbre internacional sobre el clima, al cambio climático, a todo lo que no sea bailar y vivir la vida loca (y nunca mejor dicho), olvidando que habrá un mañana, que quizá no sea muy habitable para la especie humana y cuyas consecuencias (que los políticos han considerado demasiado ignorables para no perder votantes del presente que es el cortoplacismo que les importa) serán y están siendo demoledoras en términos de desplazamientos poblacionales (nadie emigra por placer, eso se llama turismo), amén de desequilibrios socioeconómicos más agudos que conllevarán más inestabilidad social que no se podrá ignorar… porque estará en la puerta de las casas, incluso de aquellas personas que pueda afrontar vivir en zonas de exclusión de pobreza, barrios ricos reservados para poderes adquisitivos altos, con seguridad privada, etc, pero que no dejarán, lo sepan estas personas o no, de ser guetos, de ser pequeñas cárceles en las que habitan en su falsa sensación de seguridad y mucho más ficticia libertad.

Lástima que hayan sido necesarias nuevas elecciones

Ahora nos felicitamos del acuerdo al que han llegado Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para intentar formar un gobierno que supere los obstáculos que habrían afrontado en las pasadas elecciones del 28 de abril de este mismo año si hubiesen hecho lo que ahora hacen, pero:

¿Por qué no fue posible un acuerdo PSOE-Podemos entonces y sí lo es ahora?

No solo es achacable al desplome de Ciudadanos, que tentó al PSOE para no realizar una deriva a la izquierda, ni al auge desmedido de la ultraderecha, sino también a que parece que vamos aprendiendo a vivir en un parlamento en el que el bipartidismo ni está ni se le espera y los votantes no castigaremos a un partido que pacta para gobernar con alguien que no nos gusta, como pueda ser para quienes votaron al PSOE el entender que es viable un pacto con PODEMOS para gobernar (después de tanta carencia de gobierno, lo agradece mucha gente, parece ser), ni en PODEMOS se oyen voces de «con Sánchez no»… y ya ni siquiera se oyen esas mismas voces en el desolado local de Ciudadanos.

Hay que comprender que hay que unirse con quienes se nos parecen más o menos, para alcanzar acuerdos…

En Euskadi o en Catalunya llevan haciendo esto desde hace décadas y no les sorprende, pero en España es nuevo (desde tiempos de la Segunda República) esta forma de hacer y entender la política que habría provocado que, si Sánchez (o Iglesias) hubiesen aceptado a la primera un acuerdo, sus partidos hubiesen sufrido un varapalo de incomprensión, inaceptación o como lo queramos denominar.

Pero visto lo visto, parece que entenderse es lo que toca.

¿Seremos capaces de asumir que también hay que entenderse con una buena suerte de partidos con representación nacional de preferencia local, como son los nacionalistas?

Es imposible, sin abstenciones casi inimaginables, una legislatura tranquila sin acuerdos con partidos como ERC o JuntsXCat… Así que toca seguir aprendido lecciones de negociación, en lugar de enfrentamientos o dictaduras… que eso sí parece que lo sabemos manejar.

España va saliendo del armario

52 escaños un partido heredero directo y sin vergüenza (y sinvergüenza) de Fuerza Nueva o Falange ha logrado en las elecciones de ayer domingo.

Más de tres millones y medio de personas han votado xenofobia, machismo, totalitarismo, nacional catolicismo… amén de los votantes de las otras formaciones de derechas que defienden casi lo mismo pero con algo más de pudor en las formas.

Pero yo siempre he visto que estaban ahí, agazapados o no tanto, dependiendo del contexto, los millones de españoles que son muy mucho españoles por encima de ser personas empáticas, que estaban ahí reclamando que se dejase en paz (descansando en paz) los restos de la dictadura franquista, los que anhelan una grande y libre (para según quién), los abanderados, los amantes de los militarismos…

Y han salido al ruedo (ese que defienden, lleno de toreros) a demostrar su músculo. Sí, tienen músculo retrógrado y abusón, músculo de venas hinchadas, músculo de guerra, violencia, odio…

Han salido de ese armario en el que se metían discretamente en las conversaciones y al que hemos llamado «cuñadismo»… para reivindicarlo como opción política: la tercera opción política por número de escaños de este país de «cuñados».

Han salido de ese armario popular en el que estaban camuflados, aunque a veces no tanto y se veían bajo los bigotes de algún que otro político o política, agazapados para saltar a cazar… a gritar, a vociferar, a hacer ruido… y consiguen, aunque nos pese (¿a quiénes?) ser escuchados y obtener ni más ni menos que 52 escaños de un congreso que un día estuvo tiroteado por un tal Tejero a quienes seguro que consideran un salvador de la patria.

Sí. Tengo miedo.

Normalizar que la ultraderecha esté representada en ese congreso es peligroso, como lo fue la entrada por las urnas de Hitler en el poder…

Ecologismo de ricos

A veces pienso que el ecologismo es un invento de las clases dominantes (aunque resulte algo demodé hablar de clases sociales, como si ya no las hubiera o hubiese) pues acaba resultando un esfuerzo que recae en las personas menos favorecidas llamadas a, básicamente, consumir menos, a sentir cierta culpabilidad permanente por no ser capaces de reparar los daños que realizan o realizamos… y en última instancia a sufrir las consecuencias de los mismos, algo que no atañe nunca o no parece hacerlo a quienes tienen recursos suficientes como para poder donar, de cuando en cuando, una cantidad de dinero a alguna ONG que blanquee su conciencia, adquirir productos de comercio justo o de proximidad, comprarse un coche eléctrico sin reparar en gastos, instalar paneles solares o incluso, tener varios cubos de basura de diversos colores en sus ingentes viviendas donde poder arrojar sus múltiples desperdicios.

Otras veces, pienso que el ecologismo (ecofeminismo) es la única opción política aceptable…

Y, entre ambas cosas, me debato estérilmente.

Ahora seguimos hablando de lo que nos digan

Listado de feminicidios y otros asesinatos de mujeres cometidos por hombres en España en 2019

81 feminicidios y otros asesinatos de mujeres en lo que va de 2019.
Superaremos el centenar.

¿Dónde está la emergencia nacional?
¿Dónde están los antidisturbios en este caso?
¿Dónde está la exigencia de mano dura?
¿Dónde está la condena unánime y sin ambages?
¿Dónde están los gritos en las calles?
¿Dónde está la manifestación semanal hasta que esto termine?
¿Dónde está la dedicación masiva de prensa?
¿Dónde está el rechazo social unificado?
¿Dónde están los políticos que gritan?
¿Dónde?

El silencio del ruido

Una forma
perversa
perfecta
de llegar al silencio
es mediante el ruido
mucho ruido
tanto ruido
que el ruido
no deje oír
no deje escuchar
no deje saber
no deje prestar atención
a nada que no sea
el ruido
mucho ruido
tanto ruido
que el ruido
es el único estímulo
para que el silencio
se imponga
sobre lo que no sea ruido
y no se oíga
no se escuche
no se sepa…
nada más
que
el
ruido.

Esto no es una broma