tristeza profunda

honda
veintemil leguas submarinas
fosas de las marianas
fondo de un cráter volcánico
intestino grueso del mundo
pena
drama trágico
recalcitrante dolor del alma aciaga
hoy
desperté pensando
que ya era hora de terminar con el sufrimiento
que había vivido de espaldas al futuro
negándolo
y ya ha llegado
para instalarse y matar al presente
al pasado
al condicional
y,
por supuesto,
al infinitivo
al gerundio
y a mí mismo

hoy
me desperté a media noche
y no podía parar de llorar
sentado en la taza del vater
agarrándome la cabeza
con el dolor de mi tendinitis
mientras estornudaba
sin parar

hoy
regresé a la cama al lado de la mujer más maravillosa del mundo
y no sabía
cómo disfrutarlo

(yo
ella)

hoy
no puedo dejar de pensar que el fin
está cerca
que no deseo prórrogas
que no deseo lágrimas
que no deseo angustias
que no deseo vida
si no es mi vida

hoy
debo buscar la manera
de no pensar

(algo de instinto me dice que sí, que sí…

Alergia

alergia al polvo
alergia a la pobreza
alergia al ruido
alergia a la injusticia
alergia a la falta de respeto
alergia a confundir respeto con obligación
alergia al dolor
alergia al polen
alergia a la soledad
alergia a las masas de gente
alergia al silencio sepulcral
alergia a la inercia
alergia a la irreflexión
alergia al miedo
alergia a la opresión
alergia a la presión
alergia al sueño
alergia al ensueño
alergia a las pesadillas
alergia a la hiperrealidad
alergia a la sub-realidad
alergia a la materia opaca
alergia al frenesí
alergia al queso
alergia a la lactosa
alergia a las picotas
alergia a la sorpresa
alergia a lo previsible
alergia a la dependencia
alergia
a
la
alergia.

Naturaleza humana

El ser humano modifica la naturaleza desde que nace. No hay naturaleza y humanos conviviendo juntos en ningún lugar. Es más, cabría decir que la naturaleza humana es la de modificar la naturaleza haciéndola artificial.

Lo que implica que es natural lo artificial.

Hoy me he encontrado con la noticia de que se ha extendido la costumbre de dejar de vacunar a niños por los posibles efectos secundarios y al auge de lo que llamamos medicina natural, no cayendo en la contradicción intrínseca de estos términos.

Se habla de medicina tradicional en occidente refiriéndose a la medicina basada en productos farmacológicos, que, si bien es sintomática preferentemente, es decir, trata más los síntomas que las causas primeras, no deja de ser natural en el sentido de que la naturaleza es la que provee siempre de las materias primas básicas para conseguir los fármacos. Se objetará que algunos fármacos se sintetizan artificialmente y yo me pregunto si esa síntesis y la capacidad de los humanos para llevarla a cabo no es natural. También es natural, en último extremo, cada uno de los átomos que la componen, por más que no se encuentren en una planta o en el producto de una abeja.

Se habla de medicina natural en contraposición a la tradicional a la basada en productos procedentes más o menos de forma directa de plantas y animales. No se tiene mucho en cuenta la composición química de esos productos ni ese «más o menos» proceso de obtención del componente activo que se encapsula, muchas veces, como si fuese un fármaco, no sé si con la intención de resultar atractivos a quienes están acostumbrados a los de la medicina tradicional.

Me parece un poco ridículo eso de que la medicina tradicional sea, ahora, la menos tradicional, es decir, la menos antigua, que se sumía en tradiciones. Está claro que tiene que ver con la modificación de las costumbres y no de las medicinas. Pero si en todo estamos cambiando las costumbres, ¿no es normal que también cambiemos de medicina?

Buscamos en medicinas con una antigua tradición, como las orientales, acupunturas y demás, otras soluciones pero lo que me preocupa es que dejemos de lado los avances que se han logrado de sistematización de resolución de enfermedades en las que lo más molesto es verdaderamente lo sintomático: Véase una alergia.

Hoy tengo alergia. No contento con mi fisura anal en proceso de remisión, con un manguito rotador inflamado causando una dolorosa tendinitis en mi hombro derecho, no contento con eso, tengo también alergia.

Ya el año pasado recuerdo estornudos pertinaces durante el mes de junio y el de julio, pero quise creer que se trataba de un constipado que se acabaría por ir de mi cuerpo, sin ningún antisintomático necesario. Así que, por supuesto, ni pasé por el médico (tradicional o natural o artificial u oriental).

Pero ahora tengo alergia. Acabo de hacer lo que me parece verdaderamente imperdonable, pero estoy harto de que se me acumulen males físicos: ir a la farmacia a comprar lo que yo creo que me hará bien. No importa si me hace bien o no, lo que importa es que metodológicamente es incorrecto: hay especialistas que deberían ser los encargados de, mediante los análisis correspondientes, diagnosticar y prescribir. Para mí este es el trabajo de los médicos. No el mío. No sé si el del farmacéutico.

Tengo en mis manos un antihistamínico con la intención de que me cure a base de antisintomáticos. No me van a curar. Lo sé. Luego tendré ocasión de ver qué me dice mi cuerpo… que no entiendo por qué no me habla más claro. Podía decirme algo así como detente o algo como deja tu trabajo o algo como no te estreses o algo como besa más a menudo a tu mujer o algo como no te quejes más o algo como camina o algo como pero lo único que hace es tener alergia. Es un maldito hijodeputa. Y no pienso corregirlo. No pienso decir que mi cuerpo soy yo. Quiero hacer como hacían los antiguos (tradicionalmente) tenían a alguien a quien culpar: El destino, dios, alguna infección… estoy harto de ser tan responsable de todo, hasta de que mi sistema inmunológico sea un cabrón que me ataca por alguna razón desconocida. Pues cuando no sé cuál es la causa, quizá me queda el recurso de olvidarme de que me habla. No quiero escuchar lo que me está diciendo, aunque sólo sea por las maneras que utiliza para hacerlo.

Mi cuerpo es un maleducado.

Y hoy, se va a joder: voy a hacer lo que me salga de los huevos… y ya está.
Hasta mañana.

Entre el miedo y la bruma

Late mi corazón
desesperado
galopando

despacio
muy despacio

en un intento
desesperado
de calmarse.

Hoy visito al cirujano del aparato digestivo
que siempre sostiene que me estoy curando
desde hace casi un año
y
no
me
curo.

Hoy a las 12:20 tengo consulta
que siempre es puntual y diligente
para decirme si debo seguir más
tratamientos
o dejar que la naturaleza
haga el resto.

Hoy es otro día
desesperado
por no poder controlar
todo en mi vida
creyendo que se puede
que debería poder
que soy distinto
o que la vida debe ser perfecta
o no ser.

Hoy llevaré mi alma en la mano
para pedirle que sea muy concreto
porque no me valen sus frases optimistas
ni su aliento ambiguo en mi memoria.

Late mi corazón
desesperado
desde la planta de mis pies
a mi nariz
desde la uña de mano izquierda
al manguito rotador
de mi hombro diestro.

Soy todo corazón
(desesperado)
en espera de noticias
terminales.

Hoy es el cumpleaños de mi amada

Y no tengo un regalo para darle.

No he pensado en ella en varias semanas
solo pienso en mí
en mis afecciones de salud
en mis depresiones por mis afecciones de salud
en la vida que llevo por culpa de mis depresiones por mis afecciones de salud
en que a veces terminaría con la vida que llevo por culpa de mis depresiones por mis afecciones de salud
en lo deprimente que es pensar que a veces terminaría con la vida que llevo por culpa de mis depresiones por mis afecciones de salud
y, ocasionalmente, en ella.

No he pensado en ella para
que no se preocupe por lo deprimente que es pensar que a veces terminaría con la vida que llevo por culpa de mis depresiones por mis afecciones de salud
que no se preocupe por pensar que a veces terminaría con la vida que llevo por culpa de mis depresiones por mis afecciones de salud
que no se preocupe por culpa de mis depresiones por mis afecciones de salud
que no se preocupe por mis afecciones de salud
que no se preocupe por mí.

La amo
hoy
como hace ya más de 140 meses y 3 días.
La amo
mucho
y lo importante:
la amo
bien.

Debería bastarme para ser feliz.

Me operan esta tarde

Sólo puedo pensar en cómo cagaré mañana
en cómo llevaré el postoperatorio
en cómo estaré la semana que viene
y la siguiente
y la siguiente a la siguiente
y no puedo creer pero quiero creer
que estaré bien, que esto será un recuerdo,
un mal recuerdo
y que haré un tachón en el 2011 como cuando se quiere olvidar algo
mal escrito
en la línea de mi vida
en este poema inacabado
al que no sé qué palabra
última
ponerle.

Unidad del Dolor

el miércoles estuve en la Unidad del Dolor
me estuvieron haciendo pruebas
para ver si podía ser operado
anestesiado
y qué hacer
en caso de una necesaria
reanimación cardio-pulmonar

yo no paraba de pensar en qué es eso de la
unidad del dolor
si era una unidad de medida
que pudiera determinar objetivamente
cuánto duele algo
y no acababa de entender la dimensión medida
no sabía si medía masas
volúmenes
longitudes
áreas
tiempos
potencias
energías
o qué

pero sí que sabía que me dolía
en la unidad del dolor
me dolía
me dolía
y no podía casi estar sentado
y quería que se terminara
y que me anestesiasen durante un par de meses o un par de años
y que me dejasen morir en paz
en la unidad
del dolor

¿habrá una unidad del placer?

ANAL+

Viendo en la tele mi serie preferida, por supuesto, bajada de Internet, Weeds, me encontré con que la imagen estaba cortada perdiéndose la C de un famoso canal de pago.
Me sentí mensajeado de manera oculta. ¿Quién sabe lo de mi culo?
Ahora es algo público, al menos para todos los interesados en leer este blog casi impúblico, impúdico, inodoro e insípido.
Comencé con timidez a hablar del tema, a contar sólo a algunos amigos escogidos esta información que hace que se me pueda comprender mejor, pero poco a poco fue extendiéndose, fui notando que hablar de ello no me reconfortaba, pero sí me hacía sentirme más próximo a mi entorno, del que sentía que me estaba alejando inexorablemente.
Ha pasado tiempo y comienzo a sentir el polo contrario: mi entorno está saturado (como yo mismo) del tema y quieren que les deje de hablar de algo que, no obstante, mediatiza todo, puesto que mi estado de ánimo es absolutamente dependiente de la situación de mi famosa y pública fisura anal.
¿Qué me dirá el médico este miércoles?
¿Qué haré si me repite que se está curando?
No sé, pero sí sé que cada día aguanto menos.
Ayer ingerí un ibuprofeno por primera vez en mi vida.
No es que no me doliesen antes cosas, pero no creo que paliar el dolor cuando duele algo sea una solución a nada, aunque es cierto que sufrir por sufrir tampoco tiene sentido.
¿Me gusta que me duelan las cosas?
NO
Definitivamente no. Odio el dolor. No quiero sufrir. No lo soporto y estoy por apastillarme cada día hasta que olvide el dolor y si he de llegar a la sobredosis… pues sea.
Pero no creo que eso evite ciertos dolores…
No lo creo.
Creo que enmascara algunos. Y bien, a veces ¿por qué no?
Pero normalizar el uso de medicamentos como Ibuprofeno o Paracetamol hasta el punto de que la fisioterapeuta que me trató el sábado de una dolencia muscular, cuando terminó me dijo: Si te duele, tómate lo que acostumbres tomarte en esos casos. Yo le dije que no acostumbraba a que me doliesen las cosas y que, en caso de que algo me doliese, acudía a un médico para que me diagnosticase y me prescribiese lo que correspondiese.
¿Por qué se ha normalizado el consumo de estos fármacos?
Más allá de lo obvio: el interés de la industria farmacéutica, lo que no acabo de comprender es cómo y en qué momento hemos aceptado como normal ingerir drogas para evitar el dolor. Recuerdo, en películas incontables, como el protagonista pregunta: ¿qué se puede hacer? y le responden: Ya nada, sólo le ayuda la morfina.
Ahora estamos en esa situación en la que aceptamos que no tenemos solución, que ya sólo nos ayudan los paliativos del dolor. Y claro, inmediatamente surgen también los paliativos de otros dolores, más… digamos… espirituales o psíquicos. Aunque (y estoy de acuerdo con mi amiga Susana) no son tan distintos: todo el dolor ocurre en la materia blanquecina que tenemos bajo el cráneo, en la casita de la mente. No me duele el brazo: me duele el cerebro. No me duele el culo: me duele el cerebro. No me duele que se borren mis alumnos: me duele el cerebro. No me duele no ver a mis amigos: me duele el cerebro. No me duele sentirme feo tan a menudo: me duele el cerebro.
Maldito cerebro!
Supongo que por eso es tan tentador el suicidio: es la forma de acabar con el cerebro, con el órgano del dolor por antonomasia.
Menos mal que también es el órgano del placer.
¡Qué bien lo pasé ayer con mi amor!
Amo con el cerebro. Follo con el cerebro. Creo con el cerebro (en todos los sentidos de la palabra Creo). Como con el cerebro. Vivo con el cerebro.
Celebro tener cerebro.
(Qué tonto juego de palabras obvio)
Es un juego, tan tonto como sentir que ese ANAL+ tenía algo que ver con mi fisura y su incremento.

La intimidad y la rutina

Estar a su lado y permitirme lamentarme es todo un único movimiento.
Me hago el fuerte o simplemente resisto el dolor sin mostrarlo, pero no puedo aguantar mucho y en la relajación de su compañía dejo que el dolor vuelva a aparecer en mi cara, en mi casa.
Cara y casa tienen casi las mismas letras.
Qué curioso.
Así que no me sorprende que las parejas acaben por agotarse, por saturarse de sus miserias. Lo estoy leyendo tal cual en un libro que me recomendó Jose Eugenio Vicente Torres, titulado «La Bella del Señor», escrito por un sorprendente Albert Cohen. La seducción tiene mucho que ver con el mito de Don Juan y Don Juan no llegó a tener (o mostrar) hemorroides, fisuras, cefaleas, cólicos, ni siquiera una misericorde luxación.
Pero yo no soy Don Juan. Soy, tan solo, giusseppe.
Con minúscula y sin apellido, como me gustaba escribirlo antes de ser Giusseppe Domínguez por motivos publicitarios, marketinianos, de imagen.
Ahora sólo giusseppe en la web
giusseppe.net
Pobre Carmen.
Aguanta impasible mi autoflagelación, mi extraño apego al dolor, mi resistencia o reticencia a ingerir medicamentos no prescritos por el facultativo de turno.
Pero quizá no tan impasible, quizá se está hartando de mí, quizá llegue el momento en que no quiera reirse conmigo, en que quiera pasar más tiempo fuera de casa que conmigo, que tenga ganas de divertirse y no de penar a mi lado, oyéndome lamentarme todo el tiempo, todo el tiempo…
¿O soy yo quien no me aguanto?
Siempre he sostenido que para estar bien con alguien tienes que estar, primero, bien contigo mismo o contigo misma. O contiga mismo o contiga misma. Y yo ahora no lo estoy. No me gusto. No me gusta mi cuerpo maldito que está torturándome y mi cuerpo soy yo. Es álgebra pura y dura, el álgebra del dolor.
Capital de la tortura: mi propia mente.
Quiero viajar hacia las afueras de mi cerebro, hacia la enajenación, como cantaba Prada, el soneto de Lorca:

Huye de mi, caliente voz de hielo,
no me quieras perder en la maleza
donde sin fruto gimen carne y cielo.

Así que igual es momento de huir, tú, querida, o yo.
Pero… ¿Hacia dónde?

Ayer no pude nada

nada de nada
me siento sin sentarme
con el culo al viento
o a sotavento
y sufriendo
sufriendo
pero no son hemorroides
esta maldita fisura que me tortura
que me hace vivir
deseando no hacerlo
y es algo que tenía
tan olvidado
que no sé manejarlo

hace mil años que dejé de pensar
en el suicidio
y ahora he vuelto
he vuelto a pensarlo sin parar
y me entristece tanto que temo
amargar a mi amor
a mis amigos
a mi familia
a dios a la patria y a todos mis compañeros
y no sé qué hacer para evitarlo
pero
de cuando en cuando
se me cuelan pensamientos
negros
paralizantes
entre las grietas de un cerebro que sólo recibe dolor
dolor
dolor
y no tengo ganas de sentarme a escribir
una mísera entrada en un mísero blog

hago unas cuantas fotos
una revista caminada
una deriva situacionista
en homenaje al fallecido Nel Amaro
y cuelgo las fotos en facebook con todo el dolor
que atenaza mi ano
y hoy salgo a caminar a encontrar nuevas
fotos
imágenes de líneas
de un proyecto que nunca concretaba
porque había que estar caminando por la calle
sin nada que hacer
y nunca tengo nada que hacer
o
lo que es lo mismo
siempre tengo cosas que hacer
así que estaba postpuesto y postpuesto y postpuesto
y ahora me he puesto
y siento que recupero algo de mi dignidad
que va asociada a mi capacidad de creación
indisolublemente
he hecho varias fotografías de la serie
de líneas que van a cubrir
las monolíneas
horizontales, verticales y oblicuas
las bilíneas
paralelas
horizontales, verticales y oblicuas
secantes
perpendiculares y oblicuas
las trilíneas
paralelas
horizontales, verticales y oblicuas
secante y paralela
perpendiculares y oblicuas
secante y secante
y así
geometría en mano
recorro madrid sintiendo que puedo hacer algo
aunque me cueste infinito esfuerzo
después
sentarme a la mesa y subir las fotos a mi blog
o a facebook
o a mi web
donde
sin duda
acabarán estando

poco a poco
iré olvidando
que me duele
¿verdad?

Esto no es una broma