Elive – Una distro de linux que es free, pero no gratis

Tengo un portátil de escasos recursos (no tan escasos, pero como vivimos tiempos de excesos, parece que P-V, 512Mb RAM, 80Gb HD no son nada) y me dedico a instalarle distribuciones de distinto tipo de Linux.

Hay innumerables, como ya mencioné en un artículo anterior, así que voy probando aquellas que consumen menos recursos. Tengo el PC con un XP de fábrica, más o menos, bastante estable y ocupando el 25% del total del disco, en 2 particiones C: y D:. Entre otras cosas, tengo instalado un jueguecito con el que pierdo horas de cuando en cuando en cuando llamado Game of Empire III. Es un juego windows que juego pirateándolo y que me fastidia piratear… pero creo que debería tener una licencia más abierta para poder ser usado gratuitamente cuando ya haya pasado un tiempo desde su lanzamiento.

En el resto del disco, tengo instalado Linux Mint (hasta ahora la que más me gusta), Linux Slax, Puppy Linux, y Xubuntu 10.04. Gestiono el arranque múltiple con Grub, que cada cierto tiempo tengo que arreglar con Grub Fixer porque hago algún desaguisado. Pero como es un PC para estas cosas, pues no pasa nada, ni siquiera me despeino (aunque nunca me peino, así que…)

Y ahora quería instalar, en los 12 Gb que aún tengo disponibles en mi super modesto PC, la distribución Elive, basada en Debian, como Mint y Xubuntu, pero con un diseño mucho más cuidado, aunque me gusta mucho el aspecto de la de Mint, también.

Y me he encontrado con un pequeño obstáculo que, en realidad no es tal, es una petición de dinero o colaboración para continuar con la instalación en el disco duro. Y me ha obligado a leer. Esto de que me obliguen nunca me gusta, pero leer sí, y la reflexión que acompaña suele ser fructífera, si se lee adecuadamente.

Transcribo, lo que me hizo detenerme:

Hey, This is not FREE !

If you are a truly defender of the free software you must know better what are you defending, you can start from here. Free software has no relation with gratis, please read this explanation from gnu.org. You need to know also that due to this confusion of terms, the word free software has changed to open source software in 1998.

After that you know that free has no relation with cost. This payment is required to pay the development of Elive, that is the full time work of the Developer ‘Thanatermesis’ and also to pay external development and/or services. Think that more money is made and more development can be possible to pay and so, a better final product (Elive). But in any of the cases, you are not obliged to pay for Elive, nobody obliges you to use Elive. Without any cost, Elive would not be the same, at least not with all its features, usefriendly things, and the lot of work involved. By other side, if your problem is that you can’t possibly pay for any personal reason, we don’t want to prevent anybody from using Elive so we propose alternatives which are described in the payment process.

Even if you are in face to a computer screen with thousands of pixels, the result of the Elive Operating System is that is made by a human person, a person that unfortunately are living in a monetary-dependent system, in other words, who pay my taxes? and not only the taxes but also my roof and food if my only full-time work is to make Elive. Im a truly and convinced defender of the venus project, it proposes a future without money, unfortunately i’m not actually living on any venus city, they doesn’t exist right now, I would like to live in a venus world and make Elive only for pleasure but the reality is that I still on this world. If you really don’t understand the point of the payment, then I must say… «don’t use Elive!», basically because nobody obliges you to use it and because you don’t like it!, so why to lost time complaining? if you really think that Elive is not worth of the minimal requirement, why just don’t ignore it ? I don’t want to monopolize the world with Elive, I do not care at all if you use it or not, so just use anything that you want, you have thousands of alternatives, you have the choice.

El texto es tan claro que no deja lugar a dudas. Por más que se desarrolle por el placer de hacerlo, es totalmente lícito y casi necesario que tenga financiación de algún tipo para que pueda subsistir, ser sostenible, como nos gusta decir, este proyecto más allá que unos meses o mientras el equipo desarrollador no necesite ningún ingreso para, como bien dice, pagar los impuestos y otros muchos gastos derivados de su desarrollo, como, sin ir más lejos, los equipos informáticos, que no son gratis, las conexiones a Internet, que no son gratis, el consumo energético, que no es gratis, el uso de agua, que no es gratis, para beber algo mientras se trabaja, la comida, etc…

La gratuidad no es sostenible. Eso es evidente. Pero hay software gratis. También hay software carísimo. Elive apuesta por un camino intermedio entre lo gratis total que requiere, entre otras cosas, una comunidad enorme alrededor, de forma que pueda seguir siendo gratis (como Ubuntu, Debian, etc) o una aportación por los que deciden usarlo… o, de lo contrario, que no lo usen, como bien apunta en su último párrafo.

Hay algunas cuestiones que me surgen y que no quiero detallar al respecto de cómo puede ser código abierto y no ser gratuito, puesto que compilarlo es gratis y, por tanto, con el código en la mano, sería bastante sencillo hacer una copia «pirata» (si es que podemos hablar de tal cosa en el universo del código abierto) y ponerla a disposición pública de manera gratuita. Pero, insisto, prefiero no entrar en este detalle.

El caso es que, incluso así, el responsable del proyecto abre las puertas a formas de colaboración alternativas, como pueden ser (si no se quieren o pueden pagar los míseros 15$ que cuesta) escribir un artículo sobre ELIVE en cualquier web, en cualquier idioma (no sé si este artículo que estás leyendo es sobre Elive o sobre otras muchas cosas) o si se trata de usarlo con fines académicos, justificarlo y se obtendrían códigos de instalación tantos como se precisaran.

En mi caso, podría aducir que se trata de ambas razones: por motivos de autoformación, deseo probar Elive, pero también y sobre todo, estoy escribiendo un artículo sobre esta distro. Bien es cierto que no es exactamente un artículo sobre Elive, sino sobre su política de precios, pero quizá cuente como válido. No obstante, seguramente, si lo instalase después en mi portátil «de producción», estaría más que dispuesto a abonar los 15€ que me parece un precio más que razonable para que este proyecto pueda subsistir.

Es una forma más de CrowdFunding, que viene creciendo en diversidad y número desde hace años. Ahora ya se entiende que se pueda poner un botón de aceptación de donativos en una página web personal (como la mía, cuyo proyecto Lejanías tenía como objetivo desarrollar esta manera de financiar labores semejantes). Cuando incluí, en su momento, un botón paypal para aceptar / y solicitar / donativos, Carmen me llegó a decir que parecía que era como pedir… pero acabé encontrando que me parecía más que razonable y escribiendo el texto correspondiente en los apartados Financiación y Donativos del proyecto.

Ahora me encuentro a punto de comenzar otro enorme proyecto de envergadura similar a Lejanías (mucho mayor, me temo) sobre la Organización Filogenética de las Lenguas del Mundo y no sé cómo financiarla. Me sigue gustando la idea (que vi por primera vez en el Libro Rojo de Isidoro Valcárcel Medina) de financiar hoja a hoja por personas a quienes se cita expresamente en el proyecto.

Pero esta manera de financiarse aún está en el albor de su historia. Veremos qué revolución nos trae el futuro y si esta alternativa se sostiene.

De momento, mi enhorabuena a los desarrolladores de Elive por apostar por un camino diferente, interesante, que plantea cuestiones más allá de las meramente tecnológicas, depositando su actualidad en los modelos de financiación, en la retribución del trabajo, pero no olvidando las estéticas, aparte de las éticas.

Syncronizator.sh

Pierdo un tiempo bendito en una cosa tan absurda como reinventar la rueda. Sé que hay muchos programas de realización de copias de seguridad, algunos, incluso, de sincronización de carpetas que pueden interesarme para calmar mi obsesión de realizar copias y copias para asegurarme de que, en cualquier momento, pase lo que pase, mis archivos estarán a salvo y podré trabajar desde cualquier lugar, cualquier ordenador, sin tener que perder un minuto restaurando sistemas…

Lo borro todo, lo restauro todo de una copia de seguridad, en disco externo. en otro PC, en la nube sería ideal, pero hay problemas de espacio que no tengo resueltos… el servidor con el que llevamos a cabo el hosting es un poco reacio a dejarnos subir cosas (Esto de subir siempre me suena gracioso y me imagino, en la nube blanca, mis archivos colgados como ropa en tendedero). Es normal, en realidad, el servidor que alberga la web de Clave 53, Giusseppe.net (incluyendo este texto que estoy escribiendo en el diario), carmendelarosa.com, lilianflores.com, espacioelmanantial.com y algún otro dominio con menos cosas… no está contratado para ser un servidor de backup, que los hay, ni una carpeta en la nube… o sea, en Internet.

Pero siempre estoy pensando (y por siempre es, verdaderamente, siempre) en qué ocurrirá si mi portátil deja de funcionar. Es algo que sé que pasará, ha pasado alguna vez e inevitablemente volverá a suceder. Así que debo estar seguro (y esto sé que es imposible) de que todo lo que haga lo tendré en otro PC, en algún disco externo… vamos, que he de tener réplicas infinitas pues solo así acabaría por estar convencido de que no hay nada que pueda ocurrir que impidiese restaurar alguna.

Y además, ahora tengo una paranoia nueva…

Según terminé de programar mi querido Shell Script que sincroniza las carpetas que quiero que sincronice… me ha dado por pensar que tengo un origen único para todas estas cosas, con lo cual, si alguna vez tengo un problema en ese origen también lo sincronizaré, como buen sincronizador que soy, en todas las demás ubicaciones donde quiero clonarlo. Así que el siguiente paso (que ya hago, pero no tengo bien automatizado) es realizar copias de las copias a carpetas que no toque, que no modifique en adelante o a soportes extraíbles sin permiso de escritura, algunos de los cuales he de retirar de esta casa y llevar lejos, para evitar cualquier posible pérdida de datos en el caso de un ataque nuclear o de un terremoto o un incendio en este edificio. Son cosas que pasan. Sé que esas cosas pasan.

Así que tengo que pensarlo… ¿o no?

Bueno, de momento, hoy quiero compartir (con la pérdida de privacidad consecuente) el archivo que utilizo para realizar mis copias de seguridad desde hoy mismo.

Es divertido darme cuenta de que lo comento tanto que cualquier otra persona podría continuar su desarrollo o su mantenimiento en caso de que fuese necesario, como si fuese pensando en un posible backup o reemplazo, incluso, para mí mismo. Sin pensar si lo que guardo será lo que interese guardar en un futuro o a algún otro que no sea yo.

¡A veces creo que estoy un poco loco!

~/bin/sincronizator.sh


#!/bin/sh

# DEFINICION de VARIABLES
username="$(whoami)"
servidor="192.168.1.2"

# Vamos a elegir qué cosas sincronizar en estas variables lógicas
# Por defecto, sincronizamos todo, local y remoto
SYNC_JMDOMIN=1
SYNC_GIUSSEPPE=1
SYNC_LOCAL=1
SYNC_REMOTE=1

if [ $# -gt 0 ]
then
if [ $1 -eq 1 ]
then
SYNC_LOCAL=1
SYNC_REMOTE=0
elif [ $1 -eq 2 ]
then
SYNC_LOCAL=0
SYNC_REMOTE=1
else
echo "Uso $0 [1=local|2=remote] (por defecto es TOTAL)"
exit
fi
fi

# DEFINICION DE FUNCIONES
cabecera () {
echo "
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________"
}
sincroniza () {
cabecera
echo "Sincronizando carpeta: $3"
echo "Directorio de Origen: $1"
echo "Directorio de Destino: $2"
dirorigen=$1
dirdestino=$2
carpeta=$3
origen="$dirorigen/$carpeta/"
destino="$dirdestino/$carpeta/"
rsync -rtvu --delete $origen $destino
}

# Sincronizamos carpetas utilizando la función sincroniza
cabecera
echo "COMIENZO DE LA SINCRONIZACIÓN CORRESPONDIENTE A LA FECHA:"
date

# Sincronizando JMDOMIN
if [ $SYNC_JMDOMIN -eq 1 ]
then
diskorigen="/media/GSPDISK"
dirbase="jmdomin"
dirorigen="$diskorigen/$dirbase"
subcarpetas="FOTOS Archivo Obra Talleres TEXTOS trabajo web-sites"
cabecera
echo "COMIENZO DE LA SINCRONIZACIÓN DE LAS CARPETAS DE JMDOMIN"

# Con destino al disco de DATOS
if [ $SYNC_LOCAL -eq 1 ]
then
diskdestino="/media/Datos"
dirdestino="$diskdestino/$dirbase"
cabecera
echo "ORIGEN= $dirorigen"
echo "DESTINO= $dirdestino"

for subcarpeta in $subcarpetas
do
sincroniza $dirorigen $dirdestino $subcarpeta
done
fi

if [ $SYNC_REMOTE -eq 1 ]
then
# Con destino al disco de RED de $servidor (TOWI)
smbclient //$servidor/$dirbase -N -c pwd
if [ $? -eq 0 ]
then
# Servidor y recurso accesible
# Primero, montamos y verificamos que el destino esté accesible
echo "Montando /mnt/$dirbase"
mount /mnt/$dirbase
estamontado=`mount|grep $servidor|grep $dirbase|wc -l`
if [ $estamontado -eq 1 ]
then
diskdestino="/mnt"
dirdestino="$diskdestino/$dirbase"
subcarpetas="Archivo Obra Talleres TEXTOS trabajo web-sites"

# Verificar si se puede escribir
touch $dirdestino/kkkkk
if [ $? -eq 0 ]
then
rm $dirdestino/kkkkk # Borrando restos
cabecera
echo "ORIGEN= $dirorigen"
echo "DESTINO= $dirdestino"

for subcarpeta in $subcarpetas
do
sincroniza $dirorigen $dirdestino $subcarpeta
done
else
echo "No es posible escribir en $dirdestino"
fi
else
echo "La carpeta $dirbase del servidor $servidor no está montada"
fi
echo "DES-Montando /mnt/$dirbase"
umount /mnt/$dirbase
else
# Servidor o recurso NO accesible
echo "Error de conexión con el servidor $servidor o el recurso $dirbase"
fi
fi # fin de SYNC_REMOTE
else
echo "Evitada la sincronización de JMDOMIN"
fi

# Sincronizando GIUSSEPPE
if [ $SYNC_GIUSSEPPE -eq 1 ]
then
diskorigen="/home"
dirbase="giusseppe"
dirorigen="$diskorigen/$dirbase"
subcarpetas="bin cloud Documentos Escritorio EudoraNEW"
cabecera
echo "COMIENZO DE LA SINCRONIZACIÓN DE LAS CARPETAS DE GIUSSEPPE"

# Sincronización LOCAL de GIUSSEPPE
if [ $SYNC_LOCAL -eq 1 ]
then
# Con destino al disco de DATOS
diskdestino="/media/Datos"
dirdestino="$diskdestino/$dirbase"
cabecera
echo "ORIGEN= $dirorigen"
echo "DESTINO= $dirdestino"

for subcarpeta in $subcarpetas
do
sincroniza $dirorigen $dirdestino $subcarpeta
done

# Con destino al disco de GSPDISK
diskdestino="/media/GSPDISK"
dirdestino="$diskdestino/$dirbase"
cabecera
echo "ORIGEN= $dirorigen"
echo "DESTINO= $dirdestino"

for subcarpeta in $subcarpetas
do
sincroniza $dirorigen $dirdestino $subcarpeta
done
fi
else
echo "Evitada la sincronización de GIUSSEPPE"
fi

cabecera
echo "FIN DE LA SINCRONIZACIÓN CORRESPONDIENTE A LA FECHA:"
date

Facebook y su intimidad

Hay una persona que me consta que lo es (ya me gustaría poder decir lo mismo de muchos de los nombres de cuenta de Facebook) que, desde hace un tiempo, viene queriendo ser conocida como Intimidad Romero (ya es mucho que dé apellido) y que postea y perdón por la palabrita, fotos formidables en las que su imagen es alterada mediante la pixelación intencionada de parte del retrato.

Pues bien, parece ser que el equipo de FB ha decidido que no puede tener una cuenta con ese nombre y que en la foto de su perfil no puede tener esa imagen (tengo muchos «amigos» de FB que tienen en sus perfiles fotos de sus mascotas, a quienes no reconozco, otros muchos, emblemas más o menos revolucionarios, más o menos modales, de moda). Aducen que no se la reconoce.

Pero vamos a ver… Yo puedo entender que las obsoletas leyes del siglo XX aún se pretendan aplicar sobre algo como FB, asumiendo, no hay que olvidarlo, que se trata de una empresa de un determinado país donde uno de los partidos mayoritarios usa ese mismo color en sus campañas, pero sé que es por casualidad… ¿verdad, Obama?

Yo puedo entender que se busque reducir el riesgo de quienes están siendo tan ingenuos de mostrarse tal cual son, quizá por la incapacidad de tener otra forma de hacerlo o quizá por la falta de voluntad de hacerlo, aunque nadie se muestra como es, salvo que sea completamente superficial, por una cuestión tecnológica más que nada.

Yo puedo entender que se intente averiguar (en esa empresa) si tal o cual cuenta pertenece y está siendo usada por aquel que dice serlo y usarla, pero, como alguno de sus comentarios afirman, ¿cómo puede haber cuentas con usuarios que están muertos desde hace décadas?

Yo lo puedo entender casi todo, sí, soy comprensivo y entiendo, entiendo… es una empresa privada y hace lo que quiere y lo que le da la real gana, con unas normas un tanto ambiguas que han permitido su existencia durante años antes de pedirle que aporte pruebas (que nunca le habían pedido) sobre su verdadera identidad. ¡Ay! Venga, también lo vamos a entender. Se les habrá pasado. Será que ya no pueden hacerse los despistados.

Yo puedo entender la arbitrariedad de esta empresa que ante algunas denuncias decide investigar, tomar partido, exigir cumplimientos… y me dan ganas de denunciar a todos mis amigos, que todos incumplen algo, a ver si FB decide prescindir de ellos o exigirles un riguroso cumplimiento de legislaciones que son (no lo olvidemos) normas internas de una empresa privada, ni siquiera las de un país como EEUU o España. Venga, vale, lo entiendo, lo acepto o no… y todo eso que ya me sé.

Yo lo puedo entender todo… que sí, que lo entiendo… pero…

Me parece mentira que esta empresa tenga verdaderos propósitos de seguridad en sus peticiones y no, tan solo, una respuesta automática a unas peticiones exigidas desde administraciones que no se dan cuenta de la transformación que ha llevado a cabo la aparición de Internet en escena.

Hace más de 20 años que tengo conexión a Internet. Entonces, uno de los servicios más usados eran lo que se conocía por «las news«, eran grupos organizados jerárquicamente, con un protocolo de transferencia entre servidores que mantenían estos grupos como si fueran foros libres en los que (salvo alguno moderado) todo el mundo vertía sus opiniones y enriquecía, de este modo, la convivencia.

Yo solía acudir al grupo soc.culture.spain

Había gente de muy diversas partes del mundo escribiendo en él, en español, principalmente, y era una especie de lugar de debate donde la gente decía ser quien decía ser… no importaba si eran o no quienes decían ser. No se trataba de tener un encuentro carnal, sino de generar vínculos entre usuarios, no entre personas, entre identidades virtuales, que no son lo mismo que las identidades carnales ni las espirituales.

Recuerdo que una vez me dijeron que no me fiase de una tal begowhat4, porque seguramente era un hombre. Yo contesté a quien me dijo semejante ridiculez que no me importaba una mierda, que mi relación con begowhat4 no era carnal y que si a esa persona le hacía ilusión hacerse pasar por una mujer me daba absolutamente lo mismo, sabiendo que gracias a las conversaciones virtuales con esa identidad virtual había logrado sentirme menos solo.

¿Qué importaba que fuese hombre, mujer o, incluso, un replicante?

Está claro que lo que no ha conseguido hasta ahora FB, ni toda la internet en general es lograr un avance mínimo en la comprensión de la naturaleza humana. Nos podía haber ayudado a comprender qué somos, a analizar la importancia de la identidad, del ser, si es que hay tal cosa, pero no hemos avanzado nada en esta línea. Por un momento tuve la esperanza de que sí que avanzaríamos, pero fue un espejismo.

Usenet cayó en desuso, con esa caída se fue adueñando de toda la tecnología subyacente y del archivo de toda esa información distribuida, esa red 2.0, quedó en manos de Google (otra empresa privada) que ahora lo llama Grupo de Noticias.

FB inventó está tontería de las redes sociales con la pretendida querencia por ser voz de libertad, pero es solo apariencia, detrás de ello están los intereses (legales) de una empresa que desea hacer dinero a cuenta de tener muchas cuentas que compartan datos, que la posicionen en un lugar inmejorable para negociar su espacio publicitario, sin querer pensar mal y ponerse paranoico haciendo oídos a los rumores de la conexión entre FB y la CIA o los servicios secretos de EEUU.

Aún así, el uso que se le podía dar era el de una aplicación privada con bastante «cancha» para dibujarse a uno mismo como se desea mostrarse al mundo… pero no, quieren pruebas carnales… ese será el próximo paso. Pero ya ni eso.

¿Por qué no vincular el ADN a las cuentas de FB, o Google, o …?
La tecnología es fácil de hacer y está a la vuelta de la esquina… un verdadero login único, algo que se nos colará como más seguro, más fiable, más fácil: pinchar un detector conectado a un sistema de reconocimiento biométrico que, cifradas, eso sí, las comunicaciones, le proporcionará garantías a empresas privadas de que somos quienes decimos ser.

Matrix, la película, es más real de lo que creemos.

Ley SOPA

Ayer, wikipedia en su versión inglesa estuvo de luto por la Ley SOPA. En España pasamos del tema como si no fuese con nosotros. También tuvimos nuestra particular ley SOPA llamada aquí SINDE (me parece más razonable que tenga el nombre de lo que hace o pretende hacer y no de quien da la cara por ella).

El caso es que hay algo que sigue sin solucionarse y me temo que va para largo: Internet es Global, las leyes son locales.

Esta pequeña confrontación hace que durante mucho tiempo tuviese unas esperanzas ilusas en la capacidad libertaria de Internet, pero con el paso del tiempo se están haciendo realidad mis temores: Internet debía ser cercenada para acomodarse a las nacionales represiones, a las nacionales reprimendas sobre los ciudadanos que nunca tendrán la libertad que pudo darles una herramienta como esta.

Quedan los días contados para que Internet se fraccione en internetes de diversos países que pongan sus propias leyes sobre sus distintos territorios. Es algo sobre lo que la inmensa mayoría, aún inserta en esa dialéctica decimonónica de defensa de los países, de las morales y éticas localistas hasta el ridículo de la exclusión a lo diferente, a la inmigración, a lo extranjero, estará de acuerdo.

Ya ocurre en lugares como China e Irán, ya comenzó a ocurrir hace más de 10 años en USA, con su famoso (entonces) carnivore, utilizado por la red Echelon. Extraído de Wikipedia:

ECHELON es considerada la mayor red de espionaje y análisis para interceptar comunicaciones electrónicas de la historia. Controlada por la comunidad UKUSA (Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia, y Nueva Zelanda), ECHELON puede capturar comunicaciones por radio y satélite, llamadas de teléfono, faxes y e-mails en casi todo el mundo e incluye análisis automático y clasificación de las interceptaciones. Se estima que ECHELON intercepta más de tres mil millones de comunicaciones cada día.

Pero no importa, seguimos adelante como si no pasara nada, como si la libertad fuese un regalo que ahora nos dan y luego nos quitan, como si no pintásemos nada en este asunto. Aprender técnicas para evadirse un poco de estas tecnologías es poco menos que imposible para la mayoría de la gente. Durante un tiempo estuve cifrando todos mis emails con un protocolo sencillo de encriptación, era algo fácil de hacer, con una infraestructura de clave pública basada en PGP, pero después de los atentados del 11S, cualquier intento de cifrar comunicaciones se vio como una posible prueba de que lo que se deseaba comunicar contenía material delictivo, terrorista, etc. Es decir, la privacidad era mala.

Así que se sucedieron intentos vanos por hacerla pervivir, pero esa tecnología estaba avocada a ser usada solo por los poderosos, que resulta que no somos los ciudadanos. Implementé una solución basada en PKI (Infraestructura de Clave Pública, según sus siglas en inglés) para cifrar las comunicaciones entre Sony y Xphera. Pero a todos los amigos a quienes les iba pidiendo que cifraran sus emails me decían que no tenían nada que ocultar.

El PGP dio paso al OpenPGP que también acabó por irse extinguiendo hacia mediados de 2002. El auge absoluto de empresas como Google y Hotmail (de MicroSoft), iba a dejar en papel mojado todo tipo de intento de protección o independencia de los ciudadanos. Nadie buscaba proveedores de servicios que garantizasen privacidad, salvo algún que otro paranoico. Por no hablar de cuando llegaron las famosas redes sociales de la mano de empresas como FaceBook, Tweeter, etc… Ya está todo en sus manos, con nuestra aquiescencia.

No sé porqué aún no vivimos en casas de cristal transparente, según ese razonamiento.

Como no podía ser de otra manera, el dinero compró PGP, que ahora es de Symantec, dejando un desarrollo de los que arrancaron con ese software, más bien de algunos de quienes lo usaban, en GNUGP. Pero intento ver cuáles son las últimas versiones y no me queda claro cuándo dejaron de desarrollarlo.

Hace años seguía las publicaciones que hacía Kriptópolis sobre el tema y veo que siguen existiendo y merece la pena hojearlo, pero la libertad cuesta mantenerla, nos cuesta el esfuerzo de buscar información entre tanta «información».

Es decir, leer, leer, leer… y ser capaz de separar grano de paja.

Como siempre.

La tecnología es molesta, a veces

Cuando te propones hacer algo que depende de la tecnología, acabas perdiendo mucho tiempo (no sé por qué hablo en segunda persona, cuando me está pasando a mí y no tengo por qué suponer que le está pasando a nadie más, ni a ti, ni a él o ella, ni a nosotros, vosotros, ellos).

Estoy intentando configurar la conexión bluetooth que hay entre mi portátil y mi teléfono móvil para pasar una fotografía que realicé desde casa de mi alumna preferida, alumna de clases particulares, eso sí. Es una bella fotografía urbana desde su ventana, que tomé cuando la esperaba el lunes pasado porque llegó un poquito más tarde de la hora prevista. Fue una espera embarazosa, me da por pensar que no debo estar en la habitación de otra persona si esa persona no está allí. Es como haberse colado en su intimidad sin que me haya dado permiso para ello. Sí, claro que luego voy a estar, cuando ella está en la clase, conmigo, pero no es lo mismo.

Soy tremendamente respetuoso con el derecho a la privacidad de los demás. Lo primero que hago en un PC que instalo es crear dos usuarios, uno para Carmen y otro para mí, para no tener acceso a sus cosas salvo caso de extrema necesidad. Me parece lo mínimo para que una pareja se lleve bien el hecho de respetar la privacidad del otro.

Carmen es respetuosa, no sé si de la privacidad, de la que es extremadamente consciente, o de todo en general y, por extensión, también de mi derecho a tener parcelas privadas de su alcance… que luego acaban publicadas en la web. Así que ella lo vio como algo natural, como algo que no se plantearía que fuese de otra manera. Pero no todo el mundo es así.

En resumen, llegué a las 17:30 a su casa y una persona que tienen encargada de limpieza y manutención me invitó a pasar a la habitación de Marta y esperarla allí. Yo no quería mirar ningún cuadro, ni ninguna figurita de las que pudiera tener en su habitación, ni, por supuesto, acercarme a su portátil, encendido, ni sentarme en su cama y ni tan siquiera en una silla. Me había quitado el abrigo y lo había dejado donde suelo dejarlo, sobre su cama, pero estaba incómodo, de pie, en mitad de su habitación, sin más que hacer que esperarla mirando por la ventana de su habitación, viendo lo que ella puede que vea cuando se asome, dándome cuenta de que puede verme mientras espero, algunos días, a que llegue el momento de acercarme a su portal para llamar al telefonillo justo a la hora convenida.

Eran unas vistas formidables de La Vaguada, de parte del Barrio del Pilar, que me resultaron encantadoras y decidí fotografiarlas. Quise apropiarme de esas vistas, pero sintiendo cierto respeto ante el hecho de coger algo que, de alguna manera, es sólo suyo. Y no está de más decir que además pensé en la posibilidad de subir después esa foto a mi diario (¿subir?, ¡ah, que está en una nube!). Pero esa publicación de un material tan privado, tan íntimo, me parecía inadecuado, incluso llegué, en mi paranoia, a tener mis reservas desde el punto de vista de la seguridad, pues estaba dando más información de la necesaria sobre alguien en un entorno público. Un tercero podría saber la ubicación de la vivienda de mi alumna (y algunos otros datos, rastreando entre las líneas de este diario) y utilizar esa información con fines inadecuados.

Después de cinco minutos mirando por la ventana, decidí mirar hacia mi teléfono, con conexión a Internet, pero en cuanto empecé a establecer la conexión a la web de la Caixa, oí la puerta de la vivienda cerrarse indicándome la llegada de mi alumnita querida. Y allí estaba ella, entrando como si nada, riéndose no sé muy bien de qué, dándome a entender que en lo último que pensaría es que yo pudiera haber estado pensando en que mi presencia allí era una violación de su intimidad.

Comenzamos la clase y olvidé la fotografía. La química inorgánica puede ser un buen narcótico.



Al fin he conseguido pasar la fotografía, molesta, muy molestamente y seguro que en breve vuelve a dejar de funcionarme, porque la tecnología está pensada para hacer que te conformes, que seas parte de la masa, que seas como los demás, normal, normal… te instales windows y dejes de molestar con tus rarezas. Pero vivir de una determinada manera, ser consciente de que hay caminos alternativos y seguirlos forma parte de mi vida y exige algún que otro molesto (y ya van varias veces que digo la palabra) sacrificio.

¿Merece la pena?

Al fin una aplicación que me permite aplicarme en lenguas

Desde hace varios años (ya harán cinco, por lo menos) que el tema de crear una organización cómoda para la filiación de las familias lingüísticas me parece interesante y algo que deseo hacer.

Esta es la principal motivación para la creación: el deseo. También lo podíamos llamar intención, aunque intención estaría más relacionado con la forma deseada de continente del contenido deseado. El deseo es el germen, el leit motiv, lo primordial para comenzar algo.

No estamos hablando de procreación pero no puedo imaginar la supervivencia de la especie sin el deseo sexual. Pero para eso ya tenemos a Freud y sus teorías.

Lo primero fue la curiosidad: ¿Cuál era el origen del euskera? Así como existían teorías para decir que el castellano procede, más o menos directa o indirectamente, del latín, no hay una respuesta a esa pregunta y es algo que me picaba la curiosidad. Me gusta esta expresión que, gráficamente, refleja muy bien esa sensación de desazón que implica que hay que rascarse aunque no sirva para nada.

Y eso empecé a hacer: me planteé buscar una estructura filogenética de todas las lenguas que hay (y ha habido) en el mundo. Ahí es nada. Por supuesto, no se trata tanto de demostrar que esa estructura es la correcta, que tal o cual lengua deriva realmente de tal o cual otra. Eso es algo que, con mucho, me desborda, sino que se trata tan solo de organizar la información que existe distribuida en distintas fuentes (en ocasiones muy escasas) para poder presentarla de muy diversas maneras.

El objetivo a largo plazo sería poder presentar un mapa dinámico que mostrase la evolución de las lenguas sobre el planeta a lo largo del tiempo. Sé que es imposible, pero es la utopía que me hace mirar al horizonte aunque no pueda alcanzarlo para saber que tengo una dirección en la que encaminar mis pasos.

La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.
Eduardo Galeano

Comencé haciendo un trabajo de recolección de información con el Investigador de Encarta de Microsoft, pero desde hace tres años era un formato que me parecía peligroso por su enorme dependencia de un programa del que no tenía, ni siquiera, una licencia válida.

Después llegó el momento de ponerme a trabajar a tope en el final del proyecto Lejanías y postpuse este proyecto que ahora retomo.

¿Por qué ahora retomo el Proyecto de Organización Filogenética de las Lenguas del Mundo (POFLM)?

Los ficheros que generaba Encarta tenían una extensión ERP y un formato propietario que no podía abrir con ningún otro software, así que cuando me cambié a Ubuntu definitivamente (creo que en mayo del 2010), me encontré con que no podía seguir porque no podía usarlo en Linux. Lo tengo instalado en una máquina virtual con Windows XP para poder abrir aquellos ficheros, pero el investigador dejó de funcionar hace unos meses con una de las últimas actualizaciones de Internet Explorer. Pero ni siquiera me di cuenta. (Ayer tuve que instalar otra máquina virtual para hacerla vivir como en el 2005, con XP, Office 2000, IE 5.5… y algo he logrado, pero no del todo, recuperar de aquellos ficheros en los que invertí un gran número de horas de trabajo).

Yo seguía buscando una aplicación opensource que hiciese algo parecido a lo que me permitía hacer el investigador de encarta, pero no encontraba ninguna. Además, quería y le pedía que fuese ligero, pudiese exportar su resultado en diversos formatos, entre otros, HTML dinámico, XML y, por supuesto, también ODT (para fabricar un subproducto libro disponible online en cuanto tenga un avance significativo).

El viernes pasado, mientras tuneaba mi distribución de Gnome, me encontré casualmente con un programa llamado FreeMind que hacía exactamente lo que deseo. Ya solo tengo que preocuparme por llenar el contenido del árbol filogenético que albergará información de unas 10.000 lenguas.

¿Cuándo lo daré por terminado?

Aún no lo sé. Es algo que me preocupa más bien poco porque lo que verdaderamente me atrae es saber que durante el camino, aprenderé a caminar.

Y si llego a algún lugar en el que quiera aposentarme, espero saber que es arbitrario y que podría haberme detenido en cualquier otro lugar. Así son todos mis proyectos, en el fondo. Y es algo que me gusta y, al mismo tiempo, me agota, haciéndome sentir, en ocasiones, que nunca termino nada y que todo se va acumulando a una vida cada vez más dedicada a trabajar por el placer de hacerlo.

Un editor de blog formidable

La versión de WordPress que tengo instalada en el servidor propio hospedado en JustHost.com me permite esta maravilla que es tener un editor de entradas tan minimalista que no tengo nada que me estorbe mientras escribo.

Tan sólo un cursor sobre una página completamente en blanco y una tipografía de Ubuntu tan agradable, suave y clara que dan ganas de enamorarse de ella.

No le temo a la página en blanco, es más, me resulta sumamente sugerente ese desierto de dunas infinitas tras la que un horizonte de palabras parece estar esperándome. Ya llego, no os inquietéis, pequeñinas… ya llego…

Me encuentro la a
esta letra casi apocada que en minúsculas resulta tan artificial que jamás he sido capaz de entender porqué no es como la a que todos hacemos al escribir con la mano.
Me encuentro la b
esa que algún día confundo con la d, con la p y con la q. ¡Qué maravillas las que regala la simetría!
Y sigo, y sigo…

y el final del texto no parece llegar nunca porque tras cada letra puedo encontrarme otra, igual o distinta de la anterior, incluso algunos signos más o menos divertidos, de diversos, como comas, puntos; y «comillas».

Pero, lo mejor de todo, lo más sublime de cualquier poema que se precie, son los espacios, los espacios en blanco, los espacios entre letras, entre palabras, entre versos y laterales, superiores, inferiores, márgenes… por donde campa la imaginación.

Qué pesaditos estos de Facebook

Cada día me apetece pasar menos tiempo mirando las actualizaciones de estado y los maravillosos artículos que desean compartir conmigo en FaceBook mis amigos. La mayoría de los cuales son completos desconocidos y otros muchos son tan solo eso, conocidos.

Obvio que no es culpa de la aplicación, pretendida base de una renovada Internet… mucho más privatizada, menos neutral, más comercial, menos desinteresada. Esta Internet 2.0 es (y era) una puta mierda.

No puedo ser más claro ni más contundente.
¿Sirve?

Sí, sirve para hacer negocios, para publicar lo impúdico, para cotillear como en un programa del corazón (aunque yo diría programas de vísceras, en general) que claro que está bien que existan, que tengan su público y su, incluso, tiempo. Pero que se quieran autoproclamar los líderes de la tendencia en Internet y que no sean tosidos por nadie es algo muy, pero que muy, peligroso.

Ahora, cada vez que entro en la pantalla (como si esta afirmación fuese posible) de la página principal de FaceBook, me encuentro con que insisten en que consiga una dirección de correo electrónico giusseppe.dominguez@facebook.com

Pero ¿Por qué esta insistencia?

Está claro que es una forma práctica de conseguir un cliente fiel, casi esclavo, casi imposible de escapar de una aplicación que debía ser tan solo un útil y no una vida paralela (y para-lelos).

Pero es preocupante la pérdida de independencia que se tendría (ya se tiene en Gmail y HotMail) al tener un correo electrónico en manos de una de las 3 o cuatro más importantes empresas de Internet que están intentando fuertemente conseguir un oligopolio a la manera de las telefónicas en España, por ejemplo, en un campo que conocí libre y libertario. Era la Internet 1.0. Parece ser.

Pues bien, me niego a seguir jugando a esto. Estoy por darme de baja en FB y pasar olímpicamente de esas presuntas ventajas que me otorgaba. Lo único que me ha aportado hasta ahora ha sido el retomar el contacto con algunas amigas lejanas (y esto es algo que aprecio) de forma sencilla, sabiendo qué hace mi amiga Mariel, por ejemplo, cada dos horas, o haber visto las fotos de su pequeño y ver cómo va creciendo. También me aporta una infinidad de eventos a los que acudir, que no acudo por falta de tiempo, ganas e interés.

Se suponía que lo iba a usar para fines publicitarios (de ahí que haya aceptado tantos desconocidos entre mis amigos) y que iba a poder conseguir alumnos interesados en mis clases, pero la realidad es que hay tanta oferta y tanta dispersión que quien está en FB lo que acaba haciendo es, como yo mismo, perder el interés por las ofertas que se presentan por falta de tiempo y ganas.

Hummmm… siento algo de incoherencia en mí, uno de mis fantasmas acechando…

Si deseas salir de FaceBook, hazlo ya!

¿Por qué digo que no lo hago?

La verdadera razón (hay algunas razones no verdaderas, supongo) es que sigo creyendo que puedo usarlo yo y no ser usado por él, que tengo en mi poder una herramienta que puede servirme para contactar con amigos infrecuentes y saber algo de sus vidas, así como para conseguir algún que otro contacto interesante entre tanta morralla.

Pero esta creencia se desmorona por minutos. Y estoy seguro de que no seré el único que piense así en los próximos años, cuando aparezca una Internet 3.0 que desmonte el mito de que estar permanentemente conectado es un placer.

Y mientras tanto…

Quiero probar el sonido

Así que esta entrada será tan solo para colocar un audio que usé en la performance que realicé el otro día en Artón. Ya hablaré próximamente sobre la acción que realicé y sobre el controvertido tema que proponían en paralelo al de las acciones, que era el de cobrar por acceder a ver una performance.

Más allá de lo que pienso sobre la gratuidad y el arte, queda entrar en materia sobre si la performance, crítica en sus orígenes con el mercantilismo del arte, puede ser cobrada de la misma manera que un cuadro de Jackson Pollock.

Para esta acción realicé una composición con un programa de audio opensource, como viene siendo habitual, en el que un «NO» se repetía cada determinados intervalos. La pieza total dura 27 minutos, de los que la primera tercera parte (los primeros 3**2 minutos) tiene NOes cada 3 minutos. La Segunda Parte (del minuto 9 al 18) tiene NOes cada minuto, habiéndose dividido cada tres minutos entre 3. La última tercera parte de la segunda parte tiene NOes cada 20 segundos, habiéndose dividido cada minuto en 3. La última tercera parte del total (del minuto 18 al 27) tiene un ruido sinusoidal continuo.

Me encuentro el primer obstáculo, no me deja subir archivos de más de 8 Mb. Este NO.mp3 tiene más de 24 Mb.

Intento colocarlo de otro modo: NO mp3

Y de un tercer modo: NO mp3

En cualquier caso, me presenta, simplemente, un enlace al archivo. Me temo que no es suficiente. Tendré que pensar en una forma más sofisticada.

Veremos con esta última… (parece que de wordpress)

[audio:http://giusseppe.net/pf/partituras/NO.mp3]

Leonardo Da Vinci habría sido libertario

Está claro que para poder ser libertario, espíritu libre o como se desee expresar, es preciso un esfuerzo que nos permita (digo nos, porque me incluyo) salir de la corriente que atrapa, arrastra, vincula, ata a una forma de pensamiento, palabra y obra no libre en el sentido de autoescogida.

Obvio que la libertad es cultural e hija de su tiempo, de sus circunstancia y de su posibilidad de elección basada en las alternativas conocidas.

Pero el esfuerzo principal está en saber que hay alternativas distintas a las que conocemos. Esto es expandir nuestro universo de libertad, por llamarlo de algún modo.

Ayer me peleé durante horas con un programa de edición de vídeo llamado openshot de código abierto (software libre) que podía haber obviado y tirar por el camino más cómodo de usar el famoso Windows Movie Maker (que en sus últimas versiones tiene más que de sobra para lo que quería) pero preferí usar mi ubuntu, como siempre, con su software.

Es un programa sencillo y eficaz y, una vez que le pillas el truquito, hasta es mucho mejor que el del sistema de pago (no olvidemos que habría que pagar, sí, por usar el MS Windows). Pero me costó lo mío. Varias horas de aprendizaje para saber cómo salir de la corriente. Y solo para una cosita de nada.

Si tenemos en cuenta que hay que ir saliéndose de la corriente, poderosa y caudalosa, constantemente, a cada pequeña actividad que llevamos a cabo, nos hacemos a la idea de la ingente labor que es esta de mantenerse alternativo, no por ser más cool, sino por abrir posibilidades, puertas, ventanas (no windows), a la libertad, a la propia y a la de otros; fomentar, de este modo, una sociedad más libre y plural.

Es un esfuerzo que, de ahí el título, seguramente hizo Leonardo en sus búsquedas de otros mundos posibles, de formación continua para poder ser autoelector de sus alternativas, en resumen, ser más libre que sus contemporáneos.

Leonardo di ser Piero da Vinci fue un pintor italiano nativo de Florencia. Notable polímata (a la vez anatomista, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista) nació en Vinci el 15 de abril de 1452 y falleció en Amboise el 2 de mayo de 1519, a los 67 años.

Pero el mundo es más y más complejo y mantener esa in-especialización es casi insostenible o, incluso, absurda, aunque al mismo tiempo más necesaria que nunca: ¿Cómo resolver esta paradoja?

Esto no es una broma