Apariencia no es lo mismo que esencia

¡Qué desastre de noticias!

Dicen en la noticia y se quedan tan anchos, que el diámetro de la luna aumentará un 14% durante este fenómeno, que es sería una verdadera noticia bomba, pues prácticamente nuestra vida como la conocemos desaparecería en un santiamén. Pero luego leo más despacio… aunque ya imaginaba el resultado… y se trata de su apariencia, claro que sí, no de su verdadero diámetro, faltaría más.

Si la redacción del texto fuese con fines puramente poéticos podría comprenderse, pero se trata de un periódico cuya información tiende a ser meramente informativa, sin otra intención que la de dar datos fríos (si es que alguna vez el periodismo lo hace así).

Menos mal que un párrafo escondido corrige el aparente error haciendo referencia al diámetro visible (la clave, por tanto, está en esa percepción y no en el verdadero tamaño del astro).

Al situarse más cerca de lo habitual del planeta, su diámetro visible desde este aumente hasta en un 14% y su brillo crece en un 30%.

Está claro que ya no saben cómo «amarillear» hasta las noticias más planas desde el punto de vista emotivo. ¡Raro me parece que no lo hagan relacionarse con la crisis catalana o con el auge de los partidos populistas!

El periodismo está en una verdadera y profunda transformación hacia los abismos de la desinformación, hacia la literatura más melodramática y tendenciosa posible, lo que en gran parte contribuye a aumentar el estado de tensión en el que parece que vivimos, cuando, realmente, no se está tan mal en este planeta cuyo tamaño, a pesar del fracking, no va a cambiar demasiado…

Probando rotuladores de gel blanco sobre cartulina negra

El sábado estuve buscando rotuladores de gel blanco para escribir sobre cartulina negra gofrada de 300 gramos que había comprado el viernes en la histórica papelería La Riva. Por supuesto, pregunté si tenían allí, pero se les habían agotado.

Después de varios intentos frustrados, en diversas tiendas de minoristas y alguna que otra franquicia (Carlin), llegué a la conclusión de que iba a gastar mucho más en buscar los bolígrafos que si lo hacía por Amazon y esperaba a que me llegase el lunes. Así que eso hice.

Ahora estoy ilusionado con cómo escriben y quiero escribir toda pequeñez en blanco sobre negro… hasta he buscado cartuchos blancos para la impresora… pero sé que es sólo una fase en mi vida. Supongo.

He escrito esta tontería en homenaje a ese día tan simpático en el que el 0 y el 2 son los únicos dígitos necesarios para escribir la fecha.

Una camiseta verdaderamente Vintage

Ayer, a varias amistades, les envié este fotografía, que podemos denominar autorretrato o selfie, al modo de las que se hacen youtubers o influencers… y otras personas cuyas profesiones son nombradas en inglés para proporcionar más empaque a sus naderías, dado el auge del imperialismo o colonialismo cultural anglosajón.

Es una camiseta que me habían regalado en un seminario de administración de sistemas, seguramente antes de 1997, pero no puedo precisar. En aquella época, los rs6000 eran el no va más. La última pieza de tecnología que quedaba por crear para hacer un mundo mucho mejor… jejeje…

Lo mejor del caso es que me está bien de talla. He de reconocer que me alegra saber que aún, a pesar del paso de los años y el aumento de los kilogramos (que no sé tampoco precisar por la ausencia de mediciones desde hace más de 3 décadas), sigue valiéndome y también saber que no la he tenido que tirar a la basura. Quizá su color me desmotivó a usarla durante muchos años y algo que no se usa suele durar mucho más que algo que se usa, lo que no sé qué aporta de información.

Lo único triste fue que mi móvil no tuviera resolución infinita para captar ese móvil en el espejo fotografiando ese móvil en el espejo fotografiando ese móvil en el espejo fotografiando ese móvil en el espejo… Así hasta infinito ?

Conversación extraña como pocas…

El día 2 de enero de este 2020 le llegó un whatsapp a Carmen con este contenido:

2/1/20 18:56 – Él: Hola
2/1/20 18:56 – Él: Quería conoceros me han dado tu contacto
2/1/20 18:56 – CARMEN: Estamos de vacaciones, pero si es para algo relacionado con talleres o eventos de poesía puedes ponerte en contacto con Giusseppe, que es el coordinador, a partir del 7 de enero en el teléfono 655990413

A partir de ahí, me escribió a mí:

2/1/20 19:03 – Él: Esta accesible

(El mismo día 2, que era el día en el que le habíamos dicho que se pusiese en contacto a partir del 7. Supuse que era una pregunta)

2/1/20 19:14 – YO: Ahora estoy de vacaciones, hablamos el 7 de enero
2/1/20 19:23 – Él: OK

5/1/20 12:39 – Él: Hola

(El día 5. Sí, el día 5: es decir, dos días antes de lo acordado por tercera vez)

6/1/20 21:17 – Él: Puedo llamarte mañana y hablar contigo

El día 6. Sí, el día 6: es decir, insistente, por no decir pesado.

7/1/20 12:33 – YO: ¿Podemos hablar ahora?, ¿Esta tarde?
7/1/20 12:33 – Él: Si llamame

Mantuvimos una conversación en la que me preguntó si podía acceder al centro con silla de ruedas a lo que le respondí que era inviable y que lo sabía por experiencia pues había sufrido de un problema en un pie. En qué momento le diría esta información, relativamente inocua.

A partir de aquí, viene la locura sobre mi pie… y yo intentando derivar hacia otros lugares u otras opciones a una persona claramente inapropiada.

7/1/20 12:36 – Él: A mi me gusta la reflexologia quieres que te lo vea y masajeee
7/1/20 12:37 – YO: Si no encuentras otra opción, podemos tener alguna sesión online (vía skype o similar).
7/1/20 12:37 – Él: Podría conocerte en persona?
7/1/20 12:38 – Él: Que te paso en el pie
7/1/20 12:38 – YO: Sí, podríamos organizar una primera reunión en persona en algún lugar al que puedas acudir sin impedimentos y después continuar las sesiones, si te parece, vía skype.
7/1/20 12:38 – Él: Ha
7/1/20 12:38 – YO: Edema óseo en el astrágalo.
7/1/20 12:39 – Él: Te sigue doliendo
7/1/20 12:39 – YO: De cuando en cuando… pero sigo haciendo «rehabilitación» o mantenimiento mediante ejercicios en piscina.
7/1/20 12:39 – Él: Quieres que te de masaje?
7/1/20 12:40 – YO: No, pero muchas gracias.
7/1/20 12:40 – Él: Ok
7/1/20 12:40 – Él: Que pie es
7/1/20 12:40 – YO: Hablamos, si te parece, para más adelante encontrarnos. De momento tengo que seguir trabajando, así que tengo que dejarte.
7/1/20 12:40 – Él: Ok
7/1/20 12:41 – YO: Espero que encuentres un lugar donde puedas acudir a clases presenciales grupales de poesía, porque personalmente considero que son la mejor de las opciones.
7/1/20 12:41 – Él: Ok
7/1/20 12:41 – YO: Mi recomendación personal es Fuentetaja. Tienen buenos docentes y un buen centro.
7/1/20 12:41 – Él: Tiene escaleras
7/1/20 12:41 – YO: Ah. Vaya.
7/1/20 12:45 – Él: Me mandas una foto del pie para vértelo?
7/1/20 12:46 – YO: No te preocupes por mi pie. Es algo que quiero olvidar.
7/1/20 12:46 – Él: Ok
7/1/20 12:46 – Él: Vale reconozco que me gustan los pies masculinos.

Y hasta aquí la locura de una conversación de lo más incómoda que ya no sabía cómo terminar. Y ese fue el comienzo de mi 2020 laboral. La verdad es que hay personas muy raras por el mundo… y yo sé que soy uno de esas personas. Pero espero no ser tan inadecuado como para preguntar a alguien que está trabajando, por si me deja masajearle alguna parte de su cuerpo. Por momentos me acordaba de Pulp-Fiction, pero casi con la intención de sacar algún arma y disparar… a través del teléfono móvil, con malas, muy malas intenciones.

A veces carezco de empatía. Supongo.

Nuevas temporadas y estrenos que no te puedes perder.

Cada vez que hay un anuncio o publicidad con mensajes como este dejo de leer inmediatamente y miro hacia el cielo por si me va a caer algo que va a provocar mi aniquilación instantánea, dado que pienso perderme lo que me digan que no puedo perderme. Aunque sólo sea por ver qué pasa si me lo pierdo.

Son cosillas del estúpido pensamiento lateral o «out of the box» que tanto me gusta hacer.

Y no rezaré a nada ni nadie para evitar las consecuencias de esa temible advertencia al modo de «oferta que no puedes rechazar»… con cabeza de caballo ensangrentada bajo mis sábanas.

😉

FALAZ 2020

Todas las nocheviejas pienso que vivimos mucho más inmersos en costumbres agrícolas de lo que nos creemos, heredando viejos hábitos basados en la observación simplona de los ciclos de cultivo, que nos dio lugar a la idea de año (sin tener en cuenta a los peculiares romanos), las estaciones, esas divisiones de 12 meses solares, ignorando casi por completo a la Luna, salvo quizá para establecer una división adicional de 7 unidades relacionadas con la noche… con la oscuridad y una simple división de 28 entre 4 sin entrar en detalles…

Con lo que tenemos un 365 que no se divide muy bien entre 4, ni entre 12, ni esos aproximadamente 30 días que no se dividen nada bien entre 7… con lo que el caos está garantizado. Y es que empeñarse en manejar enteros, como si no existiesen los irracionales… ese empeño casi diría pitagórico… es algo bastante absurdo hoy en día, salvo para encontrar unidades (unidades, sí) en el continuo espacio temporal en las que felicitarse de estar vivo y desear felicitaciones a las personas que nos rodean.

Ni siquiera el año tiene una forma de medirse sencilla, relacionada con meses o estaciones, ni hay una única definición de «año», por más que nos empeñemos en simplificar, porque siempre hay que simplificar, así que tenemos, entre otras muchas:

El año es sideral o año sidéreo cuando:

El tiempo que trascurre entre dos pasos consecutivos de la Tierra por un mismo punto de su órbita. Generalmente usado por los astrónomos, es la medida más precisa de un año. Referencia: las estrellas. Duración: 366,255936 días siderales, o 365,256 363 004 días solares medios, 365 días 6 horas 9 minutos 9,76 segundos, es decir, un día solar medio menos.

Pero si nos ponemos a pensar, también el sol se desplaza (¿con respecto a qué?), modificando así el lugar por el que la tierra ha de pasar en su movimiento orbital, así que, técnicamente, no pasa por el mismo punto, salvo si consideramos que las estrellas están fijas en un universo que, curiosamente, está en expansión… o eso parece.

Y es que la definición de día tampoco es menos compleja, así que ya puedo ignorar por nimios los conflictos de calendarios diferentes, como Julianos, Ortodoxos, Gregorianos e incluso islámicos.

Siete días dicen (esa unidad temporal también me ha intrigado mucho) que es una semana… pero ¿Cómo son los días?

Ya, ya… una vueltecita de la Tierra sobre sí misma… pero ¿en qué eje? ¿se desplaza este eje?

Bueno, pues son 24 horas… y seguimos.

¿Qué es una hora?

Minuto es cosa minuta, cosa menuda en la que fracturar las horas. 60, seguramente heredados de las cuentas babilónicas, ese conteo con las falanges de los dedos, que nos dieron lugar a los sistemas basados en bloques de 12 unidades (las falanges de una mano), que agrupándose hasta cinco (los dedos de la otra mano) daban un precioso 60.

Y para cuando llegamos al segundo (unos 3600 aproximadamente más pequeños que la horita), nos encontramos con una definición cuando menos desasosegante:

Un segundo es la duración de 9 192 631 770 oscilaciones de la radiación emitida en la transición entre los dos niveles hiperfinos del estado fundamental del isótopo 133 del átomo de cesio (Cs), a una temperatura de 0 K.

Dicho lo cual todo parece arreglado, pero tampoco, teniendo en cuenta que los 0 K son inalcanzables en la práctica y tan solo se pueden conseguir aproximaciones. No obstante lo cual es más preciso, dónde va a parar.

Porque claro, ahora queda acordar el porqué del 2020… es decir ¿desde cuándo contamos?

Y viene otro follón de no menores dimensiones: ¿Jesucristo? ¿En serio? No sabemos (con certeza) si fue o no un personaje histórico ni hay acuerdo, contestada afirmativamente esa primera duda, sobre su año de nacimiento. Con lo que en realidad esos 2020 años transcurridos (medidos más o menos chapuceramente a lo largo de la historia) lo son desde hace no se sabe desde qué acontecimiento relevante en una religión que ni siquiera internamente tiene un criterio único.

Eso sin mencionar que habría que contar con un año cero que no existe… se pasó del milenio uno antes de cristo al milenio 1 después de cristo así, sin avisar, sin anestesia… en una época en la que esa sutileza de los decimales era poco más o menos ridícula para el común de los mortales, ese invento del cero estaba aún pendiente de llegar a nuestro ombligo.

Traducción indeseada

A veces una red social hace cosas tan divertidas como traducir un poema que no era necesario traducir, y es que las palabras poéticas son como son: irreducibles, irreductibles, irredentas casi.

Mi querido amigo Ernesto, poeta visual, no sabía o no era consciente de que estaba escribiendo en portugués, de acuerdo a la ignorancia de la inteligencia artificial de Fafebook.

Papel para la poesía

Encontramos un papel, como puede ser el mantel de un restaurante tras una presentación de un libro de poesía, y sacamos un bolígrafo (o varios bolígrafos). Se reparte tinta disponible. Se escribe, casi sin pensar, sabiendo que se va a tirar a la basura. Son pequeñas tonterías que alguna vez retratamos, como si fuesen algo rescatable de la basura. Y recordamos lo divertido que fue escribir en un papel no pensado para ese fin, en un papel que tenía visos de ser un mantel, pretensiones de no servir nada más que para mancharse… y así fue: lo manchamos de poesía improvisada entre cervezas improvisadas…

Esto no es una broma