Arroz con verduras

Es una de mis recetas «básicas», que modifico o adapto según los ingredientes que tengo en el frigorífico, pero que hago, por lo menos, una o dos veces al mes. Lo cual es bastante repetitivo, teniendo en cuenta que procuro variar la comida tanto como sea posible, llegando, incluso a «records» como un verano en el que estuve cocinando platos diferentes durante 35 días seguidos.

El arroz con verduras es fácil de preparar pero se tarda mucho en su elaboración, así que en fechas de confinamiento es especialmente conveniente hacerlo, además del hecho de que aporta hidratos de carbono, bastante fibra (sin recurrir a arroz integral, que ya sería aún más recomendable) y vitaminas con muy poca grasa.

Ingredientes (para 4 raciones de primer plato o 2 de plato único):

  • Aceite de oliva virgen extra (AOVE, según sus iniciales), un buen chorreón (que absorberá la berenjena).
  • Ajo, 1 diente.
  • Cebolla, 1 grande.
  • Berenjena, 1 mediana.
  • Calabacín, 1 pequeño.
  • Pimiento carnoso, 1 amarillo (o medio).
  • Zanahorias crujientes, 2.
  • Sal, 1 cucharada.
  • Cúrcuma, 1 cucharada.
  • Pimienta negra

Preparación:

En una sartén profunda, ideal para paellas (en una paella también se podría hacer), vierto un buen chorreón de AOVE, apróximadamente 2 milímetros cubriendo toda la superficie circular de la sartén de unos 22 centímetros de diámetro y 5 de profundidad. (Con tapa, es importante, hasta que añada el arroz)

Corto el ajo en láminas (no muy finas, para que no se quemen) y las echo en el aceite antes de que se caliente. Mientras corto una cebolla en la forma descrita en otra ocasión. La pongo en el aceite en cuanto la tengo cortada y me dispongo a cortar la berenjena, también como he descrito en alguna otra ocasión (son tantas ya las ocasiones). Tapo la sartén.

Remuevo la cebolla en la sartén para que se separen sus pequeñas partes y añado la berenjena así cortada que absorberá el aceite que hemos puesto, pero que cuando comience a sofreírse nos lo devolverá con sabor y agua. Tapo la sartén.

Mientras esto va sucediendo, corto de similar manera el calabacín y de manera distinta pero procurando que queden trozos de parecido tamaño el pimiento amarillo (que buenamente puede ser medio rojo o verde, de los de asar, gorditos y sabrosos, no de los esqueléticos pimientos que denominamos «italianos»).

Cuando la berenjena esté reblandecida y haya soltado parte de ese aceite absorto, dejo sobre la misma sin remover, el calabacín y el pimiento cortados, que vayan reblandeciéndose al vapor. Espolvoreo una cucharadita de sal que ayudará a que exhuden las verduras. Tapo la sartén.

Pelo las zanahorias y las corto en láminas de unos 3 milímetros de grosor. Abro la sartén y remuevo el sofrito asegurándome que no se pegan las fracciones de berenjena, cosa que puede ocurrir si la cantidad de aceite es pequeña o si la berenjena era muy grande o si se me fue el tiempo por algún despiste, una inoportuna llamada, o una atención a lo que no debía. Añado las zanahorias y la cúrcuma y la pimienta negra. Tapo la sartén y espero a que el vapor reblandezca los discos naranjas.

Mientras tanto, lleno una taza de unos 220 mililitros con arroz largo (he probado otros y este es el que más me gusta para esta receta) y cuando está el sofrito bien integrado la vierto sobre el mismo y le doy unas vueltas asegurándome que se impregna bien de los sabores que han ido soltando las verduras.

Ya sin cerrar la sartén o paella, vierto 3 tazas de las que usase para el arroz llenas de agua y dejo que hierva a fuego lento durante media hora (a veces más) sin remover.

Espero a que esté blandito el arroz (no pasado) y doy por concluido el plato, asegurándome de no dejar que se seque completamente, pues si sobra, se podrá calentar más fácilmente.

Esto no es una broma