Wallapop

Estoy vendiendo lo poco que tengo que no uso, a través de la cuenta de Carmen en esa plataforma para venta de objetos de segunda mano para pagar alguna cosa de primera mano que me he visto forzado a comprar para los talleres online.

Es curioso pero hay personas que compran cosas que no se me ocurriría nunca.

El sábado pasado nos quitaron de las manos, como quien dice, un móvil de 2015 que casi no funcionaba, pero sí, arranca y puedes instalar aplicaciones menores y por supuesto el teléfono es operativo para llamar.

Tras varios años de uso con las aplicaciones de aquella época lejana, me vi usándolo como servidor ftp en casa y, más recientemente, usado por Carmen como router o «punto de acceso wifi» con una tarjeta adicional para conectar su teléfono móvil o su tablet en Ciudad Real.

Pero ya no creía que nadie iba a dar nada por él, así que pedí 40€ pero estaba dispuesto a dejarlo en 25€ o casi lo que fuera. Lo único que hacía de un tiempo a esta parte era acumular polvo. Tristeza de 110€ que se devaluó el aparatejo en sus 6 años de vida.

Y así, sin más dilación, subí el anuncio a ese servicio, con unas pocas fotos y en menos de 1 hora lo había vendido tras demostrar que se podía instalar aplicaciones en el mismo.

No me había dado tiempo ni a cargarlo completamente.

Espero que la persona que lo adquirió le encuentre utilidad y me hace sentir mejor que haberlo llevado a un punto limpio de la ciudad, de esos que no solo no abundan sino que ni siquiera quieren aceptar dispositivos, pues imponen unos límites absurdos a su entrega, como no poder aceptar más de un número determinado de ellos por entrega o cosas por el estilo.

Ahora a ver si vendo los siguientes items que tengo para recuperar lo gastado en una tablet que no tiene otra utilidad que hacer viables las clases mixtas (online + presenciales) de los Talleres de Poesía de este curso. Pasado ese periodo, será algo que acabe por intentar vender en Wallapop. Y el ciclo continúa.

Voy a vivir 100 años

nos han dado un siglo
como
nos han dado un área

una centena de años
una centena de metros cuadrados

10×10

nuestros dedos de las manos
por
nuestros dedos de los pies

una cantidad tan arbitraria
como
81
64
o
121
o
ciento cuarenta y cuatro

nos han dado
/ ¿quién? ¿quienes?
/ ¿a quien/es?
y
más aún
¿por qué los incluyo en un nos?

dado
dudo
que sea
parece más bien
prestado
parece más bien
alquilado
parece más bien
perecedero

siglo perecedero
siglo parecedero
siglo aéreo
siglo efímero
siglo volatil
siglo escapista
siglo huidizo
siglo resbaladizo
siglo navegable
siglo impenetrable

y no sé qué hacer
con tanto tiempo
con tanto espacio
con tanta vida
hasta que

.

Los átomos son huecos

Quizá mi influencia por las matemáticas me ha llevado a pensar que lo más importante del descubrimiento de los elementos atómicos, de los tipos de átomos que existen, lo básico de la naturaleza de la materia, es el hecho de que se parecen al teorema fundamental de la aritmética aplicada al mundo físico:

Fascinado por el platonismo y cierta pasión por la teoría pura, cierto pitagorismo de siglo XXI, hay algo que me fascinaba en el hecho de que la totalidad del universo estuviese conformada por una serie de partículas elementales (no importa si ahora esas partículas se ha demostrado que son a su vez combinaciones de otras partículas subatómicas). Ladrillos elementales a partir de los cuales se construye el todo, como esos números primos que componen cualquier otro número racional, mediante la división de todo número entero entre otro número entero descomponibles ambos en sus correspondientes únicos productos de números primos.

No había atendido a la estructura atómica, aunque relacionada con la misma de forma unívoca, es decir, la estructura atómica define el elemento al que pertenece el mismo átomo. A lo que no había atendido era a la disposición de esas partes subatómicas en el átomo. Miraba la parte meramente material y no lo inmaterial:

Hoy, leyendo el libro de IDEAS del siglo XX, de Peter Watson, he vuelto a atender a los experimentos de Rutherford y lo más llamativo ha resultado ser el hecho de que en realidad los átomos son prácticamente vacíos. Es decir están conformados por cargas centrales y cargas deslocalizadas alrededor suyo pero esencialmente espacio vacío. ¡Espacio vacío! La materia es atravesable, sí: atravesable por otra materia, con lo que solemos entender como frontera por tanto carece absolutamente de sentido pues todo es interpenetrable por todo.

¿No resulta sorprendente o paradójico visualizar un universo de vacío y sin embargo sentir que todo está lleno de algo?

Ser autónomo en el mundo linux

Vivir a la contra ya sabemos que tiene sus consecuencias, pero no por ello abandonaré mi aldea gala desde la que resistir una invasión que me ignora sin el más mínimo reparo. Soy la hormiga delante del elefante en la sala de cine. Y aun así sostengo que instalar (y sostener) linux es un acto político.

Pero cuando llega el momento de tener que instalar un certificado digital, un lector de DNI electrónico, un software de firma electrónica, etc, acaba todo por ser casi imposible.

Y por supuesto la administración ni se molesta en desarrollar para todo tipo de usuario de estas tecnologías cada día más necesarias.

No obstante, he logrado (tras dos días de investigación) en un ubuntu (studio) 20.04 firmar documentos en la web de la Comunidad de Madrid por los que solicitamos (Carmen y yo) una ayuda en la cuota de autónomos de este año.

Para ello he seguido los pasos recomendados en la web de autofirma:

# En realidad, estas 2 primeras operaciones las realicé con Synaptic instalando la openjdk-11 (por defecto)
sudo apt install openjdk-8-jre
sudo apt install libnss3-tools

mkdir temporal_autofirma
cd temporal_autofirma
wget http://estaticos.redsara.es/comunes/autofirma/currentversion/AutoFirma_Linux.zip
unzip AutoFirma_Linux.zip
sudo dpkg -i *.deb

cd ..
rm -rf temporal_autofirma

Y con esto estaría instalado el software de autofirma, pero era necesario tener un certificado digital (PKCS#12) que yo no tenía (Carmen sí), así que intenté todo lo posible por descargar el certificado u obtenerlo desde el DNIe-3.0 mediante NFC con el móvil de Android. No ha podido ser hasta ahora, así que tendré que obtener el mismo mediante solicitud y «personación» en una de las oficinas correspondientes.

Qué orgulloso estoy de una simpleza

4×7 es mayor que 5×5.

Sí, es una simpleza, lo sé.

Y sin embargo no era tan evidente ver que para obtener pedazos de papel de dimensiones en números enteros de centímetros a partir de un pliego de 70cm x 1m, la mejor opción era la de cortarlos en trozos de 14×17 siendo así que dividía 70/17 y obtengo 4 tiras de 100 centímetros que luego divido en 7 unidades de 14cm, sobrándome algunos trozos, inevitablemente con la restricción de los cortes en pedazos de lóngitud de números enteros de centímetros.

Podría haberlo resuelto con un sistema de esos de «programación lineal» que le llaman, pero cuyo nombre me horripila.

Así que decidí hacer las cuentas por tanteo hasta encontrar «la solución».

Habría que añadir un par de restricciones más, como que quería que se aproximase a los marcos que estoy usando para realizar tipografías y que, por ello, me daba una solución aproximada, además de querer que dos de esos rectángulos cupiesen cómodamente (con márgenes holgados) en un DinA4, para imprimir 2 negativos cada vez.

Así que estábamos por debajo de los 15cm y los 21cm… pero lo más grandes posibles.

¿Es necesaria otra Toma de la Bastilla?

Jean-Pierre Houël – Bibliothèque nationale de France

Hoy festejamos (los francófilos) la Toma de la Bastilla, como símbolo de lo que se puede hacer si se desea colectivamente.

Cada vez más deseo cosas individualmente y no colectivamente, entre otras cosas porque cada vez soy menos (el neoliberalismo me ha derrotado). Sin embargo recuerdo los tiempos en los que La Marsellesa me emocionaba haciéndome llorar al oírla cantar por las personas que atendían al Rick’s Café por hacer callar o, cuando menos, mostrar la resistencia a ser apabulladas por las enaltaciones nacional-socialistas.

Nada era tan idílico como se pintaba, ni en esa película propagandística ni en la conclusión sangrienta de la Revolución Francesa, pero algo se hacía de manera colectiva y había principios que defender que no fuese el de incertidumbre.

Hoy no ocurriría. No ocurre. Y ahí tenemos el 4M.

Pero he querido festejar ese 14 de julio (que hasta consideraría día 0 del año 0) felicitando a mi querida amiga Sylvie.

Esto no es una broma