Decimonónico

Cuando dices de algo que es decimonónico estás dejando claro que tu siglo es el pasado, el siglo de Cambalache, estás demodé y lo sabes o no lo sabes. No entiendes debates que parecen no ir contigo, no comprendes usos del lenguaje que te parecen modas, como si no fueran siempre las modas la forma de ir haciendo del lenguaje un habla, no te gusta la forma de vestir, te parece caro lo que antes era, según tú, accesible… vamos, que casi estás dispuesta a asumir que con Franco o contra Franco se vivía mejor.

No es mi caso, pero a veces sí siento que mi siglo ya no es este. Es curioso, porque es muy probable que acabe viviendo más años en este 21 que en el SXX, y sin embargo mi tiempo pasó.

Tengo un proyecto abandonado, o más bien postpuesto, de 100 CDs al que he llamado «mi siglo» que hace referencia a ese siglo que puede que viva, eso sin ser una, no tan velada, referencia al libro de Gunter Grass.

CDs: esas cosas que servían para almacenamiento de datos en una era que está más que terminada. Son algo casi decimonónico. Y quizá por ello tenía que usarlos.

Ucrania en pequeñas dosis

Veo esta pintura sobre un bolardo de piedra de la calle y lo fotografío para enviárselo a una alumna ucraniana de los talleres de poesía para decirle, sin decírselo, que estoy de su lado en esa «guerra» que es sencillamente una invasión.

Es curioso que, lo primero que le dije justo hoy hace un año es:

Pero dejar de depender de la energía rusa tendrá un coste complicado de asumir para europa y los europeos…

y no me equivocaba. Europa sigue con reacciones tímidas y negociando con Rusia pues la dependencia energética parece ser imposible de romper así como así. El otro día leía sobre la necesidad de seguir adquiriendo energía nuclear a Rusia y por muy rápido que queramos fluir a otras fuentes de energía, en una carrera que no se está haciendo seguramente con mucha cordura y planificación, no va a ser sencillo abandonar sin entrar en una crisis inasumible para la ciudadanía europea.

Así que hacemos pintadas en bolardos de piedra de la calle y algunos gestos incluso institucionales como las banderitas en la Cibeles de Madrid (aunque unos días después las sustituyeron por las de Qatar).

Yo aún recuerdo mi equidistancia o aparente neutralidad en el conflicto Libio y en tantos otros de cuyos resultados no soy consciente pues dejan de ser noticia y no es fácil permanecer informado.

Cada día me encuentro inserto en menos causas.
Cada día me encuentro menos.
Cada día menos.
Cada día.

y luego llega la muerte

le cuentas a una mujer
que viene a limpiar la casa
tres horas al mes
que tienes un problema
muy grave

muy grave
porque se ha roto una bañera
y tienes que cambiar el baño entero
y no puedes ducharte
salvo en casa de los vecinos
o en la casa de tus padres
si fuese estrictamente necesario
o en casa de múltiples amistades
que te rodean en sus casa
donde a veces
va a limpiar
por unas horas al mes
una mujer
a quien le cuentas tus problemas
del primer mundo

y un día
ella te dice
que su principal contratante
donde habita
en régimen de cuidadora interna
y limpia su casa
más de tres horas al día
y cocina
más de dos horas al día
y donde se ducha

su principal contratante
muere delante de ella
a los cincuenta años de edad
y se ha quedado
sin casa
sin empleo
sin amistades
sin familia
sin baño
sin bañera
sin …

y te sientes tan avergonzado
que escribes este poema
en segunda persona
porque sabes que no puedes
hacer nada por ella
que ayude en su situación
de búsqueda de casa
de empleo
de amistades
de familia
de baño…

y te disculpas diciéndole
que hace tiempo
ayudaste a alguien
con sus papeles
de extranjería
para que pudiese trabajar en este país
y cotizase
y regulase una situación
inasumible

y te das cuenta
de que ya no puedes hacerlo
y vuelve a preocuparte
tener un problema grave
muy grave

muy grave…

y
estúpidamente
piensas en las viñetas
que te pedían
que no olvidaras Haití
y sabes
que lo has olvidado.

Rediseñando la web de Clave 53

Previo a la instalación de un nuevo WordPress que sirva a modo de «tienda» de la editorial que poco a poco voy construyendo, me he tenido que meter a rediseñar la web de Clave 53, para que tenga colores más armónicos (esas cosas en las que a veces no creo, pero que existen a pesar mío) amén de tener elementos comunes con la web de Giusseppe.net y, de este modo, que parezca parte de un todo y no que luego esa «tienda online» puede acabar no pareciéndose a nada de lo anterior.

He decidido apostar por la Tríada Equidistante de «verde-púrpura-naranja». Unificar criterios de tipografía (todas las web usarán la font «Nunito») y algunos efectos que también incluiré en la futura sección de «Venta de libros online» que aún no he conseguido bautizar.

Degustación

Voy a una peluquería
que no es una peluquería
sino una escuela de peluquería
porque en esa peluquería
cortarse el pelo
es muy
muy
muy barato.

Hoy en la peluquería
que no es una peluquería
sino una escuela de peluquería
hablaba sobre restaurantes la peluquera
y los menús de degustación
que eran según ella
muy
muy baratos.

Estando en la peluquería
que no es una peluquería
sino una escuela de peluquería
me parecía que me estaban tomando el pelo
cuando decían que los menús de degustación
a cincuenta euros por persona
eran muy
muy baratos.

Cuando estaba en la peluquería
que no es una peluquería
sino una escuela de peluquería
recordé los restaurantes
donde yo he comido estos meses
por veinticinco euros por persona
que no eran muy
muy baratos.

Se está cayendo

la vida
la forma de vida
la forma elegida de vida
la forma elegida para mi vida
la forma elegida para vivir mi vida
la forma que creía tener elegida para vivir mi vida
la forma que creía que podría tener como elegida para vivir mi vida
la forma que creía tener elegida para vivir mi vida
la forma elegida para vivir mi vida
la forma elegida para mi vida
la forma elegida de vida
la forma de vida
la vida

se está cayendo

a pedazos

no sé qué hacer con esos pedazos
no sé qué construir con esos pedazos
no sé en qué se está convirtiendo esa ruina de pedazos
no sé en qué consiste que se esté cayendo a pedazos
salvo que sirve
para dar dramatismo a un poema
que intente mantener
en pie
algo de la forma que creía que podría tener como elegida para vivir mi vida

la vida:
una ilusión…

Planes de presentaciones

Tener que planear los fines de semana de los próximos 6 meses es algo estresante, pero forma parte de querer ser editor, es decir, querer estar presente en presentaciones de los libros que, poco a poco, voy generando en esta nueva faceta.

Hacerlo convivir con las demás actividades es ligeramente molesto y obliga a pensar con una antelación de la que no hay garantías de cumplimiento. Esto suele agobiarme un poquito.

¿Es el futuro algo que puedo controlar? ¿Es mi futuro algo que está en mis manos?

ufff…

Otro día hablamos del «que todo fluya» o similar.

Manga por hombro

desorden exterior
de mi
desorden interior
desoyendo
desoladas señales
desde el fondo de mi economía
desastrada como yo mismo
después de un periodo de calma
decembrina
descalabro de ruinas no reflexionadas
desacierto vital
delgada línea entre la frustración y el fracaso
deseado indeseado
desacelerando una elección que ha conducido mis elecciones hasta hoy
desmemoria de ayeres.

Premios en metálico

Hace unos años (ya años) el grupo de los talleres de poesía de la Asociación Cultural Clave 53 propuso, en una tarde más o menos alocada de poesía y delirio, la iniciativa de lanzar un concurso de poesía que desafiara la manera en la que suelen funcionar estos concursos. Nos lanzamos a gestar lo que sería el I Certamen de Poesía Potencialmente Inexplicable que consistiría en premiar el sinsentido o la inversión de miradas:

¿Qué tal enviar un poema a un concurso cuyas bases no conoces?
¿Qué tal enviar bases a un concurso cuyo ganador ya conoces?

Pues con estas preguntas, aparentemente absurdas, seguimos dándole vueltas hasta llegar a la conclusión de que el premio «en metálico» bien podía ser un bloque de metal, pues al fin y al cabo somos gente de literalidad poética… y Alejandro Gallego (que trabaja en ello) se ofreció a aportar sus premios «en metálico».

Pero se esmeró en demasía y ha creado estas dos joyas que bien podrían ser premios de un «concurso de verdad» para premiar a quienes serán elegidos como ganadores esta misma tarde martes 24 de enero de 2023.

Yo realicé la página web y detallé las bases del mismo, así como un horroroso cartel para convocar a la participación en el mismo. Quizá este cartel ha sido el responsable de la escasa convocatoria. La participación ha resultado ser tan escasa que estamos planteándonos realizar un II Certamen de Poesía Potencialmente Inexplicable que incluya una categoría «Premio Desierto», que responde a la pregunta de ¿Enviarías un poema a un concurso sabiendo seguro que el ganador va a quedar «desierto»?

Pero eso será el año que viene.

De algo me vanaglorio es de acabar realizando lo que parece que no tiene ningún sentido realizar, lo que la mayoría de las personas acabarían diciendo ¡Qué locura! y pasando al siguiente tema de conversación sin darle mayor dedicación. Eso hace que parte de mi vida gire en torno a la reivindicación del absurdo como motor de acción. Es, como decía, una vana gloria.

Dejando Huella – Arte Postal en Móstoles

Como otro año más, he decidido participar con una mínima intervención en la IV Convocatoria Internacional de Arte Postal organizada por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Móstoles y coordinada por el artista, editor experimental y amigo Pepe Murciego de la Revista La Más Bella. Se expondrá en el Centro Cultural Villa DE Móstoles, que lleva este año por título «DEJANDO HUELLA» y adjuntan una imagen que invitaban a tomar a modo de inspiración o como motivo de modificación/intervención.

Tras casi un mes pensándolo, lo que sí me apetecía era tomar la propia invitación (el soporte físico de la misma) como mi propia participación, en un acto de respuesta utilizando el mínimo material digital posible.

Sólo he trabajado con sprays de distintos colores para «no tocar» en la medida de lo posible, el objeto intervenido (algo así como evitar dejar mi huella).

Así, la cara en la que estaban los detalles de la convocatoria me han servido para rescatar el destinatario y escribir el remitente tapando todo lo demás con spray blanco.

Por el lado contrario, la imagen de la huella, ha sido intervenida con spray dorado (he utilizado un canutillo de un rollo de papel higiénico que he rociado en abundancia con spray para dejar que luego esa masa de color tenga volumen y dé lugar a una forma que se vea afectada al derramarse por los surcos de la huella).

En alusión (no muy velada) a mi admiración por la obra de Ives Klein, he añadido dos «ataques» de spray Azul de Prusia (no es IKB, pero se asemeja) que se mezclan con la masa dorada interpenetrándose desordenadamente (orgiástica o dionisíacamente).

Quizá porque estoy haciendo un taller sobre Poesía Clasica China y acabo de hablar de la idea de huella como base para «generar» sus ideogramas, he decidido escribir con un pincel que extraía pintura de la masa principal de spray dorado aún no seco el texto, algo obvio, que rodea la huella.

Por supuesto, irá sellada con un sello propio y sin nada más que añadir.

Esto no es una broma