Paseo Nuevo, 12 del 4 de 19XX

Es difícil por no decir imposible rescatar de debajo de la mesa estos textos decimonónicos, tan manidos y llenos de plenonasmos que dan verdadero asquito, por no mencionar el latente sexismo que hoy no se escaparía sin podar.

Tragicomedia que nunca ocurrió:

Apoyado en la roca vieja del Paseo Nuevo absorto y cabizbajo mecido por el bravo mar por compañero, percibo la voz cálida que me acaricia el alma comprobando al darme la vuelta que el soporte es el de una lindísima joven (20 años, claro) que me clava sus verdes ojos como mares esperando respuesta a su – ¿te encuentras bien?

Yo no salgo de mi asombro y le pregunto tan lleno de estupidez como entusiasmo:

– ¿Estoy en el cielo y tú eres un ángel?

Se ríe con esa risa que recuerdo haber visto y con esos ojos llenos de vida mientras contesta:

– No. Estás en Donosti.

Y entonces la comprensión de mi ridículo, el análisis de mi estupidez me hacen decirle:

– Entonces, seguro que tienes novio.

Sonríe abiertamente, dice – Pues sí – y sigue su camino.

Cruzo los dedos

Podría cruzar los dados
para obtener un siete
en cada cubo.

Es improbable
la perfección.

Podría cruzar las piernas
para obtener un siete
en la postura.

Es muy probable
la imperfección.

Podría cruzar los ojos
para obtener un siete
en cada párpado.

Es improbable
la imperfección.

Podría cruzar las sienes
para obtener un siete
en mi interior.

Es muy probable
la perfección.

Jugando a diseñador

Carmen es una fantástica diseñadora intrusa que es capaz de hacer un cartel estupendo a partir de una simple fotografía. De hecho, cada vez que estamos de vacaciones rescata paredes, detalles, playas… que luego usa para sus publicidades, que siempre son originales y mucho más creativas de lo que ella misma es consciente.

Pero tiende a usar apps de móvil que la mayoría de los casos no permiten tener un control total sobre lo que quieres hacer (aunque son muy muy potentes) y, sobre todo, si se trata de diseños que se quieran reutilizar es bastante complicado porque los formatos en los que los almacena son difíciles de manejar con libertad (tecnológicamente hablando).

Así que, como de costumbre, hacemos un buen tándem, pues es ahí, en la parte tecnológica, donde yo puedo echarle una mano, como en esta ocasión que ella había compuesto la izquierda de este díptico que he llevado a vectorial con Inkscape (salvo la fotografía de fondo) para poder modificarlo siempre que queramos, como en esta simple bandera lateral derecha negra sobre la que escribir «Práctica de la Rosa» con la tipografía que utiliza su propia web, además de añadir un SVG de licencia creative commons que ha sido sencillo colorear con el color que usa el logo de la Milonga Romántica, por ejemplo.

Campaña electoral

Estoy en campaña.

En pleno verano
estaba en campiña.
Ahora estoy en plena campaña.
Ya no estoy en plana campiña.

Negocio con ocio
y
ocio de negocios.

Los pavos reales
expanden iridiscentes colas
para atraer colas
de admiradores
de admiradoras
que no pueden dejar de decir
que los pavos reales
expanden iridiscentes colas.

Exhibo algaradas de alegría
albricias irrefrenables
en alarde de exposición.

Estoy en campaña.
Estoy en plena campaña.

Quiero ser lo que necesitabas
y aún no lo sabías.
Quiero ser lo que te hará feliz.

Quiero hacerte feliz
pero no quiero que me necesites.

Quizá
quien te necesita soy yo
aunque diga lo contrario.

Estoy en campaña.
En plena campaña.

Terminará septiembre y volverán las aguas a su cauce
y parecerá que se sosiega el universo
después de un big bang
iridiscente.

Cauces de ríos
cada día más secos.

La sequía golpea todos los lugares del planeta,
resquebraja la piel de la tierra
y hace sangrar ríos de tinta.

La tinta digital
contribuye
de mala manera
al aumento de la temperatura atmosférica
a la sequía
en la campiña
en la campaña.

La campaña
no campana
gaussiana
deja una voz tímida
tras su paso.

Es miedo en el tronco del ego.

¿Cómo es el ego
de un pavo real?
¿No sé
cómo es mi (propio) ego?

¿Tiene ego
una ficha de lego?

LEGO es una empresa danesa de juguetes cuyo producto más conocido son los bloques de construcción fundada el 10 de agosto de 1932 por Ole Kirk Christiansen, carpintero natural de Billund, y desde entonces ha estado controlada por su familia. Si bien se dedicó al principio a fabricar artículos de madera, desde 1949 está especializada en los juguetes de construcción fabricados con plástico. El nombre Lego deriva de las palabras danesas «leg godt», que significan «jugar bien».

¿Cómo se puede «jugar mal»?

Ahora estoy en plena campaña.
Ya no estoy en plana campiña.

Este es un buen final.

Quijote milenial

CAPÍTULO EN PLAN PRIMERO

O sea, que trata de la condición y ejercicio del famoso, en plan, y valiente hidalgo, o sea, don Quijote en plan de la Mancha.

En un lugar de la Mancha, o sea, de cuyo nombre no quiero acordarme, en plan no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo, o sea, de los de lanza en astillero, en plan adarga antigua, o sea, rocín flaco y en plan galgo corredor. O sea, una olla de algo más vaca que carnero, en plan salpicón las más noches, o sea, duelos y quebrantos los sábados, en plan lantejas los viernes, o sea, algún palomino de añadidura en plan los domingos, consumían, o sea, las tres partes en plan de su hacienda. El resto, o sea, della concluían sayo de velarte, en plan calzas de velludo para las fiestas, o sea con sus pantuflos de lo mesmo, y en plan los días de entresemana, o sea se honraba con su vellorí en plan de lo más fino. O sea, tenía en su casa en plan una ama que pasaba de los cuarenta o sea y una sobrina que, en plan no llegaba a los veinte, y un mozo o sea de campo y en plan plaza que así ensillaba el rocín, o sea, como tomaba la podadera. Frisaba la edad en plan de nuestro hidalgo con los cincuenta años. O sea, era de complexión recia, en plan seco de carnes, o sea enjuto de rostro, en plan gran madrugador, o sea y amigo de la caza. Quieren decir, en plan que tenía el sobrenombre de «Quijada», o sea o «Quesada», en plan que en esto o sea hay alguna diferencia en plan en los autores que deste caso escriben, o sea aunque por conjeturas verisímiles se deja entender que se llamaba en plan «Quijana». O sea, pero esto importa poco a nuestro cuento: en plan basta que en la narración dél no se salga un punto, o sea, de la verdad.

Es, pues, en plan de saber que este sobredicho hidalgo, o sea los ratos que estaba ocioso —que eran en plan los más del año—, se daba a leer libros o sea de caballerías, en plan con tanta afición y gusto, que olvidó o sea casi de todo punto el ejercicio en plan de la caza y aun la administración de su hacienda; o sea llegó a tanto su curiosidad y desatino en esto, en plan que vendió muchas hanegas o sea de tierra de sembradura en plan para comprar libros de caballerías en que leer, o sea y, así, llevó a su casa todos en plan cuantos pudo haber dellos; y, de todos, o sea ningunos le parecían tan bien como los que compuso en plan el famoso Feliciano de Silva, o sea porque la claridad de su prosa o sea y aquellas entricadas razones en plan suyas le parecían de perlas, o sea y más cuando llegaba a leer aquellos requiebros y en plan cartas de desafíos, donde o sea en muchas partes hallaba escrito: «La razón en plan de la sinrazón que a mi razón, o sea, se hace, de tal manera mi razón en plan enflaquece, que con razón me quejo, o sea, de la vuestra fermosura». Y también en plan cuando leía o sea: «Los altos cielos en plan que de vuestra divinidad en plan o sea divinamente con las estrellas os fortifican o sea y os hacen merecedora del merecimiento en plan que merece la vuestra grandeza…»

O sea, con estas razones en plan perdía el pobre caballero el juicio, o sea, y desvelábase por en plan entenderlas y desentrañarles el sentido, o sea que no se lo sacara ni las entendiera el mesmo Aristóteles, en plan si resucitara para solo ello. O sea no estaba muy bien con las heridas en plan que don Belianís daba y recebía, o sea porque se imaginaba que, en plan por grandes maestros o sea que le hubiesen curado, no dejaría de tener en plan el rostro y, o sea, todo el cuerpo en plan lleno de cicatrices y, o sea, señales. Pero, con todo, en plan alababa en su autor aquel, o sea, acabar su libro con la promesa en plan de aquella inacabable aventura, o sea y muchas veces le vino deseo de tomar en plan la pluma y dalle fin al pie de la letra o sea como allí se promete; y sin duda alguna lo hiciera, y aun en plan saliera con ello, si otros mayores y, o sea, continuos pensamientos no se lo estorbaran. Tuvo muchas veces en plan competencia con el cura de su lugar —o sea que era hombre docto, en plan graduado en Cigüenza— o sea sobre cuál había sido en plan mejor caballero: o sea Palmerín de Ingalaterra o en plan Amadís de Gaula; mas, o sea, maese Nicolás, barbero del mesmo pueblo, en plan decía que ninguno llegaba al Caballero del Febo, o sea y que si alguno se le podía comparar era en plan don Galaor, o sea hermano de Amadís de Gaula, porque tenía en plan muy acomodada condición para todo, o sea que no era en plan caballero melindroso, o sea ni tan llorón como su hermano, y que en lo de la valentía, o sea, no le iba en plan zaga.

[…] O sea, continuará en plan…

Esto no es una broma