Buscar salas para presentaciones en Madrid es un infierno

Nada que debiera sorprendernos en este mercado ultraliberal de alquileres de espacio para turismo masivo…

Madrid está perdiendo toda posibilidad de hacer cultura a nivel de calle, pues las salas que quedan, cada día menos, son elitistas pues pueden elegir a quién y qué ofrecen su espacio cotizado a precio de oro.

Las bibliotecas municipales muchas veces ni responden a las propuestas y tienes que acabar tirando de amiguetes o gente a quien conoces que, de momento, aguantan algún local más o menos alternativo con poca esperanza de continuar vivos y aforos reducidos.

Eso sí, siempre con la sonrisa de quien sabe que ofrece todo lo que puede y, muchas veces, a precios asequibles, irrisorios, gratuitos… Y entonces me reconcilio con este rincón del mundo por el mero hecho de encontrarme a estos seres generosos y valientes.

Gracias a Dora por prestarnos, otra vez, su espacio Covington Gallery para la presentación del próximo libro que la editorial Edita Clave 53 va a presentar el 11 de octubre de 2024.

Somebody Somewhere

Me ha sorprendido esta serie norteamericana como hacía mucho tiempo que no me sorprendía ninguna. Es inteligente, tierna, descarnada, retrata maravillosamente el lado marginal del medio oeste estadounidense.

Es una pena la corta duración de los capítulos, casi aparentemente rodados como vídeos caseros, así como los pocos capítulos que cada temporada incluye, haciendo que la serie (hasta ahora 2 temporadas de 7 capítulos de media hora cada uno) pueda degustarse en menos de 7 horas.

Carmen y yo vemos unos 3 capítulos diarios, así que no nos ha durado ni 5 días. Da pena, pero también es de agradecer en estos tiempos de estiramientos de historias mucho más allá de lo necesario, de lánguidas secuelas y/o precuelas oportunistas de superhéroes o reinos medievales fantásticos.

Las relaciones familiares son sinceras, crueles, duras, pero tan, tan, reales que en ocasiones querrías pensar que se trata de un documental de una familia conocida. O querrías que no lo fuera, pero sientes que sí que lo es.

Los planos de las conversaciones entre los protagonistas son cercanos, cálidos, contrastando con el fondo de esa América profunda retratada donde está situado el drama.

En definitiva, una serie para no perderse, incluso (o especialmente) para aquellas personas que dicen odiar o repudian el cine estadounidense por ser muy «comercial».

¿Se seguirá haciendo este tipo de productos cinematográficos en las series de HBO a medida que se adueñe completamente la marca MAX de la misma?

¿Por qué el cielo es azul?

No es que este artículo de la BBC lo explique con sencillez, entre otras cosas porque no es una explicación sencilla, pero me encantó encontrármelo y leerlo para conocer la historia detrás de este experimento de John Tyndall (1820-1893):

Cuando quiso saber por qué el cielo se ve azul en el día y rojo al atardecer, los instrumentos que usó fueron sencillos:

Armó un simple tubo de vidrio para simular el cielo y usó una luz blanca en un extremo para simular la luz del Sol.

Descubrió que cuando llenaba gradualmente el tubo de humo, el haz de luz parecía ser azul desde un costado pero rojo desde el otro extremo.

Se dio cuenta de que el color del cielo es el resultado de la luz del Sol dispersándose por las partículas en la atmósfera superior, en lo que ahora se conoce como el «efecto Tyndall».

Lo fascinante es que, con los conocimientos teóricos que tenían a mediados del siglo XIX fuese capaz de explicarlo, teniendo en cuenta que no conocían como hoy en día la naturaleza de la luz, ni tenían claro el concepto de molécula y ni hablar de su relación con la radiación electromagnética.

No obstante, ya había tímidos intentos de hacer comprensible (comprehensible) la materia, por parte de Bernoulli, de Dalton, de Avogadro… y otros pioneros del principios del S XIX.

Para mí, ha sido una obsesión permanente el comprender la naturaleza de la materia, la naturaleza del universo, de mí mismo… la naturaleza… y ¿todavía queda alguna duda de que la naturaleza es lo que más me importa en este mundo?

Juegos con el teclado: Teclado

Que la palabra «Teclado» esté contenida en las teclas del teclado me parece tan fascinante como un Conjunto de Mandelbrot.

Por simple que parezca la composición de teclas, esta es de las que, curiosamente, suscita en mi mente los pensamientos más complejos.

Libros del Depósito Legal

Llevar 4 ejemplares de libros de las ediciones que vamos haciendo es algo que me gusta bastante porque la Biblioteca Regional de Madrid en la que está alojada la oficina del Depósito Legal está al lado de la casa de mi querida amiga María, además de contar con una cafetería con un patio estupendo, tranquilo, arbolado…

Los libros, como prometen en la web del Depósito Legal, se destinan a la Biblioteca Nacional de España, la Biblioteca Regional de Madrid y la Biblioteca Pública del Estado en Madrid. Imagino que, el cuarto ejemplar se reserva en la propia oficina del DL.

Arqueografía

Por fin he conseguido tener un minutito (algo más de 2 días) para crear el apartado de la web dedicado a este proyecto Arqueografía en el que estuve trabajando un par de años, realizando innumerables cianotipias de palimpsestos digitales.

No tenía claro en qué apartado poner esta página, que podía ser tanto libro objeto (3D) como poesía visual, como un proyecto

Quizá mi obsesión por ordenar lo inordenable está llegando a límites ridículos. (Hace años que llegó, no pienso engañar a nadie)

No cabían en la foto. Imagino.

Que no todos los muertos son iguales (para la prensa, para la opinión, para cada cual) es algo que sabemos, pero lo que casi resulta hiriente es pensar que los 6 cadáveres de los retenidos israelitas son personas sonrientes cuyas caras han cabido perfectamente en este fotomontaje de la BBC, pero lo que no habría cabido son los más de 40.000 muertos palestinos que lleva asesinando Israel desde que comenzó este «conflicto».

¿Gente? ¿Qué gente? ¿Qué es gente?

Nunca me convencen estas frases que hablan de «la gente» sin incluirse.

Hay un sujeto de la oración (nosotros, omitido) que menciona a esa otredad llamada «gente» que bien podría leerse en clave de «gentuza».

Me resultan de una superioridad moral engolada, pero no es material apto para contestar en una red social, abriendo un debate insolicitado, así que me limito a escribir esta pequeña entrada en mi diario personal sobre esa acción de insulto camuflado a esas otras personas a quienes, de alguna manera, se despersonaliza, deshumaniza, siguiendo uno de los principios de propaganda negra de Goebbels.

No me gusta no incluirme y cada vez que se pronuncia ese tipo de sentencias en mi presencia afirmo con rotundidad: ¡Yo soy gente!

Ternura, delicadeza

no sé si será ternura
o delicadeza
la palabra que estoy buscando
para incluirla en un eslogan
que diga:

ternura es revolución

o

delicadeza es revolución

o quizá
matizándolo
afirme que la actitud más valiente
y revolucionaria
que se puede tener en estos días
en estos años
es la ternura
es la delicadeza

cualquiera de las dos palabras
seguramente
dicen lo que quiero decir

piden
al mundo
un imposible
una utopía
un sueño
una ambición
un cambio
radical
revolucionario

tanto
como para hacerme llorar
como para hacerme reír
como para hacerme feliz
como para hacerme vivir

ternura
o
delicadeza
son cualidades
que no cultivamos
con la debida diligencia
porque les damos poca importancia
no dan dinero
no dan prestigio

pero
si el universo
se llenase de repente
de ternura
se llenase de repente
de delicadeza
sería mucho más agradable
vivir en él

¿o no?

Esto no es una broma