Conclusiones inconclusas

La Consulta: CASO 30

Obviamente, La Consulta no iba a proporcionarme una respuesta a mi pequeña cuestión existencial. Mi mera existencia ha de seguir buscándola para, quizá, no encontrarla jamás. Eso no es óbice para que deje de estarles agradecidos por tender esa escucha activa y dispuesta en un proyecto (el suyo) fascinante y del que no soy (el Caso 30) más que una ínfima parte.

No obstante, de la reflexión han surgido labores simpáticas, algunas de las cuales están relacionadas directamente con alguna de las 63 profesiones que fui proponiéndoles, amén de investigaciones que me han hecho ser aún más consciente que antes de mi inadecuación a un mundo que persigue especialidad, que anhela perfiles claramente definidos, certezas, simplezas, que no sencillez.

Especial antención ha requerido informarse acerca de la etimología de servir o el talento, la aptitud versos la actitud o la profundización en otras economías posibles basadas en el don, retomando el significado primigenio de remuneración.

Del mismo modo, fue altamente llamativo, si bien no debería decir sorprendente, que una vez estimado el presupuesto para contabilizar 3.541.653 garbanzos, la principal partida no fuese para el trabajador (Contador manual de garbanzos) sino para el propietario del inmueble en el que se realizaría la mencionada tarea, lo que lleva a la conclusión inapelable de que, en estos tiempos, en estos lares, la mejor remunerada profesión es la de rentista, ya sea de bienes inmuebles o de otras rentas directas del capital, más o menos virtualizado.

Del Pentateuco (del griego πέντε [pénte], "cinco", y τεύχος [téukhos], "rollo", "estuche"; es decir, "cinco rollos", por los estuches cilíndricos donde se guardaban enrollados los textos hebreos) parece que tenía, al menos claramente, dos completos: Génesis y Números. Mientras que, en una deformación fonética y algo de retorcimiento de la semántica, ese Éxodo podía ser un exit, no de éxito, al que no se aspiraba a llegar, sino de salida.

La elección de imágenes es personal y son todas de mi autoría, excepto la de la consulta que es, como corresponde, modificación de algunas generadas por La Consulta. Los caracteres alfabético/numéricos que sirven de herramientas de navegación, son fruto una decisión arbitraria y no ha de entenderse en exceso aferrada a un fundamentalismo judeo-greco-cristiano del europeísmo más conservador, si bien, no puedo dejar de pensar que está presente en las capas subyacentes de mi condicionamiento social.

Presentar las conclusiones inconclusas de este proyecto en formato web me llevó a aprender sobre las nuevas codificaciones o estándares HTML5 y CSS3 de los que, a pesar de su enorme potencia programática, he querido no abusar para no dejar de lado la trascendencia intrascendente del contenido en aras de un continente que, como todos los tecnológicos, quedará obsoleto a la vuelta de la esquina cronológica. En más de una ocasión me he planteado la idoneidad del formato escogido para este trabajo que bien podría haber sido un libro tradicional, con sus páginas numeradas y secuenciales, pero acabé por apostar por este formato por ofrecer al hipotético lector la posiblidad de una lectura más imprevista, menos dirigida, que conllevará, irremediablemente, una pérdida de control de sus acciones (las tuyas).

En cuanto a la conclusión inconclusa más aterradora, lo que sigue siendo incómodo es que me siga haciendo la pregunta cada día que pasa con más y más insistencia: ¿Para qué sirvo?, cada día con mayor constancia de que es una pequeña cuestión existencial sobre la que gira toda mi existencia.