Algunas notas a vuelapluma

Notas en cuadernos viejos que quizá ya no tienen la más mínima importancia y fueron anotaciones contextualmente relevantes:

  1. Si la fotografía no contiene ningún significado, ¿Qué sería una fotografía de la palabra significado?
  2. «El tiempo es oro», sí, vale, pero ¿qué tiempo? ¿Es lo mismo el tiempo convaleciente que el tiempo de trabajo, o el tiempo de disfrute? ¿Qué es «ser oro»? ¿Por qué el oro es importante? ¿Es importante el tiempo?
  3. Referencia a la redefinición del espacio en virtud de la velocidad y el tiempo dada la constante de la velocidad en el vacío, la famosa «c». s=vt. ¿Cómo se redefine un segundo? ¿Por qué el Cesio?
  4. Volver a la intención: Usáis palabras sencillas versus movimientos sencillos. Pero ¿que sería un movimiento «ready made»?
  5. ¿Cómo condiciona un acto artístico o dancístico la logística? Tiempo, espacio, papel… etc. En danza o en Poesía, la restricción estimula la creatividad. La restricción siempre existe, aunque no siempre se conoce o se tiene conciencia de su existencia.
  6. La vida como límite/restricción fundamental. ¿El error importa? ¿Cómo y por qué? ¿La ética de la danza?
  7. ¿Cómo son los huesos de un ornitorrinco bebé? Poema de Iker Amutxastegi de Números Transfinitos.

Garabatos

garabatos o guarismos
pintarrajeados en un papel
plebeyo
como quien no hace nada importante
como quien no hace nada serio

dibujando flechas
tachonadas de rayas perpendiculares
que acaben por formar
la figura de sardinillas esqueléticas
raspa de pescado blanco de río
o
cometas sin hilos
figuras geométricas
mal terminadas
o
curvas de funciones matemáticas
sin ejes cartesianos
que las encarcelen

escribiendo
textos sin sentido
ni conexión alguna con las imágenes
todo con un bolígrafo bic
que remita a la infancia
plagada de azul en los dedos
y barro en los bajos del pantalón

garabatos
guarismos arábigos
que marquen las páginas
del cuaderno
a modo de numeración
no correlativa
no sucesiva
incluso
de cuando en cuando
simultánea

intentar no pensar
dejar fluir la cabeza por otras actividades
que no sean las de las manos
disociación gráfica
dispersión espiritual
atea

dejar que surja
lo que surja
con la espontaneidad
calculada
sobre la raíz cuadrada
de un número negativo

y poco a poco
terminar
rematar

matar
el tiempo
dormido

y dormir

Aquí no estoy/estás

Basándome en un verso de Sara Mansouri Bellido («Y aquí estoy, perdida»), me apetecería hacer un libro de mapas (un atlas) situando la típica frase, pero invertida: Aquí no estoy, escrito sobre distintos mapas, preferiblemente en papel. Ya veremos cómo lo hago.

Otra opción sería una serie de mapas digitales en las que estuviera escrito ese texto. Lo importante, no obstante, es saber que no estoy ahí, o aquí, porque estoy, quizá, perdido en donde estoy.

Un regalo de J. SeaFree

Con esta bella cita de W. Vostel, más actual que nunca (¿o nunca ha dejado de serlo?), me llega este regalo postal cariñoso de J. Seafree que me tiene más afecto del que seguramente merezco.

Muy agradecido también por sus bellas palabras hacia mí, su: vivo en el centro del poeMAdrid, me ha gustado bastante.

Le he devuelto una misiva sellada de Poesía Programable, Serie Permutaciones que aún tengo por documentar y que surgió a raíz de un regalo que le hice hace años a Isabel Jiménez y que recientemente he utilizado para otro regalo personal para Adriana Calvo.

Cada ejemplar es único y hay dos «subseries»: a saber, la de los nombres y la de palabras genéricas. Pronto estarán documentadas… espero.

El cementerio de los bolis gastados

Tengo una cajita
que fue el paquete original
de un viejo reproductor de mp3
que tiene un cierre
cautivador
imantado.

Tengo bolígrafos
que gastan una ingente cantidad de tinta
porque son de punta
más gruesa de lo habitual.

Cada semana tengo que desechar
un bolígrafo gastado
que quiero conservar
para posibles acciones
o instalaciones.

Hace años planté varios
en una residencia artística
y no creo que hayan dado frutos
azules.

Tengo en mente rellenar
con tinta de calamar
unos cuantos
y escribir
poemas marinos.

Mientras tanto
los bolígrafos
van siendo enterrados
en lo que yo denomino
mi cementerio de los bolis gastados

esperando
algún tipo de resurrección.

Esto no es una broma