¿Es una coincidencia que utopía y poesía tengan seis letras?
Abdominales
En mitad de la noche me despierto y creo que algunas de las tonterías que estoy pensando tienen alguna validez literaria, y luego soy consciente de que la única validez es la ocurrencia, la inmediata aparición de una imagen feliz o un juego divertido de palabras.
Sirve en redes sociales y sitios similares para dar la impresión de que tengo ingenio, pero tan solo es un destello en mitad de la oscuridad.
El otro día escribí esta tontería al lado de la cama, sobre un cuaderno que tengo abierto para poder anotar estas pequeñeces (alguna vez, tan solo alguna vez, ha merecido la pena para algo más que para una entrada de este íntimo diario público):
Entre
abdominales
y
abdomen ales
median
tan solo
unas cervezas.
Quizá lo más interesante de la nimiedad fuese la aparición del verbo mediar que no suelo utilizar:
mediar Del lat. medi?re. Conjug. c. anunciar. 1. intr. Dicho de una cosa: Llegar aproximadamente a su mitad. Mediaba el mes de julio. 2. intr. Interceder o rogar por alguien. Mediará por él en el juicio. 3. intr. Actuar entre dos o más partes para ponerlas de acuerdo en un pleito o negocio. Medió entre los dos vecinos. En la venta del piso medió un agente inmobiliario. 4. intr. Participar o intervenir en algo. En el cambio climático media la mano del hombre. 5. intr. Existir o estar entre dos personas o cosas. Entre las dos ciudades media una gran distancia. 6. intr. Dicho de una cosa: Ocurrir entre dos hechos o dos momentos. Entre estos dos hechos medió su llamada. 7. intr. Dicho del tiempo: Transcurrir entre dos hechos o dos momentos. Medió un mes entre sus visitas. 8. tr. Hacer que algo llegue más o menos a su mitad. Medió el vaso de un sorbo. 9. tr. p. us. Intervenir en algo. Ellos, como miembros de justicia, mediaron la causa y fueron árbitros de ella.
Cena de Navidad Poética
Organizar una velada de cena navideña con las casi 40 personas que asisten actualmente a los Talleres de Poesía y Escritura Creativa de la Asociación Cultural Clave 53 es algo que parecía una tarea titánica, pues tener en cuenta las diferencias en cuanto a días disponibles, a horarios posibles, a casuísticas varias, amén de las necesidades gastronómicas de cada cual (vegetarianismo, celiaquía, intolerancias…), sin olvidar no subir de precio innecesariamente a pesar de las fechas que ocupamos.
Lo hemos conseguido después de varios restaurantes pre-seleccionados como fueron:
1.- Restaurante Portomarín, que fue el primero que se me ocurrió por si no había sitio en otros lugares. Éramos un grupo muy numeroso y los espacios en Madrid (centro) se llenan con lo que había que tener una red de seguridad de un espacio «econonómico» y grande.
2.- El precioso Nanai que se autoproclama espacio cultural y cuyo pequeño escenario nos habría brindando la posibilidad de hacer un minirrecital íntimo, pero que subió el precio (casi 60€/persona) pues no le salíamos rentables. Lógico: estas fechas…
3.- Una opción nipona: Oishii Sushi & Ramen garantizaba opciones veganas, sin gluten… buen precio, divertido, pero el lugar que nos proponían para más de 25 personas no era muy agradable para salir en fotografías con las que presumir en redes sociales y esas cosas.
Por último, me decanté casi por accidente (paso todos los días delante y ni lo había pensado) por un restaurante italiano llamado Pizza Emporio, que está justo enfrente de uno de la famosa franquicia presuntuosa.
No tenía ni siquiera página web en funcionamiento (pizzaemporio.com te lleva a un dominio inexistente), pero como podía hablar en persona con quien lo gestionaba, me personé en el local y concretamos la posibilidad de tener un menú por 23€/persona que incluía multitud de opciones.
Fue un enorme acierto y la gente estuvo encantada del encuentro que hacía más de 2 años que no podíamos organizar por motivos obvios. No sé si repetiremos, pero es bastante probable que se convierta en un lugar a tener en cuenta para eventos de estas características porque el personal fue amable, los precios estuvieron muy ajustados a lo esperado con bebidas extra, no escatimaron agua para quien la pidió, sin coste, y nos hicieron la fotografía que encabeza esta entrada en este diario, hoy, cuando puedo además agradecer a todas las personas asistentes su agradecimiento hacia mí y, también, su tolerancia con pequeños inconvenientes que siempre pueden surgir.
Les ofrecí un par de ejercicios poéticos que espero que sigan manteniendo algo de la buena energía que se generó en la cena:
Repartir un cuaderno en el que ir escribiendo poemas (o lo que se quisiese) a lo largo de la noche pasándolo a quien tuviésemos cerca.
Llevé un libro de Federico García Lorca muy personal para mí: era el primer libro de poesía que había comprado por mi cuenta en una librería en Colmenar Viejo allá por los inicios de los años 80. Me ha acompañado desde entonces, pero quería compartirlo en un proyecto de intervención que consiste en que cada persona lo tenga consigo una semana y lo «intervenga» de alguna manera hasta que dé la vuelta completa a la mesa (a quienes estuvimos en ella ese 9 de diciembre de 2022) o se pierda en sus manos que al fin y al cabo es lo más probable y son buenas manos para que un libro de poesía se extravíe de por vida.
El desapego ha sido difícil, pero también emocionante en varios sentidos de la palabra.
El mundo se ha vuelto loco (y es divertido)
El lunes, mientras escuchaba mi lista preferida de reproducción de Spotify, de Benito Lertxundi, que siempre escucho cuando llueve, me saltó la publicidad con un anuncio que me hizo hecho reír por lo inverosímil que me pareció:
Pero parece ser que es cierto. Hay un software que te entregan, vía rellenar un formulario que no pienso completar, que cancela el ruido de los mordiscos de unos aperitivos cuyo único interés es su crujido. Es decir, que sería más interesante comer, pongamos por caso, un poco de lechuga, o un tomate, que no crujen, para que no nos molesten mientras jugamos.
Menos mal que no juego a esas cosas para las que el crujido es tan problemático. ¿No se puede, sencillamente, prescindir de comer esos pedazos de plástico recauchutado mientras se juega y esperar a un poco después o parar el juego?
Vivimos una sociedad que cada día comprendo menos… y ha dejado de importarme.
🙁
La localidad de la localidad
En una página web que no viene a cuento
me encuentro esta expresión
de la localidad de la localidad
que era uno de esos errores felices
que no parece un error
sino un acierto.
La localidad de la localidad
es
convirtiéndolo en un experimento oulipiano
la cualidad de las cosas que las sitúa en lugar fijo de cada una de las plazas o asientos de los locales destinados a espectáculos públicos
el elemento o carácter distintivo de la naturaleza de alguien o algo de lo que tiene entidad, ya sea corporal o espiritual, natural o artificial, concreta, abstracta o virtual situado en población pequeña, menor que villa y mayor que aldea fija de cada una de los asientos que se hacen en los libros acerca del que voluntariamente se presenta para servir de soldado o descenso por mayor unión de los materiales de un edificio a causa de la presión de los unos sobre los otros de los que solo afecta a una parte del cuerpo destinados a cosa que se ofrece a la vista o a la contemplación intelectual y es capaz de atraer la atención y mover el ánimo infundiéndole deleite, asombro, dolor u otros afectos más o menos vivos o nobles públicos.
Pendiente
Sobre la mesa
un pendiente pendiente
de su destino.
Presentación de La palabra dormida
Este es el precioso cartel que han hecho Dora y Guille para la presentación de esta tarde en su espacio: Covington Gallery que presume de tener, entre otras cosas, un dominio de primer nivel (TLD) de Internet como «gallery».
Yo había hecho este otro (a continuación) que está basado en la cubierta del libro que edité para Eva Obregón. Está clara la diferencia… Es un poco vergonzoso que me atreva a hacer carteles habiendo diseñadores gráficos en el tablero.
curvas rectangulares
En época de Franco
las curvas
eran rectangulares.
Puede transformarse muy bien en este otro que satisface la innecesaria «versificación» de 5-7-5 sílabas:
Las curvas eran
en época de Franco
rectangulares.
Vídeo de Poseía Poesía
Vídeo en formato palimpsesto audiovisual utilizado para la introducción de la presentación del libro Poseía Poesía de Giusseppe Domínguez.
El audio de fondo es una lectura de 999 palabras (pudiendo ser poseía o poesía) generadas aleatoriamente. La lectura la realizó un sintetizador de voz de linux personalizado.
Incluye vídeos de tiradas de dados, de vídeos que dejan ver lo que ocurrió en otro momento del tiempo, como por ejemplo, vídeos de Contar 88 garbanzos secos manualmente (una vídeo-acción englobada en el proyecto La Consulta Caso 30), o la escritura sobre 36 dados de madera de 2x2cm de las palabras poesía y poseía (30 y 6 veces respectivamente).
El vídeo ha sido editado utilizando kdenlive 22.04.3 sobre Linux Mint 20.3 (una)