Concitar
Me despierto pensando en la palabra concitar
y su divertida manera de citar
con.
Decido que quiero usarla en alguna frase
hoy
pero rápidamente me acuerdo
de que ya la usé en una publicación
en una red social
hace meses.
Juguetea en mi cabeza
con
un chiste propio ridículo:
las citas a mi edad
no las busco en tinder
sino en la tarjeta sanitaria
y me viene a la cabeza
(concitado)
el haiku de Benedetti (algo así como):
con veinte años
canción protesta
a los sesenta
canción de próstata
de su libro Rincón de haikus
que fue lindamente editado
en 1999.
La palabra sigue resonando en mi cerebro
como una llama
que no asciende por las montañas peruanas
sino por el hálito
incandescente
de mi mente.
De ahí que haya encontrado
etimológicamente hablando
ins
pira
ción.
La cera de la cerería
La cerería del niño del remedio
ya no tiene remedio.
Los feligreses
han decidido
no comprar velas
hechas de cera.
Sus velas son de yate
velas de tela.
Los niños ya no tienen remedio
para sus ceras.
Dibujan con tabletas
de vidrio romo.
La cerería
tiene al lado una iglesia
subvencionada.
No lamento este cierre
aunque mucho me temo
que irá a ser breve
o abrirá algún local
gentrificado:
La especulación no entiende
de religiones.
El niño sin remedio
ya no está en Siria.
Está olvidado en mitad de un mercado
capitalista.
Los feligreses
ahora son más fieles
de yoga y polipiel
de terapias dudosas
que les hagan creer
creer
creer
creer
que la Tierra es más fácil
de lo que entienden.
Comprehender
comprendiendo
o
desconociendo.
La cerería
bajo mi ventana cierra
una nueva fase.
Diseñador ocasional
Siempre metido a hacer cosas que no sé hacer, siempre fracasando, pero nunca frustrado, le realicé este diseño a la pareja de mi amiga Aída, con tal celeridad que metí la pata en el QR que contiene sus datos de contacto, pues incluí su teléfono personal y no el del trabajo.
Lo habíamos estado haciendo para pruebas y se quedó así y cuando me pasaron los datos definitivos se me olvidó cambiarlo en el QR. ¡Un desastre!
En cuanto al formato y la impresión, probé con una imprenta que tenía ganas de conocer, pero la verdad es que los materiales que ofrecen son bastante básicos. Dudé si reclamar sobre si esta cartulina era realmente de 300 gramos, como afirman, pero pregunté a Jaime, mucho más versado que yo en estas lides y me dijo que, aunque a él le parecían bastante finas también, estaban bien y el precio era imbatible. Así que me conformé.
El jueves recibí el segundo pedido, después de que el primero llegase con ese error inasumible.
Lo consideraré un regalo a mi amiga y, por otra parte, un buen curso de aprendizaje. Así son las cosas en este mundillo…
Costilla – Castillo
COSTILLA
CASTILLO
Entrada en vigor del GPSR
URGENTE: Entrada en vigor del GPSR el 13/12/2024
Faltan los datos de tu editorial por completar
Así que tenemos que dejar constancia de ellos en algún lugar de esta página web dedicada a la editorial Edita Clave 53 (Servicios editoriales de la Asociación Cultural Clave 53).
Pero los datos ahí vertidos son los siguientes, para quien los desee consultar:
Asociación Cultural Clave 53 (At. al usuario)
+34 655990413
poesia@clave53.org
Costanilla de los Ángeles, 2, Esc. Izda, 1D
Madrid
28013
ES
El problema es que la codificación de los archivos hace imposible el uso de acentuación. Lo que es un asco teniendo en cuenta el sector en el que nos ubicamos… Espero que la gente sea compresible con ello.
gpsr_guideRaíz Cuadrada
He tenido que volver a aprender este algoritmo que me parece monstruoso.
En realidad no resulta un método más sencillo que ir haciendo iteraciones a partir de aproximaciones sucesivas, así que lo tengo que explicar a un alumno jovencito y no sé cómo justificar que lo tiene que aprender. Es verdad que, al menos, le ha sorprendido que la palabra algoritmo la hayamos usado para algo más que para las malditas redes sociales y su manejo de información y gran cantidad de datos.
Quizá, aunque sólo sea por eso, haya merecido la pena.
Juegos con el teclado: LUZ-SOMBRA
Dos versiones del mismo juego de palabras, una vez que descubría LUZ, era obvio que iba a buscar SOMBRA.
Algunos haikus de Octavio Paz
Conocí el haiku de la mano de un ensayo magistral de este escritor mexicano titulado «Tres momentos de la literatura japonesa», dentro del libro Las peras del olmo, un compendio de textos sobre literatura que hace décadas que leí y me abrió los ojos a distintas formas de concebir la escritura.
En Las peras del olmo, Octavio Paz ha reunido algunos de sus textos críticos más reveladores. La primera parte del libro, dedicada a la poesía mexicana, contiene un valiosísimo estudio acerca de la obra de Sor Juana Inés de la Cruz y brillantes aproximaciones a la figura de José Juan Tablada y a Muerte sin fin, de José Gorostiza, entre otros textos. En la segunda parte del volumen, que agrupa ensayos de variada temática, figura un extenso estudio acerca de la literatura japonesa, que se cuenta entre las primeras muestras importantes de la aproximación de Paz al mundo oriental, y una conferencia sobre surrealismo que da fe de la «invitación a la aventura interior» que preside la zona más genuina de la poesía de nuestro tiempo.
Próximamente, dentro del temático de Poesía Clásica Japonesa que estoy realizando en los Talleres de Poesía de Clave 53, leeré algunos de sus intentos de haiku (que no me parecen especialmente interesantes como haiku) que he rescatado de una de las antologías que tengo suyas. He de decir que, poéticamente, Octavio Paz me aburre bastante.
Basho An
El mundo cabe
en diecisiete sílabas:
tú en esta choza.
Troncos y paja:
por las rendijas entran
Budas e insectos.
Hecho de aire
entre pinos y rocas
brota el poema.
Entretejidas
vocales, consonantes:
casa del mundo.
Huesos de siglos,
penas ya peñas, montes:
aquí no pesan.
Esto que digo
son apenas tres líneas:
choza de sílabas.
Por supuesto, ha apostado por la métrica castellana para escribirlos, sin que eso sea algo que yo considere ni necesario ni innecesario. Una restricción más nunca viene mal, diría oulipianamente, pero ¿por qué no otras?
Dos cartones
cartones blandos
soportan a su espalda
peso de gafas.
son dos cartones
arañando palabras
casi olvidadas
en los cartones
los versos no se escriben
con pluma culta
duo de cartones
comparten sus fronteras
enamorados