noche horrible

entre vómitos convertidos en llanto
y llanto convertido en mucosidad
y mucosidad en sangre
y sangre en impotencia
e impotencia en furia
y furia en lágrimas
vomitadas

al menos su mano
buscaba mi pecho
para calmar mi angustia

al menos su voz
buscaba mi mente
para calmar mi ira

al menos su presencia
cálida
convertía la noche en un incendio
y el incendio en llamas
y las llamas en humo
y el humo en nube
y las nubes en agua
para lavar mis heridas

El acto de escribir, no la palabra (II)

Performance que voy a realizar este domingo en Basel, Suiza, dentro del encuentro de performance (claro) que se organiza en Cargobar. Se puede ver la información completa en este enlace.


El acto

de escribir

no la palabra (II)

Descubrimiento de lo obvio que tuvo lugar durante un laboratorio de investigación de fusión o interacción de Danza y Poesía. El título es un poema escrito entonces.

Segundo elemento de la serie de acciones consistentes en recuperar la componente de acción que siempre va asociada a escribir.

Como verbo, nos delate su naturaleza de acción, pero además, podemos recuperar sus distintas facetas, teniendo en cuenta que produce sonido, imagen, movimiento, objetos, y estos objetos a su vez huelen, saben, suenan, son táctiles, visuales, afectando a sí a todos y cada uno de nuestros cinco sentidos.

Y esta acción puede ser pequeña, mediana, grande o enorme y las características que le acompañan son proporcionales a ese tamaño.

Si en el primer elemento de la serie (llevado a cabo en el 5º Encuentro Internacional de Arte de Acción de Caudete, Albacete, 2008) se exploraban las posibilidades sónicas de la acción de escribir, en esta segunda ocasión me centraré en la imagen y el movimiento.

Una misma palabra (la palabra “palabra”) será escrita en diversos idiomas (27 idiomas diferentes) en distintos tamaños y en sobre distintos soportes (papel, aire, paredes, pieles, ropa, sillas…) y con distintas herramientas.

Esa palabra (“palabra”) ocupará en algunas ocasiones dimensiones diminutas y en otras ocasiones el espacio completo, de manera que su escritura implique el acto de desplazarse en el espacio para realizarla y deje de manifiesto que, escribir, es, ante todo, un acto.

La acción tendrá un tiempo máximo de realización de 27 minutos cronometrados, no obstante, puede ser terminada en menos tiempo.

Palabra en 27 idiomas:

Español

Palabra

Inglés

Word

Alemán

Wort

Francés

Mot

Italiano

Parola

Portugués

Palavra

Neerlandés

Woord

Rumano

Cuvântul

Checo

Slovo

Finlandés

Sana

Euskera

Hitza

Húngaro

Szó

Lituano

Žodis

Polaco

S?owo

Búlgaro

????

Catalán

Paraula

Esloveno

Beseda

Esperanto

Vorto

Ruso

?????

Turko

Sözcük

Griego

????

Irlandés

Focal

Croata

Rije?

Letón

V?rds

Sueco

Ord

Macedonio

????

Serbio

???

Palabra

spa

Word

eng

Wort

deu

Mot

fra

Parola

ita

Palavra

por

Woord

nld

Cuvântul

ron

Slovo

ces

Sana

fin

Hitza

eus

Szó

hun

Žodis

lit

S?owo

pol

????

bul

Paraula

cat

Beseda

slv

Vorto

epo

?????

rus

Sözcük

tur

????

ell

Focal

gle

Rije?

hrv

V?rds

lav

Ord

swe

????

mkd

???

srp

estornudo

manos sudorosas
dedos resbalando en el teclado sucio
ojos inyectados en lágrimas
sin causa
sorbio
de sorber
no de sorabo
temblor
sin temor
labios resecos
garganta reseca
fondo de la nariz reseco
y humedades
bajo la axula
bajo la papada
bajo las plantas de los pies
como un cuerpo haciendo goteras
catedral envuelta en brumas
sin respiración
con ánimos por los suelos
con energía corporal por los suelos
a duras penas con residuos de ATP
me muevo
para buscar un medicamento
un antisintomático
que me haga olvidar
hoy

picor en los ojos
en el lateral interno de unos de los agujeros de la nariz
en los riñones
cansados de gemir
cansados de arquearse
para violar silencios

unas palmas de las manos
llenas de pena
que no desean tocar
su cuerpo enamorado
son el símbolo
bolo
de un momento negro

pulmones encharcados
en pesadillas despiertas
otro estornudo
sacudirá
la tiniebla
y sigo escribiendo con la escasa
esperanza
Scheherezade
inoculando
texto a una página en blando
que tiene
hoy
más vida que yo.

Hay días

Hay días
en los que cumplo
cuarenta y seis y un día
y siento
que me encantaría alcanzar
el medio siglo
y duplicarlo
y llegar a 100
o a 1000
o más.

Hay días en los que
un día más es complicado
y parece molestarme
seguir avanzando en esta trayectoria
sin sentido.

Hay días
en los que
veo el camino ancho

y no pienso en el final del mismo
porque me gusta caminar
con la arena caliente
bajo los pies
bajo la planta de los pies.

Hay días
en
los que
se me clavan las flores en la cara
como escarpias ardientes
y me rompe la fe
en el deseo.

Hay días
en
los
que
evalúo las opciones
y todas sacan matrícula de honor
y recupero todo lo jugado
hasta el momento.

Hay días

y luego
está
hoy.

Hace más de 15 años leí por primera vez a Bukowski

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En una edición pequeña, de un libro minúsculo que, como tantos otros, perdí prestándolo, contenía 20 poemas y me cambió la forma de entender la poesía.

Después mi amigo Jose Eugenio Vicente Torres me habló de su narrativa, de sus novelas y cuentos. Leí voraz La máquina de follar (que también he perdido) y fui recolectando todos y cada uno de los libros que publicaba en España, principalmente, Anagrama. Sobre todo novelas y relatos.

Leí un maravilloso libro que ahora tengo en PDF, de Neely Cherkovski, titulado Hank, sobre la biografía de este personaje tan singular… y fui queriéndolo, idolatrándolo hasta límites insospechados. Quise escribir como él, pero cometí el error de no darme cuenta de que eso era la superficie, de que en el fondo no vivía como él y no quería vivir como él. Que lo que tenía que hacer para escribir como él era escribir como yo, siendo yo y viviendo como yo.

monografico_poesia_bukowskiPero me enseñó tanto…

De cuando en cuando, cuando me parece complejo escribir poesía, abro un libro suyo y leo alguno al azar, algún poemita, alguno de los maravillosos como los dedicados a su hija Marina, o a Jane, o los de su más tardía edad. Y me doy cuenta de que me voy acercando… su autenticidad, más o menos mítica, es un objetivo de mi vida. Es algo que, en ocasiones, podríamos denominar coherencia.

En aquel entonces, hace 15 años, apenas había gente que conociese a este autor en España, así que cuando unos amigos me pidieron un poco de información sobre su biografía y obra, tuve el gusto de preparar algo así como un curso adaptado para lo que requerían: el montaje de un trabajo parateatral llamado Zoo Bukowski.

Desde entonces, había fantaseado con la idea de realizar un taller sobre su obra poética, pero siempre lo postergaba por la dificultad de hablar sobre un hombre/mito, sobre la extensión de su obra, por muchos motivos… pero al final, hoy, comienzo un curso monográfico sobre la poesía de Charles Bukowski y el realismo sucio (porque de Carver no quiero hablar ahora, pero es tan sorprendente como el amigo Henri).

El programa del curso incluye uno de mis poemas favoritos que tengo en grande enmarcado en las paredes donde imparto mis talleres de poesía desde hace más de 10 años. Es de referencia.

Taller Monográfico: Charles Bukowski y el Realismo Sucio norteamericano

Dirigido a Cualquier persona con ganas de escribir desde un lugar poco habitual, pero sin necesidad de experiencia previa en talleres literarios.

Sobre Bukowski se ha dicho tanto bueno como malo, se le ha puesto en pedestales de los que él mismo huiría y se ha convertido su figura en un mito, en el mito casi romántico del último escritor maldito.

Más allá de eso, más allá de mitologías, Bukowski tiene una escritura desgarrada, sencilla y tierna, con una liberada vena narrativa y una poesía más cuidada de lo que aparenta en una primera ojeada. Merece la pena acercarse a conocer a este escritor poderoso, valiente, digno de haber sido comparado con un Walt Whitman de nuestros días, que apasiona y genera polémicas allá por donde se le menciona.

Además de este autor, nos acercaremos a la espectacular obra de otros escritores adscritos al Realismo Sucio Norteamericano, como Raymond Carver o John Fante.

    aire y luz y tiempo y espacio

    ya sabes, la familia, el trabajo,
    siempre ha habido algo
    en mi camino
    pero ahora
    he vendido mi casa, he encontrado este
    sitio, un estudio grande, tienes que ver qué espacio y
    qué luz.
    por primera vez en mi vida voy a tener un sitio y tiempo para
    crear.

    no, hijo, si vas a crear
    crearás aunque trabajes
    16 horas diarias en una mina de carbón
    o
    crearás en un cuarto pequeño con 3 niños
    mientras no cobras más que
    el paro.
    crearás como parte de tu mente y de tu
    cuerpo
    destrozados.
    crearás ciego
    mutilado
    demente,
    crearás con un gato subiéndote por la
    espalda mientras
    la ciudad entera se estremece ante un terremoto, un bombardeo,
    una inundación, un incendio.

    hijo, aire y luz y tiempo y espacio
    no tiene nada que ver con la creación
    y no crean nada
    salvo, quizás, una vida más larga para
    encontrar nuevas
    excusas para no hacerlo.

    Charles Bukowski

Revelaciones del silencio

Revelaciones del silencioDice John Cage que «dondequiera que estemos, lo que oímos es, en su mayor parte, ruido. Cuando lo ignoramos, nos molesta. Cuando lo escuchamos, lo encontramos fascinante. El sonido de un camión a ochenta kilómetros por hora. Interferencias entre emisoras. Lluvia. […] podemos componer e interpretar un cuarteto para motor de explosión, viento, latidos del corazón y corrimientos de tierra».

En estas Revelaciones del Silencio, Ernesto Pentón ha buscado estos sonidos, estas revelaciones que ha convertido, suavemente, en textos. Textos casi inaudibles, silentes, desapareciendo en el gris sutil de un poema oculto en el entramado del papel. Lo ha rescatado del fondo de las fibras, lo ha escarbado, lo ha revelado. Nos lo revela. Así la importancia máxima recae en ese ideograma que aporta la clave para comprender el proceso de creación de este objeto casi no creado, sino sustraído al silencio, traído al instante presente con la amabilidad de su trabajo como poeta.

Los textos apenas audibles, apenas visibles, en el silencio que propone, son un trueno, un rayo, un relámpago, son música, son un bombón helado en pleno agosto… se derriten en el paladar de la lectura, pausada, como él. Nos lleva a una introspección que ha bebido en fuentes de Hugo Mújica, el mentado Cage y también, claro, el Zen.

Disfrutar de estas páginas cuadradas, de blanco sobre negro y negro sobre blanco, cargadas de poesía, con motivos ideogramáticos, es tan apacible como una tarde de mayo, como esta tarde de mayo en la que presenta este objeto financiado gracias a la participación de micromecenas que han deseado hacerlo posible.

Pero no deja de ser Ernesto quien nos regala esta pieza única, numerada, serial y editada con un mimo casi candoroso, nos regala su visión, revelada, de lo que él ha encontrado en el silencio… en el imposible silencio de su mente bulliciosa.

Espero poder seguir disfrutando de su ruido, a partir de la que nacen tan bellas sinfonías.

Giusseppe Domínguez, Madrid, 25 de Mayo de 2013.

No me detengo

El tiempo me atropella
como si viniese contra mí y no
yo con él
o ella
porque el tiempo es mujer
y tiene una minifalda
verde
como los electrones.

Corro a todas partes
sin detenerme a mirar
la gente que corre alrededor mío
los vehículos motorizados que corren alrededor mío
los vehículos no motorizados que corren alrededor mío
los insectos que corren alrededor mío
las nubes que corren alrededor mío
las palabras que corren alrededor mío
las aves
las manos
los dedos
el té
los móviles
las zarigüellas
los neutrinos
las confidencias
los números
los electroimanes
las dudas
las certezas…

No. Las certezas nunca están
cerca
de mí.

Eso es una certeza.
¿Socrática?
Puede.

Cuidar objetos

El otro día
(sé que era otro día
distinto del de hoy)
tuve que enviar un grabado
por correo postal
y me acerqué a la oficina central
del edificio de la plaza de Cibeles.

Fue complicado encontrar la ventanilla
sin cristal
desde la que enviarlo
y previamente
tuve que solicitar un sobre adecuado
que vendían en otra ventanilla
sin cristal.

El amable funcionario
me proporcionó
un paquete
conteniendo
un par de pliegos de papel marrón
una cinta adhesiva
y cuatro etiquetas
para dos destinatarios
y dos remitentes.

Tuvo la gentileza de prestarme
además
unas amenazantes tijeras
para cortar la cinta adhesiva.

Lo que no pudo hacer es conseguirme un lugar adecuado
sobre el que apoyar las cosas
que tenía que embalar
y me recomendó que me fuese a una mesa
diminuta
donde pude maniobrar.

Llevaba un abrigo invernal
para cubrir este mal tiempo inesperado
y estaba teniendo mucho calor
así que lo apoyé en la silla que había
mientras intentaba
con mi torpeza manual
empaquetar el paquete.

Una mujer bien entrada en años
tuvo también la necesidad de acceder
al servicio de mesa.

Su avanzada edad le había conferido cierta dulzura
y cierta incapacidad para mantenerse erguida.

Tiré mi abrigo al suelo y le presté
la silla.

Me miró algo escandalizada y me dijo
algo así como
que cuidase las cosas.

Le respondí raudo
que prefería cuidar
a las personas.

Me sentí muy bien
por haber tirado mi abrigo al suelo.

Pensar a chorros, con permiso de Oliverio.

Reversionando el
Poema 18 – Espantapájaros de Oliverio Girondo.

Pensar a lágrima viva
Pensar a chorros.
Pensar la digestión.
Pensar el sueño.
Pensar ante las puertas y los puertos.
Pensar de amabilidad y de amarillo.

Abrir las canillas,
las compuertas del pensamiento.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestra mente.

Asistir a los cursos de antropología,
pensando.
Festejar los cumpleaños familiares,
pensando.
Atravesar el África,
pensando.

Pensar como un cacuy,
como un cocodrilo…
si es verdad
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de pensar.

Pensarlo todo,
pero pensarlo bien.
Pensarlo con la nariz,
con las rodillas.
Pensarlo por el ombligo,
por la boca.

Pensar de amor,
de hastío,
de alegría.
Pensar de frac,
de flato, de flacura.
Pensar improvisando,
de memoria.
¡Pensar todo el insomnio y todo el día!

Esto no es una broma