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¿Qué hacer con la publicidad?: Fase I

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El año 2002, a raíz de una conversación entre Giusseppe Domínguez y su queridísima amiga Sylvia Escarboutel, surgió el conflicto irresuelto de qué hacer cuando una persona te entrega publicidad en la calle, de esa que no deseas.

Es evidente que si lo aceptamos para después tirarlo (incluso a la basura o el contenedor correspondiente para su reciclaje, en el mejor de los casos) estamos ayudando a la destrucción del planeta, pero también lo es que si no lo aceptamos estamos ayudando a la destrucción del puesto de trabajo de la persona que nos lo entrega.

Esto nos lleva al dilema de qué hacer.

Desde octubre del 2003, con la apertura del local de Clave 53 en la Calle Campomanes, decidí que iba a aceptar toda la publicidad que me entregasen personalmente, al tiempo que agradecía a la persona que me lo daba su acción, pero no a tirarla a la basura. Esto me condujo a acumularla sorprendiéndome de la cantidad, pues yo esperaba que fuese a ser más.

Proyecto comenzado en 2003. Primera caja expuesta en Asociación Cultural Clave 53 en la Calle Campomanes, 8, Madrid, el 29 de Agosto de 2008. A continuación, se da por comenzada la segunda fase del proyecto.

Seguiré con el proyecto hasta que sea capaz de encontrar una respuesta satisfactoria al dilema que tengo establecido.

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¿Qué hacer con la publicidad?: Fase II

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Durante un tiempo, desde que terminé la primera fase del proyecto, no supe cómo continuarlo, pues tenía la impresión de que aún no estaba resuelto el dilema, pero tampoco quería seguir almacenando en mi poder la publicidad.

Entonces llegó la crisis económica del 2008. Me pareció que, dada la disyuntiva que me planteaba, tenía, sin dudar, que seguir recogiendo los papeles para que no perdieran los puestos de trabajo quien los reparte. Por supuesto sé que es una contribución nimia, pero no importa.

A partir de enero de 2009 y hasta el 2014, acepté agradecido toda la publicidad que me entregaron por la calle, pero me deshice de ella o reutilicé los papeles recolectados de la mejor manera posible.

Entre cuidar el planeta o cuidar los puestos de trabajos de sus habitantes, cuidé, durante aquellos 5 años, de estos segundos, pero a esta fase le sucededió una tercera fase en la que me decanté por lo primero.

Seguiré con el proyecto hasta que sea capaz de encontrar una respuesta satisfactoria al dilema que tengo establecido.

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¿Qué hacer con la publicidad?: Fase III

A partir de enero de 2015 y, en principio, hasta el 2020, rechacé agradecido toda la publicidad que me entregaban por la calle. Tras esta división en bloques quinquenales se esconde cierta admiración por sistemas socioeconómicos planificados.

Era importante que siempre fuese con una actitud o disposición amable y cordial, no recriminatoria, e incluso, desprovista de dogmatismos que me impidiesen aceptar alguna propaganda esporádicamente.

Esta trilogía no da por resuelto el dilema que se planteaba en el inicio de este proyecto y supone la asumpción de que hay problemas que pueden no tener una solución y, en caso de existir, no ser única.

Podemos considerar este un proyecto inconcluso por su naturaleza, así que continuaré con el proyecto hasta que sea capaz de encontrar una respuesta satisfactoria al dilema que tengo establecido.