Pornografía

El viernes publiqué esta pequeña composición, una tontería, a la que llamo Pornografía, pero en Instagram me censuré a mí mismo (ya me censuro muy bien, sin ayuda de nadie, cada día más y mejor) y la titulé «Erotismo»

Aún así, tuve mis dudas de si abriría un debate acerca de si era excesivamente binaria, no incluyendo, por ejemplo, dos botones con el mismo título o dos ojales… y por qué no uno solo, botón u ojal, o tres o cuatro… quizá si sigo publicando una pequeña serie de ellas, una camisa podría titularse, felizmente, orgía.

No quise con ese título, ni con el de Pornografía, decir que toda la pornografía o todo el erotismo fuese procreativo… ni falocéntrico, ni genital… especialmente el erotismo. Así que pensé que podía ser malinterpretado, pero aún así osé publicarla.

Pero cada día doy más vueltas a todo lo que publico en redes sociales por su posible malinterpretación hasta el punto de haber llegado a desarrollar una paranoia bastante considerable que, no obstante, no está a la altura de declaraciones de políticos de la oposición, ni de cuñadismo extendido. Es decir, envidio (solo en una remota parte de mi reptiliano cerebro) la simpleza de quienes hacen afirmaciones rotundas e irreflexivas sin pensar en nadie más que en su persona, sin empatizar ni remotamente con las diferencias, considerando toda salida de lo normativo como maligno, satánico casi.

Al final, mi voz y la de otras personas como yo nos vamos acallando dejando más sonido a quienes no tienen tantos miramientos.

Pero a mí me resulta tan cansado…

El tren de la memoria

Llevo años jugueteando con estas cuatro placas de memoria de (¡Atención!) 1 Mb RAM cada una. Son viejas tarjetas de 30 pines que ya no valen para nada más que para hacer chistes de palabras visuales.

Para mí, son una doble referencia a la memoria, en tanto algo obsoleto y por la obviedad de lo literal: tarjetas de memoria, tarjetas de recuerdos, tarjetas de algo que ha sido olvidado y superado, tarjetas del pasado, tarjetas del tiempo que no volverá, tarjetas de ayer, tarjetas de paraísos perdidos, tarjetas de reminiscencias, tarjetas de recuerdos, tarjetas de semimetales sobreimpresos, tarjetas de vida al fin y al cabo.

¡Qué cosas tiene Instagram!

En Instagram estoy intentando hacer un pequeño damero a base de publicar fotografías en color alternadas con imágenes de la Colección de Poesía Visual del Proyecto Lejanías que son líneas y frases blancas sobre fondo negro.

Hoy he publicado una fotografía del poema visual Dulce pero utilizando algunos «hashtags» poco habituales como el de «#definición», pensando, ingenuo de mí, en la definición de la palabra dulce que está incluida en la pieza.

No había caído en las acepciones de la definición de la palabra «definición». Y ha ocurrido esto cuando he ido a ver qué otras «definiciones» aparecían bajo esa etiqueta en la red social de imágenes…

Publicación en Papeles para Mirar

Me han publicado una pieza de poesía visual titulada «ABCDario Ajedrez 9×9» en un libro de titulado «Pequeña convocatoria de Poesía Visual» editado por la Asociación Cultural Babilonia, de Valencia.

Participé en la convocatoria enviando un poema de la serie ABCDarios realizado en el 2013. Me hace una ilusión especial estar en el libro junto a grandes de esta forma de poesía como un referente Antonio Gómez, a quien tengo el gusto de conocer en persona.

Esto no es una broma