Querido amigo (Parking)

Después de un texto que encontré en una web sobre las obras del Parking de Santo Domingo, me aventuré a realizar distintas actividades en los talleres que tenía entonces, de poesía, de performance, de creatividad, sobre esta materia y, una de las cosas que hice fue escribirle una carta de despedida. Ya no está, pero la deuda permanece.

Aquí el texto que encontré:

12 millones de € cuesta la expropiación del parking de Sto Domingo

El Ayuntamiento sigue impertérrito en sacar adelante el Plan del parking de Sto Domingo. ¿Nos preguntamos el por qué de esta prisa y de esta priorización cuando hay adelantados los proyectos de varios aparcamientos que solucionarían la movilidad de los vecinos de barrios del distrito centro? Otra segunda cosa es que a pesar del despliegue mediático que hace el equipo municipal sobre la participación ciudadana en las decisiones que afectan a los ciudadanos, el alcalde sigue en sus trece, de no buscar el consenso de los ciudadanos. En todos los procesos urbanos EL DEBATE Y LA PARTICIPACIÓN son indispensables. Los habitantes sabemos la ciudad que nos gusta, el alcalde tiene que hacer realidad estos deseos. El sector privado, los promotores tienen que aliarse con los ciudadanos. El beneficio económico como única guía no hace ciudad. Abrirnos camino en pos de el barrio y ciudad que queremos, conservar y mejorar, exige en estos momentos, PARTICIPACION Y MOVILIZACION.

Otra obra sin el consenso ciudadano
El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado, tras el estudio de las alegaciones presentadas, el proyecto de expropiación del aparcamiento de la plaza de Santo Domingo y de los locales de su planta baja. Se trata del último trámite administrativo para la obtención de la vieja infraestructura, lo que permitirá comenzar en breve las obras de demolición para soterrar el estacionamiento y crear un espacio libre en superficie. Esta expropiación, incluida en el Plan de Acción de Urbanismo para la Revitalización del Centro, que se realizará en la modalidad de gestión directa e indiferenciada por el procedimiento de ’tasación conjunta’ tendrá un coste de 11,9 millones de euros.
Con esta fórmula el Ayuntamiento de Madrid compatibilizará la necesidad de ocupar el terreno con carácter de urgencia con la salvaguarda de los derechos de los afectados, ya que permite abonar o depositar la cantidad total estimada para toda la operación. Una cantidad que incluye la tasación de la totalidad de los bienes afectados, es decir, las indemnizaciones al concesionario por el derecho de explotación del aparcamiento, en vigor hasta el año 2018, y a los titulares de los cinco locales comerciales situados en la planta baja, los cuales son una cafetería, un estanco y tres tiendas de ropa y complementos. El procedimiento expropiatorio fue puesto en marcha por la Casa de la Villa el pasado mes de julio al no haberse alcanzado un acuerdo con la empresa concesionaria.
Tras el periodo de información pública del proyecto de expropiación y el estudio de las alegaciones presentadas, el Ayuntamiento ha estimado parcialmente una alegación relativa al beneficio neto de la concesionaria del aparcamiento y otra relacionada con los gastos de traslado, almacenaje y periodo de inactividad de uno de los locales comerciales. Por otra parte, dos de las alegaciones presentadas expresaban su conformidad con la valoración que la administración ha fijado como mutuo acuerdo, según ha señalado el Consistorio.
El pasado mes de octubre el Ayuntamiento autorizó, con un presupuesto de 6,7 millones de euros, el contrato de las obras de demolición de las plantas sobre rasante del aparcamiento y remodelación de las tres plantas inferiores. En la actualidad esta infraestructura, que fue inaugurada en 1959, cuenta con una capacidad para 567 plazas distribuidas en cuatro plantas en pendiente, más otra de terraza. Tres de ellas se alzan sobre rasante, que serán las que desaparezcan del paisaje de la ciudad para convertirse en una plaza peatonal. El nuevo aparcamiento albergará 366 plazas y contará con accesos de entrada y salida por la Cuesta de Santo Domingo, de entrada en la calle Jacometrezo, y de salida en la calle de San Bernardo.
Este proyecto, que cuenta con un periodo de ejecución de 18 meses y que comenzará a realizarse el próximo mes de diciembre, forma parte de la intervención integral que se va a realizar en esta zona y que incluye la peatonalización de la plaza de Callao, de la calle Preciados y de un ramal de la Cuesta de Santo Domingo para crear el eje peatonal entre la Gran Vía, el Palacio de Oriente y el Teatro Real. Cuando finalicen las obras, el Consistorio sacará en un futuro una nueva concesión que permitirá compensar las cantidades abonadas por la expropiación y el coste del soterramiento.
Madrid. 17/11/2005 (A fecha de hoy, sigue en: http://ejepeatonal.com/article226.html)

Y le escribí la siguiente carta:

Has estado ahí, viéndome pasar, día tras día, mientras caminaba calle abajo rumbo (a veces triste o alicaído) a mi trabajo. Un trabajo vocación, elegido. Un trabajo que hace que quiera cambiar el mundo o ya es parte de ese cambio. Pero no todos los cambios son bonitos. A veces se caen cosas. Como a ti se te a va a caer la historia. Te quedan apenas días y desaparecerás. ¿Conocerás el 2006? ¿Acaso importa? Ni siquiera tienes la edad de mi padre. ¿Qué había entonces en el lugar que ocupas? Algo que cayó, algo que desapareció para dejarte su sitio.

Recuerdo en este tiempo haber visitado tu planta de arriba varias veces y siempre ha estado asociado a mis padres. ¡Qué curioso! No me había dado cuenta de que estabas ahí, casi ni te miraba. Un día leí que ibas a desaparecer.

Todo se va. Todo viene. Todo va y viene. Devenir. Río. Ya sabemos y no sabemos nada. Ni siquiera sabemos si queremos casarnos. Ni siquiera sabemos si sabemos. Estamos perdidos y en mitad de tanto desconcierto nuestros centros de gravedad se han acercado y, quizá, han sido uno.

Hoy me encuentro frente a ti dispuesto a escribir sobre la nada que vas a dejar y sé que está el tópico de la memoria-recuerdo y que está el otro del futuro-descendencia y no quiero escucharlo porque tu unicidad es incuestionable y concreta; y no será.

Te miro y veo mi futuro, veo algo que se rompe, una inflexión que desaparece, un volumen que será plano, un ruido silencioso y no quiero seguir diciéndote que no estarás porque no sirve de nada…

¡¿Desde cuándo soy tan funcional?!

Me estoy haciendo mayor. Me da miedo. Ese es uno de los síntomas. Un día no estaré y dejaré recuerdo-memoria y futuro (Mi descendencia es mi futuro).
Hoy, todo lo pongo en liquidación, liquidación por cierre.
Mi corazón está en oferta
y nadie lo demanda.
Mi corazón está al 50%
es barato
y será
gratis.

Sobre el precio de una performance

El 8 de octubre de este año 2011 tuve el placer de ser convocado a participar en un evento interesante: ARTóN planteaba en su muestra Des-Plaza-Miento la cuestión de si el arte de acción o performance puede y debe ser remunerado convencionalmente.

Es decir, propusieron cobrar una entrada de 10 euros, más o menos lo equivalente a lo que se cobraría en una obra de teatro de igual duración, a cada espectador. Este dinero luego se repartía entre gastos de sala, organizadores, performers y un par de colaboraciones en forma de creaciones de vídeo. A mí me supuso un estipendio de 23 euros brutos (mejor no pensar en neto, porque saldría casi negativo).

Y preguntaban a la entrada a cada asistente qué le parecía que se cobrase por asistir a un evento de arte de acción.

La mayoría de la gente contestaba con un «me parece bien» que era más que esperable, puesto que habían decidido asistir sabiéndolo. Es decir, tenían una cierta expectativa. Esta es una de las palabras clave de este texto:

expectativa. (Del lat. exspect?tum, mirado, visto). 1. f. Esperanza de realizar o conseguir algo. 2. f. Posibilidad razonable de que algo suceda. 3. f. Posibilidad de conseguir un derecho, una herencia, un empleo u otra cosa, al ocurrir un suceso que se prevé. a la ~. 1. loc. adv. Sin actuar ni tomar una determinación hasta ver qué sucede.

Yo contesté con dos palabras (como diría un famoso torero), que fueron las siguientes: Piero Manzoni.

La verdad es que, después, e incluso antes, debí haberme planteado responder con tres palabras Isidoro Valcárcel Medina.

Hay algo difícil de responder en esta pregunta de si el arte de acción, la performance y, por extensión, cualquier creación de arte contemporánea puede ser remunerada de una manera convencional y voy a intentar aclarar en mucho más que dos o tres palabras el porqué creo que es una pregunta difícil de formular y de responder.

Partiendo de la base de que entendemos por contemporaneidad una sensibilidad nacida tras la Revolución Francesa de 1789 y culturalmente apoyada en el romanticismo y su posterior desarrollo e implementación, hasta llegar a la ruptura de lo que llamo criterio objetivable, podemos hablar de que vivimos un tiempo ya largo de la edad contemporánea en la que nos vamos acostumbrando a la falta de este criterio para valorar una creación artística.

La contemporaneidad está, por tanto y desde hace tiempo, con el hito máximo de Duchamp exponiendo un orinal, despojada de la dulzura de proporcionar cualquier expectativa por parte del artista hacia el espectador.

Esto es así en Teatro, Danza, Tango (debería), Música, Poesía, Narrativa (debería), Artes plásticas… fusiones varias, etc.

Es decir, de hecho, la contemporaneidad ha roto con la idea de que haya espectador y, casi, artista. Ya no existe más esta convención, este acuerdo tácito y volver a él, en parte, es terminar con la contemporaneidad. Hablamos de que, como diría Rilke, tras Kant:

Una obra de arte es buena cuando surge de la necesidad. En esta cualidad de su origen reside su juicio crítico: no existe otro.
Rainier María Rilke, Rilke – Carta a un Joven Poeta

Además, el hecho de cobrar por una performance genera una cierta expectativa que acaba influyendo en el trabajo que se exhibe ante un público ávido de fotografiarlo, museificarlo, de alguna manera, reintroducir en el sistema convencional de comercialización del arte lo que había surgido como desmaterializador, como desobjetualizador, en un esfuerzo por reivindicar que la verdadera naturaleza del arte o de la creación artística no estaba en el objeto resultante sino en la idea que subyacía y que, de alguna manera, era incapturable, inaprensible, invendible e incomprable.

La mayoría del trabajo performativo que veo (e incluso mucho del que realizo, he de reconocer) me parece cargado (sobrecargado) de un dramatismo teatral, espectacular, incluso, casi de musical o circense. Incluso entre los más ortodoxos encuentro esta necesidad de generar una expectación para atraer espectadores y poder justificar subvenciones o, como en este caso, el cobro de entradas.

Hace algunos meses, tuve el placer de volver a reflexionar con la obra irreverente del ínclito IVM con quien tuve el enorme orgullo de «compartir cartel» durante el VII Encuentro de Arte de Acción de Madrid (acción!MAD10). El 19 de noviembre realizó una acción entre las 19:00 y las 19:30 consistente básica y sencillamente, en caminar entre el público asistente sin mayor pretensión que demostrarnos que una acción no ha de ser espectáculo, ni generar expectativa. Nos estaba haciendo (o así lo viví yo) un tirón de orejas a los propios artistas del sector para recordarnos de dónde venimos, cual es la finalidad del arte de acción y hacia dónde parece que estamos derivando.

Obviamente, todos los que conocíamos su trabajo ya íbamos con ciertas expectativas, pero ¿habría pagado para ver caminar entre la gente a alguien que no fuese IVM? ¿Me habría sentido «estafado«? También conocíamos su máxima (que incluso tengo entre las citas de mi página web) El arte es una acción personal, que puede valer como ejemplo pero nunca tener un valor ejemplar. Así que estaba claro que nos estaba dando una lección.

Pero… ¿Tiene sentido pagar por ver a alguien caminar entre la gente sin más? ¿Pagaría (y cuánto) por un orinal fabricado en serie? ¿Quiere esto decir que no se puede retribuir a un artista contemporáneo? ¿Qué es un artista contemporáneo?

Estas preguntas no son nuevas. Llevamos haciéndolas más de 100 años. Pero aún siguen sin responderse.

Varias veces me he encontrado con esta paradoja: creación contemporánea vs retribución clásica.

Ya hace tiempo escribí un largo artículo sobre la Gratuidad y el Amor al Arte, en el que citaba, íntegro, el texto que había incluido en el apartado de Financiación de mi proyecto Lejanías.

Sigo subscribiendo la conclusión de este artículo, es decir, debe haber un debate sobre la supervivencia de la retribución al creador contemporáneo, puesto que es imposible su sostenimiento sin recursos, aunque ha de pensarse también en la necesidad de una moderación en los gastos, y en nuevas formas (contemporáneas) de financiación.

Claro que realizar una creación contemporánea es un trabajo, pero la naturaleza del mismo no es igual a la naturaleza de otros trabajos. El tipo de medio de pago no ha de serlo tampoco.

Entre otras razones, hablando de las mismas cosas que he hablado hasta ahora en el artículo, en una creación contemporánea no existe un criterio objetivable con el que poder establecer su valor, ni su precio, así que tampoco debería, a mi juicio, existir una remuneración objetivable, ejemplo de lo cual es el empleo de dinero, cuyo principal servicio fue el de objetivar un intercambio de bienes o servicios.

¿No puede cobrarse?

Yo no digo eso, lo que digo (repito) es que la remuneración de una creación contemporánea no debería ser convencional ni objetivable. Y ¿Qué forma hay de retribuir por un trabajo semejante y de tal manera? Ahí es donde tengo que reconocer que me atasco y no sé muy bien seguir.

En una performance que realicé hace tiempo, titulada Subasta, ya planteaba la posibilidad de usar bancos de tiempo, u otros medios de pago. Volver al trueque o la donación también han sido otras de mis propuestas, pero no tengo claro cuál ha de ser la manera en la que retribuir el trabajo del artista contemporáneo.

Creo que este debate sigue abierto y necesitando, más que nunca, de una respuesta o algún tipo de aproximación a la misma, dado que la financiación pública y subvenciones administrativas que hasta ahora venían siendo la principal fuente de supervivencia económica de este tipo de manifestaciones artísticas van a desaparecer de por vida (aunque ya eran bien exiguas).

Dejo sin contestar, lo sé, qué es un artista contemporáneo, aunque citaré una y otra vez a Joseph Beuys.

Clases particulares

Voy a hacer carteles de clases part
iculares
están así
irregulares
como lo son las desdichas
dichas
dicho
sas
con tal de tañir
tan tan un son de porcelana
con los carteles
que haré
o ahré
para que parezcan
que no las imparte un doctor honoris causa
y sean atractivas al bolsi
llo
más exigente y menos abultado
porque vengo observando que
me lo paso mejor
dándole
clase
d’
andole
clase
con clase
a alumnos menos pudientes o de familias no demasiado acomodadas
pero sí lo suficiente
lo necesario y suficiente para que deseen y pueda
n
contratarme.

tengo que conseguir dinero
y es un apremio cada vez más duro y exigente
que me hace pensar poco en otras cosas para las que no
quiero tener que andar pensando en el dinero
dinero
dinero
dinero
dinero
dinero

y luego, un ratito de placer con mi amada
y luego, un ratito de estrés con mi amada
y luego, un ratito de comida con mi amada
y luego, un ratito de series con mi amada
y luego, un ratito de letras con mi amada

seis letras
6
y sus labios
y sus aes
sin cifrar
en lenguaje claro y distinto
para mí

Reciclar

Sé que lo que voy a decir no será muy agradable y que muy probablemente algún amigo se enemigue conmigo, pero es lo que debo decir.

Reciclar es malo. Medioambientalmente malo. No creo en el reciclaje. Es algo que en ocasiones digo y espanta a más de uno. He de reconocer que lo primero que a mí me espanta es que esto del reciclaje sea algo así como algo en lo que creer, porque lo es, nos venden o prometen una nueva vida para las cosas que hemos usado, adquirido y no reutilizado, para que participemos de una maquinaria de separación de residuos de la que somos la parte más eficiente.

Empezaré por aclarar conceptos:

Reciclar es, como todo el mundo sabe, la última de las famosas tres erres, la que menos importancia debería tener, la que casi no se llevase a cabo, salvo errores en las otras dos erres anteriores.

Y es que nadie parece acordarse de las otras dos primeras: reducir (el consumo) y reutilizar (hasta agotar las posibilidades… que son infinitas).

Siento, con el reciclaje, que es una invención empresarial que nos han vendido a través de nuestra buena intención, que hemos comprado para paliar nuestro sentimiento de culpa, y, para colmo, nos han vendido que nos toca hacerlo casi todo a nosotros, los clientes-usuarios-consumidores-ciudadanos.

Y cuando leo artículos como el de la OCU sobre el seguimiento de residuos electrónicos me queda casi la certeza de que es así. A nadie solivianta, salvo a quien ya está concienciado (y suele estarlo también con las otras erres) porque es algo que no importa tanto; es un poco como si aquel a quien doy una limosna se acaba inyectando cualquier cosa porque no he solucionado su problema, sino que he mirado para otro lado pero dándole algo para acallar mi conciencia.

Y vuelvo a las dos erres anteriores y a la que yo considero etimología de la palabra reciclar:

Pensando en el ciclo del que parece proceder la palabreja, me di cuenta de que no era tan bonito como cabía esperar (aunque se habla del ciclo de vida y esas cosas tan new age que no significan mucho), sino que parece referirse al ciclo de fabricar-comprar-usar-tirar-fabricar… Es decir, que las dos erres anteriores no pueden aplicarse porque se rompería el ciclo y eso es lo que no debe pasar bajo ningún concepto, parece ser.

Es decir, reciclando se está formando parte y fomentando la cultura del comprar-tirar-comprar, el hábito del «no importa lo que hagas, tus residuos puedes volver a comprarlos».

Para colmo, no se desglosa la labor del reciclado en sus varias partes, de manera que nos podamos dar cuenta de qué parte es aquella en la que nosotros podemos incidir: la separación.

Y es que de esta separación se nos hacen responsables, sabiamente, para que no podamos decir que si el reciclaje se hace mal no es por nuestra culpa. No es justo ni razonable: no se puede pedir que tengamos el conocimiento químico suficiente para realizar una separación de residuos ordenada en unas categorías cada vez más difusas (un tetrabrik tiene mucho más que solo cartón y aluminio, por ejemplo). Los materiales con los que se trata son cada vez más fusionados, papeles satinados (plásticos) junto con otros que no lo son, por no hablar de otros objetos más complejos.

Pero vuelvo a las erres anteriores. Por favor, táchenme de lo que quieran, pero no de antiecologista: el ecologismo responsable debe entender que la primera es la fundamental, hay que reducir el consumo. Aunque esto sea antisistema, porque lo es, dicho sea de paso, porque si se elimina la necesidad de consumir compulsivamente, nos veremos abocados a un mundo donde el capitalismo tal y como lo conocemos desaparecería y, claro, esto asusta. Esta crisis, by the way, va a servir para que tengamos que atender a esta primera erre, pero no como algo deseable, sino indeseable. ¡Qué pena!

Y la de reutilizar, ni hablamos: me junto con infinidad de frasquitos de todos los tamaños que uso y uso para tener contenedores de diversos alimentos frescos, pero no doy abasto. No tiro una servilleta sin que me haya servido al menos 3 veces, después la uso para limpiar la encimera, después, cuando ya está bastante sucia, para limpiar las juntas de los fuegos, que tienen mucha grasa y, por último, cuando ya la voy a tirar, me aseguro de que no se pueda dar la vuelta y usarla, aunque sea, para limpiar la parte interior del cubo de basura. Son además, un buen absorbente de comida orgánica, evitando que ésta tenga que ser retirada del cubo antes de un par de días. Es decir, reduzco la necesidad de bolsas de plástico.

Reciclo/Separo (confieso) tan solo algunos vidrios porque sé que su procesamiento es bastante fácil de hacer, barato, casi podría hacerse en casa, poco costoso energéticamente (no me meto en esto que es todo un tema bien documentado sobre el impacto ambiental derivado de un lavado de cara como este), y no todos los vidrios porque tengo entendido que algunos botes o vasos pueden anular todo lo acumulado en un contenedor porque fragilizan el producto reciclado final.

Por volver al principio y cerrar esta disertación desordenada y poco referenciada, diré que no es que sea malo malo, pero no me acaba de convencer. Aún no y en la manera en la que se hace tampoco.

Se olvida que las importantes son las otras erres, que rompen el ciclo, por lo que, sin ciclo, no hay re-ciclo. Prefiero romper el ciclo a formar parte de él.

Las manías de las redes sociales

Comprendo que mucha gente se aburra con la interfaz de una aplicación web como es esta de las redes sociales. Facebook cada cierto tiempo se ve obligada, seguramente por esta razón, a modificar su aspecto. Pero a mí me está terminando por hartar.

No he sido muy amigo de las famosas redes sociales desde su inicio. Es más, nunca le he acabado de ver el valor añadido del que presumen. Creo que, más bien, son aplicaciones sofisticadas que se han vendido como una revolución de Internet. La revolución es Internet. Las redes sociales son Napoleón cañoneando al pueblo.

De hecho, me asusta que la dependencia de 2 o 3 empresas sea tan grande como para que nadie sepa buscar nada si no es con Google, nadie sepa enviar un email si no es con gmail o hotmail, nadie sepa conectarse a otros si no es con FB o Twitter, nadie sepa subir vídeos si no es con youtube, etc… Nos acabamos olvidando que Internet era un medio por el que infinidad de servicios pudieron ser prestados al mismo tiempo y hacer, de este modo, mucho más sencillo el acceso a ellos por parte de diferentes usuarios o clientes.

Ahora, incluso, ofrecen a sus usuarios meterse en los servicios que otras de estas empresas están ofertando (google se mete en redes sociales, facebook quiere que tenga email, hotmail… bueno, es de bill gates…) y todo eso para nada, para que no les necesite… y sin embargo pierda un enorme tiempo de mi vida, de mi valiosa vida, usándolos.

¿Quiere eso decir que no me gusta Internet?

En absoluto: me encanta la libertad de una red neutra y mundial, una infraestructura libre de protocolos propietarios (y esto es por lo que me cabrea que skype no funcione (bien) en mi ubuntu) y donde la única ley sea la del respeto (así que hay que enseñar a respetar y no a obedecer), un lugar virtual en el que no repetir los errores de monopolios u oligopolios globales tan normales en el mundo no virtual…

¡Pero seré ingenuo! Nunca han estado verdaderamente separados: Internet comenzó ni más ni menos que como un proyecto de investigación del ministerio de defensa de los EEUU. Y si ha llegado a triunfar en Europa ha sido gracias al beneficio que ello le ha dado a las telefónicas. Bueno, en realidad siempre lo he sabido. Pero dentro de ello, podía mantenerse una cierta libertad aprovechándose de la competencia (más o menos libre) una vez que se superaba la aceptación del oligopolio de ISPs.

Si ahora va desapareciendo esa posibilidad de tener formatos diversos, de tener protocolos abiertos, de usar emails, dominios, websites propios para ir cediendo nuestra libertad en aras de una presunta mayor simplicidad, estamos siendo manipulados por nuestra desidia, por culpa de nuestra incapacidad para la adaptación a la tecnología. Pero sin embargo hacemos el esfuerzo de adaptarnos a las modificaciones de las interfaces de aplicaciones como FaceBook, Google, Skype, BlogSpot, Flicker, Youtube, MSN-WLive-Hotmail….

Por eso seguiré intentando ayudar a quien quiera ir contra corriente un poco por mantener esa sensación de aire en la cara que se puede confundir con libertad.

Instalo linux a quien me lo pida, doy albergue a websites gratuitamente, registro dominios con Gandi.net (que es una grande, pero no tan grande), ofrezco algún que otro servicio de ftp, email y lo que pueda.

¿Te interesa?

Comer y no comer

En algunos restaurantes, se ha puesto de moda muy muy cool no servir pan, no poner manteles, no poner servilletas, no poner azúcar, no ofrecer agua… pero eso sí, la comida tiene la pretensión (a veces solo eso) de ser excelente. La poca comida, hay que añadir.

Hoy hemos estado comiendo en un restaurante con una estética cuidada que mezclaba el ambiente de un café informal con el de un restaurante de diseño de quien tiene añoranza por lo pobre, lo rústico, lo casual. Pero nada lo es. No es casual que los camareros o camareras del local no tuviesen ni idea de lo que es atender en un servicio público, no es casual que no cobren demasiado, tan solo 8,50€ que hace unos años sería un auténtico lujo, ni que esté situado entre mi barrio y chueca. Lo más de lo más.

Pero lo demás es que he comido poco, una comida de evidente necesaria mejoría, con un servicio pésimo, en un lugar pretencioso. Me he sentido como si me hubiese comprado unos pantalones vaqueros rotos y hubiese tenido que pagar por los rotos… ¡Uy! si eso ya existe.

Espero que no se extienda la costumbre. Adoro comer en restaurantes que cuidan la comida, tanto el acto social como el gastronómico, pero sin olvidar, sin olvidar en ningún momento, que hay que saciar un apetito a un precio asequible; de lo contrario, prefiero hacerlo en casa.

El problema de la inmigración

Hablamos de la inmigración
como si fuese un problema
pero nos olvidamos de que es un síntoma
de un problema
llamado desigualdad.

Hablamos de la desigualdad
como si fuese un problema
pero nos olvidamos de que es un síntoma
de un problema
llamado insolidaridad.

Hablamos de la insolidaridad
como si fuese un problema
pero nos olvidamos de que es un síntoma
de un problema
llamado egoísmo.

Hablamos del egoísmo
como si fuese un problema
pero nos olvidamos de que es un síntoma
de un problema
llamado humanidad.

Hablamos de la humanidad
como si fuese un problema
pero nos olvidamos de que es un síntoma
de un problema
llamado naturaleza.

Registros XXX

Hace unos días mi registrador de dominios me envió el siguiente email:

Estimado cliente,

Gandi envía muy pocas veces emails no solicitados, y sólo para casos muy particulares. Hoy nos ponemos en contacto con usted a título excepcional, ya que es un cliente Gandi (con la cuenta JMD24-GANDI) y tenemos una información importante y pertinente por comunicar.

Nuestro trabajo es la gestión de dominios. Es nuestro deber informarle de que una nueva extensión, bastante controvertida, está a punto de aparecer en el mercado público de los nombres de dominio: el .XXX

Esta extensión será, desde el 1 de septiembre de 2011, la extensión principal de los sitios web de la industria del entretenimiento para adultos, principalmente la pornografía.

El Registro encargado de esta extensión da la posibilidad de bloquear el dominio que corresponde con su marca a los propietarios de marcas, para que no sea utilizado para terceros. De este modo estos dominios no pueden ser utilizados para sitios web de carácter pornográfico.

Para dar un ejemplo, nosotros mismos vamos a reservar Gandi.XXX para que nadie pueda comprar este dominio y utilizarlo.

Una de las particularidades de este bloqueo es que en cuanto un dominio ha sido bloqueado se vuelve inutilizable. En cuanto hayamos reservado Gandi.XXX no podremos gestionarlo, ni crear una redirección hacia GANDI.NET: simplemente estará reservado pero no podrá ser utilizado.

La segunda particularidad es que este bloqueo sólo se paga una vez: el precio es de 150€ sin IVA por nombre de marca/empresa que desee bloquear, y no es necesario renovar este bloqueo.

Sin embargo, existen restricciones para poder bloquear un dominio en .XXX: tiene que ser el propietario legal de la marca que desee proteger y suministrar los documentos que lo demuestran. En cuanto los datos hayan sido verificados, y si no existe otra persona con la misma marca que haya efectuado la pre-reserva, el dominio será definitivamente bloqueado al final del periodo de pre-reserva (Sunrise). No se podrá realizar ninguna acción sobre el dominio, ni siquiera un traslado.

Si, en el caso contrario, existe otro candidato con la misma marca que usted, pueden darse dos casos:

– la persona forma parte de la industria del sexo (Tipo A): la solicitud de protección de marca será comunicada a esta persona y le dará la posibilidad de retirar su reserva. Sin embargo, si mantiene la reserva, el dominio le será otorgado (pero el propietario no podrá decir que no sabía que existía una solicitud de bloqueo). La recuperación del dominio deberá realizarse posteriormente por la vía jurídica (ICANN).

– la persona en cuestión también desea la protección del dominio (Tipo B): el Registro tiene en cuenta todas las solicitudes de protección y las registra. Como el dominio está bloqueado, no pertenece a nadie. Tenga en cuenta que el Registro no reembolsa ninguna solicitud de protección, aunque el dominio haya sido registrado por una persona de tipo A.

ATENCIÓN: La protección de la marca sólo será posible durante los 30 días de la Sunrise (del 1 al 30 de septiembre de 2011). Después de esta fecha, las peticiones de protección serán ignoradas. Tenga en cuenta que la apertura general del .XXX está reservada a la comunidad del entretenimiento para adultos, con una verificación sistemática de los registros. Esto significa que la única oportunidad para proteger la marca se presentará durante la Sunrise.

Ya puede efectuar la pre-reserva de su dominio .XXX en Gandi:
http://es.gandi.net/domain/register

Encontrará más información sobre el lanzamiento y las fases de protección del .XXX en el Bar de Gandi:
http://www.elbardegandi.net/post/2011/06/07/Lanzamiento-del-XXX

Cordial saludo
Nicolas Lhuillery
Director de Producto
Gandi – http://es.gandi.net

Y, por supuesto, tuve que leerlo varias veces hasta entender que me debía dar igual. Por un momento, estuve tentado de «bloquear» mi dominio de la posible giusseppe.xxx, pero luego pensé que era una forma burda de sacar dinero de los que teníamos dominios registrados. Ni siquiera tengo registrado giusseppe.com, ni giusseppe.es, ni otros posibles giusseppe.???

Es penoso ver cómo la ICANN ha ido cayendo, como otras tantas instituciones u organizaciones .net en el dominio del mercadeo más absoluto hasta convertir Internet en un mercado de ladrones oportunistas. El mismo que en el «mundo real» si es que alguien sigue pensando que alguna vez ha habido dos mundos distintos o separados.

Recuerdo los tiempos en los que un largo número de dominios estaban a disposición libre, altruista, de los ciudadanos para conocer información y ayudar a su mantenimiento entorno a Internet. Eran los tiempos hippies de la red. Ahora vivimos el neoliberalismo más salvaje y justificable, sin exigencia, en realidad, de ninguna justificación, capaz de demostrar su virtud por su rendimiento económico… incluso no demasiado, ahora que tenemos esta famosa crisis encima… pero ni por esas.

Los tiempos de las utopías parecen haber quedado relegados a unos insumisos bastante poco numerosos, para como están las cosas.

¡Ay, si Tomás Moro levantase la cabeza!

Una imagen insólita

Las piernas de un hombre
eran lo único que sobresalía
del cubo de basura
o contenedor de reciclado
de cartón
en el que estaba
inmerso
completamente.

Al otro lado del cubo azul
estaba detenida una furgoneta
blanca
que recogía los restos
que el cuerpo
inmerso
de piernas salientes
iba lanzando desde el interior.

Carmen y yo no sabíamos si seguir caminando
y saludar a sus zapatos
fotografiar la imagen insólita
de unas piernas que
como si fuesen de un pulpo (cefalópodo…
salían de la cabeza del contenedor
y tendían sus garras
hacia nosotros.

Nos dimos la vuelta y tratamos
de olvidar
que un hombre
estaba trabajando
en un trabajo
cuando menos
poco deseable.

Privatizaciones

Necesidad de liquidez, se aduce, pero la verdad es que parece la forma menos molesta de obtener ese efectivo tan necesario. Pero menos molesta… ¿para quién?

Esta es la cuestión. Se habla de la privatización del agua, por ejemplo, o de la educación o de la sanidad y sabemos qué pasará en breve: unos inversores (es decir, gente que tiene efectivo) aportará lo que ahora mismo se necesita (es decir, efectivo) pero sabemos que a medio plazo la educación, la sanidad, por ejemplo, de carácter público irán en caída libre, movimiento uniformemente acelerado, hasta el batacazo que no veremos problemático teniendo un servicio de pago que nos cubra las necesidades. Pero sabemos o deberíamos saber que a largo plazo, cuando las cosas vayan mal (e irán mal o peor) esos inversores (es decir, gente que tendrá efectivo y se habrá enriquecido más con el proceso de explotación de los servicios privatizados) verán molesto aportar ese efectivo tan necesario.

Y habrá que privatizar más cosas.

Es una espiral hacia fuera que no augura un final feliz.

Hay que romper la curva antes de que la curva nos rompa a nosotros el cuello. No es posible seguir privatizando sin parar para no resultar molesto a quienes tienen la capacidad (el efectivo) de invertir y generar puestos de trabajo, actividad empresarial, etc… ¿Por qué no pierden nunca dinero quienes «lo arriesgan»? Se supone que lo arriesgan a costa de su posible aumento o disminución, es lo que convierte el dinero en capital, base del capitalismo. Está bien, ni siquiera me voy a poner antisistema, pero en esa definición de capital ni siquiera se tiene en cuenta la posibilidad de que el capital merme.

En Italia, en un referendum de cuatro puntos hecho a los ciudadanos, se les preguntaba en torno a la posible privatización del agua y han dicho que no se privatice: pero no han dicho cómo obtener el efectivo que se supone que era tan necesario como para llevar a cabo esa medida. Cuando contesten a esto será cuando demuestren si saben ser constructivos de un nuevo modelo socio-económico o, simplemente, cambiarán agua por aire…

Esto no es una broma