Cadáver Exquisito

Mientras lanzo mi vaho
hacia el espejo roto en trizas de un pasado frío y breve
como mi complaciente pie cabeza cortada y borradora
como las horas transcurren
entre el todo y la nada
entre dos manos vacías que anhelan
respirar tus alientos rojos y morados
pero no, no hay futuro en la muerte.

Texto escrito a cinco manos entre Sofía Kosenko, Ricardo García, Grace Chacón, Wilfredo Puignau y Giusseppe Domínguez el 29 de junio de 2022 en los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de Clave 53

Yo soy el SPAM

Invitado por Andrea Vidal Escabí a participar en una iniciativa de arte postal en principio orientada a los 7 asistentes (ella incluida) de su grupo del Taller de Poesía de Clave 53 en el que se encuentra, decidí hacer extensivo del mismo a mi querida Carmen de la Rosa y enviarle esta postal fabricada con una fotografía orientada a una renovación de DNI o Pasaporte que, por la razón que fuera, había quedado sin usar. 8 fotos no usadas para una renovación que posiblemente ya no me servirían por el paso del tiempo fueron lo utilizado para la cara A de la postal, que rezaba SPAM.

La propuesta de Andrea era la de generar postales/collages con el correo no deseado, pero hace años que no recibo nada que no desee recibir. Es extraño, es como si hubiese dejado de existir como consumidor. ¿Se habrán dado cuenta?

Pero como no recibo SPAM (correo no deseado) en papel, estuve tentado de realizar algún tipo de collage con el SPAM electrónico, pero implicaba imprimirlo en algún momento y me parecía contrario al espíritu de la propuesta, que trataba de recuperar el papel innecesario, no tanto de generar nuevos papeles innecesarios.

Así que terminé por asumir que mis fotografías (ya obsoletas) eran ese papel innecesario con el que realizar, sobre cartulina negra, un simple mensaje que dijese que yo soy el SPAM, lo que no deja de ser triste: ¿no soy en absoluto deseado? e instaba a hacer «conmigo» lo que se quisiera.

En realidad, no sé si quería decir (sí lo sé, pero no pienso desvelarlo) si ese «conmigo» era conmigo como persona o conmigo como representación de una persona. ¿Quién está diciendo ese «conmigo»? ¿Soy yo (el que escribe) o es mi fotografía o la postal?

En cierto modo, cada cual es libre de interpretarlo a voluntad, teniendo en cuenta que me defenderé de aquello que no me guste que me hagan. Supongo.

Twittersía

En el día internacional de la poesía se reciben sin parar felicitaciones más o menos simplonas y de lugar común, que abundan en la idea de que la poesía es melosa, meliflua y empalagosa, como tres adjetivos sinonímicos

Quizá por ello es más importante que nunca reivindicar que la poesía no es tendencia, que lo que la poesía implica es el riesgo, el no-lugar, lo disconforme, la lucha (que no la defensa de las causas, por loables que sean), la pelea a la contra, que diría Bukowski…

Y una juguetona manera de hacerlo fue la de lanzarnos a escribir esta parodia de la poesía que gana concursos por tener muchos seguidores de redes sociales.

El texto advierte que no nos lo vamos a tomar en serio desde la primera página, para que nadie se llame a engaño:

Este poemario es una gamberrada titulada
twittersía
o
20 no-poemas (que no son veinte) y una basura equivalente.

Pero tras esa página viene la verdadera miga:

o una seria reflexión sobre ¿a qué le llamamos poesía?

Ernesto Pentón y Eva Obregón Blasco fueron los encargados de generar el contenido, lo más «rápido» y banal posible, mientra Tanja Ulbrich diseñaba la portada y Giusseppe Domínguez la edición del libro, como si mereciese la pena.

Elegir una fuente tipográfica «handwriting» tan sumamente hortera, con un centrado insoportable, hace que cada página, sobre papel estucado blanco brillante, parezca una invitación a una boda del siglo pasado.

Hemos intentado ser horteras
como poema de twitter.
No sabemos si lo hemos logrado.

A pesar de la advertencia final, o justo como nos temíamos, no hemos conseguido que quedase tan «mal», tan simplona, como queríamos. Especialmente en lo tocante a la cubierta, realizada sobre la cara cruda de una cartulina gráfica con un collage alterado y volteado de Tanja Ulbrich.

El final lo dice todo (o lo pretende):

existencia demencia

Tras esta expresión: hasta agotar existencias (que es una expresión que parece algo tenebrosa en estos días)

He recibido la respuesta de que estamos agotando la existencia, que hay que poner resistencia para vencer tanta demencia…

Insistencia en existencia… y he decidido pasar a la acción:

Lista de palabras terminadas en «istencia» en el diccionario de la RAE que procesé en modo texto hace tiempo:

asistencia coexistencia consistencia desasistencia desistencia existencia fotorresistencia inasistencia inconsistencia inexistencia inexistencia insistencia insubsistencia magnetorresistencia persistencia preexistencia resistencia subsistencia

Por si fuera poco, en respuesta a demencia, lista de palabras terminadas en «encia»:

absencia absorbencia abstinencia abulencia acrecencia acreencia adherencia adolescencia advertencia adyacencia aferencia afluencia agencia altilocuencia amarulencia ambivalencia amencia andolencia andulencia antecedencia antiviolencia anuencia apariencia apendencia apetencia aquiescencia arborescencia ascendencia asistencia astringencia atendencia atinencia atingencia atrevencia audiencia audioconferencia audiofrecuencia ausencia autocomplacencia autoconsciencia autosuficiencia avenencia balbucencia bandidencia beneficencia benemerencia benevolencia bienquerencia bioluminiscencia birrefringencia bolencia boludencia cadencia candencia captenencia carencia ciencia circunferencia clarividencia clemencia coalescencia codelincuencia coeficiencia coexistencia coherencia coincidencia comparecencia competencia competencia complacencia concernencia conciencia concrescencia concupiscencia concurrencia condescendencia condolencia conducencia conferencia confidencia confluencia confulgencia connivencia conocencia conoscencia consciencia consecuencia consistencia contenencia continencia contingencia contrainsurgencia contrainteligencia contratransferencia contundencia convalecencia convenencia conveniencia convergencia convivencia corpulencia correferencia corregencia correncia correspondencia crecencia credencia creencia decadencia decencia decendencia deferencia deficiencia dehiscencia delicuescencia delincuencia delitescencia demencia dependencia desasistencia desavenencia descendencia desconveniencia descrecencia descreencia desinencia desinteligencia desipiencia desistencia desobediencia detenencia detinencia detumescencia diferencia difidencia difluencia diligencia dirigencia disconveniencia disidencia disolvencia displicencia divergencia docencia dolencia drogodependencia eferencia efervescencia eficiencia eflorescencia elocuencia emergencia eminencia -encia endolencia equidiferencia equipolencia equivalencia erubescencia esciencia escogencia esencia esquinencia estridencia evanescencia evidencia excandecencia excedencia excelencia excrecencia excrescencia exigencia existencia experiencia falencia farmacodependencia fervencia flaquencia flatulencia Florencia florescencia fluencia fluorescencia fosforescencia fotoluminiscencia fotorresistencia fraudulencia frecuencia gerencia grandilocuencia hemencia herencia hervencia honorificencia idempotencia impaciencia impenitencia impertinencia imponencia impotencia improcedencia improvidencia imprudencia impudencia inadvertencia inapetencia inasistencia incandescencia incidencia inclemencia incoherencia incomparecencia incompetencia inconfidencia inconsciencia inconsecuencia inconsistencia incontinencia inconveniencia incumbencia indecencia independencia indiferencia indigencia indiligencia indolencia indulgencia ineficiencia inexistencia inexistencia inexperiencia inferencia infidencia inflorescencia influencia infrecuencia infrutescencia inherencia injerencia inmanencia inminencia inmunodeficiencia innocencia inobediencia inocencia insenescencia insipiencia insistencia insolencia insolvencia insubsistencia insuficiencia insurgencia inteligencia inteligencia intendencia intercadencia interdependencia interferencia intermitencia intranscendencia intransigencia intrascendencia intumescencia invidencia invidencia iridiscencia irreverencia jalencia juquencia jurisprudencia lactescencia latencia licencia litispendencia lugartenencia luminiscencia magnetorresistencia magnificencia majencia maledicencia maleficencia malevolencia malquerencia maluquencia manificencia mantenencia manutenencia menudencia multiconferencia munificencia nacencia nascencia negligencia nesciencia neurociencia obediencia obsecuencia obsolescencia ocurrencia omnipotencia omnipresencia omnisciencia opalescencia opulencia paciencia parecencia parvificencia patencia pendencia penitencia permanencia persistencia pertenencia pertinencia pervivencia pestilencia pipencia plenipotencia plurivalencia polivalencia ponencia potencia precedencia preeminencia preexistencia preferencia premoriencia prepotencia presciencia prescindencia presencia presidencia pretendencia prevalencia previdencia procedencia prominencia proveniencia providencia prudencia pubescencia pungencia purulencia putrescencia querencia quiescencia quintaesencia radiofrecuencia radioluminiscencia recrudescencia recurrencia referencia refringencia refulgencia regencia reincidencia reminiscencia renitencia renitencia renuencia repelencia repitencia residencia resiliencia resistencia respondencia retenencia reticencia reviviscencia sabencia sanguinolencia sapiencia secuencia semicadencia semicircunferencia semiinconsciencia senescencia sentencia similicadencia sobreintendencia sobrevivencia solvencia somnolencia soñolencia subconciencia subconsciencia subintendencia subsidencia subsistencia subtenencia suculencia suficiencia sugerencia supereminencia superfluencia superintendencia superpotencia superveniencia supervivencia suplencia surgencia tangencia teleconferencia televidencia tendencia tenencia transcendencia transferencia transigencia transparencia trascendencia trasferencia trasparencia triboluminiscencia truculencia tumescencia turbulencia turgencia ucencia urgencia usencia valencia vanilocuencia vehemencia venencia vicegerencia vicepresidencia videncia videoconferencia videofrecuencia vigencia vinolencia violencia viripotencia virulencia vivencia vuecelencia vuecencia

Cambio de paradigma

paradigma
Del lat. tardío paradigma, y este del gr. παράδειγμα parádeigma.

1. m. Ejemplo o ejemplar.

2. m. Teoría o conjunto de teorías cuyo núcleo central se acepta sin cuestionar y que suministra la base y modelo para resolver problemas y avanzar en el conocimiento. El paradigma newtoniano.

3. m. Ling. Relación de elementos que comparten un mismo contexto fonológico, morfológico o sintáctico en función de sus propiedades lingüísticas.

4. m. Ling. Esquema formal en el que se organizan las palabras que admiten modificaciones flexivas o derivativas.

Cuando uno deja un trabajo de, pongamos, consultor tecnológico o administrador de sistemas para dedicarse a escribir poesía o impartir talleres de escritura creativa no está cambiando de trabajo, sino de paradigma.

A veces se me olvida e intento pensar u organizarme como si estuviese en un nuevo empleo del antiguo paradigma y, claro, «la cosa» no funciona. No me salen las cuentas, no me cuadran los tiempos consumidos.

El otro día, un amigo, muy bienintencionado, me habló de las oportunidades que brinda la nueva economía de escala a la que se puede acceder, pongamos, a base de menudeo, paquetizando contenidos en charlas TED o similares a las que podría dar salida en un mercado ávido de pequeñeces fácilmente accesibles.

Es cierto que, quizá, con una determinada cantidad de esfuerzo podría lograr monetizar conocimiento que, actualmente, ofrezco en los talleres con unas posibilidades de crecimiento muy limitadas por el aforo presencial, amén del tiempo simultáneo de asistencia.

Estaba de acuerdo con él en esas posibilidades, pero no en que me interesase. ¿Por qué no me interesa? ¿Es que no quiero ganar dinero?

No es el caso. Sí que quiero ganar dinero, pero no es una prioridad. Si lo fuese, habría hecho muy mal abandonando un trabajo estable con una nómina creciente y más o menos garantizada.

Abro o exploro nuevas formas de ganar dinero, como las clases particulares de matemáticas, física y química a adolescentes más o menos interesados y a quienes me gusta hacer pensar de otras maneras sus odiadas disciplinas, amén de resultar una manera bastante estable de garantizar un suplemento económico que sustente mi vida capitalista, muy a pesar de reducir el consumo a veces más allá de límites razonables.

Especial mención merece la voluntad de crecer como editor o como artista (incluso como artista editor), que está llevándome una enorme cantidad de recursos de tiempo, dinero y dedicación, pero que me entusiasma o me llena de maneras que no sé explicar.

Todas son actividades que me encanta hacer y que requieran o no esfuerzo, me apetece llevarlas a cabo. Sigo planteándome la vida como si me quedasen 3 meses de vida. ¿Me estaría arrepintiendo de algo que estuviese haciendo?

Pero ¿no sería la propuesta de este amigo una nueva forma de ganar dinero haciendo algo que me gusta?

Pues no creo que tampoco sea el caso.

Gran parte de lo que me gusta de los talleres de poesía y escritura creativa que defiendo es la presencialidad (incluso online), la no trivialidad, el compromiso de quien se apunta a ellos, que se demuestra con años de asistencia. No, no quiero ponerlo fácil y consumible. No es en absoluto mi objetivo ni forma parte del paradigma que decidí aceptar, incluso aunque sea estar viviendo a la contra el resto de mi vida.

Por otro lado, tengo la impresión de que no se comprende (desde la óptica del «otro» paradigma) lo que suponen determinados trabajos, lo que implican o requieren, ya sea logísticamente, como sería el caso de convertirme en un talentoso youtuber, o ya sea en tiempo de dedicación a aprender herramientas cuyo interés cae muy fuera de lo que quiero aprender, como puede ser el posicionamiento SEO, el marketing digital, la captación de audiencia/seguidores…

Ni tampoco se comprende (desde esa ajena óptica) lo que supone en términos de tiempo requeridos por mi actual trabajo (he dedicado mi vida), y no solo por horas dedicadas sino, sobre todo, por atención o foco exigido.

Cuando trabajaba de consultor a media jornada, un compañero me dijo una vez que yo no quería dedicarme a eso, pues ser consultor tecnológico, para él, era una actividad que requería una total dedicación, una vocación… y yo no la tenía. Y era verdad. Así que acabé por darle la razón y buscar una salida lo antes posible.

Negocio permanentemente con el paradigma, digamos, mayoritario, con un sistema en el que habito y al que disto de culpar de mis males. Me exige ciertas renuncias a una ortodoxia que tampoco veo como algo tan terrible, pues dulcifica mi carácter de tendencias radicales. Así, por ejemplo, acepto que vengan personas a los talleres de escritura sin acabar de comprometerse como me gustaría que lo hiciesen, pero mi objetivo es persuadirles, disuadirles hasta lograr sus ansias de compromiso, hasta, ¿por qué no?, sacarles de sus propios paradigmas para que vislumbren otros posibles esquemas. Cuando lo consigo, me siento tan inenarrablemente afortunado que todo lo demás parece haber merecido la pena.

Y sigo en la brecha.

Pero… ¿hasta cuándo?

Menudencias

Hablo con Carmen sobre lo que vamos a comer hoy
y tenemos un problema porque no nos quedan plátanos.
Hablo con mi madre y me cuenta
que sigue poniéndole gotas a mi padre
tras su operación de cataratas.
Hablo con una amiga
que está a punto de perder su empleo
o peor aún
a punto de perder la cabeza
por no perder el empleo.
Hablo con una de mis alumnas
que llega tarde a clase porque hay un problema
en el metro.
Hablo con mi compañero del estudio
que tiene un problema con los hornos de barro
disponibles en Madrid.
Hablo y hablo y hablo…
problemas y problemas y problemas…

Hablo con una de las personas que asisten
a mi taller de poesía
y me cuenta
que a su familia le han estado cayendo bombas
esta noche en Kiev.

No sé qué decirle.

Todos mis problemas
y muchos otros
me parecen nimios
y
sin embargo
son nuestras vidas
mientras no nos caigan bombas
sobre nuestras cabezas.

Los precios del gas
aumentarán.
El tiempo de trabajo será más extenso
para ganar el mismo dinero.
Habrá más tensión en cada conversación.

Pero todos mis problemas
y muchos otros
me parecen nimios.

Hoy estaba editando un libro
de 27 haikus
que
tras mucho pensarlo
voy a enviar a imprenta
y elegiré un papel grueso
para que abulte un poco más de lo que serían
36 páginas.

El programa que utilizo
no es el más cómodo del mundo
para enviar documentos en PDF con CMYK.
Esto es mi gran problema de hoy
mientras no caiga una bomba
sobre mi vivienda.

Nimio.
Menudencia.
Nadería.

Mi vida.

Postureo ecologista

Compro estos vasos de papel reciclado pero asegurándome de que lo ponga en algún lado, pues la oferta más económica era de unos vasos de papel reciclado blancos, lo que me hacía sospechar del uso de algún blanqueador no muy ecológico, seguramente, pero estos que he adquirido están pintados, así que posiblemente hayan pasado por un proceso de blanqueado previo a la impresión de la nueva pintura. Pero parecen más ecológicos, porque llevan imágenes que así lo hacen ver y eso es importante, sí, es importante aparentar.

Los he comprado por Amazon, lo que no es en absoluto nada ecológico, pero me hace perder menos tiempo y son más baratos que los adquiridos, pongamos, en un bazar chino, cuyos vasos a la venta (los que no son de plástico, ese demonio de los mares…) seguramente son vasos de proximidad, que han llegado al comercio desde la esquina de la manzana.

He comprado 400 vasos, para poder ahorrar algo de cartón de embalaje, pero son pequeños, aunque esto casi es ecológico, pues usar el mismo vaso más de una vez por una misma persona ahorra en cantidad de papel por día, por sesión.

Cada una de mis clases obsequio a las personas que asisten a los Talleres de Poesía y Escritura Creativa con un té que procuro que sea comprado en tienda de proximidad a granel para apoyar el pequeño comercio y, además, para obtener una mejor calidad al más bajo precio posible.

Sé que la mejor opción sería ofrecerles tazas de cerámica para que no tuviésemos que tirar tantos vasos de «un solo uso», pero el cuarto de baño es pequeño y no sería muy cómodo limpiar o aclarar las tazas tras cada sesión. Así que opto por este modelo de vasos de cartón, después de que en una clase me afearan el uso de vasos de plástico. No volverá a pasar. Ya gasté todos los vasos de plástico de forma privada, para no tirarlos sin haberlos usado, lo que, obviamente, es más contaminante que no usarlos tras haberlos adquirido.

Ahora son acompañados con 400 palitos para agitar (de un solo uso, también) en caso de utilizar azúcar o algún otro edulcorante (con la miel sería un engorro hacerlo con esos palitos de madera, así que tengo azucarillos (que voy recogiendo de acá y allá cuando me los ponen en desayunos o sobremesas) también de un solo uso, con lo que el ecologista que llevo dentro aúlla cada vez que son utilizados…

Pero no pasa nada. Es mucho mejor, claro está, si los sobrecitos de azúcar son marroncillos, pues así parece más ecológico, pues nos hace visualizar la madera, lo orgánico… Postureo, sí, siento que hago postureo ecologista, lo que puede denominarse «greenwhasing», casi.

Y la nave va.

Mientras tanto, avergonzado, reconozco que reutilizo los vasos de un solo uso para fabricarme cubitos de basura en los que tirar restos de té y poder aprovechar el mismo cubo de basura durante más tiempo, aprovecho los embalajes de plástico (sí, de plástico) donde vienen envueltos los vasos de papel ecológicos para fabricarme pequeñas bolsas de basura o protección de libros o algún material similar, aprovecho los cartones en los que viene el envío para hacer posavasos o letras con las que intervenir un libro.

Siempre necesito más basura para poder reutilizarla… y algo de esta frase me chirría hasta decir basta.

PROYECTO 0033: Chamoru Greatest Hits

Tras casi 2 años de interrupción en el Laboratorio de Experimentos Poéticos nos volvimos a encontrar unas cuantas personas deseosas de extraer del desconocimiento nuestro sendero, de explorar lo ignoto, de crear casi ex-nihilo, el viernes pasado a las 18:00.

No sabíamos qué iba a pasar, qué íbamos a hacer. Comenzaron a surgir ideas variopintas, algunas de las cuales eran peregrinas (o resurgirán en un futuro) y otras eran demasiado ambiciosas para concretarlas en 1 hora y realizarlas en 2 horas con los materiales que teníamos a nuestro alcance.

Esta vez, casi a modo de experimentación dentro de la experimentación, decidimos no lanzarnos a realizar algo cuyo final fuese un vídeo, para seguir alimentando nuestro canal de YouTube, es más, buscamos materiales intencionalmente analógicos, como el cartón o viejas cajas de CD.

Raquel Gómez González había traído consigo un breve diccionario de Chamorro (Chamoru), lengua hablada en la isla de Guam y en las islas Marianas del Norte donde comparte la oficialidad con el inglés. Es una lengua malayo-polinesia, en la familia austronesia, y tiene muchas influencias del español, habiendo llegado a considerarse que el chamorro hablado a finales del siglo XIX era un criollo de base española.

Habíamos hablado, Andrea Vidal Escabí, Ernesto Pentón, Raquel y yo, de la idea de qué significaba una «historia circular» que yo apunté que me llevaba a la imagen de círculo, así que nos lanzamos a utilizar CDs… pero no queríamos que fuese demasiado digital, con lo que decidimos recortar Discos de cartón de las mismas dimensiones que las de un CD.

Hablando de dimensiones, recordamos que los CD tenían inicialmente una «duración» de 74 minutos pues se habían diseñado con la idea de introducir la 9ª Sinfonía de Beethoven sin cortes y ello dio la idea a Andrea de que escribiésemos textos de 74 caracteres.

Así que procedimos a escribir 16 poemas de 74 caracteres cada uno que recorriesen de manera circular unos discos de cartón que incluyesen palabras en chamorro y la palabra «circular» en algún punto del mismo.

Cada disco, con su portada, su disco blanco simulando el hueco inexistente, es una pieza única de una serie de 16 ejemplares de lo que podría ser una revista objetual bastante sugerente. Nos llevamos a casa las 16 piezas con intención de hacerlas circular, como procede.

¿Puede, en esta época de tiktok, reels, etc, ser una revolución la vuelta a lo analógico?

Carpetovetónico, ca

¿No es la palabra carpetovetónica un poco carpetovetónica?

Este verano estuve viendo una serie de vídeos sobre la conquista de Hispania por Roma (todavía una república en el SII a.c.) y recuerdo las alianzas de los pueblos carpetanos y vetones para ayudar a los celtíberos numantinos y, por supuesto, leí sobre esa etimología que no creía que fuese tan netamente hispánica.

Según la rae:

carpetovetónico, ca
1. adj. Perteneciente o relativo a los carpetanos y vetones.

2. adj. Considerado como característico de la España profunda frente a todo influjo foráneo. U. m. en sent. despect.

Hay tanto carpetovetónico en nuestras instituciones…

Ethnographic Iberia 200 BCE.PNG: The Ogre Iberia 300BC-es.svg: Rowanwindwhistler

Es poco evidente, comparando estos dos mapas, que tuvieran mucho en común estos dos pueblos, amén de verse claramente que deberían ser defensores de la diversidad lingüística que ha enriquecido y caracterizado la península desde sus tiempos, por lo menos. Algo que no suele asociarse a los carpetovetónicos actuales que, simple y llanamente, podríamos denominar gañanes.

Esto no es una broma